¿Por qué Dios requiere sacrificio de animales?
Creo que esta pregunta, más de una vez, se nos ha ocurrido porque es una duda que surge cuando hablamos de los sacrificios. Pero si soy honesto, creo que la mejor respuesta, sólo nos la puede dar el Eterno. Más, porque hoy en día, hay una sociedad que ha sido muy sensible al tema del maltrato animal y sus derechos. Por ello, existen varias asociaciones en pro de los animales que no estarían de acuerdo en lo absoluto con su sacrificio.Así que, me he preguntado: ¿Por qué Dios lo hizo de esa manera? ¿Por qué las ofrendas por el pecado tendrían que ser con animales? ¿Por qué no fueron con plantas, con flores, con piedras, con árboles o de cualquier otra manera? Pero la primera respuesta que puedo dar es: Dios fue quien hizo todas las cosas, las reglas y quien estipuló cómo debían ser las ofrendas. Él diseñó y escribió el libro de la vida.
Pero te aseguro que, si hubiéramos estado en el lugar de Dios, nosotros hubiéramos hecho las cosas de otra manera. Yo conozco a más de una persona que opinan: ¡Cómo es posible que sean los sacrificios con animales! ¡Ellos ni la deben, ni la temen! ¡Todo por culpa del hombre! ¡Mejor hubiera sido con dinero y que el hombre trabajara para expiar sus pecados!, etc.
UNA CONEXIÓN ESPIRITUAL
Pero Dios decidió que fuera así, por medio de los animales. Y como sociedad occidental, al menos hoy, no hay una respuesta que satisfaga completamente, por lo menos a mí. Por lo que les voy a compartir lo que yo investigué y cada uno llegará a sus propias conclusiones. Y que tengamos nuestra conciencia tranquila al aceptar cómo Dios hizo las cosas. Incluso los libros de Números y Levítico no son muy estudiados porque hay situaciones en los sacrificios que nos ponen incómodos porque no son agradables.
Vamos a considerar, que la labor principal del sacrificio no era el acto físico de matar al animal. No se trataba de matar por matar. El sacrificio tiene una conexión espiritual. La idea de los sacrificios era establecer una conexión con el Eterno. De hecho, el término ofrenda, que se llevaba para los sacrificios, es la palabra hebrea: “korbán”. La raíz de esta palabra implica: acercarse o volver a Dios. De eso, se trataban los sacrificios, de acercarse y conectarse a Él. No era llevar al animal por llevarlo. Entonces, todos los requisitos de estos “korbanot” (sacrificios u ofrendas), eran parte de establecer este vínculo con Dios. Y esta idea, no ha cambiado en lo absoluto. El sacrificio de Yeshua sigue teniendo la misma raíz: acercarnos a Él. ¿Por qué? Porque el pecado crea una separación de Dios y la única manera de resolver esa separación que produce el pecado entre el hombre y Dios es por medio de un sacrificio u ofrenda.
EJEMPLO DE CONEXIÓN ESPIRITUAL
Vamos a poner el ejemplo de una persona que está hablando por un teléfono celular: Pensemos en un individuo que ha viajado desde el pasado (hace 200 años), hasta nuestro presente (siglo XXI), de repente, observa en la calle a una persona que está hablando por un celular y escucha que está hablando, que a veces calla, que de momento se ríe, etc. ¿Qué va a pensar el viajero de esa persona al celular? ¡Pues que está loco! ¿Con quién está hablando esta persona? Para él no tiene lógica, pues no ve a nadie más. Pero, nosotros sabemos que no está loco, porque lo hacemos todos los días. Simplemente sabemos que hay alguien del otro lado de la línea. Para nosotros tiene sentido, porque sabemos que sí existe alguien del otro lado. Sabemos que la tecnología ha avanzado (aunque no veamos las ondas) y, que se está comunicando con alguien que le responde en ese mismo momento.
Podemos pensar algo similar con los sacrificios. Aunque muchas personas critican la Biblia porque consideran que los sacrificios son de una época retrógrada, pagana, arcaica o de pueblos salvajes que tenían que llevar animales como las culturas prehispánicas. Se preguntan: ¿cómo es que los judíos quieren un Templo para volver a esas prácticas? Bueno, si sólo nos quedáramos con esa perspectiva, seríamos como la persona que viajó 200 años del pasado al presente y no entiende que hay una conexión. No comprenden que hay una persona al otro lado de la línea respondiendo.
Pero nosotros sabemos que hay alguien del otro lado y que hay una conexión divina, celestial. Y Dios estableció esa forma de contactarnos con Él (aun cuando se trata de un tema de fe). Él dijo, esta va a ser la línea y la manera en la que nos podemos contactar. Tampoco quiero decir que sea la única manera, estoy totalmente de acuerdo. Una persona que ora, una persona que da tzedaká (hace justicia) entra en conexión con Dios. Cada que guardamos un mandamiento, nos conectamos con Dios. Sin embargo, hay ciertos mandamientos en específico, como en el caso particular de los sacrificios, en los que definitivamente, Dios los determinó así, pues él hizo las reglas. No es que yo esté muy de acuerdo y diga, vamos a matar setenta animales, pero Dios decidió que esa era la manera de poder acercarnos y conectarnos con Él. Por tanto, yo te invito a que cuando leamos de las ofrendas, en estos libros de la ley, pensemos en la conexión espiritual, en este aspecto que conectaba al pueblo con Él y que esa era la manera de poderlo establecer. No solo en la cuestión de derramar sangre por derramar sangre o por una cuestión de pecado. Había otros motivos por los cuales presentar ofrendas: las de paz, de agradecimiento, de comunión, de santidad, de holocausto y de una entrega total a Dios, en los cuales también había derramamiento de sangre.
LOS ANIMALES Y EL HOMBRE COMPARTEN EL MISMO DÍA DE LA CREACIÓN
Pensemos en algunas razones para que los sacrificios fuera por medio de animales:
Hay aspectos interesantes que debemos contemplar como: ¿qué día creó Dios a los animales y al hombre, dentro de la semana de la creación? El sexto día fueron creados ambos. Exactamente el mismo día. ¿Por qué? Para que el hombre se diera cuenta de que podemos llegar a ser como los animales cuando nos apartamos del Eterno, cuando le damos la espalda a Dios y cuando no vivimos conforme a sus mandamientos. Entonces, podemos descender a esa condición y por ello, compartimos el mismo día de la creación, para que no nos sintamos tan superiores y con egocentrismo como los reyes de este mundo. Por tanto, compartimos esta cuestión de haber sido creados el mismo día y como dato curioso, los animales son la única creación que comparte tantos rasgos comunes con el hombre. El 99% del ADN del hombre es exactamente igual al de un chimpancé y el 90% del ADN del cerdo es igual al del hombre. Y esto no significa que seamos como los simios o los cerdos, porque cada quién termina siendo de donde piensa que viene. Si pensamos que venimos del simio, efectivamente vamos a terminar siendo más parecidos a ellos de lo que somos en el ADN. Pero si pensamos que venimos y fuimos creados por el único Dios, vamos a terminar por parecernos a Él. Así que, por ende, al compartir el mismo día de la creación, los sacrificios por la caída del hombre serían pagados por los animales.
RAZONES PARA LOS SACRIFICIOS POR MEDIO DE ANIMALES
Otra razón más interesante y por la que me inclino más a pensar, es que finalmente, Dios nos da el modelo a seguir y, por tanto, nos mostraría la manera en que habría de cubrir el pecado. Dios estableció como regla para los sacrificios que fuera de esa manera. Y, ¿cuál fue el primer sacrificio documentado en la Palabra? ¿Cuál fue el primer korban? Está registrado en el libro de Génesis con Adán y Eva, que cuando estos cayeron, se cubrieron de hojas de higuera. Pero Dios no aceptó esa cobertura para ellos. Entonces, el Eterno hizo el primer sacrificio, para vestirles con piel de animal, para cubrirles por su pecado. Les mostró que tenía que haber una paga, una ofrenda para poder cubrir su pecado. Luego, ya vino el sacrificio de Abel.
Es una lección muy fuerte que nos enseña Dios que, por medio de un korban, es decir, de un sacrificio, quedarían cubiertos los pecados. Así que, desde el principio del hombre, fue de esa manera y así quedó establecido en la Torá (Instrucción), para cubrir y acercarnos a Él. Si el Eterno no hubiese cubierto a Adán y a Eva con pieles, éstos no hubiesen podido acercarse a Dios.
Otra razón es por medio de la sangre, porque sin derramamiento de sangre, no hay remisión. Dios pudo haber cubierto el pecado con plantas o flores u otra manera. Adán y Eva lo intentaron con hojas, pero Dios dijo: ¡No! Al involucrar animales en las ofrendas, está involucrando la sangre. Y hay algo intrínseco en todos los hombres, que cuando vemos sangre, sabemos que ahí está la vida. Así dice Levítico 17:11 “Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.” (RVR60). Así que, las plantas y cualquier otro elemento, no tendría sangre. Por tanto, era necesaria la sangre de los animales para que entonces fuesen redimidos y expiados todos los pecados. Definitivamente, esto iba a causar un impacto en la persona que llevara a cabo los sacrificios, pues al cortarles el cuello, vería cómo la vida del animal se iría yendo y disolviendo. ¿Qué generaba en una persona, ver a un animal que se estaba desangrando? Se daría cuenta de varias cosas: 1. Lo que causa el pecado: la muerte de un animal. 2. Si llevaran frutas o plantas, no tendría el mismo efecto en la persona, como el sacrificio de un animal. Por eso es tan importante y, Dios estableció los animales como los elementos para los sacrificios. Para que al hombre le causara tal impacto, que se arrepintiera y no volviera a pecar. Para que viéramos la seriedad y nos concientizáramos.
Hay otro elemento que se conoce como: vidui. Término hebreo que es utilizado en el acto de poner las manos sobre la cabeza del animal y confesar audiblemente los pecados. Eso era parte del sacrificio que se presentaba: la confesión del pecado. Si no había la confesión del pecado, llamada vidui, entonces la ofrenda no era kosher (aceptada). ¿Qué sucedía con esto? Era como si se hiciera una transferencia de pecados al animal, el cual moriría en nuestro lugar.
¿CUÁL ES LA IDEA DEL SACRIFICIO POR MEDIO DE ANIMALES?
Que la persona se identificara con el animal y unos minutos después al verlo morir, dijera: ¡Ese debí haber sido yo! Por eso, dentro de las reglas, el animal que se ofrecía debía pertenecer a la persona que lo llevara. No se podía llevar al animal de otra persona, para el sacrificio. También debía ser un animal que le hubiera costado, es decir, animales domésticos, de naturaleza más dócil, que debían ser de uno. No podían ser animales salvajes o peces. El hecho de que el animal perteneciera a la persona implicaba que, lo había criado también y esto lo hacía más dramático pues se encariñaban con el animalito luego de darle de comer, de beber, de cuidarlo y sobre todo verlo crecer. Entonces, las personas tomaban conciencia del costo que implicaba el pecado y que el animal estaba tomando el lugar que le correspondía a ellos.
SOMBRA DE LO QUE HABÍA DE VENIR
¿A dónde más apunta todo esto? Porque todo esto es una sombra, una sombra de lo que habría de venir como dice la carta a los Colosenses. El sacrificio de animales fue la provisión temporal que dispuso el Eterno para el perdón de los pecados, pero no era nada más que el plan final, como dice la carta a los hebreos. Si hoy muchas personas se pueden sentir indignados porque dicen: ¿qué culpa tenía el animal? ¿Qué injusto! Ahora pensemos en Yeshua quien siendo completamente inocente y vivió una vida sin pecado fue sacrificado por ti y por mí. Eso si es totalmente injusto. Hoy en día se sacrifican animales con fines menos sagrados o santos -como diversión-, que no tienen nada qué ver con la reconciliación con Dios y con la santidad. Yo considero que la vida de un animal que es entregado para un propósito así tenía gran valía.
Solo por la sangre de Yeshua, se hace remisión de pecados. Dice la carta a los Hebreos 9:22 “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” (RVR60). Entonces, estos sacrificios, eran una sombra del sacrificio supremo del Mesías. Yeshua es el cordero de Dios y Yohanan el Bautista (Juan), lo identificó así aun cuando el Templo estaba en pie. Él dijo en Juan 1:36 “He aquí el Cordero de Dios.” (RVR60). Entendiendo el sacrificio de estos animales, sería más fácil entender el sacrificio del Mesías. Y también darnos cuenta de la superioridad del sacrificio de Yeshua, ya que no fue un animal el que pecó, sino el hombre (Adán y Eva) los que pecaron. Y como la Torá demanda justicia y equidad, solo la vida de un hombre equilibraría la balanza en este caso.
Así que, como todo en la Torá, apunta a Yeshua, al Mesías, a la obra que Él habría de hacer a nuestro favor y los animales serían eso: la ofrenda que apuntaría a la ofrenda suprema y perfecta de nuestro Adón Yeshua (Señor Jesús). Y también la ofrenda costaba, ya que el animal había tenido un precio que había que desembolsar para llevar a cabo el sacrificio. Independiente de la parte emocional y espiritual que implicaba.
Agradezcamos al Eterno por el sacrificio perfecto que nos ha cubierto, limpiado y redimido de todo pecado. Y aun, cuando no haya un Templo, sabemos que el sacrificio perfecto sigue vigente. Y el resto de los sacrificios que se puedan hacer serán memoriales o de agradecimiento al Eterno por el sacrificio mayor de Yeshua.
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