No tomar venganza.
En Levítico 19: 18, está este mandamiento:
“No te vengues, ni guardes rencor contra los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Hashem. (Levítico 19:19 RV60)”
Explicación del mandamiento:
La venganza es algo que muchas veces tristemente se da, es algo que se ve muy seguido, pero aquí precisamente un ejemplo sería, tú le pides a un vecino que te preste un martillo y tu vecino te dice, “pues no tengo”, pasan unos días y ahora tu vecino viene y te dice “Me prestas un desarmador” y tú haces reflexión o memoria y dices “él no me prestó el martillo cuando yo se lo pedí” entonces tú tienes la herramienta, pero no se lo quieres prestar entonces le dices “No tengo”.
Esto ante los ojos de la Torá no está bien, esto no es justicia, sino venganza, ¿por qué? Porque le estás pagando con la misma moneda, entonces a pesar de que esta persona toma una actitud por así decirlo de egoísmo, no está forzado a prestártelo, ósea no sabemos sus razones, se desconoce la razón, entonces no podemos suponer que no lo haya querido prestar, no se podría ir en contra de su voluntad. Aquí el mandamiento dice no te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, ósea de igual forma recordar que él no te lo prestó es como llevar un registro de lo que él ha hecho, eso se considera como guardar rencor, el acordarte, el decir no tengo forma de ayudarte o más bien guardar este registro no ayuda, hay una frase muy sabia que dice que la venganza es un trago de veneno dulce, a lo mejor al instante, pues te va a saber o va a ser como decir ya estamos iguales, tú me diste yo te di, tú me hiciste yo te hice y ya. Y en realidad el mandamiento nos dice que no guardemos rencor a los hijos, a los hijos de tu pueblo, entonces decimos a os que no conocen esto con ellos sí, con los que no conocen la palabra de Dios sí, pero los de aquí de la congregación no podemos guardar rencor.
En aquella época era enseñado de esa forma, sin embargo, Yeshua nos enseñó que hay que guardar los mandamientos, el primer mandamiento es amar a Dios y el segundo amaras a tu prójimo como a ti mismo, amar al prójimo como a ti mismo no es muy difícil imaginarnos que nos gusta a nosotros, y como nos gustaría que alguien nos trate, tratar a las personas como a nosotros nos gustaría que nos tratasen o quizá como se dirijan a nosotros o como nos gustan las cosas, de forma amable, en forma amorosa. De hecho, este primer mandamiento de amar a Dios y a tu prójimo sería como el cincuenta por ciento de la ley, hay ya estaríamos cumpliendo una gran parte de lo que es la enseñanza, la ley, la Torá.
Acompáñame a leer en la Biblia Colosenses 3: 8-9:
“Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, (Colosenses 3: 8-9 RV60)”
Conclusión:
Esto va muy relacionado, ya no guardar ese recuerdo ese mandamiento, quizá no vaya a ser fácil, va a ser incómodo, quizá duela, pero el Mashiaj nos manda cumplir este mandamiento, nos manda a estudiar la Torá y estamos llamados a cumplir estos mandamientos a ser prácticamente representantes de Dios ser representantes de lo que enseña la Torá.
“Y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó, se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que el Mesias es el todo, y en todos. (Colosenses 3: 8-9 RV60)
Aquí hay una referencia del apóstol Pablo que dijo que sirve saber todos los misterios, podías saberte, quizá todos los mandamientos de memoria, pero el conocimiento envanece, pero el amor edifica, el amor al prójimo hace que cumplamos la totalidad de la ley.
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