475. No exigir el pago de las deudas a partir del comienzo del año del shemitá.

476. Se puede exigir al extranjero el pago de las deudas que asumiese aún en el año del shemitá.

477. Condonar las deudas en el año del shemitá.

Cada siete años harás remisión. Y esta es la manera de la remisión: perdonará a su deudor todo aquel que hizo empréstito de su mano, con el cual obligó a su prójimo; no lo demandará más a su prójimo, o a su hermano, porque es pregonada la remisión de Jehová. Del extranjero demandarás el reintegro; pero lo que tu hermano tuviere tuyo, lo perdonará tu mano, para que así no haya en medio de ti mendigo; porque Jehová te bendecirá con abundancia en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la tomes en posesión, si escuchares fielmente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y cumplir todos estos mandamientos que yo te ordeno hoy. Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, más tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán dominio. (Deuteronomio 15:1-6).

Explicación del mandamiento:

  Estos mandamientos son muy importantes, tienen relación con el dinero, pero sobre todo una relación muy estrecha con el segundo mandamiento más importante de la biblia: Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Justamente esta relación del perdón y el dar solo tienen un vínculo que es con el prójimo más que con uno mismo.

De manera general lo podemos resumir como la redención de las deudas. Estos aspectos delicados y sensibles de nuestra relación con el próximo los vamos a abordar, ya que no es nada superficial, por ejemplo con el dinero, no es el dinero en sí, es lo que representa ese dinero, somos llamados a pagar lo que debemos. El apóstol Pablo dice:  “no debas a nadie nada, no tienes permitido  ninguna deuda es excepto una: la deuda del amor al que Honra, honra,  al que respeto, respeto, al que tributo, tributo, al martillo el martillo, al que dinero, dinero Lo que sea que te haya prestado eso hay que pagar, ¿por qué la deuda del amor se permite? Porque es una deuda que no podemos pagar, porque es una deuda que nunca la abonamos, porque nunca vamos a alcanzar, amar como el Mesías nos ha amado, como el Mesías nos ha ordenado que nos amemos.

Estos versículos hablan del año del shemitá donde se medía  el tiempo en ciclos de siete años y este 7º  año se conocía como año sabático o año de shemitá que literalmente significa frenar o  parar,  mejor conocido como el año de la redención como el año de la liberación de deudas o simplemente como el 7º año. ¿Qué implicaba esto? Por ejemplo, en la agricultura no se trabajaban los campos, se dejaba descansar la tierra, esto está comprobado para que finalmente se pudiera regenerar, recuperar y se produjera muchísimo más. Era un paso muy grande de fe para los que dependían de esto porque debían quedarse un año sin trabajar, ahí entra la promesa de Dios que decía “yo te voy a dar más”, te va a dar lo suficiente para que te tomes este año sabático y te dediques a las cosas espirituales, para que te enfoques en la palabra, en conocer del Eterno. Esto era lo que implicaban los años de shemitá como también implicaba que a punto terminar ese 7º año todos los acreedores tomaban los pagarés, los contratos dónde se les debía, los rompían y declaraban públicamente:” Yo libero de la deuda a esta persona”. 

        El verso 15: 2 menciona la palabra empréstito que es una figura en la que una empresa o el estado, organización, un particular tomaba títulos o documentos para la cobranza, como un pagaré, algo que obliga a hacer un pago de manera constante cada determinado tiempo hasta que se libere la deuda. Era como una cuestión legal, de carácter jurídico, que implicaba testigos, documentos y no hubiera ningún problema. ¿Qué buscaba el año del  shemitá? Buscar un equilibrio en el ámbito económico dentro de la sociedad, es decir, que no se generaran estas deudas infinitas y, por otro lado, que esto no implicara que las relaciones se dañaran a largo plazo, ya que cuando hay una deuda se sienten mal las dos partes y esto podía generar incomodidad. Esta idea del Shemitá es del Eterno y todas las deudas quedaban perdonadas, redimidas. Esto podía generar también dos posibilidades: Que se pidiera un gran préstamo al sexto o séptimo año, no pagarlo, cumplir la pena un año o dos y luego quedar liberado del pago. Obviamente, queda la deuda moral, es una cuestión de honra, de dignidad, de respeto, no era solo prestar, también había un compromiso del que se endeudaba, previa comprobación, análisis de poder el deudor pagar la deuda. ¿Qué beneficios traería que se activaran los préstamos? Que se compraran terrenos, cultivar los campos, realizar actividades que generaban más dinero. Por ello se comprobaba que se pudiera pagar antes del 7° año.

      Por otro lado, el beneficio generaba que siguiera habiendo movimiento de dinero, que los negocios no quebraran. Esto de perdonar la deuda, su remisión en el séptimo año, tiene muchísimo sentido, es un modelo económico único porque no hay ningún otro país, no hay ninguna nación en que por Constitución esté determinado que hay que liberar la deuda en tal fecha.

Definitivamente, esto era y sigue siendo una prueba, ser capaz de desprenderse de aquello que es nuestro, pero por amor al prójimo, estar dispuestos a perdonar. Entonces esta idea del perdón de las deudas no solamente es una cuestión económica, sino también la idea de hacerlo con el corazón. Podemos a veces manifestar mucho amor por los demás, podemos ser capaces a veces de perdonar ciertas cosas, pero la manera en la que reaccionamos ante las cuestiones económicas también demuestra dónde está nuestra fe y cómo es realmente nuestro corazón. 

¿Por qué sería complicado guardar este mandamiento?

Porque se considera que está ligado a la tierra de Israel, sin embargo, el espíritu del mandamiento sigue vigente, por lo tanto, tenemos que buscar, liberarnos de cualquier deuda y también perdonar cualquier deuda, porque el perdón es la liberación de una deuda.

Por otro lado, dice otro mandamiento que sí se le podía prestar y exigir al extranjero el pago de las deudas, en este caso sí se le aplica otra regla y  es que aunque llegue este séptimo año, si este extranjero no es parte del pueblo, sigue siendo un extranjero como tal.

Sea como sea debemos liberarnos de toda deuda en nuestros corazones, no dejemos que ese pequeño detalle o lo que haya sido, nos separen de una relación que vale mucho más que cualquier préstamo y consideremos la parábola de los dos deudores que relató Yeshua, donde el rey hizo cuentas con uno de estos deudores y le dijo: -“Te lo perdono”  (porque ya lo habían puesto en la cárcel a él, a la esposa, los hijos) por ello le rogó al rey; pero luego salió y a este mismo deudor le debía un hermano algo y no lo quiso perdonar. ¿Cómo es posible que si le perdonaron el no fuera capaz de perdonar?

Por último, se considera que si el deudor quería pagar estas deudas después del año de shemitá podía hacerlo y la persona que le había perdonado podía recibir el dinero. Hay gente que pide y paga, por ello los préstamos pueden ser una gran bendición para sacarnos o sacar de un momento difícil a un hermano, una hermana. Por lo tanto, si somos deudores esforcémonos en pagar y si nos deben, el Eterno nos bendecirá mucho más, porque Dios tomará la deuda de aquel que no puede pagar y lo va a recompensar de muchas otras maneras: en salud, con tus hijos, con paz en el hogar, en fin, ya que es un asunto de gran fe, de depositar nuestra confianza en el eterno y de dejarle a Él finalmente lo que es suyo y dejar que Él sea el que cobre y el que pague. 

 

¿Deseas recibir la lista de los 613 mandamientos? 

Escríbenos a info@caminoaemaus.org y recibe en PDF la lista de los 613 mandamientos de la Ley en tu correo                                                                                                                               

“El que recibe enseñanza en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo enseña”

Gálatas 6:6 (RVC)



Escribe un comentario

*

Your email address will not be published.

© 2012 -2024 KEHILÁ Camino a Emaús.
Todos los derechos reservados

Síguenos en:           
Simple Follow Buttons
Simple Share Buttons
Menu