No ingerir reptiles.

Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es abominación; no se comerá. (Lev. 11:41 RVR60).

Explicación del mandamiento:

La Torá no es un libro de ciencia que trate de probar científicamente lo que describe en cada uno de sus libros. En lo que respecta a los animales, las Escrituras mencionan una clasificación muy sencilla, que consta de 3 grupos:

1. Aves (Animales aéreos)

2. Peces (Animales acuáticos)

3. Terrestres.

No se mencionan más clasificaciones específicas. No obstante, hay otra clasificación para los animales que encontramos en Levítico: puros o impuros. Esta clasificación se determina con base en la aptitud o carencia de ella para tres situaciones:

1. Para ofrecerlos en sacrificio
2. Para consumo
3. Entrar en contacto con sus cadáveres.

En lo que respecta a los animales puros, si se daba el caso que muriesen por alguna razón “natural” y no de manera ritual, se consideraban impuros y transmisores de impureza. Como ejemplo podemos mencionar a la oveja, el cual es un animal puro para su consumo y para presentarlo en sacrificio, pero si el animal era encontrado muerto por causas desconocidas, se convertía en impuro.

En el caso particular de reptiles, no existe ninguna excepción, ya que no son aptos ni para consumo ni para ofrecerlos en sacrificios, son inmundos.

Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana según su especie, el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón.
Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven, y cualquiera que los tocaré cuando estuvieren muertos será inmundo hasta la noche. (Lev 11:29-31 RVR60).

El Eterno está al tanto de todos los aspectos de nuestra vida, incluida la salud. Hoy en día el ser humano es omnívoro, por lo tanto, es importante recordar que para el caso de los reptiles no hay ningún tipo de excepción en cuanto a su consumo. Los reptiles son animales que no tienen patas o en su defecto, tienen patas muy cortas, poseen escamas, y en algunos casos un caparazón, sus dientes suelen ser muy pequeños, por lo que no mastican, sino que engullen el alimento y lo tragan completo.

Sus dientes sirven simplemente para cortar y su sistema digestivo se caracteriza por ser muy lento, lo que les permite almacenar su comida. Son animales de sangre fría, y en general la mayoría se arrastra por el suelo. Actualmente, se puede ver el porqué de esta restricción, sin embargo, en aquella época el pueblo de Israel se vería habitando en una tierra desconocida, y tener conocimiento de esto les daría la pauta y la guía para descartar entre los animales, y saber si podían comerlos o no.

El mandamiento no solo se restringe a los reptiles, sino también a sus crías y huevos. En algunos casos estos animales son venenosos, y puede causar graves daños a nuestra salud. Además, algunos de ellos son carnívoros, tales como el cocodrilo y la serpiente, otros insectívoros, como la iguala, la lagartija y la tortuga, a diferencia de los considerados puros, que son herbívoros.

Se ordena evitar el contacto con sus cadáveres, por lo que debemos tener cuidado con el consumo. A este mandamiento se le denomina “pasivo”, ya que de acuerdo a los rabinos, no solo se debe evitar comer estos animales, sino que tampoco debemos incitar o provocar que otros los ingieran, por las implicaciones que esto podría tener, y los daños que podrían provocar.

Conclusión

Aunque el mandamiento es concreto y simple, existen lugares como China y Taiwán donde ingieren absolutamente todo sin discriminación alguna, y comen cualquier cosa que se mueva. El ser humano ha sobrepasado los límites de lo que es permisible comer, pero estos mandamientos nos permiten tener una guía sencilla y simple sobre lo que puede ser alimento y lo que no.

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