Que el Sumo Sacerdote lleve el servicio de Yom Kippur (Día del Perdón).
“Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.” (Levítico 16:3 RV 60)
Análisis, antecedentes y razón del mandamiento:
Que el sacerdote principal haga todo el servicio de Yom Kippur en el orden establecido.
En la versión la Biblia de las Américas dice en Levítico 16:3:
“Aarón podrá entrar en el Lugar Santo con esto: con un novillo para ofrenda por el pecado y un carnero para holocausto… (Levítico 16:3)
Este es un mandamiento muy importante, uno de los más importantes para los sacerdotes y en este caso particular, se refiere únicamente a la obra que podría llevar a cabo el Sumo Sacerdote en Yom Kippur (Día del Perdón).
Yom Kippur, es conocido como el Día de la Expiación o el Día del Perdón, se considera el día más solemne, sagrado; incluso para muchos es el día más Santo de todo el año, porque era el único día en el que el Sumo Sacerdote y solo él, podía entrar al Lugar Santísimo para derramar la sangre de estos sacrificios y con este acto buscar la reconciliación, el perdón de los pecados del pueblo que otorgaba el Eterno.
Día muy especial con mandamientos específicos para esta festividad; como el ayuno total desde la tarde anterior hasta que se oscurecía ese día, se hacían una serie de sacrificios y procesos.
vamos a analizarlos para conocer y entender lo que hizo Yeshúa por todos nosotros, como el Sacrificio Perfecto y al mismo tiempo como él es el Sumo Sacerdote que intercede por su pueblo.
En Levítico 16:1-2, dice:
“Habló el Eterno a Moshé después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.
Y el Señor dijo a Moshé: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.” (Levítico 16:1-2 RV60)
Una advertencia muy clara a considerar, no puede entrar a Aarón en cualquier momento detrás del velo, es decir, al lugar que se conoce como el Lugar Santísimo, en Hebreo se le llama el Kodesh Hakodashin, porque era el lugar donde estaba la Presencia Divina, la Presencia de Dios, por lo tanto no solamente nadie podía entrar, sino que además el Sumo Sacerdote solo lo podría hacer en este día cumpliendo una serie de requisitos.
Levítico 16:3, dice:
“Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.” (Levítico 16:3 RV60)
El papel que desempeñaba el Sumo Sacerdote era muy relevante, el Sumo Sacerdote era el mediador, intercesor entre Dios y el pueblo y entre el pueblo y Dios. Esto no ha cambiado hoy, nuestros Sumo Sacerdote el Mesías, sigue haciéndolo intercede y aboga por todos nosotros, aún después que él ya dio su vida en la cruz.
Algunas cuestiones particulares que sucedían en Yom Kippur, detalles que tenía que preparar con sumo cuidado el Sumo Sacerdote debía respetar, porque de no hacerlo de la manera correcta primero se consideraba que transgredia el mandamiento y por lo tanto dejaba sin efecto el sacrificio hecho, el Eterno podría considerar inválido todo y no perdonar los pecados.
Se dice que para llegar a este día el Sumo Sacerdote se entrenaba, se preparaba practicando lo que tenía que hacer, ya que lo tenía que hacer él solo, mientras el pueblo estaba intercediendo por él para que el Eterno lo favoreciera y todo lo que realizara lo cumpliera sin ninguna equivocación, con la santidad adecuada.
Levítico 16:4, dice:
“Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua.” ( Levítico 16:4 RV60)
En este versículo empiezan las primeras indicaciones para este día. Número uno, el Sumo Sacerdote no vestía las vestiduras especiales que lo distinguían como Sumo Sacerdote: el efod, el pectoral entre otros; llevaba una vestidura más sencilla sin oro, sin joyas, sin ninguno de estos aditamentos, prácticamente como cualquier otro levita que servía en el servicio del santuario, una manera muy sencilla.
En Levítico 16:5, dice:
“Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.” (Levítico 16:5 RV60)
Dos machos cabríos, de acuerdo a los comentarios eran idénticos, para darle sentido a las suertes que se echaban sobre ellos, dice que habría un carnero también.
Levítico 16:6-7:
“Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa. Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante del Señor, a la puerta del tabernáculo de reunión.” (Levítico 16:6-7 RV60)
Así que el Sumo Sacerdote; aunque era considerada la persona más santa; no por ello estaba libre de poder acceder al Lugar Santísimo sin primero realizar un sacrificio, en este caso, el becerro que aparece en el verso 6, era para hacer reconciliación tanto por el cómo por su familia.
Este era el propósito de este becerro y de los dos machos cabríos, eran puestos en el altar, se presentaban delante del Eterno.
Levítico 16:8-9:
“Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por el Eterno, y otra suerte por Azazel. Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por el Señor, y lo ofrecerá en expiación.” (Levítico 16:8-9 RV60)
Estas dos suertes que se hacían sobre estos animales prácticamente idénticos, tenían el propósito de marcar el destino de estos dos animales; el que cayera para el Eterno tendría que ser sacrificado su sangre derramada y posteriormente esta sangre era usada para llevar a cabo la expiación, y el otro lo veremos a continuación.
¿Como se hacía este proceso?
Se dice que el Sumo Sacerdote introducía las manos en una urna o caja, la cual contenía dos tablas de madera grabadas; en una el Nombre del Eterno y en la otra el término que se le llama Azazel, para algunos este término era la descripción de un lugar a donde se llevaba el macho cabrío que por suerte le tocara Azazel.
Otros dicen que era el nombre de un demonio; como es mencionado en el libro de Enoc; este macho no era que se le sacrificara a este demonio, era de alguna forma para entenderlo mejor un pago; a este animal al que se le habían transferido los pecados, era entregado como chivo expiatorio, cargado de los pecados de todo el Pueblo, como en retribución o pago a este ser, ángel o demonio.
Rashi (Rabí Shlomo Yitzjaki) comentarista judío del siglo XI, erudito de la interpretación de la Torá.
Para Rashi era un lugar inhóspito, un lugar arido, un lugar en el desierto en donde se abandonaba con la idea de alejar al animal cargado de todos los pecados.
En Levítico 16:10, dice:
“Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante del Señor para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.” (Levítico 16:10 RV60)
¿Cómo se distinguían estos animales?
Estos animales eran prácticamente idénticos, se tomaban uno de ellos y al que se le asignaba para este lugar Azazel, se dice que se le amarraba una cinta color carmesí en uno de los cuernos, quedando marcado y asignado para este propósito.
Levítico 16:11, dice:
“Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.” (Levítico 16:11 RV60)
Aaron hacia este sacrificio por sí mismo, con la sangre del becerro el Eterno lo cubria o protegia a él y a su casa, como dice el dicho el buen juez por su casa empieza y el Sumo Sacerdote tendría que empezar por él para poderlo hacer por los demás, con esta acción podemos ver el espíritu del mandamiento es una invitación a que todos empecemos por ponernos a cuentas con el Eterno primero nosotros y nuestra casa.
Levítico 16:12, dice:
“Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante del Señor, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo.” (Levítico 16:12 RV60)
Seguido en este proceso se tomaban parte de las brasas, que eran una especie de carbones, que estaban en el altar, que siempre estaba encendido con fuego, puestos con perfume aromático para poderlo introducir en el Lugar Santísimo, lo hacía por medio de un cucharón o pala, esto era algo complicado de hacer, porque requería de cierta habilidad del uso de las dos manos, que no se le fuera a caer la piedra, el incensario o el perfume y todo esto debía hacerlo con mucho cuidado, porque iba a entrar al Lugar Santísimo, ya en su interior ponía el perfume sobre el fuego delante del Señor, ponía el fuego en esta especie de pala o de cuchara, puesto el carbón dice: la nube del perfume cubrirá el propiciatorio, se hacía una especie de vapor que cubría el propiciatorio, que está sobre el testimonio.
Levítico 16:13, dice:
“Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.” (Levítico 16:13 RV60)
Para que no mueran esta era la forma en la que él mismo se protegía, ya que si no llevaba a cabo esto de manera correcta se dice que caía fulminado en el mismo instante, por la santidad de este lugar y de este momento tan especial.
Levítico 16:14, dice:
“Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.” (Levítico 16:14 RV60)
Tomaba de la sangre del becerro, que ya había sido sacrificado, empezaba con la sangre, a rociarla cubriendo esta sección del propiciatorio hacia el lado oriental; que fue el lado hacia donde murió Yeshua; lo hacía siete veces, en los Evangelios aparece registrado que Yeshúa también derramó siete veces sangre, tuvo siete ocasiones en las que Yeshua derramó su sangre.
Mientras el Sumo Sacerdote hacía este proceso, el Pueblo estaba afuera a la expectativa haciendo oración, el mismo Sumo Sacerdote también tomaba un tiempo de oración, antes de llevar a cabo todo.
Levítico 16:15:
“Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.” (Levítico 16:15 RV60)
Después degollará el macho cabrío sobre el cual había caído la suerte que decía YHVH, ahora era la sangre de este macho cabrío la que habría de ser introducida y depositada sobre el propiciatorio, sobre la tapa que cubría el Arca de la Alianza, en la que estaban encima los dos querubines, que fungían como dos testigos de parte de Dios de la Justicia Divina, la sangre era con la que se cubría la vista de estos dos querubines, simbolizando la manera con la que se daba la justificación, al ver la sangre simbólicamente los querubines aceptaban esto como una forma temporal de cubrir las transgresiones de la Torá, ¿Porque podemos decir esto? porque en el interior del Arca de la Alianza se encontraban las dos tablas de la ley, por la cual todos hemos fallado y entonces seríamos acreedores a la muerte, pero la sangre los protegía y nos sigue protegiendo el día de hoy, porque esta sangre que se derramaba de estos machos cabríos, es la sangre de Yeshua la que ahora nos cubre de todo pecado, de toda maldad y nos justifica delante de Dios.
Levítico 16:16, dice:
“Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas.” (Levítico 16:16 RV60)
Esto lo leemos muy rápido, pero este proceso se llevaba a cabo durante todo el día era la manera de limpiar o purificar todo, incluso los objetos que estaban dentro del Tabernáculo.
Levítico 16:17, dice:
“Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel.” (Levítico 16:17 RV60)
Nadie le podía ayudar en esta labor al Sumo Sacerdote, era una labor que tenía que ser realizada por el personalmente, lo mismo que hizo Yeshua por todos nosotros, nadie podía morir en su lugar, ninguno de nosotros puede llevar a cabo esta labor, nosotros no podemos morir por otra persona, es insustituible el sacrificio Perfecto hecho por Yeshua y solo él podía llevarlo a cabo.
En Levítico 16:18-19:
“Y saldrá al altar que está delante del Señor, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.” (Levítico 16:18-19 RV60)
Esto se hacía en la parte externa del Tabernáculo o el Templo, purificando o santificando de todas las inmundicias que pudieron haberse dado a lo largo del año, por medio de la sangre.
Levítico 16:20, dice:
“Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo.” (Levítico 16:20 RV60)
Aún no terminaba el proceso, faltaba el otro macho cabrío, recordemos que eran dos, uno ya había sido sacrificado él que era entregado al Eterno y ahora era el turno del segundo, que sería llevado a un lugar inhóspito a un lugar desértico.
Levítico 16:21:
“Y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.” (Levítico 16:21 RV60)
Había una persona que estaba asignada para esta labor.
Viene algo importante en Levítico 16:22:
“Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir al macho cabrío por el desierto.” (Levítico 16:22 RV60)
Aquí es como si el Sumo Sacerdote hiciera una transferencia, llámemelo así, al imponer sus manos hacia una confesión y simbólicamente los pecados se transferían; así como hacemos una transparencia bancaria de una cuenta a otra, se transfieren los fondos, pues hagan de cuenta aquí simbólicamente los pecados por medio de Sumo Sacerdote de todo el pueblo se transferían este animal.
Es también curioso que el chivo al tener generalmente un olor terrible, muy malo, permitía que el mismo pueblo creara conciencia de lo horrible que es el pecado, qué mal huele el pecado y por eso debían sacarlo y es así debemos sacarlo de nuestra vida.
Esto que sucedía en Yom Kippur, también es un símbolo de lo que habría de hacer el Mesías, como lo dice Isaías 53:6:
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más el Señor cargó en él el pecado de todos nosotros”. (Isaías 53:6 RV60)
Yeshua llevó en sí mismo la maldad, el pecado que todos hemos cometido, por eso es que él representa todos estos sacrificios de Yom Kippur, en especial estos dos machos que se sacrificaban este día los podemos entender a través de la figura o de la obra que hizo Yeshua en la cruz.
Levítico 16:23-24, dice:
“Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí.
Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo”. (Levítico 16:23-24 RV60)
Aarón se cambiaría la vestimenta, luego se lavará su cuerpo con agua en el Lugar del Santuario, es decir haría otra Tevilá, porque ya lo había hecho otra antes de empezar todo el proceso. Continua: “Y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo”. El becerro era puesto en el altar para hacer este holocausto.
Levítico 16:25-26:
“Y quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado. El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento.” (Levítico 16:25-26 RV60)
Esta persona que llevaba a cabo esta labor de llevar el macho cabrío, algunos dicen en realidad se hacía entre varias personas, como en estaciones, uno lo llevaba cierta cantidad de metros, y luego se lo pasaba a otro, y luego otro a otro y así sucesivamente, hasta que lo sacaban de la ciudad. Y quienes llevaban a cabo esta labor quedaban ritualmente inmundos, teniendo que purificarse para poder volver a integrarse.
Levítico 16:27, dice:
“Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol.” (Levítico 16:27 RV60)
Sacar fuera del campamento lo que había quedado de estos sacrificios, lo relevante es que se quemaba en el fuego; su piel, su carne y su estiércol; un holocausto total, pero se tendría que hacer fuera del campamento.
Como sabemos Yeshúa murió fuera del campamento, Yeshua llevó todo este vituperio, Yeshua llevó todo este sacrificio en la cruz fuera del campamento, como dice en el libro de Hebreos 13:13:
“Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio.” (Hebreos 13:13 RV60)
Sin avergonzarnos de él.
Levítico 16:28-30, dice:
“El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el campamento.
Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros. Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante del Señor.” (Levítico 16:28-30 RV60)
Esta es la descripción de todo lo que tenía que hacer el Sumo Sacerdote este día (Yom Kippur).
Una labor bastante intensa, pero más que eso era una labor con un grado de Santidad tan alta, que en el caso que el sacerdote no se hubiera purificado de la manera adecuada, caería fulminado en el momento que entraba al Lugar Santísimo, por eso se dice que se le amarraba una cuerda, con una serie de campanitas sobre la cuerda que se le hace amarraba, con el fin de que si en algún momento dejaban de escuchar el sonido de las campanas, era porque posiblemente hubiera caído fulminado, y como no lo podían sacar simplemente lo que hacían era que lo jalaban por medio de la cuerda, algo sumamente triste.
De cualquier manera, contemplaban un suplente, una persona que lo supliera para ese momento, porque el Día de Yom Kippur se debía completar realizando todos estos sacrificios porque no habría otra oportunidad.
Espíritu del mandamiento.
Hoy en día aunque no hay un templo, nosotros entendemos a través del sacrificio del Mesías que esta labor ya se hizo de una forma perfecta y que lo que el Mesías hizo permanece para siempre y podemos entender a través de este tipo de mandamientos, todo lo que implica la obra de Yeshua por todos nosotros, la santidad que tuvo que llevar él, no solamente para morir en la cruz, sino realmente a lo largo de toda su vida, porque si él hubiera cometido un solo pecado pues ese sacrificio no sería acepto delante de Dios y tú y yo todavía estaríamos muertos en pecados y delitos. Nosotros tenemos la certeza que Yeshúa no cometió ni un solo pecado y que el Eterno aceptó este sacrificio para beneficio de todos nosotros.
Así que, este siguiente Yom Kippur yo te invito a que reflexionemos juntos en la obra de lo que hizo Yeshúa por todos nosotros, que le agradezcamos y que la mejor forma ahora es vivir justamente alejados del pecado.
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