Prohibición de tener relaciones sexuales con la mujer que está en estado de Nida (menstruación).

“Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté en su impureza menstrual.” (Levítico 18:19 RV60)

Análisis, antecedentes y razón de este mandamiento:

“Nadie debe tener relaciones sexuales con una mujer durante su menstruación.” (Levítico 18:19 TLA)

Este mandamiento es muy claro, lo que aquí el Eterno nos dice una ordenanza negativa, para que no lo hagamos. No te allegues a una mujer ritualmente impura a causa de su menstruación, porque es una ofensa sexual.

El Eterno manda hacer una diferencia cuando llega el estado de impureza de la mujer, durante siete días entra en estado de Nida. No tocar a la mujer, ni tocar ningún objeto que ella hubiese tocado, y si lo hubiéramos hecho estaríamos considerados inmundos o ritualmente impuros, al decir inmundo, no significa que hayamos cometido algún pecado o cometido una transgresión como para que el Eterno pueda tener juicio contra nosotros, es más bien no estar listos para las cosas Santas como los rituales que se efectuaban en el Templo, que por esta razón no se permanecería en estado de inmundicia, porque después de este periodo existía la posibilidad de purificarse para volver a estar ante el Eterno en Santidad, él nos limpia para volver a entrar en su Santidad correctamente.

Veamos la importancia de este mandamiento, la impureza de la mujer por siete días, lo encontramos también en Levítico 20:18:

“Cualquiera que durmiere con mujer menstruosa, y descubriere su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre; ambos serán cortados de entre su pueblo.” (Levítico 20:18 RV60)

Aquí se puede ver la diferencia, la gravedad que este versículo refiere: “Quien durmiere con mujer menstruosa acarrearía un castigo”, esto ya viene siendo un pecado mayor.
Este mandamiento marca el respeto a la vida, a la pureza, a no limitar las prácticas de los demás pueblos; que seguramente hacían estas prácticas.

El respeto a la vida, es porque se considera que la inmundicia de los siete días de la mujer, se debe tomar como la inmundicia a causa de un muerto o de un cadáver, son siete días también de inmundicia al que tocare el cuerpo muerto (Cadáver). También se considera que en este período, la mujer está en un proceso de desechar algunos tejidos; el óvulo, que no fue fecundado en un tiempo propicio, muere sin ser concebido, no produjo vida. Respetar este tiempo de separación de la mujer, médicamente se ha comprobado que se reducen los riesgos de padecer enfermedades ginecológicas que se pueden adquirir al tener relaciones sexuales en este estado, como: Cáncer de cuello uterino, de endometrio, de ovarios, entre otras…

El espíritu del mandamiento:

El espíritu del mandamiento es conservar la pureza, la santidad, el respeto de los tiempos que el Eterno ha establecido para nosotros.
Mantenernos limpios o irnos limpiando, restaurando para que no haya nada que nos impida acercarnos a él.
Tengamos en cuenta que cuando un hombre tiene contacto sexual con una mujer en este estado de Nidá, está buscando su propia inmundicia, es rebelarse contra Dios, sabiendo que al hacerlo será inmundo, es no tomarlo como importante que aun así lo hace. No tocar a la mujer que es inmunda así como a algún objeto que ella tocara, se sentara o que haya tenido algún contacto te hace inmundo, eso te aparta de Dios, sí sabiéndolo lo haces, es buscar por ti mismo apartarte de Dios, el no tomar en cuenta la importancia de las cosas Santas, de que pudieras participar de la santificación que Dios nos permite tener, el respetar los tiempos que Dios ha establecido para nosotros; Dios nos da los mandamientos para acercarnos a él, pero muchas veces nosotros nos revelamos y nos alejamos de él y de su presencia.

Salmo 32:2, dice:

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
Bienaventurado el hombre a quien el Eterno no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño.” (Salmo 32:2 RV60)

Para entender la bondad de Dios que nos limpia de todas nuestras impurezas.

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