EL NOMBRE OCULTO EN EL LIBRO DE ESTER
La fiesta bíblica Purim, se trata de una celebración instituida en el libro de Ester, que conmemora el milagro de Elohim al rescatar a los judíos de un exterminio por manos de Amán, príncipe de Persia (Est. 9:16-32). Creo que hay mucho que los creyentes podemos reflexionar al respecto.
Hay un “problema” con el que primero debemos lidiar: el libro de Ester es el único en la Biblia en donde el nombre de Elohim no es mencionado. Esto ha hecho que hasta hoy, algunos de los creyentes hayan puesto en duda si debía considerarse como parte del TaNaJ. Sin embargo, los rabinos y estudiosos judíos en el concilio de Sínodo de Jamnia (año 90 d.C.), guiados por Elohim, pudieron ver evidencias de veracidad e inspiración en el libro de Ester, y este terminó siendo reconocido en el canon.
Su reconocimiento en el canon bíblico fue un proceso traumático para este libro, aun Martín Lutero declaró que hubiera deseado que este libro ni siquiera existiera.(How, J. C. H., “Esther,” In A New Commentary on Holy Scripture: Including the Apocrypha Vol. 1, ed. C. Gore, H. L. Goudge, & A. Guillaume (New York: The Macmillan Company, 1942), 304.)
Sin embargo, desde el Sínodo de Jamnia el libro de Ester “adquirió un creciente prestigio entre los judíos, y se llegó a conocer como ‘La Meguilá,’ es decir, ‘El Rollo,’ superando en excelencia a los otros cuatro ‘Rollos’ (Cantares, Rut, Lamentaciones, y Eclesiastés), y se combinó con ‘la Torá’ como supremo sobre todas las demás Escrituras”.
Es por razones como estas que es importante analizar este libro para ver si encontramos a Elohim en él y también para aprender por qué podemos agradecer a Elohim por la fiesta bíblica de Purim.
Estos son cuatro pasajes de Ester que gritan en silencio el nombre de Elohim y que como creyentes nos llevan a reflexionar en el poder de nuestro Adón:
Ester 3:2-4
“Y todos los siervos del rey que estaban a la puerta del rey se inclinaban y se postraban ante Amán, porque así había ordenado el rey en cuanto a él; pero Mardoqueo ni se inclinaba ni se postraba . Entonces los siervos del rey, que estaban a la puerta del rey , dijeron a Mardoqueo: ‘¿Por qué traspasas el mandato del rey?’. Después que ellos le estuvieron hablando día tras día y él se había negado a escucharlos, se lo informaron a Amán para ver si la palabra de Mardoqueo era firme, porque él les había declarado que era judío”.
Si hacemos las correctas preguntas al texto, podremos notar que el nombre de Elohim está implícito. Si preguntamos a Mardoqueo por qué no se arrodilla ante Amán, la razón que él ofrece es que es judío. Y entonces debemos preguntarle: ¿Qué implica que seas judío? ¿Qué tiene que ver tu etnicidad con no postrarte ante un hombre?
La palabra que se traduce como “postrarse”, la cual utilizó el autor del libro para describir lo que Mardoqueo debía hacer ante Amán, es el verbo שָחָה (shajah) el cual implica “postrarse en adoración” ya sea ante un dios falso (Ex 23:24) o ante Elohim (Gn18:2). El judío, como monoteísta, tenía bien claro que solo debía postrarse ante Elohim. Para la falta de reverencia de Mardoqueo ante Amán, solo hay una aparente razón: Elohim.
Ester 4:16
“Ve, reúne a todos los judíos que se encuentran en Susa y ayunen por mí ; no coman ni beban por tres días, ni de noche ni de día. También yo y mis doncellas ayunaremos. Y así iré al rey, lo cual no es conforme a la ley; y si perezco, perezco”.
El pueblo judío debía ayunar en favor de Ester, pero ¿por qué ayunar y afligirse? Eso pudo simplemente adelantar lo que el rey de Persia ya le había dado permiso a Amán de hacer (Est 3:9-11), y lo que el mismo Amán estaba deseoso de hacer: exterminar a los judíos. ¿Por qué esperar que un simple ayuno cambie la situación? Esto no tiene poder en sí mismo para cambiar el resultado final… a menos que con el ayuno estén esperando en alguien más poderoso que puede controlar la situación y favorecer la misión de Ester. De nuevo, aquí el texto bíblico grita de forma silenciosa el nombre de Elohim.
Ester 6:13
“Y Amán contó a su mujer Zeres y a todos sus amigos todo lo que le había acontecido. Entonces sus sabios y su mujer Zeres le dijeron: ‘Si Mardoqueo, delante de quien has comenzado a caer, es de descendencia judía, no podrás con él, sino que ciertamente caerás delante de él’”.
Una vez más, el texto nos lleva a preguntarnos: ¿Qué tiene el pueblo de los judíos que no tenga al menos otro de los pueblos en 127 provincias (Est 1:1)? Lo que sea que este pueblo tenga, es lo suficientemente poderoso para que un hombre sin riquezas y sin poder como Mardoqueo pueda derrotar a un príncipe con riquezas y poder como lo era Amán (Est 3:9-11). Por tercera vez, el texto nos grita de forma silenciosa el nombre de Elohim.
Ester 9:30-31
“Y se enviaron cartas a todos los judíos, a las 127 provincias del reino de Asuero , palabras de paz y de verdad, para establecer estos días de Purim en sus tiempos señalados, tal como habían establecido para ellos el judío Mardoqueo y la reina Ester, según habían fijado para ellos y sus descendientes, con instrucciones para sus tiempos de ayuno y de lamentaciones”.
De nuevo, debemos hacernos preguntas honestas: ¿A quién clamaban y a quién clamarían los judíos? ¿A ellos mismos? No tendría sentido. ¿Al rey? Como ya hemos visto, esto tampoco tendría sentido. ¿A Elohim? De acuerdo al texto que ya analizamos (Est 4:16), esta es la respuesta más lógica. Incluso, pareciera ser la única respuesta que, silenciosamente, el texto nos está gritando.
Demos gracias a Elohim
Todo esto debería importarnos más como creyentes en Yeshua por dos razones importantes:
- El libro de Ester forma parte del canon bíblico, y, por lo tanto, Ester es palabra inspirada por Elohim.
- La historia descrita en Ester y la fiesta bíblica de Purim preparan el escenario para la llegada de Yeshua HaMashiaj.
¿A qué nos referimos con esto último? A que Ester, por cuanto pertenece al canon bíblico, debe ser interpretado a la luz de toda la narrativa bíblica. En Ester 3:8 se nos dice que “Amán procuró destruir a todos los judíos” y, sin embargo, Elohim no lo permitió. ¿Por qué? Porque Yeshua dijo: “la salvación viene de los judíos” (Jn. 4:22).
Conclusión:
En otras palabras, Purim fue un milagro de Elohim para traer en el futuro a Yeshua, el Mesías, el salvador de los judíos y del mundo. Por lo tanto, demos gracias a Elohim por rescatar a los judíos de la destrucción y que hoy hayamos sido rescatados por el rescate de ellos. Purim son buenas nuevas para el mundo porque nos apunta al evangelio.
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