“No Exigir pruebas accesorias al verdadero profeta.”

Deuteronomio 6:16: “No tentaréis al Señor vuestro Dios como lo tentasteis en Masah.” (RV 60)

Explicación del mandamiento:

En Deuteronomio 6:16, “No tentaréis al Señor vuestro Dios como lo tentasteis en Masah“, este mandamiento implica no cuestionar, no exigir pruebas adicionales al profeta que es comprobado como un verdadero profeta del Eterno.

Dentro del judaísmo se les da mucha autoridad a los profetas, a los rabinos y a las autoridades, y no dudar de la veracidad del profeta es una forma de expresar confianza en la palabra que expresa cuando habla del Eterno.

Si ya has comprobado esto, pues ya no tienes por qué dudar ni cuestionarle más, pero como sabemos, dentro del judaísmo hay muchas ideas, como es tomar todo lo que diga el rabino sin ningún cuestionamiento, porque de cierta forma tienen el respaldo.

Sin embargo, eso no significa que una persona que enseña la palabra, por más que se haya corroborado o validado esta autoridad de parte del Eterno, esté exenta de errores.

Yeshúa lo vivió; en el Brit Hadasha – en el Evangelio, encontramos que le cuestionaron justamente eso, lo vemos en Mateo 12:38-39: “Entonces, respondiendo algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal. Y él respondió, y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.”

De alguna manera, el judío es muy práctico y no se impresiona muy fácilmente, por eso pide señal, demostración, para ver si es cierto. No es extraño que se le exigiera pruebas al que enseñaba. Yeshúa lo expresó de una manera muy clara cuando dijo que la generación mala y adúltera siempre estaba pidiendo una señal.

Validación a través de la Palabra y no de Señales Externas

El apóstol Pablo dijo en 1 Corintios 1:22: “Los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría”, de una manera virtual, porque ellos decían a Yeshúa: Moisés hizo que bajara el pan del cielo y abrió el mar rojo e hizo que saliera agua de la roca, ¿y Tú qué vas a hacer, qué nos vas a enseñar? Y eso es una transgresión a este mandamiento. Yeshúa, en parte por esta Mitzvá, por este mandamiento, no estuvo dispuesto a darles ninguna señal, no les dijo que pongan atención, va a caer fuego del cielo o va a temblar.

Él lo que les dijo fue: No, si quieren una señal, vayan a las Escrituras, porque las señales están en las Escrituras. Por eso, la mejor forma de validar la palabra de una persona es, primeramente, su vida, y evidentemente respaldada con la Escritura. Se entiende que el mandamiento dice que no puedes estar exigiendo pruebas a la persona cada vez que está enseñando, porque si está en la palabra, ya está confirmado.

El problema es cuando nos alejamos de la palabra. Entonces vemos tanto show, en lugar de que se convierta en una congregación, parece teatro u otras cosas. Porque tienen que demostrar, entre comillas, que tiene autoridad, y demuestran con señales, como que pase este hombre que no podía caminar y tráiganlo.

Y empiezan a hacer muchas demostraciones con luces, música, todo, y de repente ya, todas las personas dicen: este sí es profeta de Dios, este sí es un siervo de Dios, profeta, apóstol, enviado, etc., y realmente está mal en ambos sentidos porque lo que dice el mandamiento es que no tenemos que exigir pruebas a alguien que está respaldado con la palabra y la persona no tiene por qué estar comprobando o demostrando esta autoridad si está usando la palabra misma.

Moisés no podía comprobar con la ley de él mismo, lo que él hacía; por eso los milagros y las señales le respaldaban.

Yeshúa y la Advertencia de Masah: La Importancia de la Fe en la Palabra.

Yeshúa les dijo en Juan 5: “Ustedes quieren testimonio de quién soy, Juan el bautista dio testimonio de mí, mi padre da testimonio de mí, las obras que yo hago dan testimonio de mí, si creyeran en Moisés, creerían en mí, porque de mí escribió él, quieren creer en mí, vayan a los libros de Moisés, vayan a la Torá y ahí pueden comprobar que lo que yo digo es verdad.” Yeshúa dijo: “Nada hago por mí mismo; las palabras que oyeron no son mías, sino del padre que me envió.”

Nosotros tenemos que considerar que la palabra nos respalde cuando estamos predicando, enseñando o dando testimonio, para considerar si somos verdaderos o falsos profetas y si realmente está de acuerdo con lo que dice la palabra.

Examinemos lo que dice el versículo en Deuteronomio 6:16: “No tentaréis al Señor vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah.”

¿Qué sucedió en Masah?

Masah significa prueba. Para saber qué sucedió en ese lugar llamado Masah, vayamos a Éxodo 17 para entender que no es simplemente una cuestión de poner a prueba a la persona, sino en muchos casos del que se está dudando es del Eterno. Por eso lo ponen como ejemplo aquí, “No tentaréis al Señor vuestro Dios como lo tentasteis en Masah.”

Éxodo 17:1: “Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento del Eterno, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese.” Aquí vemos que están saliendo de Egipto y tienen que cruzar un largo trayecto, y pasan situaciones difíciles, como suele suceder muchas veces en los viajes, como el momento en el que se acaba el agua.

“La Lección de Masah: Evitando la Tentación de Dudar de Dios”

Y dice el versículo 2: Y altercó el pueblo con Moisés, y dijo: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis al Señor? Se dan cuenta de que todos se fueron contra Moisés por no irse contra Dios directamente, pero Moisés les dice cuál es el problema conmigo, yo no los saqué a la fuerza, yo no los saqué de sus casas amarradas, no los traje secuestrados; cada uno de ustedes quiso venir.

Lo que ustedes están haciendo es tentar a Dios, están poniendo a prueba a Dios.

Por eso tenemos que considerar cuando ustedes me ven a mí, si tú estás viendo lo que Dios te está diciendo en la palabra y empiezas a cuestionar, estás altercando con Dios.

Y continúa diciendo Éxodo 17:3-7: “Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? Entonces clamó Moisés a Dios, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.

Y Dios dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo a los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con la que golpeaste el río, y ve. He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.

Y llamó el nombre de aquel lugar, Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?”.

Como les dije, Masah significa Prueba y Meriba, rencilla o pleito.

Fíjense, cuando hemos comprobado, que la palabra de Dios es verdad y aun así nos quedamos en la necedad de estar dudando y cuestionando si Dios está con nosotros o no, si Dios nos va a acompañar o no, si vas a abrir la puerta entro, sino no, si entramos en este circuito de dudas y de quejas, es poner a prueba al Señor. Eso es tentar a Dios. Qué triste; Moisés dijo que me van a terminar apedreando a mí.

La Verdadera Fe: Caminando en Confianza sin Dudar

Era un pecado muy grave estar dudando de Dios, si estaba o no con ellos. La Emuná, que es como se traduce la FE, es no dudar, confiar con todo tu corazón. Lo dice Hebreos 10:38: “Más el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma.”

El Eterno dice que el justo vive por la Emuná, eso los va a mantener adelante caminando, confiando, y si retrocediere y empezara a dudar, no me agradará, no voy a estar contento con eso. Eso no es realmente la fe. Si estás dando un paso adelante y uno atrás, y uno adelante y dos atrás, y todo el tiempo adelante, atrás, eso no es una verdadera vida en la fe.

La verdadera fe, es decir, voy a confiar y voy a avanzar y voy a caminar, porque si no, eso es dudar, y dudar en muchos sentidos de las personas que Dios ha puesto delante de nosotros, se puede convertir, como vemos en la historia de Masah, en una transgresión contra el Eterno. Por eso, en la juventud se comete tanto pecado cuando se cuestiona a los padres, que son las primeras figuras de autoridad que representan al Eterno, porque no nos damos cuenta de que realmente ellos representan la autoridad de Dios.

Conclusión: Este mandamiento lo podemos entender como prohibido decir si está Dios con nosotros o no. Es dudar de Dios, obviamente dudar de su palabra y de aquellos que lo están representando, no como personas porque las personas nos vamos a equivocar, es no dudar de la palabra que se está expresando cuando tenemos todas las evidencias.

Que Él Eterno nos ayude realmente a confiar en su palabra más que en la persona como tal, confiar en Él y no dudar, no mirar atrás y no caer en esas quejas y dudas como en la época de Yeshúa que llegaron a cuestionarlo los fariseos y le pidieron señales del cielo para tentarle. Él dijo: Esta generación es mala y adúltera porque pide señal.

Por eso no podemos vivir basados en señales que las personas hagan o que el Eterno haga para entonces si confiar en Él, aunque las cosas se pongan difíciles, aunque a veces falte el agua como en Masah, no debemos caer en las dudas ni en las quejas.”

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