¿POR QUÉ HAY QUE SACAR LA LEVADURA EN PÉSAJ (PASCUA)?
Ya vimos en un artículo previo, qué es la levadura, que viene del hebreo “jametz”, aunque no hay una definición exacta y precisa en la misma Escritura. De hecho, el término puede ser un poco complejo, para aquellos que no estamos habituados a estas cuestiones microbiológicas. Pero, lo que universalmente está aceptado y reconocido desde hace miles de años es que el jametz, son aquellos alimentos derivados de los cinco cereales: trigo, cebada, espelta, avena y centeno. Estos conforman el cerco o limitación de lo que se permite o no se permite.
Y de acuerdo con la Torá, no hay que tenerlos en casa ni consumirlos durante los siete días de Panes sin Levadura. Esta información está en Éxodo 12:15-20:
“Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel. El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer. Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua. En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde. Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel. Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura.” (Éxodo 12:15-20 RVR60).
Algunas personas se preguntan respecto a este mandamiento: ¿esto es literal? ¿Tenemos que regresar a esos tiempos donde el pueblo estaba en el desierto? Lo ven muy extraño. Yo les quiero compartir mi experiencia personal, cuando por primera vez me encontré con este mandamiento, fue para mí una confrontación, un desafío y un reto, porque en el cristianismo entendí y fui enseñado que la levadura representa el pecado. Por tanto, hay que sacarlo de nuestras vidas y no convivir con él. Pero así, al punto de tener que sacar los productos que contienen levadura y, además, no comerlos durante siete días, no solo en la casa, sino fuera de ella, se me hizo muy extraño. A veces me preguntan ¿no será esto solamente espiritual? Sí, es espiritual, pero también es literal. Este mandamiento es literal, por tanto, hay que sacar el jametz de nuestros hogares por una semana y de nuestra vida.
¿Qué se hace con ella cuando se saca? Primeramente, se puede sacar tiempo antes de la fiesta para poderla consumir y lleguemos a los días de Panes sin Levadura, sin productos con levadura. De no ser así, o de no haberla consumido toda, se puede regalar, evidentemente, a alguien que no sea de la fe, ya que hay mucha necesidad de alimento. Y muchas personas, agradecerían enormemente que se les regale pan, pastas, galletas, porque a veces, no tiene que comer, por lo que, les será de gran bendición. También es una “mitzva” (mandamiento) el ayudar y bendecir a nuestro prójimo.
¿POR QUÉ EL ETERNO NOS DIO ESTE MANDAMIENTO?
¿Por qué hay que sacar literalmente la levadura? ¿Qué tiene de malo una dona, un alfajor, una pasta? En fin, tantas opciones ricas que tenemos con levadura para comer y Dios nos dice: ¡No! Primeramente, hay que decir que este es un mandamiento llamado “jok” (ilógico), su plural es “jukim” y pertenecen a la categoría de los mandamientos ilógicos donde no se nos da una explicación del porqué sí o por qué no. Simplemente, nos dicen que así son las reglas y esto es lo que se debe obedecer. Estos mandamientos son un desafío para nuestro razonamiento. Pero, al mismo tiempo, son una gran oportunidad de crecer en nuestra fe. Es una prueba de parte del Eterno, para saber si vamos a obedecer o no, aun cuando no entendamos del todo las razones. Independientemente de eso, si queremos obedecer o no, Dios nos ordenó sacarla porque es un mandamiento jukim = ilógico y debemos hacerlo lo entendamos o no al cien por ciento.
Pero, la levadura representa algo muy significativo en la Biblia. Vamos a analizarla más de cerca para que podamos entender mejor por qué debemos sacarla de nuestra vida. Y no quiere decir que sea la semana más triste del año, por el contrario, es una semana muy diferente. ¿Qué más es levadura? La levadura es un agente fermentador que aumenta el volumen de la masa, haciéndola más suave. Sin embargo, curiosamente, acelera el proceso de descomposición. Si comparamos cuál pan dura más, el pan con levadura o el pan sin levadura, efectivamente el pan con levadura se echa a perder más rápido que el pan que no tiene levadura. Es más, conozco a algunos que, han guardado sus panes sin levadura hasta más de un año y están en buenas condiciones aún. No se echa a perder fácilmente porque no contiene la levadura que la hace fermentar en su proceso de elaboración. Entonces, el jametz, acelera el proceso de descomposición. Por ejemplo, el Eterno prohibió en las ofrendas que se presentaban en el altar en Levítico 2:11:
“Ninguna ofrenda que ofreciereis a Jehová será con levadura; porque de ninguna cosa leuda, ni de ninguna miel, se ha de quemar ofrenda para Jehová.” (Levítico 2:11 RVR60).
Entonces es muy conocido y universalmente aceptado que, el “jametz” (levadura) representa el pecado, la maldad, el “yetzer hará” (inclinación al mal). Así como la levadura física corrompe la composición de la masa porque genera una descomposición química, produciendo un cambio. Así lo mencionó “Yeshua” (Jesús) en la parábola de la levadura en Mateo 13:33:
“Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.” (Mateo 13:33 RVR60).
Hubo una descomposición. De la misma manera, el pecado en la vida del hombre corrompe su alma y su interior. El pecado, por supuesto, descompone nuestra vida.
Por ejemplo, Adán estaba destinado a no morir y vivir eternamente, pero cuando peca, hagamos de cuenta que entró la levadura ahí y comenzó un proceso de descomposición. Vivió 930 años, pero comparado con la eternidad, fue muy poco.
NO TODO LO QUE LEUDA ES LEVADURA
Yeshua también nos enseñó sobre este tema, les dijo a sus discípulos que se cuidaran de ciertas levaduras. Una de ellas se refería a la levadura de Herodes, en Marcos 8:15:
“Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.” (Marcos 8:15 RVR60).
Llama la atención que Yeshua hubiera hecho este comentario y nos preguntamos ¿a cuál Herodes se refiere? Si fuera Herodes el Grande, podríamos considerar algunas cosas porque él finge que quiere adorar al Mesías cuando llegan los sabios de Oriente y le dan la noticia de que venían a adorar al Rey de Israel, pues quiso saber dónde se encontraba para ir a adorarle a su vez. Pero estaba mintiendo, creando una falsa imagen de lo que él era verdaderamente, pues sabemos las atrocidades que cometió después.
En el caso de Herodes Antipas, quien era el gobernante en la época de Yeshua, lo cual es más probable que se refiriera a él, porque tenemos el comentario en Marcos 6 que dice que Herodes Antipas escuchaba a “Yohanan el Inmersor” (Juan el Bautista) de buena gana. Pero, evidentemente, no quería cambiar. Y, terminó matándolo por la petición de una mujer. Entonces, ¿qué representa la levadura de Herodes? La falsa religiosidad, la falsa imagen, el fingir, estar interesado en escuchar la Palabra cuando no se está dispuesto a cambiar.
También Yeshua dijo en Mateo 16:11-12:
¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos? Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.” (Mateo 16:11-12 RVR60).
Eso era lo que trataba de hablar Yeshua. ¿Qué podría implicar la levadura de estos? Por supuesto que la hipocresía. Es decir, que fingían ser alguien que no eran realmente, que usaban caretas delante de la gente. Motivo por el cual, Yeshua reprendió en más de una ocasión a algunos de los fariseos porque aparentaban ser algo que no eran en su corazón. Eran como sepulcros blanqueados que se mostraban bien delante de la gente, pero en su interior, estaban llenos de huesos de muertos, corrupción y falsedad. Entonces, los fariseos y saduceos vivían de una imagen que no eran realmente. Por otro lado, llenaban a la gente de doctrinas ajenas a la “Torá” (Instrucción, ley), que no llevaban a un genuino arrepentimiento, en hebreo “teshuva” y, que terminaban alejando a las personas de los mandamientos escritos de Dios.
Por eso, podemos considerar también que, Dios nos ordena sacar toda la levadura de nuestros hogares y de nuestras vidas. De la hipocresía, de la maldad y de fingir escuchar la Palabra de Dios, pero al final, no estar dispuestos a cambiar. De fingir ser alguien que no somos realmente. Como pasaje adicional a este tema de la levadura, de la cual nos tenemos que cuidar, vamos a leer una situación que había en la comunidad de Corinto, donde una persona vivía en una condición de pecado permanente y, lejos de recibir una exhortación por parte de los líderes o de la misma comunidad, al contrario, ya lo habían aceptado y recibido. Dice en 1 Corintios 5:6-8:
“No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.” (1 Corintios 5:6-8 RVR60).
Era un principio conocido y universal, la levadura que se asocia a la hipocresía, la malicia y la maldad. La fiesta de Pésaj o Pascua debía celebrarse con panes sin levadura, con sinceridad y verdad. Eso es parte de la levadura que debemos sacar de nuestras vidas.
UN REFLEJO DE LO ESPIRITUAL
Yo creo que, hay un principio que debemos aplicar en nuestra vida y es que, todo lo que hacemos, de cierta manera, tiene un reflejo o un eco en la eternidad, en el ámbito espiritual. Por eso, es literal el sacar la levadura. Porque tiene un reflejo en lo espiritual y es aquí donde entra la “emuná” (fe).
¿Qué entendemos por, “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”? ¿Qué es realmente? Eso es la “emuná”, es decir, la fe, así la define el autor a los hebreos. Como algo que esperamos, que estamos convencidos, aunque no lo podamos ver. ¿Por qué asocio esto a lo que estamos estudiando? Porque si creemos en este principio de lo que es la emuná y nosotros creemos en esta ordenanza literal, ¿por qué Dios no ha de hacerlo en lo espiritual? ¿Por qué Dios no ha de producir lo que no vemos? De eso se trata la fe, de confiar y creer aún en aquellas cosas que no podemos ver o que no podemos entender del todo. Entonces, la pregunta sería ¿habrá alguna repercusión espiritual, sacando la levadura material, física? Yo les digo, sin dudar, que sí. No sé cómo exactamente, pero sé que, si soy fiel y soy obediente a los mandamientos del Eterno, y saco la levadura física de mi cuerpo y de mi casa, estoy seguro de que Dios también puede hacer ese trabajo en mi interior o ayudarme a hacerlo. Por eso, Yeshua dijo: “cuídense de toda la levadura de la hipocresía, la maldad, la malicia”. Lo mismo que les comentó Pablo a los Gálatas, “ustedes corrían bien, ¿quién los persuadió para no seguir la verdad? No se les olvide, un poco de levadura, leuda toda la masa”. Entonces, la levadura representa todos los aspectos negativos de nuestra vida.
EL TIEMPO ES LA CLAVE
Hay un factor clave y aquí, es donde vamos a entender que algo que puede ser “kosher” (apto), se convierte en “jametz” (levadura). Ya dijimos que la levadura deriva de las cinco especies de cereales. Pero, necesitan entrar en contacto con el agua, ya que el trigo no tiene nada de inmundo, al contrario, es un elemento kosher. Lo que marca la diferencia para que algo se convierta en no kosher o en jametz, es el tiempo específico que tienen contacto con el agua todos estos cinco elementos. Por ejemplo, la “matza” (pan sin levadura), es la misma masa de trigo con agua, ambos se mezclan y luego se hornea. ¿Por qué no se convierte en jametz si está llena de trigo con agua? Porque antes de que empiece este proceso de fermentación, se tuvo que meter al horno. ¡Esa es la diferencia! Una persona puede hacer su propia matza, sí. Pero, tiene que ser muy cuidadosa en cuanto al tiempo y que no entre en contacto con ningún oro, elemento adicional que la haga fermentar más rápido.
El tiempo es lo que marca la diferencia para que algo se convierta o no en jametz. Por eso decíamos, la harina de trigo, por sí misma, se puede quedar en casa, si es totalmente cruda, pero hay que tener cuidado de que no entre en contacto con el agua. Una vez que entra en contacto con el agua, y pasan entre 17 y 18 minutos, se convierte en jametz, ya que él tiempo es el factor clave aquí. Si estuviéramos haciendo matza y se nos pasa el tiempo mínimo para hornearla, ¿podríamos quitar el jametz, es decir, lo leudado a un pan? ¡No! Ya no se puede. Cuando ya leudó, ya no hay nada más que hacer. Lo mismo puede suceder con la levadura en nuestra vida espiritual. Si permitimos durante cierto tiempo un pecado, el tiempo va a hacer que ese pecado fermente. Y la fermentación tiene un olor peculiar que no es muy agradable generalmente. Por eso, a muchas personas, no les gusta la cerveza, porque es una fermentación de cebada. El punto aquí sería que, si dejamos un pecado en nuestra vida, el tiempo va a hacer que leude y, lo santo, kosher y bueno que haya en nosotros, también va a quedar leudado, contaminado y ya no vamos a servir. Quedaremos inaptos.
Fíjense qué interesante, porque después de la fiesta de Panes sin levadura, viene la fiesta de “Shavuot” (Semanas) o entrega de la Torá, la cual es representada por medio del agua. Entonces, si tenemos levadura y viene el agua de la Torá, va a fermentar y vamos a leudar. ¿Qué le pasó a Judas Iscariote? Judas permitió que la idea de entregar a Yeshua y los ideales que él tenía, se quedaran albergados en su corazón. Pasó el tiempo y cuando vio la oportunidad, lo entregó por unas monedas de plata. Él mismo se condenó. Él anhelaba la venida del Mesías y que se manifestara. De hecho, él creía que Yeshua era el Mesías, solo que estaba equivocado en el concepto de Mesías que tenía, por lo que obviamente actuó mal. Entonces, ¿cómo una cosa buena puede quedar leudada? Podemos tener rasgos muy positivos, podemos guardar muchos mandamientos, pero si permitimos que el pecado se quede un tiempo, entonces lo que es kosher, se convierte en jametz (levadura) y todo se echará a perder.
Esto lo aprendemos en la primera historia donde aparece la palabra matza, que es la antítesis de la levadura. Lo leemos en un pasaje muy peculiar donde Lot, el sobrino de Abraham, cuando van los ángeles a Sodoma y Gomorra, Lot los recibe y les prepara panes sin levadura, es decir, matza. Esto está en Génesis 19. Los rabinos conectan esto con que esa noche era Pésaj. Veamos cómo está conectado con la fiesta de Pascua, porque vienen ángeles a sacar a los justos, ya que se viene un juicio sobre ambas ciudades. ¿Qué recordamos en Pésaj? Justamente la historia donde pasaría un ángel que exterminaría a todo primogénito, donde en su casa no estuviera la marca de la sangre del cordero y sacaría a los justos también. En ambas situaciones los malos serían muertos porque ya se habían leudado. ¿Qué sucedió en la vida de Lot? Lot cuando empezó a caminar con Abraham, evidentemente, siguió sus pasos y su fe. Pero, él se apartó de Abraham para poder ser prosperado y se quedó mucho tiempo en Sodoma, por lo que, se dejó leudar por los intereses del mundo. Aunque se le consideró un hombre justo, el entorno donde vivía Lot, estaba totalmente leudado, fermentado, lleno de pecado. Dios, en su misericordia, fue en una noche de Pésaj, justamente, para sacarlo, porque era la matza en medio de toda la levadura. Sin embargo, el tiempo era un factor clave.
Pensando en el tiempo y en la levadura a la que se refirió Yeshua: “Cuídense de la levadura de los fariseos y saduceos” porque si nos exponemos a estas doctrinas que no van acordes con la Torá, van a terminar por hacernos leudar. Vamos a terminar creyendo en ovnis y en teorías de abducciones, etcétera. Yo he conocido personas que eran celosísimas de la Torá, como con el celo de Gedeón, y hoy en día les pregunto por la Biblia y me dicen que la inventaron los extraterrestres y demás. ¿Cómo llegaron a esa conclusión? ¡Quién sabe! La cuestión es que, se comenzaron a exponer a todo tipo de teorías y de material que los terminaron desviando. Lo mismo nos puede suceder a cualquiera.
Aunque “aparentemente” la información sea kosher o Biblia, pero no lo es en realidad, el exponernos a todo tipo de doctrinas va a terminar por leudar y, lo que ya leudó, no lo podemos “desleudar”. Habría que empezar una nueva masa. Por eso, dice Pablo a los Corintios, “no celebremos la fiesta con la vieja levadura”. Porque implica que ya pasó un tiempo, leudó y ya no puede ser matza. Así mismo, dice: “Celebremos la fiesta con levadura nueva, renovada, diferente”.
En el caso que dijo Yeshua: “Cuídense de la hipocresía de los fariseos”, es decir, la levadura. Porque si cierto tiempo comenzamos a mostrar un papel, un rol, de lo que no somos realmente, después de cierto tiempo, nos lo vamos a terminar creyendo. Creeremos que somos muy “tzadik” (justos), pero no lo somos. Como ya pasamos tanto tiempo mintiéndonos, nos la creemos, pero no somos matza, somos jametz. ¿Qué pasa en la comunidad de Corinto cuando se comienza a tolerar el pecado? Una vez más, con el factor del tiempo, todos terminarían leudados. Por tanto, el tiempo es el factor clave en la fiesta de Panes sin Levadura, con el tema del jametz.
MATZÁ: LA ANTÍTESIS DE LA LEVADURA
Es muy curioso, porque hay algo que recalca la Biblia en Éxodo 12 y 13, es que, siete días, no comas jametz, pero al mismo tiempo come matza. Esta peculiaridad se da muy pocas veces en la Escritura. No sé si ustedes ya lo habían pensado, estamos ante un mandamiento negativo que se refuerza con un mandamiento positivo. No comas levadura, es el negativo. Come matza es el positivo. Son las dos partes que componen los dos mandamientos. Uno está enganchado del otro. Puedes comer matza todos los días del año, pero particularmente esos siete días, mientras no comes levadura, debes comer matza. Cuando esto sucede en la Biblia, es porque el mensaje es muy relevante.
¿Dónde vimos este caso antes o recuerdas un ejemplo así? Donde un mandamiento negativo, es reforzado con uno positivo. A Adán. A él le dieron un mandamiento negativo: “No comerás de este árbol”, pero también se le dijo: “De todo árbol del huerto puedes comer”. Entonces, no lo dejó sin saber qué si podía comer. Ambos mandamientos trabajan juntos. Por eso, esta es una semana sumamente especial porque no es solo que dejemos de comer levadura, sino, además, debemos comer panes sin levadura.
¿Cuál es la diferencia entre la matza y el jametz? Solamente es el tiempo. Porque ambas son harina de trigo con agua, pero en la primera, no llegó el tiempo suficiente para que leudara porque se metió al horno antes. Por ello, es kosher. Ese es el mensaje por el cual debemos sacar la levadura de nuestras vidas. Y, tenemos que reforzar las cuestiones negativas, con las cuestiones positivas. Es importante que no nos quedemos solamente con los mandamientos negativos: yo no robo, no mato, etcétera. Debemos ir por los mandamientos positivos, ya que estos implican la acción, el hacer y, generalmente, son los que más nos cuestan trabajo. El mandamiento negativo es hacia la pasividad, pero el mandamiento positivo se enfoca hacia la acción. Panes sin levadura cobra sentido cuando ejercemos los dos. Cuando dejamos de hacer algo por hacer lo otro. Y, Dios nos pide sacar toda la levadura de nuestras casas, previo a la fiesta de Pésaj, para que nos presentemos limpios delante de Él. Sin pecado en nuestra vida y caminando hacia la santidad. La matza representa una vida sin pecado, por tanto, lo opuesto a la levadura, es decir, de honestidad y de verdad.
Espero que esta respuesta haya sido de bendición para ti y la puedas compartir. Que el conocimiento no se quede solo contigo, sino que lo llevemos a muchas otras personas.
Escribe un comentario