No comer fruto del árbol plantado antes del 3er y 4to año.

Levítico 19:23:

“Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá. (Levítico 19:23 RV60)”

Explicación del mandamiento:

Aquí el mandamiento es; No ingerir el fruto de los primeros tres años plantado el árbol. A esto se le llama “Orlá” y aunque el mandamiento es muy claro, lo vamos a ir desmenuzando poco a poco, de esta manera vamos a ver qué más tiene Dios para nosotros de esta porción.

Dentro de este verso 23 de Lev.19, tenemos algunas cláusulas, aunque es algo sencillo, como el entender, el que no debemos comer el fruto de los árboles dentro de los primeros 3 años de la vida de este, y la primera cláusula es; cuando entres en la tierra. ¿A cuál tierra? No es en el transcurso de Egipto a la tierra prometida, sino que ya una vez que hayan entrado a la tierra prometida. Es ahí donde se nos dice, que plantando un árbol, tenemos que esperar 3 años para comer su fruto. Ahora, sí, en el transcurso de esos tres años, el árbol da frutos, recordemos que no podemos comer de ese fruto hasta cumplido el tiempo.

Ahora, se considerará como incircunciso, y esta palabra puede ser un poco ambigua, porque ¿los árboles como se circuncidan? Y esto es un poquito difícil de entender si no tenemos el panorama completo, la palabra circuncisión, es también la palabra “vedado” y esta a su vez quiere decir bloquear, algo que bloquea.de hecho la circuncisión, es un desbloqueo, porque se le quita una parte que cubre, se desbloquea, por lo tanto, se quita eso que estorba. El mandamiento, lo que implica aquí, es que de ese árbol, su fruto está bloqueado, y podríamos decir, ok, no me lo como, pero lo vendo, lo cual tampoco está permitido, el fruto de ese árbol está bloqueado, en pocas palabras, ese árbol no lo puedes usar con ningún fin benéfico para ti durante los tres primeros años.

Mandamiento 247:

Pasando ahora al mandamiento 247/Positivo 100, el cual encontramos ahí mismo en Levítico 19:24, dice de la siguiente manera:

“Y el cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. (Levítico 19:24 RV60)”.

Una vez que ya han pasado tres años, nos encontramos que, el fruto que dé este árbol, aún no es para ti. Y aquí Dios nos habla de tener paciencia, por lo regular, cuando plantamos un árbol, al desconocer de estos mandamientos, en cuanto ve que el mismo da fruto, nos emocionamos, y de inmediato nos lo queremos comer, ahora imagínense ver a ese árbol dar frutos durante 3 años y no podértelos comer, y llega el cuarto año, y tampoco. Pero esto nos lleva a una enseñanza un poquito más allá, ya que Levítico 19:24 dice así; Y el cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. De acuerdo a la historia, lo que se hacía, es que con ese fruto se realizaba una especie de agradecimiento, el fruto se repartía entre la gente de alrededor, pero no podía salir de las paredes de la ciudad. Tenía que ser consumido dentro de las paredes que rodeaban la tierra dada al pueblo hebreo. 

Hay otro punto, también muy interesante dentro de este mandamiento; ¿Por qué al cuarto año tenía que ser consagrado al Señor? ¿Recuerdan cuál fue el cuarto hijo de Jacob? Judá, y Dios eligió a Judá, para que de él saliera la descendencia de lo que hoy conocemos como la identidad del pueblo de Dios. Fue consagrado para esta parte. ¿Recuerdan también que fue creado en este día? El sol, y esto, apunta a algo más, ya que de forma alegórica, el sol representa al Mesías, porque Él es el sol de justicia. Si lo analizamos de una manera más profunda, podemos ver que aun en estos mandamientos podemos ver al Señor en toda la escritura, y al ver al Señor representado en el Sol, nosotros podríamos representarnos a nosotros mismos como la luna, ya que la luna no tiene luz, sino que simplemente es iluminada por el sol, y está refleja su luz. De igual manera nosotros reflejamos esa luz que viene de nuestro Mesías.

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