¿CÓMO SE HACÍA EL SERVICIO DE YOM KIPPUR (DÍA DE EXPIACIÓN) EN EL TEMPLO?
Para encontrar la respuesta a esta pregunta leeremos el capítulo donde viene todo el proceso que llevaba a cabo el Sumo Sacerdote ese día, aunque no esté tan detallado como quisiéramos. Tenemos otras evidencias en la ley oral, conocida como El Talmud, donde ciertos detalles complementan la información que está en la Escritura y yo les haré notar donde está la diferencia con lo que está escrito y con la información adicional dentro de la tradición judía y la ley oral. Ha sido complicada esta pregunta, porque uno quisiera que fuera más detallado todo lo que se hacía, ya que Yom Kippur es un día, como todos sabemos, que es sumamente importante. Para muchos es el día más importante del año, el más sagrado y el más solemne pues era el único día que el Sumo Sacerdote podía entrar al lugar Santísimo, no sin sangre. Era un día en que se buscaba la reconciliación y el perdón y un día que se consideraba que Dios decretaría cómo les iría a las personas de todo el pueblo de Israel por todo un año.
LEVÍTICO, CAPÍTULO 16
Vamos a ir dando lectura entonces a estos pasajes, en los cuales me iré deteniendo para ir explicando el cronograma de lo que hacía el Sumo Sacerdote y algunos otros sacerdotes que apoyaban en ciertas actividades de este día para que podamos imaginarnos cómo se llevaba a cabo el servicio:
Levítico 16: 1-2:
“Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron. Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.” (Levítico 16: 1-2 RVR60).
Realmente Yom Kippur empezaba antes, ya que se celebra el día 10 del séptimo mes, pero 10 días antes tenemos una fiesta llamada Yom Teruah (Día de las Trompetas) y a partir de ese día, se considera que es el llamado que Dios hace para volver a Él. Yom Kippur es el cierre de ese llamado. Y en los días del Templo, el Sumo Sacerdote se apartaba una semana antes de iniciar el Día del Perdón o Expiación, fecha en la que se le asignaba una habitación dentro del área del Templo, donde se iba a vivir para estudiar de lleno las leyes de Yom Kippur y todos los preparativos que prácticamente tenía que hacer él solo.
Y aunque parezca extraño, el Sumo Sacerdote no era la persona más experta en realizar ciertos rituales que se hacían día a día en el Templo, pues los llevaban a cabo los demás sacerdotes y en este día, le tocaban casi todos a él. Entonces, estos 7 días previos a Kippur, los utilizaba para orar, para ponerse a cuentas con Dios primero, para estudiar y para practicar lo que tenía que llevar a cabo en ese día tan especial. Se considera que estos días están basados en lo que dice: Levítico 8:33, que es cuando son consagrados por siete días Aarón y sus hijos en el tiempo de Moisés. Además, ya se había asignado un sustituto en caso de que al Sumo Sacerdote le sucediera algo, incluso, se le hacía ropa a la medida para que estuviera listo. En la noche anterior, es decir, la noche del 9, el Sumo Sacerdote leía delante del Sanedrín todas las leyes de Yom Kippur con la finalidad, no solo de que las estudiara para sí, sino que al momento de pronunciarlas fuera una manera en que se resolviera cualquier duda o pregunta por medio de la ayuda del Sanedrín, porque después ya no lo podría hacer. Se dice que, incluso, el Sumo Sacerdote hacía una declaración para confirmar que era fariseo y que no pertenecía a la secta de los saduceos, estos son detalles que han quedado registrados en el Talmud.
TEVILÁ (INMERSIÓN)
Levítico 16:3-4:
“Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto. Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua.” (Levítico 16:3-4 RVR60).
Menciona las ofrendas que el Sumo Sacerdote habría de presentar como parte de los sacrificios que haría y al iniciar el día se tendría como una sábana blanca con la que se cubría al Cohen Ha Gadol y se sumergía en la mikveh (pileta con “aguas vivas” / o aguas corrientes), para hacer la purificación. Y los animales estaban listos en la puerta Este para que todo estuviese previamente preparado.
Ese día en particular, el Sumo Sacerdote, no vestía las vestiduras del Cohen Ha Gadol, sino las de un sacerdote común. Y los dos animales que leímos, el becerro, era una ofrenda por el pecado y los machos cabríos, que leeremos más adelante, debían ser financiados por parte del pueblo.
La inmersión en el agua que hacía el Sumo Sacerdote como purificación, es lo que hoy debemos hacer todos, como sacerdotes de nuestro hogar, sumergirnos en la Palabra día a día, para llevar a cabo un servicio de santidad al Señor.
Levítico 16:5:
“Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.” (Levítico 16:5 RVR60).
Así, estos dos machos cabríos que se tomaban como expiación eran por parte del pueblo y no podían comprarse con las ofrendas del Templo. Estos dos machos cabríos, los asociamos a las dos casas de Israel como parte de la ofrenda que cubriría los pecados de ambas casas.
Levítico 16:6:
“Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa. (Levítico 16:6 RVR60).
Aquí empezaban parte de las actividades más importantes del Sumo Sacerdote que se acercaba a los animales y ponía sus dos manos sobre la cabeza del animal entre sus cuernos y confesaba de manera oral, una oración que ha quedado registrada así: “Yo te suplico, oh Señor, he pecado, me he rebelado y he transgredido la ley contra ti, yo y mi casa. Yo te suplico, oh Señor, haz expiación por los pecados, por las iniquidades y las transgresiones que he cometido contra ti, yo y mi casa. Como está escrito en la Torá de tu siervo Moshé (Moisés), en el día de hoy harás expiación por ti para purificarte de todos tus pecados. Ante el Señor debe ser purificado.” Y como dicen por ahí, el buen juez por su casa empieza, así nosotros debemos de dar ejemplo y testimonio. Tal como el Sumo Sacerdote empezaba con toda esta confesión de pecados en el servicio de Yom Kippur, primero por él mismo y luego por su casa, así debemos comenzar nosotros también.
LAS SUERTES
Ya leímos que estos dos machos cabríos para expiación debían ser iguales, eran como un doble sacrificio para las dos casas de Israel con un mismo propósito. Y un carnero para holocausto.
Levítico 16:7-9, dice:
“Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel. Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación.” (Levítico 16:7-9 RVR60).
Entonces echaban suertes (purim) sobre estos animales idénticos y al que cayere por el Eterno, su sangre sería usada para expiar el lugar Santísimo. Lo relevante, es que los dos fueran iguales para que fuera más significativo.
Levítico 16:10:
“Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.” (Levítico 16:10 RVR60).
Esta idea de la reconciliación, como la de las suertes, era uno de los momentos más dramáticos del día porque el destino de estos dos animales estaba a la suerte. Uno sería para expiación y otros para los pecados de Israel, aunque en realidad ambos tenían el mismo propósito. Así, después que se hacía la confesión sobre el becerro, el Sumo Sacerdote pasaba a la sección oriental del atrio, frente a la entrada, acompañado de dos hombres, uno a cada lado. El de la derecha, era su sustituto en caso de que le sucediera algo, por no haberse purificado correctamente. Y el de la izquierda, era el jefe del clan familiar que se encargaba de hacer el servicio en el Templo ese mismo día de la semana, acorde al rol de servicio de sacerdotes.
Se dice que había una caja de madera y dentro estaban las llamadas “suertes”, es decir, las dos tablillas donde estaba grabado, por una lado, el nombre del Eterno o tetragramatón y por el otro lado, el nombre Azazel. El Sumo Sacerdote introducía las manos en la caja rápidamente y sacaba una tablilla en cada mano. Se consideraba de buen augurio, si la suerte para el Eterno la sacaba con la mano derecha. -Un detalle muy interesante es que, durante cuarenta años, antes de la destrucción del segundo Templo (año 70 D.M), se dice que la suerte para el Eterno, siempre salió en la mano izquierda.- Y hasta que había sacado ambas, se sabía qué suerte estaba en cada una de ellas y así quedaba asignada la suerte para cada chivo y se les amarraba a la cabeza de cada animal, su tablilla para que quedaran separados y no fueran a confundirse. Después de colocar las suertes, sobre cada chivo, el sacerdote hacía un lazo con una cuerda de lana teñida de carmesí, entre los cuernos del chivo expiatorio y éste chivo se colocaba frente al Templo en la puerta Oriental, ya que sería llevado fuera. Y una madeja de lana de la misma longitud, era colocada alrededor del cuello de la cabra que se sacrificaba. A esta madeja de lana, se le llamaba lengua, en el idioma de la mishná (Torá oral), por la forma que tenía. Entonces, estas lenguas se ataban en torno a las cabras para impedir que se mezclaran con otros animales y cada una se ataba de forma distinta a fin de que no se confundiera una con otra.
Estas madejas de lana eran teñidas de carmesí, debido al versículo que dice:
“aunque vuestros pecados fueren como escarlata, serán emblanquecidos como blanca nieve. Si fueren rojos, como el carmesí, vendrán a ser blancos como la lana.” ( Isaías 1:18 RVR60).
OFRENDA DE INCIENSO
Levítico 16:11-13:
“Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo. Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.” (Levítico 16:11-13 RVR60).
Entonces, ahora sí, el Sumo Sacerdote hacía la expiación por sí y llevaba a cabo el sacrificio del que ya había hecho la confesión. Y se considera que esta era la parte más difícil de todo el servicio de Yom Kippur, por lo que requería más destreza. Como el incienso representa las oraciones, la labor que va a hacer el Sumo Sacerdote, es como introducir todas las oraciones del pueblo en un solo elemento y las pondría delante de Dios para que Él las aceptara. Llenaba el incensario con el incienso del altar llevado con su mano derecha y con la mano izquierda llevaba una pala con el carbón encendido que había tomado del altar de bronce que estaba afuera. Y pasaba hasta el lugar Santísimo hasta llegar delante del propiciatorio. Y es curioso que el verso 13 dice: pondrá el perfume sobre el fuego. Para eso llevaba la pala con las brazas encendidas, pues al momento de poner el incienso sobre ellas, salía esta nube de perfume que cubriría el propiciatorio para que no muriese, pues la idea es que no estaría directamente sobre este, la nube lo cubriría y purificaría también. Si él no se hubiese purificado correctamente, la tradición dice que por eso llevaba amarrada en su cintura, una cuerda con pequeñas campanillas. Y que, si estas dejaban de escucharse, al no poder entrar por él al lugar Santísimo, lo tendrían que jalar con la cuerda fuera de éste. ¡Qué tragedia y dramática, hubiese sido una situación así! Cuando salía el Sumo Sacerdote de este lugar, lo hacía caminando hacia atrás sin dar la espalda a este lugar.
ESPARCIENDO LA SANGRE
Levítico 16:14:
“Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.” (Levítico 16:14 RVR60).
Volvía el Sumo Sacerdote al altar de los sacrificios, al altar de bronce y tomaría de la sangre que expiaba sus pecados y que estaba en los depósitos para volver a entrar al lugar Santísimo, una vez más, y la sangre del becerro la rociaba ahí en el propiciatorio. Y el número siete representa la perfección, la santidad y el término de un ciclo, por ello esparcía la sangre siete veces.
Levítico 16:15:
“Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.” (Levítico 16:15 RVR60).
Entonces volvía a salir del lugar Santísimo, degollaba el macho cabrío y volvía a entrar para llevar la sangre que expiaba el pecado del pueblo, y la esparciera sobre el propiciatorio en el lugar Santísimo. Por tanto, ya van tres veces que entraba al lugar Santísimo.
Levítico 16:16:
“Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas.” (Levítico 16:16 RVR60).
Entonces, no solamente era rociar el propiciatorio, sino en este momento, todo el santuario.
Levítico 16:17:
“Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel. (Levítico 16:17 RVR60).
Todos los sacerdotes debían salir del lugar Santo, es decir, el tabernáculo, y solo el Sumo Sacerdote podía permanecer ahí. Y todos los sacrificios que se realizaban día con día, también se realizaban en Yom Kippur y estos también los debía hacer solamente el Sumo Sacerdote. Por eso, no había nadie más allí.
Levítico 16:18-19:
“Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.” (Levítico 16:18-19 RVR60).
De esta manera, tanto el tabernáculo, como el Templo, quedaban limpios y santificados de la inmundicia que había recibido ese año. Lo declaraba como “zona limpia”, pues el Cohen era como un fumigador de las inmundicias usando la sangre del macho cabrío y del becerro, poniendo la sangre a todos los elementos. Y es parte del llamado que nosotros también tenemos de purificar y limpiar nuestro hogar.
CHIVO PARA AZAZEL
Levítico 16:20-21:
“Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo; y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.” (Levítico 16:20-21 RVR60).
¿Qué es lo que hacía simbólicamente el Sumo Sacerdote? Hacía como uno a transferencia de todos los pecados del pueblo, para que recayeran sobre este macho cabrío que era para Azazel.
Levítico 16:22-24:
“Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto. Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí. Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo.” (Levítico 16:22-24 RVR60).
Aquí se considera, una vez más, que hacía otra tevilá (inmersión o purificación por agua), para que quedara limpio. ¿Qué holocausto faltaba por hacer? El carnero que estaba en el versículo 3.
QUEMA FUERA DEL CAMPAMENTO
Levítico 16:25-26:
“Y quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado. El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento.” (Levítico 16:25-26 RVR60).
Aquí hizo otro sacrificio por el pecado. Y sucedía algo especial, sacaban fuera del Templo al macho cabrío y lo expulsaban.
Levítico 16:27:
“Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol. (Levítico 16:27 RVR60).
Ambos sacrificios se terminaban quemando fuera del campamento, una excepción que quedó marcada en la Torá.
Levítico 16:28-29:
“El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el campamento. Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros. (Levítico 16:28-29 RVR60).
Aquel que los quemara, era como si se contaminara y debía hacer una tevilá para poder regresar al campamento. Así que, pobre del sumo Sacerdote, por todo lo que tenía que hacer ese día, en ayunas y en oración.
CONCLUSIÓN DEL DÍA
Levítico 16:30-34:
“Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo. Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.” (Levítico 16:30-34 RVR60).
Prácticamente, aquí terminaba el día de Yom Kippur y se cerraban las puertas del Templo. Por esto, a este día se le conoce también como el día que se cerraban las puertas, una vez que se salía el Sumo Sacerdote y completaba toda esta obra. Se dice que se iba a su casa y tenía una celebración con su familia. Después de toda la presión, tensión y responsabilidad que caía sobre él. Ya que pudo haber muerto y había salida con vida.
Nosotros sabemos que nuestro Sumo Sacerdote es Yeshua, quien ya cumplió la obra perfecta por todos nosotros; es decir, el Kippur perfecto, justamente para el perdón y expiación de todos nuestros pecados.
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