Redimir la propiedad hereditaria en una ciudad amurallada dentro del primer año.
“El varón que vendiere casa de habitación en ciudad amurallada, tendrá facultad de redimirla hasta el término de un año desde la venta; un año será el término de poderse redimir” (Levítico 25:29 RV60).
Explicación del mandamiento:
Leamos también Levítico 25:30 para tomar un poco más del contexto y entender mejor también la aplicación de este mandamiento.
“Y si no fuere rescatada dentro de un año entero, la casa que estuviere en la ciudad amurallada quedará para siempre en poder de aquel que la compró, y para sus descendientes; no saldrá en el jubileo.”
Así que vemos que esto es una excepción a la ley del jubileo, a la ley de redención, únicamente aplicable en el caso de casas que se encuentren dentro de ciudades amuralladas.
Este mandamiento es un mandamiento como dicen de la tierra, es un mandamiento que aplica para la tierra de Israel (eretz Israel). Hoy en día, no tendría esta validez, ya que prácticamente no hay ciudades amuralladas como tal. En aquellos días, en la época de Josué, era muy valioso tener una propiedad dentro de la ciudad amurallada. Así que, por un lado, este mandamiento trata de disuadir a las personas que tienen casas o propiedades dentro de las ciudades amuralladas a venderlas, ya que, si no las recuperan en el siguiente año de la venta, no podrán hacerlo después. Además, es posible que también esté relacionado con la idea de que no terminaran en manos de extranjeros, evitando así que ejerzan influencia dentro de los hebreos en las ciudades.
El jubileo.
Ahora, ciertos detalles que nos da este mandamiento son: por un lado, que se podía vender una casa dentro de ciudad amurallada, pero no podía redimirla sino hasta el término de 1 año desde la venta. Es decir, a los 6 meses de haberla vendido, no la podía recuperar, aunque tuviese el dinero, tenía que esperarse por lo menos 1 año. Esto me recuerda un poco a aquellos que han rentado o tienen casa en renta, generalmente los contratos son por 1 año, lo cual es un término considerable para que una persona se establezca y no tenga que hacer otro desembolso en un lapso menor a 1 año.
Sin embargo, Redimir la propiedad hereditaria en una ciudad amurallada también se menciona que, si después de ese año no lograba redimir, no lograba rescatar, sabía también que esa propiedad jamás la podría recuperar. Estas son, digamos, las reglas generales: se podían vender, sí, pero el rescate de la casa se podía dar a partir del año de la venta, del año completo. La diferencia con el resto de las otras propiedades es que las otras propiedades fuera de las ciudades amuralladas sí se podían redimir en cualquier momento o bien en el año del jubileo.
Creo que con esto, el Eterno parte de la organización de la nación, parte de la organización de la misma sociedad. Era asegurarse de que la gente no se conglomerara en un solo punto. Hoy en día, uno de los principales problemas que tenemos prácticamente en todos los países es que la gente está reunida en un solo lugar-, cuando hay muchísima tierra desaprovechada. Si han viajado en avión y se asoman, se dan cuenta de cuánta cantidad de tierra hay desaprovechada, ven las ciudades como un punto, como una mancha, y después mucho alrededor, mucho campo.
“La Alegoría de las Murallas: Reflexiones sobre la Redención y Expansión”.
Entonces, se podría pensar que el Eterno busca con esto disuadir a la gente que quisiera vender propiedades y, por otro lado, alentar y darle más valor, incluso a los lugares que estuviesen en los campos. ¿Por qué? Porque esos sí se podrían recuperar y esos sí van a producir finalmente el alimento y el sustento principal para las gentes de las ciudades. Entonces hay cierta diferencia entre los centros urbanos y los centros campesinos o rurales, y la idea era esa: la expansión del campo, el que invitara a más ciudadanos a adquirir mayores terrenos fuera de las ciudades amuralladas y poderse expandir.
Bueno, se puede ver de esto una alegoría. Se piensa que es cuando uno levanta murallas en su corazón y no permite que el Eterno nos redima, nos saque eso. Cuando pase el tiempo, es más difícil lograrlo. ¿Por qué? Porque finalmente el corazón, el cuerpo, es como una casa, un Templo para el Eterno, y Él desea morar y reinar en nosotros. Muchas veces nos hemos vendido a un enemigo, nos hemos dejado esclavizar en manos de otros, de nuestro propio yetser hará tal vez, y si no se permite que en el poco tiempo el Eterno nos redima, nos rescate una vez más, cuando pase el tiempo va a ser más difícil. Podría pensarse que, incluso si pasan muchos años, ya no habrá manera de rescatarlo.
Así que se puede invitar a reflexionar sobre esto también en este día, a pensar que el Eterno quiere morar en nosotros, quiere que se expanda, que se aproveche el ancho y el largo de esta tierra, que se pueblen, que se comparta las buenas nuevas y que se sigan sus lineamientos y sus mandamientos.
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