No ingerir los sobrantes de carne de las ofrendas después del tiempo estipulado para comerlos.  

“Será comido el día que lo ofreciereis, y el día siguiente; y lo que quedare para el tercer día, será quemado en el fuego. Y si se comiere el día tercero, será abominación; no será acepto, y el que lo comiere llevará su delito, por cuanto profanó lo santo de Hashem; y la tal persona será cortada de su pueblo.” (Levítico 19: 6-8 RV60) 

Explicación del mandamiento:

Como podemos observar en el versículo, a las “ofrendas de paz” también se les conoce como “ofrendas de comunión”, las cuales tenían como propósito que las personas que las llevaban participaban también de lo que quedaba del animal en cuestión, por lo que una parte la recibían los sacerdotes porque era para el Eterno y la otra parte la tenía que consumir aquel que la estaba ofreciendo.

En este mandamiento podemos observar que el énfasis de la Torá está en aquel que presentaba esta ofrenda, la cual era que se consumiera en el tiempo que ahí se está estableciendo. Este tipo de ofrendas se utilizaban cuando buscaban tener paz y comunión con el Eterno y restablecer la relación con Él.

¿Qué sería ser aceptos?

Más que las ofrendas, lo importante era la intención con la que se presentaba la ofrenda, lo cual no es nuevo porque podemos observar que desde Caín y Abel se presentan ofrendas de comunión al Eterno y es evidente la diferencia entre uno y otro.

En Génesis 4:4-5 dice:

“Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró el Eterno con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.” (Génesis 4:4-5 RV60)

Aquí podemos observar como Dios ve primero el corazón de la persona y luego la ofrenda, por lo que primero tenemos que examinar nuestro corazón, buscar ser agradable y tener una comunión con él, no buscando la aprobación o favor.

Conclusión:

Podemos notar que la parte central de este mandamiento radica en que las ofrendas tenían un plazo para comerse, por lo que, si lo llevamos a nuestro día a día, podría ser un indicador de que hagamos las cosas en su tiempo, con un buen corazón, porque esto implica comunión, porque Dios no quiere una comunión rancia, que ya se pasó.

El dejar tanto tiempo puede ser muestra de que no se quiere buscar esa comunión con Dios, así mismo podemos decir que las fiestas tienen un tiempo y si no lo hacemos en ese tiempo tampoco ya no se podrá, en nuestra relación con el Eterno es igual, hazlo en su tiempo y trata de mantener esa relación en tu día a día.

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