Mandamiento 35

No cometerás adulterio.

“No cometerás adulterio”. (Éxodo 20:14. DHH) .

 

Explicación del mandamiento.
Esta es la porción que corresponde a las diez declaraciones o los también conocidos como los diez mandamientos. Estos mandamientos son como un resumen de los 613, por lo que si guardamos estos diez, estamos haciendo un resumen para guardar los 613. El mandamiento que nos convoca hoy, corresponde al número siete de los diez, el cual declara: “No cometerás adulterio”. Este es otro mandamiento simple y sencillo, que es calificado como de carácter lógico, mandamientos que se considera el Eterno puso dentro del corazón de los hombres. La transgresión de este mandamiento trae como consecuencia Karet (pena de muerte), por lo cual podemos comprender la importancia del mismo.
“Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos”. (Levitico 20:10. RVR1960).

“Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel”. (Deuteronomio 22:22. RVR1960).

Y ¿Por qué el Eterno le da tanta importancia a este acto? Porque este es un mandamiento que está totalmente en el corazón de la familia, es uno de los más importantes para mantener la estabilidad y el Shalom (paz) dentro del hogar. En palabras del mismo Yeshua, el adulterio es considerado una de las causas de divorcio, aunque eso no significa que siempre deba ser así. Tristemente, cuando se llega al adulterio es muy difícil la restauración, es complicado llegar al perdón verdadero y que las cosas vuelvan a ser como antes. Así que, por un principio de Shalom, de paz, de sanidad, a veces la mejor alternativa es separarse como dice el Mesías, pero eso no implica que forzosamente se llegue a esa decisión. En este caso, la Torá es muy tajante y clara, al establecer que cualquiera que fuese sorprendido en este pecado sería muerto.

 

Yeshua no vino a abrogar la Torá
Yeshúa fue más allá en este mandamiento, porque él no vino a abrogar la ley ni los profetas, por el contrario, vino a dar el pleno cumplimiento y la correcta interpretación. La Halajá (interpretación) de Yeshúa es inclusive más estricta que la interpretación ortodoxa Judía, pues Yeshúa apunta a la esencia del mandamiento.

 

El espíritu del mandamiento
¿Cuál es la esencia, cuál es el espíritu del mandamiento “No adulterarás”? Porque el mandamiento no solo consiste en la letra, sino en el espíritu y su intención.

“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. (Mateo 5:27-28. RVR1960).

Esa es la intención del mandamiento de no adulterar. Sí, en tu corazón, o en tus ojos, ya codiciaste a una mujer, o una mujer a un hombre, ya fallaste al mandamiento, ya eres transgresor y prácticamente seriamos reos de muerte.

“Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”. (Mateo 5:29-30. RVR1960).

Aquí no está hablando de manera literal, sino que se refiere a no ser temeroso en cuanto a ser estricto para impedir que pequemos. No importa lo que tengamos que hacer, con tal de evitar caer en el pecado y aún más siendo de este tipo.

 

Cercos de protección.
Hay muchas maneras de poner cercos para evitar caer en estos pecados. El evangelio de Yohanan (Juan) habla de las leyes de recato, leyes de respeto entre el hombre y la mujer para no caer en tentación, ya que nadie está exento. Cuando dice: “Si tu ojo te es ocasión de caer”, se refiere a evitar ver cosas que te puedan hacer pensar en esa situación. El Rabino Rashi dice al respecto: “El ojo ve, el corazón desea, y luego va el cuerpo y peca”, ese comentario lo hace en relación a los Tzitzit (flecos que recuerdan los mandamientos), es decir, cuida todo lo que ves: películas, internet, etc., porque pareciera que nos están bombardeando por todas partes. Sí en ese tiempo se demandaba suma cautela, cuanto más en esta época debemos estar con la guardia arriba en cuidar este mandamiento, porque cualquiera puede caer y se considera que es una de las principales tentaciones para alguien que quiere servir al Eterno y que busca la consagración. Aunque parece ilógico que las personas que buscan servir al Señor luchen con estas tentaciones, tristemente es una realidad que muchos líderes espirituales han caído en este pecado.

 

Las consecuencias.
El pecado de adulterio siempre va a traer consecuencias trágicas. Uno de los ejemplos más claros que tenemos en la Biblia es el del rey David. Llegó un momento en el que David dejó de salir a la guerra, era el rey de todo Israel y ya tenía cierta estabilidad, poseía riquezas, y aparentemente estaba todo bien en su vida. De repente, un día salió al balcón y vio a una mujer a lo lejos, lo cual fue suficiente para que desde ese instante la codiciara, pensando e ideando qué hacer para tenerla. Enseguida, la mandó llamar y acto seguido, cometieron adulterio. Ella era una mujer casada, y en lugar de buscar el arrepentimiento, trató de ocultar lo que hizo, ya que como consecuencia de tal acción, quedó embarazada. Por lo cual, David tras diversos intentos, busco matar a su esposo, hasta que lo consiguió. David no solamente adulteró, sino que también cometió asesinato, y aunque el Eterno le perdonó la vida, las consecuencias de ese pecado fueron gravísimas, a tal grado que el Eterno le dijo: “Tú lo hiciste en secreto, yo lo haré en público.” Uno de sus hijos, Absalón, trató de usurpar el trono, se acostó con las concubinas de su padre a la vista de todos, y el hijo que estaban esperando Betsabé y David, también murió.

 

Un mandamiento para casados y para solteros.
Este mandamiento no solo involucra a las personas casadas, sino también a las solteras. Una persona soltera puede transgredir este mandamiento de adulterio, que está ligado obviamente con la fornicación. Y ¿cómo puede hacerlo? Cuando está intimando con alguien, o coqueteando con alguien que no es su esposo o esposa, y esté saliendo con el esposo o la esposa de alguien más. En el momento que inicias una relación con alguien con quien no te vas a casar, o no sabes si te vas a casar, automáticamente estás saliendo con la esposa o el esposo de alguien más. Esto, también es trágico porque también estás ligando y atando tu corazón, lo que será muy doloroso. Lo anterior podemos expresarlo más claramente mediante un ejemplo: Si pegas dos hojas de papel y dejas que se sequen, al momento de despegarlas se van a llevar pedazos la una de la otra; ahora, imagina que esa hoja que ya la pegaste con otra, ya lleva consigo trozos de la anterior, y luego la pegas a otra hoja, y esta con otra, y así sucesivamente. De la misma forma, cuando llegas al matrimonio no puedes decir te doy mi corazón, sino que vas a decir: “Te doy los pedazos que quedaron, porque los demás están regados por todas partes.”

 

Las leyes del Eterno y las leyes de los hombres:
El adulterio es uno de los pecados más graves, y tristemente lo que dice la sociedad al respecto es contrario a lo que la Torá establece. Hace algunos años en México, Cámara de Diputados y de Senadores aprobó que el delito de adulterio ya no era un causal de gravedad, por considerar que no había ninguna ofensa. Las leyes mexicanas modificaron la constitución y la ley, para que el adulterio ya no sea tipificado como delito, limitándolo solo al plano familiar. Solamente será causal de divorcio si es en el hogar de algún cónyuge, y si es con escándalo; así se define en términos legales. ¿Pueden ver el contraste? Lo que el Eterno prohíbe, llegando a ser muy severo para evitar que se cometa, las leyes de los hombres lo desvirtúan diciendo: No hay ninguna ofensa, por tanto no pasa nada.

 

Transgresión de un mandamiento es transgresión de todos
Se dice también que aquel que transgrede este mandamiento, también quebranta los otros nueve de la lista. Y aquí nos podemos preguntar, ¿por qué el que adultera, transgrede los otros nueve mandamientos?

1. Porque el primer mandamiento dice: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí”. (Éxodo 20:2-3. RVR1960).

Fallar este tipo de mandamiento es una representación simbólica de un adulterio espiritual. Porque el esposo es cabeza, es el representante del Eterno para la esposa, entonces profanar el lecho matrimonial es profanar el lecho del Eterno, es faltarle al respeto y negar su existencia. Tener dioses ajenos es transgredir el primer mandamiento.

2. Porque el segundo mandamiento dice: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra”. (Éxodo 20:4. RVR1960).

De alguna manera la idolatría es vista como adulterio también. En el momento que alguien adultera físicamente, espiritualmente es como poner un ídolo dentro de su misma casa, pues está pensando en la otra persona, conectando sus emociones con la otra persona, siendo infiel. Poner un ídolo, es transgredir el segundo mandamiento.

3. Porque el tercer mandamiento dice: “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano”. (Éxodo 20:7. RVR1960).
No tomar su nombre en vano, implica que no portar ni cargar el nombre del Eterno de cualquier forma. Representamos el nombre del Eterno, como si usáramos una camiseta del equipo del Eterno; en el momento que una persona adultera, está profanando el nombre del Eterno, está usando el nombre del Eterno en vano. Tomar su nombre en vano, es transgredir el tercer mandamiento.

4. Porque el cuarto mandamiento dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. (Éxodo 20:12. RVR1960). Si un hijo resulta como producto de ese adulterio, es un hijo que no es del verdadero cónyuge, y no va a poder honrar a su verdadero padre, además de que es un precepto que se ha enseñado de generación en generación. Entonces adulterar es ir en contra de las mismas leyes que nuestros padres nos han enseñado. No honrar a los padres en ese sentido, es transgredir el cuarto mandamiento.

5. Porque el quinto mandamiento dice: “No matarás”. (Éxodo 20:13. RVR1960). Se transgrede este mandamiento, porque estamos matando el amor, el amor de pareja, matando el matrimonio mismo, estamos matando nuestra propia vida al caer en este pecado de adulterio.

6. Porque el sexto mandamiento dice: “No cometerás adulterio.” (Éxodo 20:14. RVR1960). Obviamente, no cometerás adulterio, porque precisamente es el mandamiento que se transgrede.

7. Porque el séptimo mandamiento dice: ”No robarás”. (Éxodo 20:15. RVR1960). No robarás, ¿por qué? Porque estamos robando el corazón de la otra persona para nosotros. Estamos robando el corazón de una mujer que le pertenece a otro hombre, o viceversa. Cuando robamos, estamos transgrediendo el séptimo mandamiento.

8. Porque el octavo mandamiento dice: “No mentirás”. (Éxodo 20:16. RVR1960). Porque en este tipo de pecados sexuales se suele mentir, usando las mentiras intentando cubrir este pecado, negando y mintiendo.

9. Porque el noveno mandamiento dice: “No codiciarás.” (Éxodo 20:17 RVR60). Evidentemente, para caer en adulterio, primero se codicia la mujer (u hombre) del prójimo.

 

Transgresión del Shabat.
Por último, uno se pregunta, ¿cómo se transgrede también Shabat por adulterar? Existe un ejemplo que dice que si la mujer que cae en adulterio es esposa de un sacerdote, y en consecuencia su hijo también será sacerdote, en el momento en que esté ministrando, también está usurpando el lugar porque él no debería servir. Entonces también estaría profanando el Shabat porque él va a estar haciendo actividades en este día que solo los sacerdotes pueden hacer. Es así que en este caso también se transgrediría Shabat por hacer eso.

 

Conclusión.
Aquí nos damos cuenta que este mandamiento está ligado a todo, y por tanto, es uno de los mandamientos más importantes, porque nos habla de la estabilidad emocional, que es parte del centro o del núcleo familiar, y cuando se destruyen las familias, se destruyen también la sociedad, y por ende, todo lo demás. Así que, tomando en cuenta que Yeshúa no vino a abrogar la ley, analicemos un caso muy conocido en el libro de Yohanan (Juan), cuando llevan ante él a una mujer que fue sorprendida en el acto mismo del adulterio.

“Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo”. (Juan 8:3-6. RVR1960).

Era un caso muy difícil, porque le están diciendo: La ley dice que hay que apedrear a los culpables, ahora ¿tú qué dices? Esto lo hacían para hacerlo caer, pero él no dijo nada, siguió escribiendo en tierra, por lo que le vuelven a insistir, a lo que él responde: ¿quieren hacer justicia? Bueno, empiecen por su propia mano y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. ¿Por qué Yeshúa dio esta respuesta? Porque ellos no eran jueces legales, no eran personas que tenían la autoridad para ejercer justicia. Lo anterior sería equivalente a que hoy en día si alguien se pasa el alto, no lo podemos detener y llevárnoslo, ¿por qué? Porque ¿quiénes somos nosotros? no nos respalda ninguna autoridad para hacerlo. Aquí, en este caso que están tratando de juzgar a esta mujer, y todo lo que interviene al rededor, son cuestiones ilícitas; no se estaba haciendo de una manera correcta, porque en primer lugar se debía llevar a los dos involucrados, y en este caso solamente presentaron a la mujer. Al final dice que todos se fueron acusados por su conciencia, porque Yeshúa mismo les dijo un poco antes: “Esta generación mala y adultera.” La generación de Yeshúa también estaba en adulterio contra el Eterno. Entonces les respondió sabiamente y todos se fueron de uno en uno, desde el mayor hasta el menor, y posteriormente Yeshúa le preguntó a la mujer, si alguno la había condenado y ella dijo: “Ninguno”, por lo que él respondió: “Ni yo te condeno, vete y no peques más.” Esto no significa que Yeshúa aprobó el adulterio, simplemente le dijo que él no vino a condenarla, pero que no siguiera transgrediendo, que no siguiera pecando; porque en el momento que los elementos para ejercer la justicia estén dados, ya no vamos a poder librarnos, no nos vamos a salvar, ahora sí las cosas se llevaran a cabo como deben y no como las leyes del hombre.

Así que Yeshúa no vino a suprimir este mandamiento, por el contrario, vino para exhortar a que no se siga pecando más. Quizás aquí esta mujer se salvó en ese momento porque no estaban los ingredientes para llevar a cabo ese juicio, pero de haberlo estado, hubiese tenido que ser apedreada. Este es un mandamiento muy serio y fuerte del cual todos, debemos tener cuidado. Empieza por la vista, después el corazón, el desear, y todos en nuestra mente podemos llegar a hacerlo. Si bien alguien puede decir: “Yo no lo haré”, en nuestra mente y nuestro corazón, aún siendo solteros, podemos llegar a caer. Que el Eterno nos ayude a guardar nuestra mente y corazón para no transgredir este mandamiento.

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