¿POR QUÉ ES IMPORTANTE MORAR EN LA SUKKÁ? 

Bienvenidos, una vez más, a “Respuestas en la Biblia”, estamos conociendo más de la Palabra del Eterno a través de esta serie de preguntas que ustedes nos mandan para buscar en la Escritura la respuesta a cada una de ellas. Llegamos a la pregunta No. 107 ¿por qué es importante morar en una sukka? Obviamente, esto es parte de la fiesta de Sukkot (Fiesta de los Tabernáculos). No podemos pensar que existe la fiesta de las cabañas, si no pasamos a la parte práctica de la fiesta como tal. Podríamos decir, incluso, que morar en la sukka, es posiblemente, el principal mandamiento de toda esta fiesta. Esta es la “mitzva” (mandamiento), que mejor nos hace saber y vivir lo que nos dice la Escritura en el libro de Levítico 23:43:

 “para que sepan vuestros descendientes que en tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.” (Levítico 23:43 RVR60).

 Esta es la razón principal del porqué Dios nos ha ordenado habitar en tabernáculos, para que nuestros descendientes sepan esta historia y conozcan lo que vivieron los hijos de Israel. De ahí la importancia de morar en la sukka, durante estos días.  

¿QUÉ ES UNA SUKKA?     

A lo mejor, a muchas personas les puede sonar un poco raro la palabra sukka, sobre todo, si no están habituadas al término. Una sukka, básicamente, es una cabaña al aire libre. La palabra implica un tabernáculo, una choza, una guarida, una cabaña. Por eso, en otras traducciones aparece como la fiesta de las cabañas o la fiesta de los tabernáculos. Una sukka es, en esencia eso, una cabaña, una choza, una guarida o un tipo refugio que está al aire libre y que, de acuerdo con la costumbre, el techo se adorna o se cubre con vegetación. 

Cuando moramos en la sukka, nos estamos conectando con la historia. Es algo muy interesante, porque efectivamente, nos hace recordar el período donde los hijos de Israel habitaron en tabernáculos en el desierto, no solo por una semana, sino en este caso, por cuarenta años. ¡Wow! 40 años en una sukka, mis respetos, pero era parte de lo que tenían qué vivir. 

Vamos a analizar por qué es tan importante este mandamiento de morar en una sukka durante esos días. Yo sé que, para muchas personas, no es su favorito porque están habituados a ciertas comodidades, pero definitivamente debe hacerse.  

NUESTRO CUERPO: UNA SUKKA  

Lo primero que nos damos cuenta cuando empezamos a tener esta vivencia es que la sukka, representa nuestro propio cuerpo. La sukka es un reflejo de nuestro cuerpo, el cual es frágil y sobre todo temporal. Por eso, estamos anhelando constantemente el momento en que sea transformado. Más, cuando a ciertas edades, nos llegan los achaques, las adversidades, los dolores y solo pensamos: ¿cuándo me voy a mudar de cuerpo? 

La fiesta de Sukkot y, habitar en una sukka particularmente, nos muestra la fragilidad de nuestro cuerpo, pero también nos muestra nuestra dependencia de Dios para nuestra protección y sustento. Si Dios no nos protegiera, definitivamente, no duraríamos mucho. Sobre todo, si nos tocara vivir, como en aquellos días, a la intemperie, en un desierto. ¿Cuánto tiempo podríamos perdurar? ¿Cuánto tiempo sobreviviríamos? Yo creo que muy poco. Siendo la gran mayoría, unos citadinos, ¿qué podríamos hacer? Entonces, aquí nos damos cuenta de la importancia de morar en la sukka, porque tomamos conciencia de nuestra fragilidad. Si tú ya viviste esta experiencia, es muy real cuando ya estás dentro y, de repente, llega un viento fuerte y se sacude toda la sukka. En ese momento dices: ¡Ay! ¿Si podrá aguantar los vientos o no? O, cuando empieza a llover y no sabes si se te va a venir el techo encima o si el techo se va a romper. Esto nos hace sentir frágiles. También nuestro cuerpo está expuesto todos los días a muchas cosas como: virus, bacterias, contaminación, a riesgos de la vida diaria, etcétera. Todos los días nuestro cuerpo está expuesto al exterior. Incluso, a cosas que nos hacen daño y nosotros mismos hacemos o ingerimos, como: los alimentos que no son sanos. Y aun así, el cuerpo sobrevive y sigue cumpliendo con la función de ser una residencia temporal. Aunque sea frágil, nuestro cuerpo es la residencia de nuestra alma. La sukka también, aunque sea frágil, cumple la función de darnos morada y refugio durante la experiencia de la fiesta. 

Yo creo que, eso es sano y bueno. Tomar conciencia de nuestra propia fragilidad, no debiera asustarnos, pero sí debiera ayudarnos a ser conscientes de que Dios nos ha protegido, una y otra y otra vez. 

Por eso les muestro estas imágenes de una persona en una cama de hospital o una persona que se rompió el brazo, porque somos tan frágiles que, si dejamos de respirar unos minutos, nos morimos. Si nos falla un órgano, por muy pequeño que sea, también nos podemos morir. Todo el tiempo estamos expuestos, por lo que, morar en la sukka, nos recuerda que dependemos de Dios. Sobre todo, cuando somos jóvenes y nos creemos indestructibles y que nada nos va a pasar. O, por el contrario, a lo mejor, las personas ancianas se creen demasiado frágiles y que ya no van a aguantar, pero Dios les dice: ‘Yo estoy contigo’. Esta es una de las lecciones más importantes que podemos aprender en esta fiesta. Dios nos dice: ‘Tú eres frágil, pero no estás solo’. ‘Tú dependes de mí’. Dios no abandonó a su pueblo cuando habitó en tabernáculos en ningún momento. Aunque pensaran que se morían de hambre o de sed y se quejaban constantemente, Dios estuvo ahí para protegerlos, para resguardarlos, para sostenerlos, para alimentarlos y guiarlos. 

Por otro lado, la experiencia de vivir en una sukka es para recordarnos que este cuerpo, algún día será transformado y también cambiará. Por eso, la sukka, era una residencia temporal, debido a su fragilidad, por supuesto. Y, yo creo que, esta fragilidad es para que también anhelemos el momento en que tengamos que volver a nuestra casa, a nuestra comodidad. Y, en nuestro cuerpo, para que anhelemos esa transformación. 

Esto es lo que establece Pablo en 2 Corintios 5:1-5:

 “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.” (2 Corintios 5:1-5 RVR60).

 Dice Pablo que gemimos en nuestro cuerpo, deseamos ser revestidos y tener el cuerpo verdadero. ¿Quién dice Amén? Porque yo creo que todos queremos ya tener un cuerpo nuevo. Y, esto es lo que nos recuerda Sukkot que, en algún momento, nuestro cuerpo será transformado porque no va a permanecer en esta condición durante toda la eternidad. 

Si sentimos que nuestro cuerpo, de repente, es frágil, tiene dolores, está enfermo, con algún impedimento físico, en fin. Aquí tenemos una gran esperanza y recordatorio de que Dios nos dice: ‘Esa no será tu morada permanente’. No viviremos el resto de nuestros días, cuando Él vuelva, en ese mismo cuerpo, sino que seremos transformados. Entonces, la idea no era que Israel habitara permanentemente en tabernáculos, sino en la temporalidad de esa circunstancia del desierto, en lo que llegaban a su verdadera casa, el verdadero lugar que Dios tenía destinado para ellos: la tierra de Canaán. ¡La tierra Prometida! Ese cuerpo que nos está esperando es como esa tierra prometida, solo hay que esperar para poder tomarlo. 

SÉ CONSCIENTE DE TU TIEMPO     

Otra razón importante que Dios nos da para habitar en tabernáculos durante la fiesta de Sukkot es, como ya dijimos, que la sukka es una forma de representar nuestro cuerpo que también es frágil, pero que también es temporal. Eso no se nos debe de olvidar. La fiesta de sukkot, tiene una temporalidad, como todas las fiestas. Y, por muy incómodo que sea el habitar en una sukka, dormir y comer allí, también sabemos que es provisional. Lo digo para consuelo de muchos que no les gusta hacerlo, porque prefieren su colchón, su cama y todo lo demás, a estar en una casa de campaña en una sukka. Pero, finalmente sabemos que eso, en algún momento va a terminar y que no nos vamos a quedar a vivir ahí. No será lo más cómodo y grato estar ahí, pero es temporal. Eso, al mismo tiempo nos ayuda a alegrarnos, ya que la alegría es parte de esta fiesta. Es una mitzva alegrarse en la fiesta y cuando no estamos muy cómodos es difícil sentirse alegres. Sin embargo, Dios nos dice: ‘Tú, alégrate y verás que estas incomodidades se hacen menos’. 

Debemos de pensar que esta vida y este cuerpo, también son temporales. Así que, tampoco invirtamos tanto en arreglar y decorar nuestro cuerpo, porque, finalmente, no va a ser el verdadero. También los sufrimientos de esta vida, las incomodidades, los malos momentos, no van a perdurar por siempre: ¡No! Todo es temporal, estamos de paso y somos peregrinos en esta tierra. Por eso, les decía, el lugar de Israel permanente no era en el desierto, ni habitar en sukkot para siempre. Era solo un tiempo en realidad. Cuando mucho, el pueblo de Israel habitaría un año en el desierto en lo que recibían la “Torá” (Instrucción, Ley), construían el tabernáculo y listo. Seguramente, no hubiera sido más de un año. 

¿Cuánto tiempo estuvieron en el desierto? ¡40 años! Pero, esos cuarenta años fueron por rebeldía, por desobediencia, falta de fe, en fin. Por otros factores que no tendrían por qué haberse dado, ya que no eran parte del plan. Lo que iba a ser temporal, prácticamente, se convirtió en una vida. No nos olvidemos de esto: estamos de paso, nuestro verdadero hogar está con el Eterno, en el reino del Mesías y no en este mundo. Nuestra vida puede ser dura, mucho más dura que acampar y vivir en una sukka, pero es solo un tiempo. ¡No lo olvides! La sukka es temporal, esta vida también lo es. 

TIEMPO DE CONVIVIR          

¿Por qué es importante habitar en una sukka? Nos da muchas enseñanzas esta fiesta y este mandamiento tan particular y es que, nos acerca unos a otros. Yo creo que el Eterno siempre busca esto y como un buen Padre, anhela que sus hijos se acerquen, convivan. Además, es inevitable en una sukka el acercarte a otros, convivir y pasar tiempo con otras personas. Compartimos alimentos, compartimos la “Mikrá Kodesh” (Santa Convocación). Por tanto, la sukka muchas veces, se convierte en un lugar para estar un tiempo adentro, pero también hay otros tiempos donde podemos convivir afuera de ella con los demás. Esto fomenta una parte muy importante social, tanto en niños, jóvenes y adultos, que es socializar y pasar tiempo con otras personas. 

De hecho, hay una costumbre, que más adelante estudiaremos, donde debemos tener “ushpizin” (invitados) en la sukka. Esto incrementa el convivio y la alegría. Además, es un buen momento para que nuestros hijos salgan del entorno de los dispositivos electrónicos y pantallas. El sacarlos de eso, créanme que es muy sano. Si alguno no sabe como sacar a sus hijos de las pantallas, esta es una gran oportunidad. La fiesta de Sukkot es un momento para saltarnos todo eso e introducirnos en un nuevo ambiente, una nueva esfera.  

EL RETO DE LA ALEGRÍA          

Parte de los mandamientos de esta fiesta y por qué Dios nos quiere hacer morar en la sukka, es porque constituye un reto. Y estamos hechos para los retos. Yo sé que ustedes que, están leyendo este estudio, también son hijos de nuestro Padre Celestial y, por lo tanto, Dios quiere que crezcamos, que maduremos y que nos perfeccionemos. 

¡Qué mejor perfeccionamiento que la alegría! Que busquemos la alegría en medio de las incomodidades y las adversidades, es parte de esto. Entonces, yo creo que, una razón más para habitar en una sukka, es que puede ser todo un desafío y un reto pasar ciertas incomodidades y, aun así, estar alegres. Recordemos que Deuteronomio 16 nos dice que, es un mandamiento estar verdaderamente alegres en la fiesta de sukkot. Y si nos logramos alegrar en sukkot, créanme que nos vamos a alegrar en otras circunstancias de la vida. Es como un ensayo, un entrenamiento. Dios nos dice: ‘Alégrate en mí, en mi Presencia’. Disfrutemos ese momento y si logramos alegrarnos aquí, seguramente, lo vamos a hacer en muchas otras instancias. Por eso es tan valioso alegrarnos en la semana de Sukkot y, también, bendecir al Eterno. Que, a pesar de ciertas incomodidades, podamos alegrarnos, ya que es un entrenamiento para otras áreas de nuestra vida. 

¿DÓNDE LEVANTAR LA SUKKA? 

Vamos a ver la parte técnica de lo que sería con respecto a la sukka de la fiesta de Sukkot. Lo ideal es que la sukka se levante al aire libre, pero que también sea en un lugar accesible. No se trata de irnos al lugar más recóndito en una montaña. La idea es que, si vas a recibir invitados y van a morar ahí tú y tus hijos, debe ser un lugar que invite a que otros se acerquen. 

Como comentaba, a veces, hay mandamientos que no podemos guardar por completo o como quisiéramos. Esto no significa que los dejemos de guardar, no se trata de todo o nada. A lo mejor, no podemos cumplir esta parte de ir delante del Eterno y habitar en tabernáculos en Jerusalén, pero al menos, lo voy a hacer en el lugar que esté a mi alcance. Yo creo que, lo ideal es salir de nuestros hogares, nuestras casas y buscar un lugar donde podamos levantar la sukka. Como un campamento. Incluso, si podemos salir de la ciudad será mucho mejor porque nos va a permitir vivir la experiencia de una manera más intensa, más vívida respecto de lo que vivió el pueblo de Israel. Lo ideal, si me preguntas: ¿dónde poner la sukka? Es que sea fuera, irte de tu casa, de la ciudad, para habitar en la sukka, porque nos acerca más esa experiencia a depender del Eterno, para ver mejor las estrellas, etcétera. Y, se considera “halájicamente” (término que se usa para decir cómo se interpretan, aplican o explican ciertos mandamientos), no debería haber nada entre la sukka y el cielo abierto. Sin embargo, si no podemos salir de la ciudad o a otro lugar a acampar, podemos hacerlo en el patio de la casa y, me parece que sigue siendo válido. Si no tienes jardín, a lo mejor, en el garaje o en el porche de la casa, si tampoco hay esa posibilidad, a lo mejor, en una terraza, un balcón o la azotea -obviamente con mucho cuidado- y, si no, de plano como a algunos nos ha tocado: mover la sala, el comedor y levantar la sukka en ese espacio. Pero no te quedes sin guardar este mandamiento y sin vivir esta experiencia. Sé que cuando lleguen las visitas o los vecinos y nos vean raro, probablemente ya pensaban que éramos raros, con eso lo van a confirmar. Pero no importa que nos vean extraño y piensen que estamos jugando a la casita con nuestros hijos. Lo que importa es que lo hacemos para el Señor y sabemos que esta experiencia nos está dejando algo espiritual. 

Entonces, ¿dónde levantar la sukka? Donde nos sea posible, siempre y cuando, sea seguro y habitable: ¡Adelante! Hagámoslo y vivamos esta experiencia de habitar la sukka.  

CONSTRUCCIÓN DE LA SUKKA 

Respecto a la construcción, la Torá no nos detalla cómo se debe de construir la sukka. Sin embargo, a través de la tradición judía, los rabinos han ido preservando durante muchos siglos algunas especificaciones que no contradicen la Escritura. A lo mejor, en ciertos aspectos podemos ser flexibles, pero básicamente, les quiero mencionar cuáles son los lineamientos para construir una sukka “kasher” (apta).

  • Que tenga al menos 70 cm de ancho. 

De esta medida en centímetros para más. Con respecto a la altura, nos dice el “Talmud” (Libro que contiene la tradición oral, doctrinas, ceremonias y preceptos de la religión judía) en el tratado Sukka 2a que, si una sukka tiene más de 9 m de alto, ya es una altura inválida, porque cuando el techo está tan distante de la cabeza, ya no tenemos conciencia. Difícilmente creo que alguien vaya a construir una sukka de más de 9 metros de altura. 

  • Se puede utilizar cualquier material para la construcción. 

Puede usarse cualquier material que no profane el nombre de Dios. Lo único que sí es que las paredes deben ser lo suficientemente fuertes como para que no se caigan en caso de un viento o lluvia fuertes. Una o dos de sus paredes pueden ser de una construcción fija. Por ejemplo, si tienes un jardín, puedes tomar la barda de la casa. Lo que no se puede, es tomar las cuatro paredes, porque la característica de la sukka, es que debe ser temporal. No podemos construir la sukka con paredes de block, ladrillo y cemento como si fuera un cuarto más, porque eso no es temporal. Se puede utilizar madera, tela, mallasombra, etcétera.

  • Techo con ramas y que permitan ver las estrellas. 

Generalmente, al techo se le acostumbra a poner ramas para que permitan ver las estrellas. Sé que es complicado, porque normalmente es época de lluvias, pero si es posible, lo ideal es hacerlo y colocar ramas y plantas para sentirnos más como envueltos. A este techo se le conoce como “gag” (techo temporal) de la sukka.  

  • Habilitar la sukka para poder comer y dormir.

También se le puede poner luz en el interior, sillas, mesas, prácticamente cualquier cosa que sea de carácter temporal. Como se acostumbra a tener invitados dentro de la sukka, también hay que considerar que podamos recibir invitados para comer. De ahí que, las medidas puedan varias y cada uno dispondrá del espacio más adecuado. 

Se acostumbra a construir la sukka, inmediatamente después de que termina “Yom Kippur” (Día del Perdón). No nos alejamos de un mandamiento, cuando ya llegamos a otro. Yo les invito a que también involucren a sus hijos y los acerquen a esta parte de poner toda la sukka, reunir las cosas, adornarla. Créanme que lo van a agradecer y será muy valioso para ellos también. 

DECORACIÓN DE LA SUKKA 

Respecto a la decoración, como pienso que lo han visto en algunas fotos. La sukka va decorada como algo extra con vegetación que crece de la tierra y en el entorno de la naturaleza, por lo que, se le pueden colgar frutas, flores y otras decoraciones. Algunos judíos, los ashkenazis, no acostumbran a decorarla porque para ellos, la sukka es suficiente decoración en sí misma. Yo no le veo problema alguno en decorarla, al contrario. Nosotros acostumbramos a colgarle frutas, porque como les decía, es la fiesta de la cosecha de los frutos.

También esto nos enseña algo que me parece muy lindo que, así como nosotros, no debemos presentarnos delante del Señor con las manos vacías, sino con los frutos de la “Ruaj” (espíritu). De la misma manera, nosotros debemos pensar que nuestra vida debe de tener frutos y, en algún momento, debemos de mostrar ese fruto como creyentes. Demos frutos espirituales y, que esa sea la mejor cosecha que podamos presentar delante del Eterno. 

EJEMPLOS DE SUKKA 

Les quiero mostrar algunos ejemplos de sukkot, con diversas sukka que encontré en internet, como evidencias de personas en otras partes del mundo que han levantado su sukka. Algunas están hechas de pvc, lonas, plantas y frutas. Otras son de madera o con tapetes de mimbre o bambú que permiten ver las estrellas. También están las tiendas de campaña que son válidas, si pensamos en qué tipo de tabernáculos habitaron los hijos de Israel, era mucho más cercano a lo que hoy conocemos como una casa de campaña, que lo que hoy en día en el judaísmo ortodoxo se levanta como una sukka. Si buscamos cuál se acerca más al aspecto bíblico, yo les garantizo que una casa de campaña se acerca más en sus características, que una estructura cuadrada o rectangular hecha de madera. Finalmente, cada uno lo puede hacer como considere que guarda mejor el mandamiento. Solo quiero reiterar que, una tienda de campaña también cumple el propósito de una sukka en sus características principales. 

 Como pueden ver hay muchos estilos de sukka. No tienen por qué ser costosas, ni complicadas, puede ser algo muy sencillo, moderna, con expresiones artísticas, expandibles, transportables, para niños, adosadas a los balcones, en la cajuela de una camioneta, para que sea móvil, sukka barca, etcétera. Para que nadie se quede fuera de la experiencia de la sukka, para que nos inspiremos, tomemos nota, pues se vale copiar.

BENDICIÓN POR LA SUKKA 

Finalmente, les comparto aquí la bendición de la sukka. Se acostumbra a recitarla antes de entrar a la sukka, pensando que estamos dispuestos a cumplir el mandamiento donde residiremos por una semana. Es algo muy sencillo, pero muy valioso, sobre todo porque nos permite vivir una experiencia muy especial que va a ser recordada por nuestros hijos. 

“Bendito seas Dios nuestro, Rey del universo, quien nos ha santificado con sus mandamientos, y nos ha ordenado morar en la sukká”. 

“Baruj Atá Adonai, Eloheinu Melej HaOlam Asher Kideshanu Bemitzvotav Vetzivanu Leshav Ba sukka”. 

Esto es parte de la fiesta. Así que, a preparar nuestra sukka, no te quedes fuera de esta experiencia. Créanme que vale la pena. Si nunca lo has hecho, hazlo. Poco a poco irás mejorando.   

Si fue de bendición para ti, no olvides compartir. 

Que el Eterno te bendiga: ¡“Shalom” / Paz!

CategoríaSukkot
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