¿Por qué Aarón hizo el becerro de oro?
El cuestionamiento es: ¿por qué hizo este becerro?, ¿por qué se dejó llevar?, siendo Aarón, el hermano de Moshé (Moisés), el líder de Israel. Y, además ¿por qué fue elegido posteriormente como el Sumo Sacerdote? Es un cuestionamiento interesante y vamos a analizarlo.
Vamos a ver que el momento de la idolatría del becerro de oro, se considera uno de los momentos más trágicos de la historia de Israel. Incluso, hasta el día de hoy, en el libro de rezos diarios, conocido como el Sidur, se hace referencia a este pecado del becerro de oro, como confirmando que este pecado no se olvida, que el pueblo cometió este pecado y que ha sido considerado como uno de los peores pecados en toda la historia que nos relata la Biblia, del pueblo de Israel.
Que el hombre peque o que caiga en idolatría -como en este caso también-, no es extraño, pero que líderes tan eminentes como lo fue Aarón, hayan pecado, es lo que puede sorprendernos. La mayoría tenemos a Aarón como una figura de gran estima y ejemplo de testimonio en muchos sentidos. Aarón fue el primer Sumo Sacerdote. Sin embargo, vamos a ver que él está directamente involucrado en esta situación. Entonces, ¿cómo pudo convertirse en el Sumo Sacerdote después de semejante pecado?
ANALIZANDO EL RELATO: AARÓN Y EL BECERRO DE ORO
Vamos a encontrar la respuesta con la Biblia, leamos Éxodo 32:1-8 “Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón;
y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse. Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto ”. (RVR60). Para recordar un poco el contexto, Moisés sube por la Ketubá (contrato de matrimonio) del pueblo de Israel. Es decir, sube al Monte por el documento más importante para el pueblo, por el cual se convertirían en la esposa, el especial tesoro. Pero el pueblo vio que tardaba en descender, por lo que se acercaron a Aarón, quien evidentemente era el segundo al mando. De inmediato, notamos esa falta de paciencia de parte del pueblo, pues para ellos se fue mucho tiempo. Y la impaciencia nos lleva constantemente a cometer errores. Y a veces, las cosas que valen la pena, debemos reconocer que vale la pena esperarlas. Y en el caso del Eterno, siempre valdrá la pena esperarlo. Así que, llegan con Aarón y le dicen: levántate haznos elohim (dioses o dios) que vayan delante de nosotros porque a Moisés, quién sabe qué le pasó.
Esta es una de las 10 declaraciones que escucharon en el Monte Sinaí, lo cual estaba prohibido: “No tendrás dioses ajenos delante de mí, ni te harás imagen de mí, ni nada que esté en la tierra, debajo de la tierra o en los cielos”. Sin embargo, aquí vemos una característica muy común en el ser humano: necesitamos que alguien nos guíe y vaya delante de nosotros, pero, además necesitamos verlo. No solamente tener la confianza de que alguien o algo vaya delante, sino que podamos visualizarlo y de ser posible, palparlo. Así que, Aarón les pide los zarcillos de oro de las mujeres y todos los hijos y aunque eran de oro, se movieron y los entregaron.
Hay varios detalles interesantes, porque en el libro de Gálatas en el capítulo 4, Pablo, haciendo alusión a este pasaje, menciona que en el Monte Sinaí también está la Jerusalén que es como una esclava, haciendo referencia a Agar. Y a que, en el Monte Sinaí, mientras se entregaba la Torá en el ámbito superior o celestial, en la parte inferior o terrenal del mismo Monte, estaba ocurriendo la idolatría. En otras palabras, como en la esclavitud, Agar era una sierva y todo aquel que es idólatra se considera como un esclavo de ese ídolo, de ese “dios”. Comprobamos que, aunque el pueblo había salido físicamente de Egipto, espiritualmente Egipto seguía en su corazón y esto representa un gran retroceso en lo que se había logrado. Por tanto, que físicamente una persona deje ese lugar, no significa que en su interior, mente y corazón se haya despojado de eso.
Son detalles importantes porque, a veces, pensamos: que se conecte, que se congregue, que asista, pero también la mente y el corazón tienen que estar dispuestos a apartarse totalmente de la idolatría. Y, continuando con la lectura de los versos del capítulo 32, leemos algo interesante y curioso porque dice: mañana será fiesta para el Eterno, es decir, Jehová el Dios que los sacó de Egipto. Y aunque muchos de los ahí presentes, sabían que eso no era lo correcto, en su interior, en su justificación, pensarían que sería fiesta para el Dios de Israel. Ya que lo que ellos querían era, conocer al dios que los sacó de esclavitud, así que dijeron: “haznos una imagen Aarón. Ya vimos su manifestación, las plagas, su poder al abrir el mar, pero ahora queremos verlo.” Ya que Moisés, quien era su representante, se había ido. Y en el verso 6, leemos los mismos elementos que en una fiesta para el Eterno: se levantaron de madrugada, presentaron ofrendas de holocausto, ascensión y paz y, se sentaron a comer banquete y a beber con regocijo. Hasta el Eterno le dice a Moisés: Tú pueblo, ya no mi pueblo. Porque lo que ellos están haciendo ahí, piensan que es para Él y que la imagen del becerro es Él.
Vamos a saltarnos hasta el verso 19. Éxodo 32:19-26 “Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte. Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel. Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal. Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro. Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.” (RVR60). Moisés hizo el procedimiento que se habla en el libro de Números con la mujer que es infiel, pues se le daba a beber una bebida que contenía polvo del Templo, muy amarga. Y dice que Moisés se enojó evidentemente y rompe la Ketubá (las tablas del pacto), con las que se formaría el pacto Eterno entre Dios y el pueblo. Moisés busca al primer responsable y en este caso, pregunta a Aarón: ¿qué le había hecho el pueblo, para haberle hecho cometer tan grande pecado? Y Aarón siguiendo el ejemplo de Adán, se busca justificar, con el pueblo diciendo que él (Moisés), ya conoce su corazón. Según el judaísmo, ellos dicen que el becerro, prácticamente se formó de la nada, pero ya leímos que lo hizo con buril (instrumento usado para grabar metales), es decir, lo trabajó. Y al final, se da este momento trágico en que se tiene que hacer una limpia de los infieles y, se diezma al pueblo por medio de los levitas, quienes fueron los que se apartaron, sin contaminarse y sin dejarse arrastrar y se pasaron con Moisés y mataron a los que estaban desenfrenados, a los que no se iban a arrepentir, que estaban volcados a la idolatría, dice que fueron tres mil. Tremenda situación que, derivó en que el sacerdocio sería entregado a los levitas y también a Aarón como Sumo Sacerdote.
¿POR QUÉ AARÓN CEDIÓ A LAS PETICIONES DEL PUEBLO?
Ya vimos que no fue iniciativa de Aarón hacer el becerro. Él no estaba desesperado, pero vamos a ver una serie de posibles razones:
- Ceder a las presiones: Él no aguantó la presión. El pueblo preguntaba y preguntaba por Moisés. Y ante esta característica que muchos tenemos, así como Tomás de la época de Yeshua, quien dijo: “Hasta no ver, no creer”. Si algo tenemos los seres humanos es que, somos muy dados a actuar de esa manera, es decir, de la vista. Y hoy en día más, porque somos una generación multimedia. Si no está en video, no lo podemos creer.Si alguien me lo platica o hace una denuncia, se pregunta: ¿Y no lo grabaste? Ya sea en video o audio, para la evidencia. Aquí en este caso, como parte de la naturaleza del ser humano de tener que ver para poder creer, se considera que estuvieron presionando de tal manera a Aarón, hasta que él terminó por ceder a la presión. Lo que termina en: “Darle a la gente lo que pida” y, en este caso trajo grandes consecuencias. Por Tanto, Aarón no pudo soportar la presión, que recaía sobre Moisés y su liderazgo. Y Aarón no lo sabía hasta que le tocó estar en el lugar de su hermano. El pueblo le dijo: creemos que Dios nos sacó, pero necesitamos verlo. En hebreo, no le dijeron haznos “dioses”, sino, haznos al Dios que nos sacó de Egipto. Porque tampoco el pueblo le dijo: haznos un becerro de idolatría, queremos ser idólatras. No, ellos dijeron: ¡Queremos que el Dios que nos sacó de Egipto, nos guíe! ¡Eso fue todo! Pero, todo está conectado con un “dios” egipcio que era un becerro. Aunque la gente en su corazón o en su interior pensaran que no eran idólatras porque sólo querían conocer al Dios de Israel, no queda justificado de ninguna manera.
- Ser “democrático” o falsa idea de la democracia: Es decir, quiso darle al pueblo lo quequería y tener a todos en paz. Pero, el liderazgo que plantea la Biblia no es democrático y eso es importante resaltarlo y destacarlo. La Biblia no habla de una democracia, entonces, en este caso, darle al pueblo lo que pida, no es bíblicamente lo correcto.
- Un momento de declive espiritual: Por ello, la Biblia nos insta en muchos pasajes, a estar velando, estar orando, no ser impacientes y a estar cerca de Él, porque no sabemos en qué momento hemos de ser probados. Es muy fácil, como en este caso, juzgar y decir: Aarón, ¿cómo pudiste caer en tremendo pecado? Pero no importa quién era. Nosotros no sabemos cómo vamos a reaccionar ante la presión o ciertas circunstancias. Pero, si en ese momento, estamos en un bache espiritual, podemos caer. Y creo que esto es parte de lo que le tocó vivir a Aarón, estas circunstancias que se juntaron y propiciaron que él mismo cayera en este pecado.
- Se vio forzado y quiso hacer tiempo: Finalmente y basada en la explicación del judaísmo, se dice que Aarón se vio forzado. Que no tenía la intención como tal y que no quería hacerlo. Pero dice el Talmud, que el pueblo ya había apedreado a Hur (el varón que ayudó a Moisés a mantener sus brazos levantados cuando Israel peleaba contra Amalec -Éxodo 17-), y se le consideraba también uno de los líderes y ancianos de la congregación. Probablemente, el tercero en el mando hubiese sido Hur. Y se narra en el Talmud, que el pueblo pidió este “dios” y Hur se negó a construirlo, entonces, lo apedrearon y cuando Aarón vio esto, tuvo miedo y trató de hacer tiempo en lo que regresaba Moisés. Por eso les dice: que hasta mañana sería la fiesta para el Eterno, para dar un día más, esperando que Moisés descendiera.
Recordemos que tanto Moisés como Aarón, ya habían sido amenazados por el pueblo, prácticamente recién habían salido de Egipto. Ya sabemos cómo se comportaba el pueblo: queja tras queja. De aquí se entiende un poco la pregunta que Moisés le hace a Aarón en el verso 21: Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? Es decir, ¿qué te hizo este pueblo para que cometieras tan grande pecado? Me parece que, refuerza esta idea que se ha enseñado desde hace muchos años: que Aarón no tuvo la intención de ser un idólatra más, ni tomó la iniciativa, sino que cedió ante la presión.
¿POR QUÉ AARÓN FUE ESCOGIDO COMO COHEN HAGADOL (SUMO SACERDOTE)?
Para muchos, hubiese quedado totalmente descalificado, si al ver su currículum le encuentras este detalle de idolatría. Entonces, ¿por qué Dios, a pesar de todo esto y teniendo este antecedente, lo elige, no como un sacerdote más de la tribu de Leví, sino como el Sumo Sacerdote? Yo creo que, no fue por ser hermano de Moisés, pues eso sería nepotismo. Pero vemos que dentro de las consecuencias que se vivieron, Aarón no forma parte de ellas, aún cuando fue regañado, fue llamado a ponerse a cuentas y por supuesto, debió haberse sentido de una manera terrible y muy avergonzado. Algo así como se habrá sentido Pedro al negar tres veces a Yeshua. Pero definitivamente, no llevó, ni cargó las mismas consecuencias, porque dice que los levitas se pasaron del lado de Moisés y quiero pensar que Aarón, no solo por ser su hermano, sino por ser levita, se pasó también del lado de Moisés, caso contrario, hubiese sido muerto.
Así que, la primera respuesta que puedo dar es que Aarón fue elegido Sumo Sacerdote por gracia de Dios, por misericordia, ya que nadie estaría calificado, en el sentido humano, para ejercer el sacerdocio. Nadie podría ejercer por sus propios medios, ningún cargo en el ministerio, ni en ninguna obra. Y creo que esto nos hace pensar que todos somos indignos del llamado. Pero es la gracia y misericordia, lo que nos tiene participando de las cosas del reino. Y, en segundo lugar, y no apartado de lo mismo, porque Dios es perdonador. Aarón se equivocó en gran manera, considerando que los motivos fueron una combinación de todos los anteriores: por presión, porque no estaba fortalecido espiritualmente, porque tenía miedo del pueblo que lo quiso apedrear, porque quiso hacer tiempo a que bajara Moisés. Finalmente, Dios es perdonador y Él es capaz de pasar por alto, nuestro pecado, cuando nos arrepentimos. Que Él no guarda para siempre el enojo y su misericordia es para siempre. Aarón se equivocó y carga una gran responsabilidad en este pecado, pero podemos creer sin duda, que hizo teshuvá (arrepentimiento) de todo su corazón. Y creo también que, esa caída era parte de ese proceso, para convertirse en lo que el Eterno tenía destinado para él. Y eso mismo, puede sucedernos a ti y a mí. A veces, quisiéramos retroceder en el tiempo para no habernos caído, pero tal vez fueron esas caídas las que te hicieron ser la persona que hoy eres. Y no es que diga, qué bueno que cometimos pecados o errores en el pasado, pero podemos darnos cuenta de que, eso sirvió para formar nuestro carácter, para valorar la gracia, apreciar el perdón de Dios y, para ser conscientes que, si estamos donde estamos, es por la gracia y misericordia de Dios. Te invito a que pienses en eso. Y también creo que, en el corazón de Aarón no había esa idolatría que, si había en el pueblo y por eso, no fue juzgado con la misma vara.
LA JUSTICIA DE DIOS
Aquí también entra la justicia de Dios: Él no puede errar en sus juicios, ni equivocarse. Dios no tendrá por inocente al culpable, entonces Él no pondría como Sumo Sacerdote a un hombre que sabía que tenía idolatría en su corazón, que no se hubiese arrepentido realmente o que no creyera en Él de la manera que Él mismo lo había indicado. ¡Dios es justo! Y más adelante, en la Escritura, lo podemos comprobar cuando sus hijos son juzgados y mueren. Y a lo mejor, para algunos, puedan considerar que parte del castigo para Aarón por este pecado del becerro de oro, fue la muerte de sus hijos (Nadab y Abiú). Y si fuera así, estamos hablando de una consecuencia muy grave, drástica y terrible.
Los grandes hombres de la Escritura, lo hemos leído, han tenido sus fallas y cuando se arrepintieron, Dios fue capaz de seguirlos usando, porque era parte de su crecimiento personal, por el cual era necesario que pasaran. A veces, para poder subir, es necesario caer o bajar.
A VECES, PARA SUBIR, ES NECESARIO BAJAR
Veamos lo que dicen los últimos versículos de Éxodo 32:34-35 “Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré en ellos su pecado. Y Jehová hirió al pueblo, porque habían hecho el becerro que formó Aarón.” (RVR60). Cuando dice: castigaré en ellos, es decir que, cada uno pagará su propio precio. Cada uno recibirá la retribución de sus pecados. Y ya vimos que algunos murieron cuando bebieron esta agua que contenía el polvo del becerro, otros murieron a espada, otros heridos aparentemente por una plaga. Y, ¿por qué Dios no destruyó a Aarón? Porque yo creo que el pecado de Aarón fue por una debilidad en su carácter y a eso se debió su caída, más que por rebelión, la cual si había en el corazón del pueblo.
Lo comparo un poco con el Rey David, sabemos que él comete pecado con Betsabé, pero también fue por una cuestión de debilidad en la carne. Pero David, con corazón arrepentido, se humilla delante de la gracia de Dios y por ello no lo mata y no lo despoja de su posición, porque sabía que David necesitaba esa caída, para volver a tener ese corazón que algún día tuvo.
Y no me cabe duda, que esta fue la lección más grande en la vida de Aarón y que muchas veces, aprendemos más de las caídas y errores que de los aciertos. Así que, seamos tolerantes y pacientes unos con otros y no nos vayamos con lo que a simple vista leemos o vemos, sino que pensemos y analicemos de manera más profunda, el porqué las personas, a veces, caen en ciertos pecados.
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