¿DEBEN LAS MUJERES USAR PANTALONES?

Bienvenidos a Respuestas en la Biblia: la serie de la Kehilá Camino a Emaús. Vamos a seguir aprendiendo de la Palabra de Dios. El día de hoy vamos a analizar la pregunta No. 86 que nos mandaron. Probablemente, para muchos, sea una pregunta irrelevante, pero finalmente, es parte del tema de vivir la fe y de ciertas situaciones que nos surgen en la fe. 

Yo quiero comentar respecto de este tema, porque se suelen suscitar controversias con las mujeres por el uso del pantalón; así como de la vestimenta, ya sea en una congregación o fuera de esta. Y siempre se generan diversas opiniones. Cada congregación o iglesia tiene su forma particular de manejar estas situaciones y, por supuesto, de interpretar la Palabra. Algunos parecerán muy extremistas, radicales o muy conservadores. Otros, los verán muy liberales. Así que, yo quiero aclarar que el presente estudio, no tiene la intención de juzgar en absoluto a nadie. Ni por cómo viste, ni por cómo cada congregación considera que es lo más adecuado. Quiero aclarar este punto siguiendo el principio que está en Romanos 14:22:

 “¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.” (Romanos 14:22 RVR60). 

Este es un punto importante aclarar, porque también implica nuestra propia conciencia. 

ANALIZANDO EL PASAJE BÍBLICO              

Vamos a analizar el pasaje que está dentro de la Torá (los cinco libros de la ley), de donde surge la pregunta del día de hoy, en Deuteronomio 22:5:

 “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.” (Deuteronomio 22:5 RVR60). 

En este verso, básicamente lo que leemos en su sentido “Pashat”, es decir, literalmente, significa que una mujer no debe vestir lo que pertenece al hombre y, un hombre no debe vestir lo que pertenece a una mujer. Porque hacerlo, dice ahí claramente, es abominación al Eterno. Por tanto, no se trata de tomarlo como un chiste, un juego o como poco relevante. Aquí vemos que sí es relevante este tema para Dios. 

¿Cómo podemos entender mejor este pasaje? Vamos a aclarar una de las palabras, que es justamente, la que genera diversas interpretaciones o formas particulares de entenderlo. En muchas congregaciones está prohibido que una mujer asista con pantalón e, incluso, es mal visto que fuera de la congregación, vista de esta manera. La palabra traje, que aparece en nuestras biblias, en la versión Reina Valera 60, es la palabra hebrea “kelí”, que podemos encontrar en la Concordancia Strong bajo el número (H3627) que significa “algo preparado”. ¿Qué implica algo preparado? Implica que la mujer no vista algo que está preparado para el varón. Entonces, la mujer no vestirá algo que está preparado o está adecuado para el hombre. Y, obviamente, el hombre, tampoco debe de vestir o portar lo que está adecuado y preparado para la mujer. 

¿Qué significa esto? Que hay prendas que están preparadas, diseñadas, fabricadas, para varones y hay prendas que, evidentemente, están preparadas para el uso de la mujer. La Biblia no impone determinada manera de vestir, no lo detalla, eso hay que aclararlo. Básicamente, lo que dice de manera literal es, la mujer no use lo que está preparado para el hombre y, el hombre no use lo que está preparado para la mujer. No solamente es un tema de los pantalones, pues podría implicar otro tipo de prendas, accesorios, zapatos, etcétera. Hay muchos otros accesorios que están considerados o destinados para que los use un hombre o, como en este caso, una mujer. Podemos decir que la mujer puede usar pantalón, siempre y cuando, el pantalón sea de mujer, es decir, que se identifique que fue creado para el uso de la mujer. Evidentemente, hay pantalones de hombre y pantalones de mujer. Lo que sí dice o habla la Biblia es del recato, buscando como principio, no ser de tropiezo para los demás. 

Entonces, aunque la Biblia no diga cómo debemos vestirnos, si nos insta a hacerlo en una manera en que le agrademos a Dios. Esto no es una licencia para que la mujer diga: “Entonces, voy a ponerme cualquier tipo de pantalón, solo porque fue hecho para la mujer”. También debemos entender que hay ropa que es inapropiada, porque no corresponde o le da gloria al Eterno. 

Vamos a leer 1 Timoteo 2:9-10:

 “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad”. (1 Timoteo 2:9-10 RVR60). 

Este es un testimonio de que la vestidura más importante que puede portar una mujer, no se trata si es un pantalón o una falda largos, más bien que se atavíe de forma decorosa y respetuosa, dando honra al Eterno. Por tanto, lo que más se debiera comentar de una mujer, no es el tipo de ropa que usa, sino más bien, sus acciones, es decir, sus buenas obras. Esta es la idea principalmente. 

Otro principio importante de la ropa es, que no busque llamar la atención sobre ella, sino para dar gloria al Eterno.

ENTENDIENDO EL CONTEXTO CULTURAL 

Otro punto importante sobre este tema es, entender el contexto cultural, es decir, el momento en que se vivía. Por ejemplo, hay países en los que se permite que el hombre use, lo que podríamos considerar una falda. Y, no necesariamente, es una vestimenta de mujer. En los días de “Moshé” (Moisés), en los días de Yeshua, o en los de Juan y Pablo, tanto los hombres, como las mujeres, usaban túnicas. Entonces, si quisiéramos verlo literal y bíblicamente, tendríamos que estar usando túnicas. Lo cual parecería, hoy en día, más una prenda de mujer, que de hombre. Pero, en aquellos días, en ese contexto, esa prenda no estaba sujeta a controversia. De hecho, si nos ponemos a pensar que el hombre y la mujer usaban túnicas y, aquí dice: “El hombre no debe de vestir ropa de mujer y la mujer no debe de vestir ropa de hombre” y, ambos usaban túnicas, quiere decir que había ciertas prendas, elementos o accesorios que marcaban esa distinción. Por tanto, no podemos irnos por esa idea. Que la falda es para la mujer y el pantalón es para el hombre. Porque en aquellos días, tanto hombres como mujeres, usaban túnicas. La diferencia radicaba en que había túnicas para hombre y había túnicas para mujeres. Así como hay pantalones para hombres y hay pantalones para mujeres. 

Por eso, es importante considerar el contexto. Por ejemplo, el Apóstol Pablo, en la carta a los Corintios, los cuales tenían una cultura, en aquellos días, sumamente liberal y promiscua en muchos sentidos, cita: “Para la mujer cortarse el cabello muy corto, podría parecerle vergonzoso. O bien, que el hombre se dejara crecer demasiado el cabello, podría serle deshonroso”. Entonces, en el pensamiento de un judío, en aquellos días, eso no era lo habitual, ni le daba honra a Dios. Si la mujer se cortaba el cabello sumamente pequeño, podría asemejarse a la imagen o tipo de un hombre. Y, viceversa. Si un hombre se dejaba el cabello sumamente largo, podría parecer mujer. Creo que, a muchos, nos ha llegado a pasar. Vemos a un hombre con cabello largo y dudamos si es hombre o mujer. Como vemos, no solo es el pantalón si es de hombre o de mujer, sino el entorno. 

¿Cuál es la idea? No asumas con tu ropa o apariencia una imagen que no te corresponde. 

TOMA TU ROL COMO VARÓN O COMO MUJER              

Eso es justamente el espíritu de este mandamiento. Que el hombre no debe parecer o aparentar, ya sea por medio de la ropa, el ser mujer y viceversa, la mujer no debe aparentar o proyectar la imagen de un varón. El espíritu del mandamiento no es exclusivo de la ropa. Porque puede ser también con actitudes, expresiones o la manera de comportarse. Por eso, es importante, el día de hoy, reafirmar el género, la identidad de cada uno: hombre y mujer. También de los niños y de las niñas. 

La palabra que se utiliza en el verso 5 de Deuteronomio 22, que estábamos leyendo, para hombre es “guéber” (H1397) que significa hombre valeroso o guerrero. Y, curiosamente, es la que se utiliza aquí. ¿Qué podríamos pensar de un hombre así? ¿Que es afeminado, que usa aretes, que se pinta los ojos o se hace manicure? No, eso no va muy acorde con el concepto bíblico de un hombre valeroso o guerrero. 

Por tanto, el llamado que Dios nos hace es: “Asume tu rol”. Toma el rol que te corresponde y la ropa que uses debe ir acorde a ese rol también. No es relevante si es pantalón o no, sino más bien, asume el rol que te corresponde. No intercambiemos el papel que Dios nos ha dado. No es la prenda en sí, lo que nos hace asumir el rol, pero sí cuidar aparentar algo que no somos. 

La palabra en hebreo “jayá”, se traduce como vestirá. El verso dice: “No vestirá la mujer traje de hombre”. Vestirá también significa existir, pero también ‘ser’ o ‘’llegar a ser’, ‘tener lugar’. Entonces, lo que dice en otras palabras es: “La mujer no ‘llegará a ser’ o no ‘tendrá lugar’ o no deberá ‘ser’ como un hombre”. ¡Así tal cual! Podemos pensar que este precepto está más bien orientado hacia esta parte que comento: la definición y el establecimiento de los roles. No solo en la parte biológica, sino en las prendas y cómo vestimos. También es una prohibición directa al travestismo, pues es justamente eso: un hombre que viste de mujer y una mujer que viste de hombre. Esto sucede porque hay un intercambio de roles que se refleja en la vestimenta. 

Hoy en día, la transgresión de este mandamiento se ha llevado a un punto tan extremo, que yo creo que, en los días de Moisés, ni siquiera se lo hubieran imaginado. Actualmente, se pueden cambiar los órganos o modificarlos para que un hombre parezca una mujer y una mujer parezca un hombre. También hay ciertas modificaciones que se hacen en las hormonas para que la persona pueda asumir el rol contrario. Esto ya es de una manera más orgánica y no solo en la apariencia. ¡Esto es terrible porque es una transgresión a la Torá! La Torá dice que eso es abominación al Señor, Tu Dios. 

Incluso, algunos comentaristas dicen que esto también estaba relacionado con las prácticas paganas. Había dioses que no tenían un género definido y, por tanto, a veces, se les adoraba como hombres y, otras veces, como mujeres. Lo que se trasladó a este tipo de cultos. 

Hay quienes no quieren ver esto y no les interesa acentuar estas diferencias que Dios creó. Él hizo las diferencias entre el hombre y la mujer. No tanto porque uno vista pantalón y la otra vista falda. Eso no va a definir al ciento por ciento las diferencias. Más bien, el que cada uno asuma su rol, su papel y, la identidad que Dios le dio. Cuando uno asume esto, no necesita estar pensando si un pantalón se verá de hombre o de mujer, porque, simple y sencillamente, uno mismo lo va a saber. 

El enemigo ha buscado atenuar esas diferencias, así como el rol de hombre y mujer, para que ya no haya ni lo uno ni lo otro. Ya hay gente que se considera asexual o transgénero o que no tiene género definido. Está científicamente comprobado que es al revés. Aún las diferencias, los polos opuestos, se atraen. Es lo que genera el equilibrio por el cual Dios hizo tanto a hombres, como a mujeres. 

Es un tema que, espero, no siga generando más controversia. Pero, si tenemos que ser conscientes de no ser piedra de tropiezo para nadie. 

Cierro con esta cita de Romanos 13:13-14:

 “Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.” (Romanos 13:13-14 RVR60). 

Aquí está lo que, me parece el mejor comentario, de cómo debemos de vestirnos, tanto hombres como mujeres: “Vestíos del Adón Yeshua y, no proveamos para los deseos de la carne”.  

Espero que haya sido de bendición la explicación de este mandamiento, de esta pregunta y de esta cita, para aclarar este tipo de dudas. 

CategoríaRecato y Modestia
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