¿DE DÓNDE SALIÓ TODA EL AGUA DEL DILUVIO?

Esta pregunta, nos la mandó un niño pequeño y nos da mucho gusto poder responderla. Algunas personas, seguramente tendrán sus ideas, pero vamos al libro de Génesis, capítulo 7 para tener todo el contexto de la historia que, yo sé que en algún momento, todos hemos escuchado, leído y visto películas sobre el diluvio. A veces, no nos hacemos estas preguntas porque sabemos que Dios es Todopoderoso, así que, podríamos dejarlo en: “Yo por fe no pregunto, aunque tenga dudas”. Pero, es bueno hacernos estas preguntas y buscar las respuestas. 

Leamos Génesis 7:1:

 “1Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; más de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra. Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. 5E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová. Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra. Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos. De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé. Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.” (Génesis 7:1 RVR60). 

Aquí está el texto que nos describe esta experiencia, este momento, este cataclismo global. 

TEORÍA DE LA BÓVEDA 

¿Cuáles son las posibles respuestas, pues, evidentemente, la Biblia no nos lo detalla? Nos hubiese encantado que lo detallara, pero tal vez, nos lo hubiesen escrito y no lo hubiéramos entendido. La siguiente teoría se ha desarrollado con un sustento bíblico y se le conoce como: la teoría de la bóveda o la teoría de la envoltura. En inglés “canopy theory” por si quieren ustedes buscar más detalle e información de esto. ¿Qué implica esta teoría? Quiero comentarles que, incluso, esta información la tomé de un portal que está basado tanto en aspectos científicos como bíblicos, lo que nos da confianza y mucho gusto saber que la ciencia respalda lo que la Escritura nos dice. 

¿Qué es lo que esta teoría nos muestra y enseña? Nos dice que la tierra estaba rodeada o envuelta por una capa de agua en forma de vapor o partículas de hielo sumamente pequeñas. Y, en la Biblia, tenemos versos que apoyan este punto de vista. 

Leamos Génesis 1:7-8:

 “E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.” (Génesis 1:7-8 RVR60).

 Estos versos apoyan que la tierra estaba rodeada por una capa, ya fuera de vapor o de agua o partículas de hielo. Lo que leemos aquí es que, la expansión es lo que consideramos o llamamos el cielo. El lugar donde vuelan las aves. Pero, hay una separación de las aguas que estaban debajo y se genera este espacio de las aguas que estaban sobre la expansión. Entonces, si la expansión son los cielos, como dicen los versos 9 y 20 de Génesis, capítulo 1, la Biblia nos indica que había agua sobre estos cielos. 

LAS AGUAS SOBRE LOS CIELOS 

Hay un verso que apoya esta idea en Salmo 148:4:

 “Alabadle, cielos de los cielos, Y las aguas que están sobre los cielos.” (Salmo 148:4 RVR60). 

Aquí nos dice que había aguas sobre los cielos, es decir, sobre la expansión. Por tanto, es una referencia que nos hace pensar, justamente, en esta teoría de la bóveda. Una vez más, esta teoría afirma que sobre la tierra había una capa de agua. Y esta capa que envolvía la tierra por completo, era una capa adicional a la que hoy tenemos en la atmósfera. Hay básicamente 6 capas que rodean la tierra y esta era la más externa de la atmósfera, que habría tenido contacto directo con el exterior. Y para que se haya mantenido sujeta la tierra y no suelta en el espacio, se entiende que la fuerza gravitacional de la tierra habría hecho que permaneciera esta capa de vapor de agua sin que se dispersara por el espacio, ni cayera. De acuerdo con ciertos portales que encontré en el ámbito científico, dicen que este vapor de agua o hielo no caía a la tierra porque al tratarse de vapor de agua o hielo, se convertía en magneto y con el campo magnético de aquel entonces habría flotado sobre la expansión. 

A este efecto se le llama “Meissner”. Así como hay ciertos imanes que se atraen, hay ciertos imanes que, por sus polaridades, se repelen. De aquí se deduce que había un campo magnético en la tierra que tiene una media de vida de 4500 años. Entonces, si nos trasladamos a la época del diluvio, hace 4500 años, el campo magnético funcionaba con más fuerza de lo que funciona hoy, porque era mucho más potente. Yo sé que el campo magnético lo puso Dios como parte de la tierra misma. Así que, funcionaba como una cúpula de hierro, pero en este caso, una cúpula de vapor de agua o hielo. Esto produce un efecto invernadero. Toda esta capa simplemente se rompió cuando vino el diluvio y de aquí, también viene la explicación del porqué los humanos vivían más tiempo. Y por qué los frutos, los animales y otras cosas que se han encontrado en fósiles tenían mejores condiciones. Porque, efectivamente, la tierra tenía mejores condiciones y, una de las principales razones era esta. 

Que, al no haber estaciones en la tierra, por estar rodeada de esta capa de agua, generaba un efecto invernadero donde todo se encontraba en un estado de condiciones perfectas. En ese momento, no existía el daño que hoy el sol nos causa. Porque si hay algo que, realmente, nos hace envejecer tanto al hombre, como a la tierra, es justamente porque ya no existe esa capa y se filtra el sol que nos daña. En ese tiempo el clima era subtropical, no había desiertos, no había casquetes polares, los árboles y frutos crecían más. Por ejemplo, se han encontrado en el ámbar, partículas de oxígeno y agua, con lo que se deduce que había más oxígeno en la atmósfera en aquellos días. Entonces, las condiciones eran, prácticamente, perfectas. Pero, cuando se rompe la capa, es la expresión que dice en el libro de Génesis: “Las cataratas de los cielos fueron abiertas”. La idea de una catarata es una cascada, chorro o salto de agua muy grande y fuerte que cae de arriba que generó la inundación de toda la tierra. Al romperse esta capa, toda el agua que contenía se vino abajo. 

LAS AGUAS DE ABAJO 

Ahora, viene otro tema aquí, ¿de dónde más sale el agua? En el verso 11 dice: 

“El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas,” (RVR60). 

La frase: fueron rotas todas las fuentes del gran abismo, también ha sido objeto de múltiples investigaciones y estudios. Curiosamente, ha servido como argumento, para negar la validez de la Escritura. ¿Cómo explican estas aguas que estaban debajo o las fuentes del abismo?  Algunas de las aguas del diluvio vinieron desde dentro de la tierra, porque así nos lo manifiesta este pasaje. Y se añadieron a las aguas que ya cubrían la tierra desde el primer día de la creación. Lo que hizo Dios en el primer día de la creación, es que separó las aguas de las aguas. En otras palabras, también podemos entender aquí, que Dios no creó el agua porque esta ya estaba en Génesis 1:2. Desde el principio lo dice. Entonces, en el tercer día, Dios juntó las aguas en un solo lugar y, a las aguas, llamó mares y a la parte seca, llamó tierra. Así que, agua ya había en la tierra y muchísima. 

Leamos en 2 Pedro 3:5-6: 

“Estos ignoran, voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;” (2 Pedro 3:5-6 RVR60). 

Aquí dice que la tierra por el agua subsiste y, por ella, fue creada. De ahí surgió, de ahí emergió. Hoy en día, la tierra está cubierta por un 70% de agua.

Es curioso, porque al hacer esta investigación, estaba leyendo que algunos científicos que son detractores de la Biblia dicen que en el planeta Marte, hay evidencias de que hubo un diluvio, aunque no hay una sola gota de agua en Marte.  Y, la tierra que está rodeada de agua, si la ves desde el espacio, se ve como un punto azul, por eso, le dicen el planeta azul que, además, está formada en un 70% de agua, no pueden creer que hubo un diluvio aquí. Tienen cierta fe para creer que allá, en un planeta sin una gota de agua, hubo un diluvio, pero aquí, en la tierra que, estamos rodeados de agua, no lo creen posible. 

Les quiero leer una nota que encontré de la revista: New Scientist, donde dice que hubo una investigación de la Universidad de Northwestern y la Universidad de Nuevo México, donde anunciaron el descubrimiento de un gran océano de varios kilómetros debajo de la superficie de la tierra. Dice la nota: geofísicos aseguraron haber descubierto un inmenso depósito de agua debajo de la superficie de la tierra, equivalente a casi tres veces la cantidad de agua en nuestros océanos. ¡Imagínense! Si esta agua, que se encuentra debajo, subiera o emergiera, tremenda inundación nos volvería a pasar. Se debe mencionar que el 90% de lo que sale de los volcanes es agua, muchas veces, en forma de vapor. Quiere decir que, debajo de la tierra, hay agua almacenada en el manto terrestre, se deduce así por el hallazgo de minerales con inclusiones de líquidos, llamados fluidos acuosos del manto profundo. El agua llega al manto porque queda atrapada entre las placas oceánicas del fondo del mar y el agua se filtra y desciende en las zonas de subducción. No se conoce el volumen del agua presente en el manto, pero teniendo en cuenta que el manto representa el 80% del volumen total de nuestro planeta, podemos inferir que la cantidad de agua subterránea debe ser muy significativa. 

¿QUÉ SUCEDIÓ CUANDO VINO EL DILUVIO? 

Posiblemente, también hubo una apertura dentro de estas placas tectónicas, haciendo que el agua saliera disparada a velocidades impresionantes, provocando que todo se inundara. Entonces, caía agua de arriba, salía agua de abajo y de ahí la evidencia de que hay fósiles en ciertas montañas, porque la inundación fue tan repentina que no dio tiempo de nada. Dice la Biblia que cubrió hasta los montes que existían en ese tiempo. Aunque dicen que, las montañas que hoy tenemos no eran las que existían antes. Los montes eran pequeños o no eran tan altos comparados a los actuales. Por tanto, estas actividades tectónicas fueron las que hicieron que subiera el agua y que, entonces, se inundara todo con mayor velocidad. 

De hecho, hay otra revista científica que hizo una investigación titulada: “El planeta tierra crea su propia agua desde la profundidad de la corteza terrestre”. Han recabado la suficiente información para darse cuenta de que, desde la misma corteza terrestre, el planeta tierra produce agua. Otros científicos han tratado de explicar que caían meteoritos y cometas y, que esos cometas eran hielo y, que al calentarse producían agua. La primera explicación está más apegada a la ciencia y, además, es lo que dice el relato bíblico. 

¿A quién le haremos caso? ¿En qué ciencia nos basaremos? En aquella que podemos encontrar en la misma Escritura o en aquella que se ha separado de la Escritura y que, intenta dar explicaciones más complejas y con menos evidencia, porque la misma tierra nos da muestras de que la Palabra de Dios es verdadera, fidedigna y, por supuesto, confiable. 

¿De dónde salió toda el agua para inundar la tierra? Pues salió de arriba del agua que rodeaba la tierra y salió de abajo, en los mantos que se encuentran bajo la tierra. 

Espero que este estudio haya sido de bendición para ti y si lo fue, pues te invito a compartirlo y sigamos aprendiendo más de la Palabra del Eterno.  

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