Si alguno hiciere pastar en campo o viña, y metiere su bestia en campo de otro, de lo mejor de su campo y de lo mejor de su viña pagará. (Éxodo 22:5 RVR60).
Explicación del mandamiento 55.
Este mandamiento ordena que si de alguna manera, ya sea intencional o no, nosotros hiciéramos pastar a nuestro animal o bestia y este pisoteara el sembrado o el campo de nuestro prójimo o vecino, entonces con lo mejor que tengamos pagaremos ese daño, pues es nuestra responsabilidad. En tiempos modernos tal vez no suceda con una bestia, pero puede ser que tengamos una mascota, y en el supuesto de que este se pase a la casa del vecino y destruya algo que sea importante para él, entonces tendremos que reponer lo dañado. En este caso se evalúa la dimensión del daño causado y se deberá pagar el equivalente a lo que fue dañado con lo mejor que tengamos; lo mejor de mi campo, lo que yo haya cultivado para esa temporada, el fruto que me haya dado, con eso pagaré a mi prójimo para que con eso tengamos paz.
En la actualidad podríamos causar algún daño con nuestro automóvil, puede ser que al estacionarlo golpeemos el auto cerca al nuestro, así que, en esta situación, debemos acercarnos y reparar nuestra falta dejando una nota con nuestro nombre y teléfono para ponernos de acuerdo con el dueño. Esto aplica a cualquier cosa de nuestra propiedad que provoque algún daño o perjuicio a nuestro prójimo.
Explicación del mandamiento 56.
“Cuando se prendiere fuego, y al quemar espinos quemare mieses amontonadas o en pie, o campo, el que encendió el fuego pagará lo quemado.” (Éxodo 22:6 RVR60).
En este caso también se evaluaba la dimensión del daño causado, y se pagaba. Aquí no se menciona que se debe saldar el daño con lo mejor que tengamos, pero se debe evaluar y pagar lo justo. Podemos mencionar también que aunque el incendio no se provocase de manera intencional, por ejemplo, al hacer una fogata en nuestra casa y por medios naturales como el viento aunado a la hierba seca, se propagare el fuego a la propiedad de nuestro vecino o prójimo, de igual manera somos culpables y debemos pagar.
La enseñanza del Eterno.
Lo que el Eterno nos quiere enseñar es que entre nosotros debe haber paz en toda circunstancia. Que haya esa conciencia en nosotros de retribuir el daño que causamos, que no haya rencor ni discordia en nosotros como hermanos.
La esencia del mandamiento.
Este mandamiento busca en su esencia, que siempre tengamos en nuestro corazón la intención de reparar o pagar el daño que hayamos hecho. No solo nos habla de cosas materiales, pueden ser hechos físicos o sentimentales. En esencia, no tener un corazón rencoroso; más bien tener siempre la intención de acercarnos y reparar.
Aplicación práctica.
“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (Juan 15:11-13 RVR60).
“Porque es servidor del Eterno para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor del Eterno vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores del Eterno que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos los que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amarnos unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la Torá.” (Romanos 13:4-8 RVR60).
Conclusión
Con estos versículos podemos darnos cuenta cómo el Eterno quiere que actuemos con nuestro hermano. También es válido no solo aplicarlo a nuestros hermanos en la fe, sino con nuestros vecinos; debemos ser nosotros quienes nos acerquemos para arreglar el daño, sea físico o material y evitar rencores entre nosotros, entre hermanos y en medio de nuestra sociedad.