¿POR QUÉ DICE LA BIBLIA “GANAR AMIGOS CON RIQUEZAS INJUSTAS”?

Bienvenidos una vez más, a Respuestas en la Biblia. Vamos a seguir aprendiendo y conociendo de la Palabra del Eterno. Hoy, en la pregunta 155 analizaremos la frase o expresión “ganar amigos con riquezas injustas”, tomada de los pasajes en los evangelios donde enseña “Yeshua” (Jesús) para que podamos entender el contexto de esta frase que es bastante peculiar. 

HISTORIA DEL MAYORDOMO PRÓDIGO, PERO SAGAZ 

Historia del mayordomo pródigo o injusto, pero sagaz. Vamos a leer el evangelio de Lucas 16:1-13:

 “Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de tí? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo. Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas. Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? El dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta. Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta. Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz. Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. (Lucas 16:1-13 RVR60).

 Una historia muy interesante que nos deja aquí Yeshua con algunos recovecos, pero que envuelve muchos principios de la vida y espero que los aprendamos juntos. 

MAYORDOMO = ADMINISTRADOR, APODERADO, REPRESENTANTE LEGAL 

Vamos a ir desglosando este pasaje, para llegar al punto del versículo 9, que estamos analizando. Yeshua les quiere dar una lección a sus discípulos, y a ti y a mí, que también somos sus discípulos. Dice el verso 1 que tenía un mayordomo, el cual no es como el mayordomo que tallaba los pisos, sino más bien un administrador, apoderado o representante legal de una empresa, pero de los bienes de su amo, el cual es un hombre excesivamente rico. Como suele pasar con la gente que tiene mucho dinero, tiene que delegar en otros, asuntos donde interviene muchísimo dinero. Este mayordomo está ahí para decidir, ya que tiene las facultades y el poder para pagar, cobrar, hacer descuentos, en fin. Imaginemos a alguien estilo “Yosef” (José) con Potifar, quien se despreocupaba de todo, habiendo dejado su anillo y toda la administración de su casa en manos de José. Así es este mayordomo. Sin embargo, en la historia, este mayordomo es acusado de disipar los bienes de su amo. A veces es muy fácil gastar el dinero cuando no es tuyo, es algo muy común desperdiciar recursos de la casa o empresa porque no los paga uno. Entonces, este hombre fue acusado y, le piden cuentas. 

A RENDIR CUENTAS DE LA MAYORDOMÍA 

En el verso 2 dice que el amo lo llamó acerca de lo que ha oído de él, para que dé cuentas de su mayordomía porque ya no podría ser más mayordomo. Lo está despidiendo, pero tiene que rendir cuentas. El amo sabe que lo que dicen es verdad. No tiene la menor duda de su culpabilidad. Y aquí viene la primera lección: Todos vamos a dar cuentas al final del día. No importa donde trabajes, pero puedes ser llamado a dar cuenta de tu trabajo: ¿cómo nos iría? Y, es más, si nos llamara el Eterno hoy mismo a su Presencia, ¿qué cuentas le daríamos? 

UNA CRISIS ES TAMBIÉN UNA OPORTUNIDAD

En el verso 3, viene esa parte sagaz del hombre encargado que les comentaba yo. Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Así que se dio cuenta que estaba en problemas, probablemente no fuera a la cárcel, pero se quedaría en la calle y no podía hacer trabajo pesado y mendigar le daba vergüenza. Porque una cosa es disfrutar y otra cosa es tener, él administraba, pero no tenía nada. Se podía dar, aparentemente, la buena vida, pero nada era suyo. Hay una lección adicional en esta historia, él dice: cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. ¿Qué voy a hacer? Ya me corrieron, pero debo entregar cuentas, pues tengo los días contados en mi labor. Podemos ver que sucede algo, la necesidad o la vergüenza nos pueden hacer reaccionar y pensar para algo diferente. Es decir, una crisis, es también una oportunidad. Sirve para salir de nuestra zona de confort. A veces, vale más trabajar inteligentemente, que trabajar duro. 

La idea del pasaje en la Biblia: “con el sudor de la frente comerás”, no es únicamente porque habría de sudar trabajando, sino que tiene que ver con el concepto de vas a tener que pensar. Aquí sigue lo que se le ocurrió a este hombre para cuando le fuera quitada la mayordomía y la gente le recibiera en sus casas; considerando la posición, la autoridad y la confianza que tenía.

VALE MÁS TRABAJAR SAGAZMENTE, QUE TRABAJAR DURO  

Dice en los versos 5 y 6: 

Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? El dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta. Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta. 

Por tanto, le dio al primer deudor un 50% de descuento, al segundo un 20% de descuento. Lo que estaba haciendo era un abuso, pero este hombre tuvo que pensar más allá de lo que algún día consideró, para ponerse a trabajar sagazmente, más que duramente. 

Esto me recuerda una historia, sobre la idea de que las crisis son oportunidades que nos ayudan a salir de nuestra zona de confort. Se dice que un rabino y su discípulo van a visitar a una familia muy pobre que solo tenía una vaca lechera, de la cual vivían, pero apenas les alcanzaba para vivir. Esa noche, después de una humilde cena, el rabino y el “Talmid” (Discípulo) se van a dormir. Y, durante el tiempo de los rezos, el discípulo escucha al rabino pedir al Eterno que mate a la vaca del dueño de la casa. Al otro día, en la mañana, la familia, les cuenta la tragedia de que la fuente de su sustento, la vaca lechera, amaneció muerta. El rabino y el aprendiz se van, pero en el camino el alumno se siente contrariado, por lo que decide preguntarle al rabino, por qué había orado para que se muriera la vaca, si era la fuente de sustento de la pobre familia que les acababa de recibir. A lo que el rabino responde que: el Eterno le había revelado que un ángel iría a pedir la vida de alguien, y el rabino negoció que fuera la vaca y no la esposa que era por la que iba el ángel. De esta forma, se llevó la vida de la vaca. Pero, sobre todo, era, porque el rabino sabía la capacidad del dueño, el lechero, de la casa. Y que el Eterno, sin duda, tendría un plan para él. Así quedó la historia, aunque el discípulo no quedó contento del todo. Pasado aproximadamente un año, el mismo rabino le dice a su discípulo, es momento de regresar a la casa del lechero. Cuando llegan a la casa, el “Talmid” se da cuenta de que ya hay varios cambios en la vivienda. Hay mejores muebles, el jardín está arreglado, en el terreno ya hay un campo de siembra, por lo que hubo también una mejor cena. Cuando van a dormir, el alumno le pregunta al rabino: ¿qué pasó para que hubiera este cambio? El rabino contesta: ¿por qué no le preguntas tú mismo al hombre? A la mañana siguiente, el discípulo le pregunta al dueño de la casa: ¿qué pasó aquí? Pues la última vez que nos vimos murió su vaca -que era su sustento- y la casa ahora es bastante mejor, lo mismo que la cena. El dueño de la casa le responde: A partir de la muerte de la vaca, emprendí otros negocios. Me di cuenta de que tenía que negociar. Vendí la carne de la vaca, con el dinero, compré mercancía que luego vendí. Me dediqué al comercio, me comenzó a ir muy bien, abrí mi propio negocio y aproveché para arreglar el terreno que tenía en casa y que nunca había podido arreglar para poder sembrar, cultivar y obtener ganancias de ahí. Estoy a punto de comprar otra vaca, pero en esta ocasión, para contratar a alguien más que salga a vender la leche y obtener más ganancias. De modo, que el discípulo se quedó impresionado pensando: “solo cuando nos enfrentamos a una crisis, somos capaces de prosperar y atrevernos a hacer más”. Esto es exactamente lo que hizo el mayordomo.

ALABADO POR SU SAGACIDAD 

Dice el verso 8: 

Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz. 

Aquí nos hacemos la pregunta: ¿cómo es posible que haya alabado el amo a este mayordomo malo? Primero, no está diciendo aquí que lo que aprobó fue su conducta, sino que alabó la manera tan sagaz con que está actuando. Sabemos que este hombre está despilfarrando los bienes del amo y que le está robando sus ganancias. Segundo, alabó su inteligencia, su sagacidad para forjarse un futuro y ser capaz de invertir con recursos que, además, no eran suyos, lo cual es muy interesante. 

Como siempre, todas las parábolas que nos da Yeshua nos dejan muchas enseñanzas. Si tú eres el dueño de alguna empresa, no confíes tus negocios en quien no tenga temor del Eterno o que sepas que es una persona deshonesta. Porque no va a trabajar con sus bienes y no tendrá ningún problema en ser corrupto. Esto lo establece aquí Yeshua como un principio muy cierto: “los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz”. Y esta es una realidad: la gente de este mundo juega dos barajas. No tienen problemas de conciencia o de ética y, de eso, sacan provecho justamente. En cambio, el creyente está limitado por su conciencia, su moral, por los mismos mandamientos. Por ejemplo, en el caso del “shabat” (día de reposo): una persona no creyente no tiene problemas en comprar, vender, hacer negocios o lo que sea en este día. Pero una persona creyente que tiene temor del Eterno, que quiere agradarle y guardar los mandamientos, dirá que en “shabat” no puede hacer negocios. Y muchas veces va a perder por estar dispuesto a obedecer. Esta es una realidad de la que tenemos que estar conscientes. No estamos compitiendo contra el mundo. No se trata de eso. A veces, los creyentes tienen esta perspectiva y meta de que: “hay que prosperar a como dé lugar, porque la prosperidad de Dios se refleja exclusivamente a través de las riquezas materiales de este mundo”. ¿Dónde en la Biblia dice eso? Puede ser que haya una bendición material, por supuesto, por guardar los mandamientos, pero también es una realidad que, en muchas ocasiones, el creyente estará limitado en cuanto a eso por la Torá (Instrucción, Ley) o por su misma conciencia, porque no puede jugar con las mismas reglas que la gente del mundo. Y no hay nada por que apenarse: ¡al contrario!

USAR EL DINERO PARA GANAR AMIGOS  

Dice el verso 9:

 “Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando estas falten, os reciban en las moradas eternas”.

 Aquí la frase interesante que tiene la idea y propósito de que, para esto, debemos usar los recursos: “usa el dinero para ganar amigos”. La palabra amigos puede ser entendida de diversas maneras. Una de ellas, como almas para el Eterno que, además, al hacer esto, estaremos ganando de paso una recompensa celestial. Es decir, “moradas eternas”. Si usamos los recursos de este mundo y ganamos almas o amigos para el Eterno, recompensa tendremos. No nos va a hacer falta una morada en el cielo. 

El término riquezas injustas, si lo tomamos literalmente, sería como en transgresión. Pero no es la idea de dinero robado o mal obtenido, lo que está diciendo aquí Yeshua. Si no, la idea de riqueza injusta implica que no es nuestra. Y es lo que está haciendo aquí este hombre. Está tomando un dinero que no le pertenece, ni es suyo, para lograr un fin. Si consideramos que somos mayordomos de los bienes de Dios, porque todo es suyo, no nuestro. La lección no es que estés despilfarrando el dinero, como este hombre, ni que estemos dando cosas que no son nuestras, sino que usemos los recursos materiales de forma sagaz e inteligente para ser escuchados o para que nos reciban como en este caso. Incluso, como dice Yeshua, podemos usar los bienes de otra persona, no robarlos. Podemos usar los bienes de otros, aun cuando no sean creyentes, para este mismo fin. No está hablando de ilegalidad, ni de robar. Está hablando de bienes no propios, eso sería “la riqueza injusta”, porque no es nuestra, porque no la merecemos por mérito, pero las podemos usar. Por tanto, podemos ser el mayordomo o el administrador. Por ejemplo, como me sucedió a mí, en mi propia vida, hace muchos años. Resumiendo, estaba yo sirviendo en un ministerio con otra persona al frente, donde llevábamos alimento y ropa a niños que estaban en la calle en la Ciudad de México, en la muy conocida zona rosa. Un lugar que está lleno de vida nocturna: antros, bares y lugares así. Y ahí, en el mero corazón de este lugar, se estableció esta obra de cada sábado por la noche, llevar alimento, ropa, enseñarles la Palabra, jugar con los niños, en fin. Y, en una ocasión, en un punto donde nos poníamos sobre la calle, me llama una persona bien arreglada para decirme: “Yo soy el dueño de este lugar (un club nocturno) y, estoy muy impresionado de lo que ustedes están haciendo, que haya gente interesada en ayudar a los que lo necesitan. Por lo que quiero presentarte al administrador del lugar, para que todos los refrescos, vasos y servilletas que necesiten, yo se los quiero dar. Él ya sabe, así que todo lo que necesites, se lo puedes pedir a él y se los va a dar porque yo se los invito. Para todos los niños y para toda la gente que viene contigo”. Yo me quedé sorprendido. Se me hacía increíble lo que Dios puede hacer y cómo mueve los corazones. Así que, yo le dije: ¡Bienvenido! Qué bueno, porque nos hace mucha falta. La verdad ese ministerio se sostenía de nosotros mismos, de lo que cada uno aportaba y cada vez había más niños. Yo recuerdo que, luego de platicarles a algunas personas, me decían: “No es posible, no podemos aceptar bienes de personas que viven en el pecado o en inmundicia”. Yo les contesté: “Puede que no sea lo ideal que una persona así nos dé, pero él nos lo está dando y ningún otro creyente lo ha hecho. Además, no es que estemos compartiendo con él lo que cree o hace, sino simplemente estamos usando los recursos que él nos da para un fin mucho más importante que es desarrollar el ministerio y acercar a más personas a Dios y a su Palabra”. Este pasaje me hizo recordar, justamente esto que sucedió en mi vida. Luego también pasaba gente que nos daba ofrendas para apoyar lo que estábamos haciendo con los niños. Probablemente, fuera gente que no tenía temor de Dios, pero lo sintieron así en su corazón. 

Yo creo que es así, esta historia de Yeshua no es que esté alabando propiamente el accionar del mayordomo pródigo o malvado, sino que ha sido capaz de usar lo que no es suyo con un fin más importante. Yo creo que el dinero será de bendición para lograr que te permitan entrar para que se abran las puertas y compartirles de la fe. ¡Esa es la idea! Si este hombre malo fue capaz de hacerlo para ganarse amigos, ¿por qué nosotros no debemos hacer lo mismo, pero con un propósito mayor y celestial? Es decir, si la gente mala, gana amigos con dinero, nosotros también lo podemos hacer así para el Eterno. 

Volviendo al verso 9, que dice: 

Ganad amigos por medio de las riquezas injustas. 

No se refiere a robar. Y ganar amigos, no es que nos ganemos el cielo, sino que nos ganemos amigos celestiales que nos abrirán las puertas por haber obrado bien o, simple y sencillamente, también es una manera de decir que es una forma de abrir el camino o las puertas para que otros nos escuchen. Si no es con dinero propio, también se vale, siempre y cuando sea para ese fin. 

NO PODEMOS SERVIR A DIOS Y A LAS RIQUEZAS

Para que veamos que el mayordomo no se salió con la suya, por así decirlo, veamos la conclusión de esta historia, que es lo que dice a continuación Yeshua en los versos 10 al 13: 

 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?  Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.

 Por tanto, debemos tener cuidado. Tampoco podemos vivir para el dinero y tomarlo so pretexto para predicar la Palabra. A veces, hay ministerios que parece que el único enfoque es pedir: diezmo, ofrenda, aunque la gente no pueda porque se va a hacer tal o cual cosa. El dinero es una bendición y se necesita para muchas cosas, pero no debe ser el fin de un ministerio de ninguna manera. La idea es: “si en lo que NO era tuyo, no fuiste fiel, ni justo; ¿por qué se te habría de dar lo que es verdadero y que es más? Justamente por eso, corrieron al mayordomo que, aunque fue sagaz y de admirar lo que resolvió hacer, tampoco quiere decir que estaba bien su corazón. 

CONCLUSIÓN 

Vamos a ver como conclusión lo que el Apóstol Pablo le dice a Timoteo, referente a este tema de las riquezas injustas y cómo aprovechar el dinero para un propósito divino. Porque esta es la verdad, finalmente, todos somos administradores de los bienes de Dios y hemos de dar cuenta de esto algún día. Esto también debemos de pensarlo, no necesitamos estar en una empresa para despilfarrar el dinero. Dios también nos va a pedir cuentas de lo material y de lo que nos ha dado. Y yo te pregunto y también me pregunto: ¿qué tan fieles hemos sido? ¿Hemos sido fieles en nuestros diezmos y ofrendas, en lo que sabemos que es de Él? ¿Hemos aprovechado los recursos para nuestros deleites y satisfacción de nuestros deseos? ¿O los hemos usado para el reino de Dios?

Leamos 1 Timoteo 6:17-19:

 “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna”. (1 Timoteo 6:17-19 RVR60). 

¿Qué significa ricos en buenas obras? ¿Será guardar para nosotros mismos? ¡No! Significa usar ese dinero para que se puedan hacer buenas obras. También se hacen tesoros para nosotros en los cielos cuando nosotros damos aquí en la tierra. Esta es una lección importante que también nos deja esta historia. 

Que seamos de aquellos que saben aprovechar las riquezas injustas, es decir, las no propias. Pero también ser justos con las riquezas propias. Siendo fieles en lo poco, para que el día de mañana podamos ser fieles en lo mucho. No estemos esperando ganarnos la lotería para diezmar, ayudar, ofrendar. Yo creo que, como dice la Palabra, ¿cómo van a darnos lo más si no somos fieles en lo menos? Por último, ganemos amigos por medio de las riquezas injustas, usemos los recursos que tengamos para la difusión y enseñanza de la Palabra. Muchas veces, tendremos que invertir en ello para podernos acercar a alguien. Invitar a cenar a las personas a shabat puede implicar un gasto fuerte adicional en tu presupuesto. Pero es una forma de acercarles, hablarles y que te presten la debida atención. Tengamos la sagacidad y valor de invertir en el reino de los cielos para ganar almas, ganar amigos para el Eterno y, al final, tendremos una recompensa porque Él nos dará más, para ganar más personas. 

Agradezcamos a Dios y que nos permita ser mayordomos sagaces, inteligentes y capaces de usar todos los recursos para su honra y gloria.  Espero que con esta información te sientas más bendecido y la compartas.  

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