¿POR QUÉ HAY LARGURA DE DÍAS POR HONRAR A NUESTROS PADRES?

Vamos a seguir estudiando la Palabra de Dios. Bienvenidos a la “Kehilá” Camino a Emaús, estamos en la serie “Respuestas en la Biblia”. El día de hoy vamos a resolver la pregunta No. 52 ¿Por qué hay largura de días por honrar a los padres? Vamos a leer tres citas para tomar la base bíblica de este mandamiento, que es muy conocido y que, pertenece a la segunda tabla de los llamados 10 Mandamientos y que están relacionados con nuestro prójimo. Este mandamiento también se enseña en el “Brit Hadasha” (Nuevo Testamento). Pero vamos por partes. 

Primero vamos a Deuteronomio 5:16:

 “Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da”. (Deuteronomio 5:16 RVR60). 

Ahora leamos Éxodo 20:12:

 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. (Éxodo 20:12 RVR60). 

Por último, para que estos tres cordones no se rompan pronto reafirmemos este mismo mandamiento, ahora de la pluma y tinta del apóstol Pablo. Leamos desde el versículo número 1, para que todavía quede más firme este principio. 

Efesios 6:1-3:

 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”. (Efesios 6:1-3 RVR60). 

Una vez más, vemos la manera en la que Pablo retoma la “Torá” (Instrucción, ley) y la plantea para otras comunidades. Ya leímos que esto es una promesa, por honrar a los padres. En la pregunta previa, la No. 51, analizamos, incluso, si se debe honrar a un padre que, tal vez, no es digno porque se conduce de mala manera. Y la respuesta es que si aun a un padre que, se conduce de esas formas contrarias a la Torá, hay que honrarlo. Imagínate cuánto más si se conduce apropiadamente. Ni siquiera tendríamos que dudarlo.  

¿Por qué, en este caso, la Escritura y Dios dan como parte de esa recompensa, el que seamos de largos días? 

EN LA ESCRITURA, EL TIEMPO ES UN FACTOR ÚNICO     

En la Escritura, el tiempo es un factor único y muy particular. Prácticamente, está ligado el tiempo, desde el principio de los orígenes de la humanidad, porque todo empezó contando los días. No contabilizando los años, los meses, ni las semanas, sino por día. Días tras día. Así nos enseña Génesis capítulo 1, en los días de la semana de la creación. Entonces, el tiempo es un elemento muy particular. Y, como siempre hay un apego por las cosas materiales, yo considero que, en los días que se escribió esto, es decir, en los días de Moisés e incluso en los días de Pablo, no había un apego tanto a las cosas materiales, porque no había tantos elementos, ni productos, ni ofertas que nos distrajeran, que nos atarearan y nos endeudaran, además. 

¿Realmente, por qué nos endeudamos? Porque como dijo Salomón: “el que aumenta los bienes, aumenta las preocupaciones, los males, los sufrimientos y los desvelos”. Por tanto, yo creo que, en aquellos días, había muchos menos distractores y la gente tenía mucho más tiempo para reflexionar en la vida y en las cosas que son verdaderamente valiosas en la vida. Entonces, ¿qué era lo que en muchos casos las personas pedían o anhelaban? Como el Rey Ezequías, del cual podemos decir que fue un buen rey, que siguió los caminos del Eterno, pero cuando se le anunció que iba a morir, él dijo: “No, yo no me quiero morir. Por favor, Dios, dame más tiempo, una extensión” Y, el Señor le concedió 15 años más (2 Reyes 20:5-6). Por lo tanto, el tiempo es un factor importante. 

Por ejemplo, en la misma carta a los Hebreos o en libro de Levítico, cuando se enseña los principios del sacerdocio, la debilidad del sumo sacerdote o uno de los elementos, llamémosle “débiles” del sacerdocio levítico, para dejarlo más claro, era que, dependía de un hombre que tenía el tiempo limitado, una vida finita. Entonces, si ese sumo sacerdote, asumía el puesto y era bueno en su servicio, era temeroso de Dios, honraba al Eterno, enseñaba al pueblo, anhelaba que sus días fueran prolongados. Sin embargo, si de pronto moría, se cortaba su servicio y el siguiente que tomara este cargo, no sabían si se conduciría de la misma manera. Así sucede con los reyes y, hoy en día, con los gobiernos. Había una incertidumbre sobre cómo serían los gobernantes siguientes. ¿Cuántos hubiesen deseado que David gobernara, por lo menos, ciento veinte años? No, lamentablemente, se le acabarían sus días, al igual que Salomón y a todos los demás. Entonces, la idea de que, los días sean alargados es una superbendición. 

¿Por qué pienso yo esto? Porque Dios pudo haber dado otras promesas, pudo dar otra recompensa por honrar a los padres. Probablemente, si tú hubieses escrito la Biblia o te pusiéramos un ratito en el lugar de Dios, en el escritorio celestial y tuvieses que escoger qué recompensa le darías a cada mandamiento y te dijeran: “por honrar a los padres, mandamiento de peso importante, ¿qué recompensa darías por ello?” Algunos dirían dinero o un buen trabajo o que tus hijos sean bendecidos de tal manera o tendrás una buena esposa, etcétera. Porque cuando las personas piensan, hoy en día, en bendición, generalmente, piensan en dinero o en cosas materiales y, en el mejor de los casos, salud. Pero Dios dijo. ¡No! De este mandamiento: honrar a los padres, la promesa que yo hago, la bendición que yo doy para quienes lo guarden es que, se alarguen sus días sobre la tierra. Esta es la bendición. Porque el tiempo es el recurso no renovable que se convierte en el recurso más valioso que tenemos. Ya que, al ser no renovable, no se puede almacenar, no se puede ahorrar (aunque a veces, digamos la expresión “ahorré tiempo”), en realidad no ahorraste nada. Ni tampoco podemos acelerar el tiempo (aunque a veces, digamos “se me pasó el tiempo rapidísimo”), es solo una percepción, el tiempo sigue pasando igual. No podemos decir: me sobró hora y media. La voy a guardar para el próximo “shabat” (día de reposo), o para esos días que me siento más cansado. ¡No hay manera! Sería maravilloso. 

Además, curiosamente, el tiempo es algo que siempre decimos que nos falta, al igual que el dinero. Aunque yo creo que, nos hace más falta el tiempo que el dinero. El tiempo no regresa, la única excepción fue el reloj de Acaz, haciendo volver 10° la sombra. No hay un botón para regresar el tiempo, eso solo pasa en las películas. No hay forma de volver el tiempo. Entonces, aun las cosas materiales y el dinero son reemplazables. Si te quedas sin dinero, puedes volver a tenerlo. Seguramente hay otra cosa como la que rompiste o perdiste. Pero con el tiempo, no hay vuelta atrás. 

Si te encontraras dos cofres, como los que desentierran en una isla, uno de tiempo y otro de dinero, ¿con cuál te quedarías? Es tentador, pero a la larga, si nos ponemos a pensar, el tiempo es mucho más valioso. Porque con tiempo, puedes hacer dinero, pero con dinero, realmente no puedes hacer tiempo. Hay casos de multimillonarios que, a lo mejor, cayeron por una enfermedad o por la edad, pero simplemente no pueden volver en el tiempo, ni prolongar sus días y no pueden hacer más por mucho dinero que tengan. ¡No hay manera! Por eso, esta es la bendición que Dios ha prometido debido a la importancia de este mandamiento. 

LARGURA DE AÑOS    

Ahora, la promesa es largura de días, es decir, años. Sin embargo, aun en el ámbito judío, se dice que, cuando una persona muere joven, es porque no honró a sus padres. Así se relaciona porque se cree que fue un “rasha” (malvado) y, por eso, Dios lo castigó con una muerte temprana. También hay casos de personas que honraron a sus padres y, murieron a una edad relativamente corta. Esto no quiere decir que, invalida la promesa de Dios. Hay ciertas circunstancias de la vida que se pueden presentar y, no está necesariamente relacionado con que una persona haya honrado o no a sus padres. Pero, es interesante que la largura de años no solo debe ser visto como, se añadirán más años a tu vida. Si no que adquirimos más años, es decir, se nos añaden días cuando los honramos porque nos transmiten su sabiduría y experiencia. ¿Qué significa esto? Que se traducen en una mejor calidad de vida para ti, vivir mejor y, por lo tanto, significa también vivir más. Porque aprendemos de sus errores y de su experiencia. Crecemos en sabiduría y con ello, tenemos mayor posibilidad de vivir más tiempo. 

A lo mejor, hoy en día, no suena como una oferta muy atractiva. Yo sé que, muchos jóvenes puedan pensar que, en lugar de vivir 65 años, podrían vivir 75 años y no les convenza. Definitivamente, eso es algo que pensamos de jóvenes porque no vemos ciertas cuestiones a futuro. Sin embargo, cuando el futuro se acerca cada vez más, empiezas a apreciar y atesorar, realmente, el valor que tiene el tiempo. 

Lamento mucho, las veces que, desperdiciamos el tiempo en semejantes tonterías. Y que NO nos dimos cuenta de muchas cosas y así se nos va la vida. Y ahora que ya somos mayores y andamos corriendo de aquí para allá, es cuando comenzamos a apreciar las cosas y a valorar. 

La largura de días también es importante porque la Torá nos lleva a contar nuestra vida en días. La Biblia dice en el Salmo 90:12: 

“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”. (Salmo 90:12 RVR60).

 Que vivamos cada día de una manera tan especial y sabia, que cumplamos días y no cumplamos años. ¡Eso es lo que nos promete Dios! Porque pudo haber dicho largura de años, pero no, dice largura de días. Es decir, vas a tener la bendición y la percepción para poder contar tus días, porque cada uno de ellos va a ser valioso. Si queremos vivir mejor, honremos a nuestros padres sin considerar si fueron buenos o malos. La Torá no dice que, si son buenos, dignos, los honremos. ¡No! Hónralos. Sean como sean: ¡Hónralos! Es un precepto. 

QUE LOS AÑOS DE MIS PADRES SEAN MÍOS  

Entonces, añadiremos los días de nuestros padres a nuestros propios días. Es decir, cuando te pregunten tu edad, puedas decir, tengo 100, 120, 128 acorde a la edad de tus padres más los tuyos. Porque sus años pasarán a ser tuyos. Por lo tanto, podremos encontrar gente joven en cuestión biológica, orgánica, pero con la experiencia de una persona mayor. 

¿Cuál es la mayor largura de años que nos pueden dar los padres? ¿Cuál será la mayor bendición final que podemos obtener por honrar a los padres? La bendición que es como una escalera a la vida eterna. Porque cuando honramos a nuestros padres, no solo se alargan nuestros días en esta tierra, sino en el mundo por venir, es decir, en el “olam haba”. Cuando los padres han enseñado la Torá a sus hijos, les muestran el camino a la salvación. Así que, Dios no solo añadirá días en cuanto a sabiduría, experiencia y conocimiento a esos hijos si no alargará y extenderá la vida eterna. Yo creo que, no hay mayor recompensa, ni largura de años que pasar una eternidad con Dios. Es el más grande galardón. 

¿CUÁNDO TERMINA EL MANDAMIENTO DE HONRAR A LOS PADRES?   

La honra a los padres no termina, ni concluye con la muerte de ellos. Eso es una buena noticia, porque si decimos que al honrarlos serán alargados nuestros días y, además, dice ahí mismo que, nos irá bien en la tierra que Él nos ha dado. Nos va a bendecir por haber honrado a nuestros padres, nos va a ir bien en el lugar que Dios nos da. Por tanto, no es un mandamiento que esté limitado al tiempo de vida de los padres, lo cual puede perdurar. Porque hay que honrarlos aun cuando ya no estén entre nosotros. Porque honramos su memoria, su legado y, al llevar su apellido, quiere decir que, por supuesto, seguimos ligados a nuestros padres. Cuando una persona lleva una vida honrosa, da buen testimonio, sigue honrando a sus padres con ello. 

Qué triste y lamentable es cuando, como hoy en día, los hijos ya demandan a los padres, los agreden, los insultan y hablan mal de ellos, rompiendo toda relación.  

Vamos a cerrar con esta cita de Proverbios 23:22:

“Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.” (Proverbios 23:22 RVR60). 

Tenemos esta noche, grandes motivos para pensar en por qué debemos de honrar a nuestros padres, aun cuando ya no se encuentren con nosotros o físicamente vivos. Hay que seguirlos honrando porque hay una promesa preciosa, grandiosa y única. Nadie más nos puede prometer eso. Nos pueden prometer, un buen trabajo, casa, lujos, hasta los reyes prometían a sus esposas o a sus hijas que eran dadas para esposas, pero nadie más nos puede prometer largura de días. Solamente Dios puede hacerlo. Yo creo que es una oferta que no podemos y no deberíamos rechazar. Si somos sabios e inteligentes, debemos tomarla porque es una de las promesas más firmes y hermosas que Dios nos puede dar. 

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