NO TENER PESAS NI MEDIDAS ADULTERADAS.
No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica; ni tendrás en tu casa efa grande y efa pequeño. Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que El Eterno tu Dios te da. Porque abominación es al Eterno tu Dios cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia. (Deuteronomio 25:13-15).
La integridad y la justicia dentro del comercio. La Torá, una vez más, busca la justicia en todos los sentidos; El sentido práctico de este mandamiento nos habla de ser íntegros y de ser justos en todo lo que tenga que ver con un contexto comercial. ¿La pregunta para todos es? ¿Qué tan íntegros somos, Qué tan honestos, qué tan justos somos en nuestros negocios, en nuestras ventas?
Porque, todos somos parte de esta cuestión financiera, de esta cuestión económica, del comercio que hay. Lo que sea que digamos, al final del día todos vamos a una tienda y ahí se pone a prueba nuestra integridad y qué mejor forma de probarlo que a través del dinero, ya que el dinero evidencia en gran parte quiénes somos. Si quieres conocer a alguien, dicen por ahí, dale dinero.
Quieres saber quién es una persona realmente, dale poder, dale dinero y va a salir a relucir como es realmente en su corazón. Ahora, volviendo al texto, dice: No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, ni tendrás en tu casa efa grande y efa pequeño.
Primeramente, el efa era una medida de grano. Se considera que el efa viene de la época de los egipcios, alrededor de 22 litros aproximadamente: En aquellos días el comercio, se utilizaban ciertas balanzas; y a las balanzas se les ponían ciertas piedras, porque de hecho la palabra pesa es literalmente piedra; ya después se especificaron más, como para equilibrar la balanza con base en lo que se compraba y ya de esa manera se sabía que se estaba haciendo un trato justo. La idea es muy clara, el comerciante no debía tener pesas desiguales: una más pesada que la otra, pero que evidentemente se vieran iguales. Incluso en aquellos días ya había manera de hacer sus trampas. Sería como el equivalente a decir, oye, no falsifiquen billetes, se ven iguales, parecen iguales y resulta que no son iguales. Entonces aquí es una pesa chica, pero se ve grande o una efa que se ve grande, pero en realidad es pequeña o no pesa exactamente lo mismo. Dios quiere cuidar a su pueblo de toda ganancia deshonesta, Él quiere que el corazón de su pueblo no se desvirtúe por una cuestión económica.
Él no aprueba las ganancias deshonestas, eso nunca va a ser bendición.
Mejor es lo poco con justicia que la muchedumbre de frutos sin derecho. (Proverbio 16-8).
Sin derecho es sin hacerlo correctamente, esto es, mejor poco, pero ganado con justicia, con honestidad, que tener mucho, pero sin realmente hacerlo acorde a La Torá. Hay un dicho muy coloquial que dice el que no tranza, no avanza. Lamentablemente, hay mucha gente en los negocios que piensa así y que cree que esta es la única manera de ganar.
Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería será insensato. (Jeremías 17-11).
El príncipe falto de entendimiento multiplicará la extorsión; Más el que aborrece la avaricia prolongará sus días. (Proverbio 28-16).
Hay que aborrecer estas situaciones de avaricia, de codicia para ser bendecidos por El Eterno, prolongar nuestros días. Incluso esto aplica para pastores o ministros. Pablo le dice a Tito: Es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas. Que no se meta en negocios o cuestiones raras que no son del todo honestas.
Es muy evidente que podemos engañar a la gente, pero no podemos engañar a Dios, no podemos salirnos con la nuestra delante del Eterno. Aquí es muy claro, es muy simple: La parte práctica aquí es muy obvia: ¿a quién le gusta recibir litros de 900 ml; o kilos de 850 gramos? Cuántas veces no nos damos cuenta de que te pesaron mal sin querer el producto, o que no te dieron el contenido completo por lo que pagaste; en fin, es muy común esto, por ejemplo, las grandes empresas hoy en día que no devuelven los cambios completos, que se quedan 50 centavos, un peso o lo que sea y si eso lo multiplicamos por las personas que van a la tienda o por los 365 días del año, es una cantidad impresionante.
Entonces, el tema es sumamente amplio, pero el principio es muy sencillo y es; sé íntegro, sé honesto en el ámbito comercial, en lo que tú ofreces busca darlo. Esto es por supuesto más complejo con los servicios; con los productos es más sencillo, pero un servicio lo hace más difícil. Recuerdo que una de las metas que me planteaban cuando estuve en empresas. Me decían, empatar o rebasar las expectativas de los clientes, textualmente. Las expectativas se basan, generalmente, en lo que pagamos; así que tienes que esforzarte, hacer lo que esté en tus manos por cumplir esas expectativas; ya que de no ser así, la gente percibe que ha sido engañada, que no se le ha dado lo que pagó. También sabemos que hay gente del otro lado que quiere abusar y que quiere aprovecharse. Pero aquí, específicamente hablando de nosotros que estamos del otro lado, mejor perder que ganar algo deshonestamente. Siempre tenemos que verlo de esa manera: es mejor dejar dinero caer, que recoger mucho, pero de manera deshonesta.
Otra aplicación que tiene este mandamiento, ya que dice aquí: Ni tendrás en tu casa efa grande y efa pequeño; pesa exacta y justa tendrás, efa cabal y justa tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que El Eterno tu Dios te da, porque abominación es al Eterno cualquiera que hace esto y cualquiera que hace injusticia.
Aquí está hablando de la casa y de alguna manera esto se aplica a que tratemos de medir con la misma vara ciertas situaciones de nuestro hogar; que juzguemos por igual. No tener favoritismos; es decir, de repente un niño hace una cosa y se le juzga de una manera; el otro hace lo mismo y se le juzga de otra manera. Eso está comprobado que esta injusticia percibida por parte de los hijos, crea muchos resentimientos. Es difícil, por supuesto, pero si debemos tratar de tener la misma efa, de tener la misma medida. De no medir las cosas de diferente manera. Hay factores, que se considera la edad, la intención, lo que sea, pero sí es importante pedir sabiduría y buscar que El Eterno nos guíe a todo esto.
No necesariamente la economía es el único factor en el que podemos medir la bendición de Dios. Hay muchos otros factores que pueden ser, el testimonio mismo, seguir manteniendo tus clientes, poder acercarte con la persona teniendo una buena relación. Hay gente que a lo mejor por sus deshonestidades se anda escondiendo, no se puede encontrar a un cliente fuera del ámbito laboral, no se lo puede encontrar en la plaza, en el cine, en la tienda porque le va a reclamar. Eso es peor.
Así que en nosotros está que como creyentes marquemos esta diferencia. Estamos en una sociedad en la que todo mundo desconfía, en la que siempre estamos viendo si nos van a dar las cosas completas, si nos están engañando. Hemos dejado de confiar los unos en los otros, pues este mandamiento es uno que todos los días se transgrede.
Como creyentes, te invito a que marquemos una gran diferencia. Quizás no vas a ser el vendedor estrella de la empresa, pero si vas a ser el vendedor honesto, el vendedor íntegro y vas a ofrecer lo que sabes que es justo para los demás.
Así que, cuidemos nuestro corazón de ganancias deshonestas, busquemos la justicia, busquemos ser íntegros también en el ámbito de nuestro hogar, medir con la misma vara, con las mismas pesas las situaciones que se presenten porque, como dice aquí, eso es abominación al Eterno, y cualquiera que lo hace, hace injusticia. Si queremos que nuestros días sean prolongados, pues como dice aquí, busquemos esta medida exacta y justa para recibir esta bendición.
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