¿POR QUÉ LA TORÁ HA SIDO RECHAZADA EN EL CRISTIANISMO?

Esta es una pregunta que nos han hecho llegar, en algún momento. Y no hay una sola respuesta para esta pregunta que, me parece muy interesante de analizar. También creo que muchos de los que están leyendo este estudio, tienen una percepción positiva sobre la “Torá” (Instrucción). Sin embargo, primero vamos a definir qué es la Torá.

¿QUÉ ES LA TORÁ?   

La Torá se entiende como los primeros cinco libros de la Biblia: Génesis (Bereshit), Éxodo (Shemot), Levítico (Vayikrá), Números (Bemidbar) y Deuteronomio (Devarim). Se le conoce también como el Pentateuco. Técnicamente, la Torá es la ley de Dios o la ley de Moisés, ya que fue Moisés quien la escribió, aunque no es que sea la ley de él. Es la ley de Dios. 

La gran mayoría hemos aceptado y consideramos que tenemos una percepción muy positiva y de bendición acerca de la Torá y sobre los mandamientos. Sin embargo, hoy en día, millones de cristianos siguen viendo la ley como una carga o de una forma negativa, como algo innecesario para sus vidas, aun cuando forma una parte muy importante y significativa de la Biblia. Entonces, lo más que se llega a considerar son las historias que están escritas en el libro de Génesis y que nos dejan alguna enseñanza moral. Pero, realmente, no hay una consideración como doctrina en lo que ahí está escrito, o como algo en lo que tuvieran que basarse para estudiar el resto de la Escritura. Es decir, ellos consideran que no necesitan de la ley para poder estudiar el resto de la Biblia. No necesitan de la ley de Dios para estudiar las cartas de Pablo, los evangelios o el Apocalipsis. Porque no hay una conexión para ellos, debido a que se sacó de contexto la ley del resto de la Escritura.  

Pero, ¿qué nos enseñó “Yeshua” (Jesús) primero? ¿Qué dijo Yeshua respecto a esto? Leamos Mateo 5:17:

 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.” (Mateo 5:17 RVR60).

 ¿Qué es abrogar? Abrogar es una palabra griega que es “Katalúo” y tiene que ver con soltar, desintegrar, demoler, derribar, deshacer, desvanecer, destruir, invalidar. Todos estos conceptos están asociados, pero lo que quiero resaltar es que Yeshua lo dijo de forma literal: “No piensen, ni se les ocurra la idea, que no les pase por la mente, que mi venida es para destruir, abrogar, invalidar o soltar la ley o los Profetas”. ¡De ninguna manera! No he venido para abolir, sino para cumplir. “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” Por tanto, no podemos pensar que lo que está escrito en la ley o los Profetas se ha cumplido ya. Porque entonces, ya habrían pasado el cielo y la tierra y eso no ha sucedido. A pesar de que esta declaración es tan clara, históricamente el cristianismo como bloque, ha rechazado la ley en su doctrina, sus iglesias y sus estudios. 

Vamos a examinar, de manera rápida, el porqué de las razones para que se haya rechazado en el cristianismo la Torá. Probablemente, no sean las únicas, pero al menos son las que a mí me ha tocado escuchar más. 

HERENCIA CULTURAL  

Un aspecto por el cual la Torá se rechaza es, por herencia cultural. Es decir, simplemente la cultura en la que nacimos, lo que heredamos desde que nacemos y también en dónde nacimos. La cultura, me atrevo a decir, hasta el día de hoy, ha sido heredada de la cultura, filosofía y pensamiento Greco-Romano. Tenemos que reconocer, que el hecho de haber nacido en un lugar tan distante de la tierra de Israel y la cultura de esa época y de la región geográfica, nos hacen interpretar y ver las cosas de otra manera. Por ende, todo esto, hace más difícil su comprensión. Lo que provoca que la gente lo rechace. 

Por ejemplo: el pensamiento helenista es, en muchos casos, opuesto a la Torá. Los valores que promulga el humanismo, que es un helenismo actual, son contrarios a lo que dice la Escritura. Entonces, si naces en un contexto en el que te dicen que esto es opuesto, es mucho más fácil rechazarlo. ¿Qué sucede hoy en día? La Torá se ve como algo extraño en el siglo XXI, en nuestra cultura, en la manera de pensar, en la forma de creer y en la de considerar muchos aspectos que la Torá nos enseña. Así hemos crecido y nos hemos amoldado a las costumbres de donde nacimos. No significa que las costumbres del lugar donde nacimos y crecimos sean necesariamente malas, pero debemos evaluar si están en contra de la Escritura. 

¿Qué hacer entonces? Debe haber un reacondicionamiento de este pensamiento o una renovación de nuestro entendimiento. Como está escrito en Romanos 12:2:

 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2 RVR60). 

Pablo escribe esta carta, justamente a los Romanos, así que queda muy propicia aquí. Porque sabe que es difícil para una persona en un contexto fuera de Israel, de la Torá, que no nació con esta instrucción, que de pronto se alinee su pensamiento con lo que dice la Escritura. Por eso es un proceso. De hecho, todos estamos en este proceso. Y lo que dice Pablo es muy interesante: “no se conformen a este siglo, es decir, no se amolden, no tomen la forma de este tiempo”. Siglo es la palabra griega “aiôn”, que significa de esta era, esta edad, este mundo. Por tanto, hay que renovarse continuamente. Renovando nuestra manera de pensar, de creer, de considerar. Y esto nos permitirá comprobar la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Y no debiera ser complicado, pero el punto es decirnos: “Tengo esta manera de pensar y veo que la Escritura tiene otra manera de pensar. Me tengo que alinear a la manera de pensar de Dios”. ¡Así de claro debiera ser! No es fácil, porque es un proceso, pero mientras más expuestos estemos a la Escritura y su estudio, va a ser mucho más sencillo. La idea es: “No te amoldes al mundo, amóldate a lo que dice la Palabra de Dios”. 

¿Por qué se ha rechazado la Torá? Porque es como tratar de encajar una pieza en un molde con una forma que no le corresponde. Es como intentar ponernos un zapato que no es de nuestro número y no nos queda bien. Por lo que no nos sentimos cómodos. Entonces, ¿qué es lo que hay que hacer? En el caso de los zapatos, usar unos a la medida. Pero en el caso de la Torá, debemos moldear nuestro pensamiento a la forma de pensar de Dios. Si no lo hacemos, nunca nos vamos a sentir cómodos y, tarde o temprano, la vamos a rechazar. Esta es la clave para terminar por aceptar la Torá en nuestra vida. Debe haber una renovación en nuestra manera de pensar. Si no estamos dispuestos a esto, nunca la vamos a aceptar del todo. Por eso, hay personas que andan como deambulando, como que se medio asoman, se meten un poco a esto de la Torá y Raíces Hebreas, pero no están dispuestas a cambiar. De ahí viene este rechazo. 

DOCTRINA ANTI-TORÁ Y ANTISEMITA 

Otro punto por el cual la Torá ha sido rechazada en el cristianismo es por una doctrina anti-Torá o antisemita o ambas. De forma sutil, muchas iglesias rechazan en sus enseñanzas, todo lo que tiene relación con la Torá pues dicen: “Si está en la ley entonces, ya no está vigente o ya no es importante”. Por ende, toda la ley se rechaza como en bloque, porque de antemano hay un prejuicio sobre que no tiene validez o importancia. 

La doctrina cristiana, aunque muchos no lo acepten, está basada no solo en la Biblia, sino en muchas de las enseñanzas de los llamados Padres de la Iglesia. ¿Quiénes fueron los Padres de la Iglesia? Fueron hombres, que posteriormente a los Apóstoles, tomaron el control de comunidades y empezaron a enseñar la Escritura. Ninguno de los padres de la Iglesia fue judío, por tanto, el pensamiento, la cultura y el contexto que ellos tenían, no estaba basado en un pensamiento o formación acorde con la Torá, la ley de Dios o los Profetas. ¿Qué sucede? Estos llamados padres de la iglesia desarrollan una teología en la que la Torá ya no era parte de la vida de los cristianos. 

Vamos a leer algunos ejemplos de esto: 

Un hombre llamado Justino Mártir que vivió entre el año 110 o 114 d.M. y murió entre el año 162 y 168 d.M.. Él es reconocido como uno de los apologistas cristianos y señaló en varios de sus textos que, los judíos eran culpables de perseguir a los cristianos y que lo hacían desde la muerte de Jesús, de la cual eran culpables también. Entonces, empieza a formar una enemistad entre judíos y cristianos. Por tanto, si la Torá está asociada con el judío, el cristiano no quiere nada con ellos ni con la ley. 

En el año 321 d.M. el Emperador Romano Constantino, emitió un edicto, declarando que el domingo tenía que ser el día de reposo o descanso. Entonces, el cambia de un plumazo, el día de reposo del sábado al domingo. Por eso, actualmente, millones de personas guardan el domingo sin saber que esto no tiene ninguna relación con la Biblia. Simplemente fue un edicto dado por el Imperio Romano, porque el Emperador Constantino se convierte al cristianismo y la adopta como la religión oficial del Imperio y se da el título de líder de esta nueva religión y, por lo tanto, hizo los ajustes que consideró necesarios. 

Otro hombre llamado San Agustín, que vivió entre el año 540 y 430 d.M. dijo: “La verdadera imagen de un hebreo es: Judas Iscariote, quien vendió al Señor por plata. El judío nunca puede comprender las escrituras y por siempre, soportará la culpa por la muerte de Jesús”. 

Juan Crisóstomo, quien vivió aproximadamente entre el año 347 y 407 d.M. dijo: “Los judíos son los más despreciables de todos los hombres. Ellos son lujuriosos, codiciosos y rapases. Ellos son los asesinos pérfidos de Cristo y, por matar a Dios no hay expiación posible ni indulgencia o perdón. Los cristianos no pueden cesar la venganza nunca, los judíos deben vivir en servidumbre por siempre. Dios siempre odió a los judíos y corresponde a todos los cristianos odiar a los judíos”. Este hombre fue considerado como el presbítero, líder de la Iglesia de Antioquía. Y él denunció en muchos textos, llamados homilías, a los judíos. Entre las cosas que atacaba, era a los cristianos que participaban en las festividades o celebraciones judías. Estas homilías se expresaron siempre culpando al judío como el responsable de la muerte de Cristo. El propósito de sus mensajes era que los cristianos no participaran de las costumbres judías como el “shabat” (día de reposo), las fiestas o el “Brit Milá” (circuncisión).

Otro hombre llamado Marción, que vivió entre los años 110 y 160 d.M. convocó a una reunión de líderes de la iglesia en Roma, la capital del Imperio. En este encuentro, él propuso un cambio fundamental, en la posición de la iglesia hacia el judaísmo bajo un extraño argumento. Él fue quien introdujo la idea de que: el Dios del Antiguo Testamento no es el mismo Dios del Nuevo Testamento. Por tanto, el cristianismo, basado en el Nuevo Testamento, no tenía nada que ver con las costumbres y ritos del Dios judío del Antiguo Testamento. Este hombre hizo su propio canon de la Biblia, sacó todos los libros del Antiguo Testamento, salvo 10 cartas de Pablo y el evangelio de Lucas. Aun así, les hizo ediciones para tratar de despojar y desvincular cualquier aspecto judío de estos textos y cartas. 

Uno de los hombres más reconocidos en el movimiento protestante es Martín Lutero, quien expone en su libro llamado: “Los judíos y sus mentiras”, una famosa nota que quedó escrita así: “Primero: sobre los judíos, sus sinagogas e iglesias, deben quemarse. Segundo: sus casas deben, así mismo, ser derribadas y destruidas. En tercer lugar: deben ser privados de sus libros de oraciones y talmudes, en los que se enseña tanta idolatría, maldiciones y blasfemias. En cuarto lugar: los rabinos deben tener prohibido, bajo pena de muerte, el enseñar jamás. La ira de Dios contra ellos es tan grande que están cada vez peor. Para resumirlo: Estimados príncipes y nobles que tienen judíos entre sus posesiones, si mi consejo no les es suficiente, busquen otro mejor para ustedes. Y que todos seamos libres de esta insoportable carga diabólica”. También Lutero escribió en un momento: Los judíos rechazados por Dios, no son más su pueblo y Él tampoco es ya más su Dios. Esto era lo que opinaba el líder del movimiento reformista, acerca de los judíos. Este libro, considerado como el primer libro antisemita de la época moderna, junto con otros textos más, provocan una separación entre la literatura considerada judía -Antiguo Testamento, la Ley de Moisés o la Torá- y, la considerada cristiana como el Nuevo Testamento. Entonces, como resultado, todo lo que parezca o huela a judío, se ha rechazado.  

Estas son algunas evidencias históricas del porqué hay tanto antisemitismo y anti-Torá en las iglesias. ¿A cuántos de ustedes les enseñaron que la ley es una carga difícil de llevar? O que la ley esclaviza. Que acercarse a la ley es alejarse de la gracia. 

Cuando la Torá opina justamente lo contrario en Salmo 119: 44-45:

 “Guardaré tu ley siempre, Para siempre y eternamente. Y andaré en libertad, Porque busqué tus mandamientos”. (Salmo 119: 44-45 RVR60).

 Así que, la Escritura no opina de esta manera sobre la ley, no tiene esta percepción negativa sobre la Torá. Yo te invito a que leas los comentarios cristianos más conocidos como: El comentario bíblico de Mudi o de Mathew Henry. Los comentarios de Charles Spurgeon o del mismo Lutero, porque de ahí estudian el Pastores, de ahí surgen los seminarios de Pastores basados en estos libros. ¿Qué ha pasado? Que hemos formado parte de una cadena errónea de enseñanza. Actualmente, no es que la persona que predica así, lo haga porque tiene un antisemitismo pleno. Simplemente, también fue enseñado de esa manera. Y, por tanto, transmite lo aprendido de las fuentes de información que tiene a su disposición.                                                                               

¿Qué es lo que sigue por hacer? A nosotros nos toca cambiar esa percepción errónea de la ley. Primero con un testimonio en nuestra vida. De nada nos sirve recitar de memoria Mateo 5:17, si en mi vida no actúo así. Gracias al Eterno, hoy existen cada vez más recursos y más información, como estos videos que podemos compartir, para que la verdad se disemine, se disperse y llegue a más personas que en algún momento están buscando e indagando para conocer más. 

TEORÍA DEL REEMPLAZO  

Este es otro punto por el cual la Torá ha sido rechazada. Está asociada al punto anterior. ¿De qué trata esta teoría?  Básicamente dice: Hoy, la iglesia, es el nuevo Israel. Los judíos rechazaron a Cristo y, por lo tanto, la iglesia es el Israel espiritual de Dios. Lo que se sigue considerando hasta hoy día y así se enseña en las iglesias.

Hipólito de Roma, otro de los padres de la iglesia, que es considerado uno de los fundadores de esta teoría, enseñó que Dios rechazó a los judíos sustituyéndolos por la iglesia cristiana. Él dijo: “Los judíos han sido oscurecidos a los ojos de su alma con una oscuridad total y definitiva”. Y otro hombre llamado Orígenes, dijo: “Los judíos nunca serán devueltos a su antigua condición”. Por considerar que ya no hay un plan para Israel y, por cuanto, la Torá se asocia a Israel, ésta es rechazada también. 

Pero Pablo escribió en Romanos 11:1-2:

 “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y solo yo he quedado, y procuran matarme Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así también aún en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.” (Romanos 11:1-2 RVR60).

 Aquí nos deja muy claro Pablo su posición respecto a que si Dios rechazó o no a los judíos: ¡De ninguna manera! ¿Cuál es el testimonio más claro de esto, dice el mismo Pablo? “Yo soy Israelita”. Si Dios hubiese rechazado a Israel, en todo caso, Pablo también estuviese rechazado y eso no es así. Por tanto, aléjense de esta doctrina, rechacen esta doctrina o teoría del reemplazo que no tiene validez acorde con la Escritura.

PÉRDIDA DE IDENTIDAD  

Esta es otra razón por la que se ha rechazado la Torá en el ámbito cristiano. Tiene que ver con el lugar donde nacimos; así como la cuestión cultural a la que yo llamo: pérdida de identidad. Porque perdimos esta identidad como parte del pueblo de Dios. Y, ¿qué sucedió? Dice en Oseas 8:12:

 “Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña.” (Oseas 8:12 RVR60).

 Y dijeron: ¿esto qué tiene qué ver? La ley no es para nosotros porque no estamos en ella. Entonces, ¿qué sigue sucediendo? Que si tú opinas que esto no es para ti, no lo ves como parte de tu herencia y cultura, pues también lo vas a rechazar. Nos han hecho creer y hemos creído, que somos gentiles. Que una cosa es para el judío y otra para el gentil, que la ley es para el judío y la gracia para el gentil. Sin embargo, esto no es lo que enseña la Biblia. Entonces, cuando nos alejamos del Eterno, lo cual tiene conexión con las 12 tribus, perdimos y malgastamos nuestra herencia, despreciamos nuestro hogar original y sus leyes. Por tanto, es tiempo de despertar, es tiempo de reconocer quiénes somos delante de Dios. De acuerdo, una vez más, con Romanos 11:24:

 “Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo,” (Romanos 11:24 RVR60). 

El buen olivo, el cual es Israel. Cada uno nos vamos a acercar y a comportar, conforme a lo que creemos que somos. Por eso es importante retomar y abrazar la identidad que Dios nos ha dado. 

ADVERSIDAD ESPIRITUAL 

Aquí el siguiente punto, por el cual se ha rechazado la Torá, el cual no tiene que ver directamente con el hombre, sino con el ámbito espiritual: hay una adversidad. ¿De quién más podría ser la adversidad? Del Adversario / Satanás, que siempre se ha opuesto a la Torá. Ha tergiversado la Palabra de Dios desde el inicio de los tiempos de Adán y Eva. Por eso, es el padre de mentira. De ahí, que nuestra lucha no sea contra carne y sangre o con una persona determinada, sino contra principados, potestades y los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes. Entonces, mientras más personas conozcan de la Torá, más se van a alejar del pecado y eso es lo que no quiere satanás. 

Yo le llamo a esto como el plan maestro de satanás, porque ha logrado algo único: Ha logrado que, con argumentos en la Biblia misma, la gente rechace la Torá, la ley. Esto es paradójico, pero cierto. ¿Cómo lograr que la gente con la Biblia rechace una parte de esta? Nos ha vendido la idea y, se la hemos comprado, de que la Torá ya no está vigente. Que la Torá no es para el gentil, por tanto, no debemos guardarla, en fin. En todas estas ideas satanás está detrás. Yo creo que ha sido un buen mercadólogo y publicista satanás, porque esto se ha difundido a lo largo y ancho de todo el mundo. 

HAY OTRA LEY EN NUESTROS MIEMBROS  

Finalmente, otra razón de rechazo a la Torá se debe a que, hay otra ley en nuestros miembros. Así dice Pablo en Romanos 7:21-23:

 “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.” (Romanos 7:21-23 RVR60). 

¿Qué es lo que nos hace no querer guardar la Torá? Hay un opuesto en nosotros que, es la ley del pecado que se conoce en el judaísmo como “yetzer hará” (inclinación congénita a hacer el mal), lo que no nos ayuda para querer guardar la Torá, sino todo lo contrario. Probablemente, yo digo en mi mente: Oh, esto sí me conviene, esto tiene sentido, esto es para bien, pero a la hora de aplicarlo mi cuerpo me dice otra cosa. Lo mismo sucede, por ejemplo, cuando sabemos que necesitamos orar, que es bueno, debemos hacerlo. Pero cuando te levantas en la mañana para hacerlo, piensas: ¡Ay, no! Un poquito más de sueño. Esta es una realidad que tampoco podemos ignorar y que forma parte del porqué no queremos guardar la Torá. Esto nos sucede a todos, porque todos, absolutamente, tenemos esta inclinación al mal; así como rechazo a la Torá en este sentido de la carne. 

Por último, quiero recomendarles una conferencia que se llama: “Judaísmo y Cristianismo, ¿por qué se separaron?” De Mario Sabán y la tenemos cargada en nuestro canal de YouTube: /kehilácaminoaemaus. Esta conferencia explica históricamente la separación entre judíos y cristianos de una manera muy bien documentada, por lo que nos ayudará a entender mucho mejor por qué vivimos esta situación de divorcio entre judaísmo y cristianismo. Además, se explica por qué en el cristianismo no se recibe, no se acepta, ni considera a la Torá con la importancia que la Escritura misma le da. 

  1. Estimados Kehilá Camino de Emaús:
    Shalom.
    Gracias por el estudio publicado.
    Me gustaría tener contacto con ustedes.
    Shabbat Shalom.

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