¿QUÉ ES EL BAR/BAT MITZVA?
Bienvenidos a la “Kehilá” (Congregación) Camino a Emaús. Estamos en “Respuestas en la Biblia”. El día de hoy llegamos a la pregunta No. 57. ¿Qué es el bar / bat mitzva? Y vamos a dar el significado preciso de estos términos. Así como a conocer más de este tema tan interesante e importante en la vida de los jóvenes. A algunos no nos tocó poder llevarlo a cabo, ni serlo, porque nuestras familias no tenían este entendimiento. Pero, esperamos que nuestros hijos puedan serlo; así como las siguientes generaciones. También es importante que, como creyentes, podamos apoyar a las familias y a los jóvenes que están en esta etapa de la vida.
Yo creo que, en la vida, hay justamente eso, etapas que nos marcan y que nos indican el inicio o terminación de un nuevo período en nuestras vidas. En el caso de un varón, desde que este viene al mundo, debe completar ciertas etapas. Por ejemplo: el “Brit Mila” (Circuncisión), es algo distintivo en su vida. Y, en cierta forma, eso es el Bar Mitzva. En realidad, el término Bar mitzva se refiere a un estatus, y es uno de los puntos que es importante aclarar. Al igual que ser estudiante o padre. No es algo que se hace, es algo que se es.
La palabra “Bar” viene del arameo y significa hijo. “Mitzva” es la palabra en hebreo para mandamiento. “Bat” en hebreo significa hija y “Mitzva” también significa mandamiento. Por tanto, la traducción sería “Hijo o Hija del mandamiento”. Sin embargo, el uso rabínico de la palabra “Bar”, también puede significar bajo la categoría de o sujeto a. Por eso, Bar Mitzva, sería como alguien sujeto a los mandamientos o sujeto a la “Torá” (Ley, Instrucción). Esto es una práctica que es específica y particular del ámbito judío, donde se considera que un chico o una chica se convierte en bar o bat mitzva cuando, en el caso de los varones, llegan a los 13 años y, en el caso de las señoritas llegan a los 12 años. ¿Por qué esta diferencia en las edades? Porque la idea o concepto de bar mitzva, realmente no existe en la Biblia y, mucho menos, otras especificaciones de lo mismo. Pero, es una posibilidad muy viable que, la diferencia de las edades sea, simplemente, porque las chicas maduran antes que los chicos. De eso se trata y significa lo que es convertirse en un bar/bat mitzva. Es un paso hacia la madurez, es un proceso que debería concluir en la “jupá” (dosel bajo el cual se van a casar los novios, bajo la guía de la Torá). Cuando un bebé nace, en el caso de los varones, se dice que, sea apartado para el brit mila, apartado para el bar mitzva y apartado para la jupa. Son las tres principales etapas en la vida de un varón.
¿CUÁL ES LA IDEA EN GENERAL DEL BAR/BAT MITZVA?
La idea es que la persona, el/la joven se vuelve responsable y adquiere la responsabilidad de cumplir los mandamientos de la Torá. Pero, este cumplimiento no solo es en el sentido teórico, sino en el sentido práctico. Que surja desde el alma, es decir, que el cumplir los mandamientos, surja desde el interior. La Biblia no especifica la edad, pero los libros de Números y Éxodo señalan que la mayoría de edad era a los veinte años, porque era la edad en la que se podían enlistar o contar para el servicio militar de aquellos días. Aquí se dice que son siete u ocho años antes y hay varias razones basadas en la tradición judía para ello. Según el “Pirkei de Rabí Eliézer” (Tratado de la Mishná y el Talmud), dice que Abraham rechazó la idolatría total de su padre y, se convirtió en un adorador del Eterno cuando tenía trece años. En el “Talmud” (Libro que contiene la tradición oral), aunque aparece este término, se refiere a alguien, que, pese a que, está sujeto a la ley, no se refiere a la edad. Se considera que la ceremonia de Bar mitzva como tal, según la mayoría de las fuentes de información, se originó en la Edad Media. Otro dicen que, ya desde el siglo V o VI, ya existían ciertas prácticas para los jóvenes que llegaban a esta edad.
¿Por qué se ha afianzado esta idea de los 13 años en los varones y 12 años en las señoritas? En el libro de jurisprudencia judía llamado el “Pirkei Avot” = estudio, repetición. Es la primera gran colección escrita de las tradiciones orales judías, conocida como la Torá oral, menciona que, a los cinco años, un niño debe de estudiar las escrituras, es decir, la Torá. A los 10 años la “Mishná” y a los 13 años los mandamientos. Es una etapa en la que ya debe dar este salto y tomar responsabilidad de abrazar los mandamientos.
NIVELES DEL ALMA
Decíamos que, los varones pueden nacer en un lugar judío o en un hogar donde se les haya enseñado los mandamientos, pero no se trata solo de conocerlos o saberlos. Si no verdaderamente de guardarlos en el sentido interior, en el sentido del alma. Eso es lo que se busca en el momento en que el joven llega a esta edad. Es evidente que, un niño va creciendo y se convierte en un joven. Los cambios físicos son muy claros. La voz les cambia, empiezan a crecer en estatura, les comienza a crecer el vello, empiezan a aparecer otros olores y otros humores. Es una etapa, hasta cierto punto, complicada y, la verdad es que, muchos padres pensamos: Ay, ay, ay, a ver cómo nos va en esta etapa en la vida de los hijos porque cambian muchísimo. Esto en el ámbito físico.
Pero ¿qué sucede con el alma, sucederá algún cambio? ¿Consideramos o creemos que el alma también puede crecer como crece el cuerpo? O ¿será algo estático y permanecerá constante? Si pudiéramos ver el alma, dentro de ciertas creencias en el ámbito judío como, por ejemplo, la “cábala” (tradición o recepción de una tradición), se considera que el alma tiene cinco niveles, los cuales veremos como breviario cultural y solo por mencionar un poco más. Estas son:
- “Néfesh”: vida biológica. Como la energía básica de un ser humano. Lo que tiene todo ser viviente: plantas, animales, etcétera. Por ejemplo, hay un versículo que dice: “La vida del hombre en su sangre está”. Y es la palabra néfesh. La energía básica y vital de la persona, su vida biológica, está tal cual en su sangre.
- “Ruaj”: Espíritu. Aquí es donde se considera que pueden estar las emociones. Como si la ruaj, se albergara en el corazón.
- “Neshamá”: Alma. No solo en el ámbito espiritual, invisible. Si no donde está el mundo mental y, nos conecta con lo espiritual. Tiene que ver con nuestros pensamientos, creencias, niveles de consciencia de lo físico y espiritual.
- “Jayá”: Vida. Como cuando decimos “lejaim”, que lo podemos traducir como vida. De hecho, la palabra “java” de donde procede el nombre de Eva, porque era la dadora de vida, pues a ella se le dijo que sería la madre de todos los vivientes. Jayá es un concepto que va más allá de la simple voluntad mental y de la vida biológica, es como la creadora de pensamientos. Le da forma a nuestro mundo mental y nos conecta en un sentido más profundo con el ámbito celestial o divino.
- “Yejidá”: Unidad. Se podría traducir como unidad y, lo que busca es unir como un puente, entre lo humano y lo divino. Es lo divino que se revela a lo humano. Entonces, cuando hay una unión tan importante como la del Mesías con el Eterno, toda revelación y entendimiento de las cosas espirituales le eran dados. Se considera que, en este nivel, es como interiorizar esta divinidad.
Yo creo que, el alma si cambia y crece, en la medida que vayamos tomando una mayor conciencia de quiénes somos, de nuestras responsabilidades, así como de la presencia de Dios en nuestra vida. Una persona, incluso joven, puede tener el alma de una persona mayor, cuando esa persona es consciente y responsable. También lo contrario puede ser cierto. Una persona biológicamente mayor, puede tener un alma joven o inmadura que no trasciende porque no es consciente de estos aspectos espirituales y divinos.
¿Qué relación tiene esto con el bar/bat mitzva? Los rabinos enseñan que, el joven, al llegar a esta edad biológica, ya sea 12 o 13 años, también llega a un nuevo nivel del alma, que es el de neshamá. Entonces, el joven empieza a tener una nueva consciencia de lo divino, espiritual, de responsabilidad, de lo que trasciende, de sus pensamientos y creencias. Es una etapa clave no solo en la parte física, sino también en la parte espiritual. Es el momento en que la consciencia moral y la sensibilidad, se afianzan en la vida del que era un niño y comienza a ser un joven. Por tanto, se insta, se empuja un poco al joven, a partir de esta edad, para que empiece a asumir la responsabilidad de sus actos, porque eso también le va a ayudar a conectarse con el Eterno y a comenzar a crecer en el ámbito espiritual y en los niveles de su propia alma. Es muy interesante todo lo que se mueve alrededor de esta edad.
SALTANDO A LA EDAD ADULTA
Por tanto, el/la joven, evidentemente está en una etapa de transición a esta edad. En el judaísmo se considera que un(a) joven en el bar/bat mitzva alcanza la edad adulta y tiene las mismas responsabilidades que un adulto.
¿Qué responsabilidad se toma en el bar/bat mitzva? Se enseña que los jóvenes se hacen elegibles para ser llamados a leer la Torá. Es una costumbre que, dentro de las sinagogas, pasan siete varones -se le llama hacer “aliyah” (ascensión)- para hacer lectura de una porción de la Torá. Ya que, ese privilegio solo está para unos cuantos y, entre ellos, para los que cumplen esta edad, primeramente. También, ya puede formar parte y se le puede contabilizar dentro de un “minyán” (cifra o número, es decir, la cifra de diez varones adultos), el mínimo de varones que se necesitan para hacer ciertos rezos. Este jovencito sería uno más que se agrega al conteo de varones adultos.
También el judaísmo enseña que, todo lo que este joven posea, es de su propiedad, refiriéndose principalmente a cuestiones personales. Así mismo, a partir de esta edad, es elegible para contraer matrimonio, acorde con la “halajá” (forma de caminar) judía. Para nosotros no es recomendable, pero en el ámbito judío así está estipulado por derecho. Se dice que adquiere, al llegar a esta edad adulta, la responsabilidad de cumplir los 613 mandamientos. Otra práctica que adquieren al llegar a esta edad es el uso de los “tefilin” (dos pequeñas cajas de cuero unidas a correas de cuero, cada una con cuatro secciones de la Torá escritas en pergamino). Esto solo en el caso de los varones.
En la realidad, nos damos cuenta y es obvio que, no podemos considerar a un joven de 13 años o a una jovencita de 12 años, ya como adultos y darles las responsabilidades de un adulto. Entonces, ¿qué responsabilidades realmente se toman en el bar/bat mitzva? No los podemos considerar adultos en toda la extensión de la palabra, pero tampoco son niños. Entonces, lo que se busca es que, comiencen a tomar la responsabilidad moral de sus actos. Ya que a esta edad quedan afianzados esos valores morales en las personas. Esto está comprobado en el ámbito psicológico. Por eso, es tan importante reafirmar estos principios éticos en la niñez. Porque a partir de los 12 o 13 años, los jóvenes comienzan a desarrollar sus propios pensamientos y creencias y si no quedan firmes en ellos, los pueden cambiar fácilmente. Como no sentirse responsables moralmente porque realmente no se sienten así.
¿Qué es lo que hace el bar/bat mitzva? Afianzar esos principios morales en la vida del joven porque es en esta etapa cuando más los va a necesitar. Ya a los 35 años, a los 48 o a los 22, ya será demasiado tarde porque ya tiene formado un criterio, un carácter y un temperamento, así como una línea de pensamiento. Entonces, es muy complicado que una persona adulta, como tal, ya con experiencia en la vida, tenga algún cambio. Y, aunque quiera cambiar, no siempre puede porque le cuesta mucho trabajo pensar de otra manera. Por eso es tan importante el bar/bat mitzva.
¿QUÉ TIENE MÁS MÉRITO OBEDECER POR OBLIGACIÓN O POR DESEO?
Se considera que esta es una edad bastante difícil. Yo les pregunto: ¿qué tendrá mayor mérito obedecer por obligación o porque nos nace y lo queremos hacer? Ciertamente, el ideal sería obedecer porque lo queremos hacer. El ideal de la obediencia es que surja del corazón. Como cuando un hijo hace sus deberes sin que se lo pidas. Es lo que todos los padres aspiramos. Sin embargo, el Talmud explica que, una mitzva o mandamiento realizado por obligación se considera con un mayor mérito o importancia, que uno llevado a cabo de manera voluntaria. ¿Por qué? Porque de manera natural o nuestra naturaleza tiene una cierta aversión a cumplir una obligación. Lo que nos imponen, generalmente, no lo hacemos con agrado o porque queremos. Es difícil, no siempre es agradable que lo tengamos que hacer. En muchos casos obedecemos porque no tenemos otra opción, como el pago de los impuestos. Son una obligación civil y así las autoridades lo decretan.
¿Por qué, entonces, una persona tiene más mérito por hacerlo por obligación? Porque está venciendo el “yetzer hará” (inclinación congénita a hacer el mal). Vencer esta oposición y aversión que nuestra carne apela, es un signo de madurez. Como cuando, muchas veces, nos levantamos y tuvimos que ir al trabajo y, la verdad, lo hicimos sin ganas. Pero, había un sentido de responsabilidad que nos impidió quedarnos dormidos, porque no queríamos ir, pero tuvimos que hacerlo. Lo mismo sucede en el caso de los mandamientos, cuando un (a) joven comienza a obedecer, aunque sea por una cuestión impositiva. Eso es lo que sucede en el bar/bat mitzva, donde se le hace saber que es responsable y ahora tiene que guardar los mandamientos, es un peso o yugo que tiene que llevar para que se sienta presionado a hacerlo. Sin embargo, hay un gran mérito en ello. Se considera que es una forma de madurar, aun cuando lo hagamos venciendo nuestra carnalidad. Como yo decía, obedecer cuando nuestra carne, nuestros impulsos y deseos sean opuestos, esto tiene que ver con madurez. Esto es lo que se busca cimentar en la vida de los jóvenes. Que dejen atrás la etapa de niño o niña donde si no lo despiertan, no se levanta. Si no le dicen que lo haga, entonces, no lo hace. En este caso, aunque se lo digan, dejará de justificarse y lo hará. A los papás les digo: No se desanimen cuando le pidan hacer algo a sus hijos y ellos hagan, ¡Ash! Porque aun haciéndolo hay mérito. Porque quiere decir que está sintiendo como este peso y este yugo que lo va a ayudar a madurar. Es como un entrenamiento. No se deja vencer por la flojera o por la rebeldía y por ello, deja de hacerlo. Ya que, finalmente, lo termina por hacer.
Hay un ejemplo relacionado con esto, donde “Yeshua” (Jesús) cuenta una historia muy breve y clara sobre lo que Él quiere expresar a esa generación en Mateo 21:28-32:
“Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.” (Mateo 21:28-32 RVR60).
En esta breve historia, de cierta manera, ambos hijos actúan al parecer con rebeldía. El primero se comporta de una manera irrespetuosa, sobre todo, considerando la cultura de medio oriente de mucho respeto hacia los padres y los mayores de edad. Sin embargo, se arrepintió y terminó yendo, le da carga de conciencia y, al final, terminó haciéndolo. El segundo hijo, que parece ser más obediente, más leal y sumiso, al momento de tener que hacer las cosas, simplemente no lo hizo porque en el fondo no quería hacerlo, aunque hubiera dicho que sí. Su intención real era que no quería ir. Entonces la pregunta de Yeshua es, ¿quién hizo la voluntad del padre? Le contestan acertadamente que, por supuesto, el primero.
¿Qué nos enseña esto con los hijos en esta etapa? Lo que cuenta es lo que terminamos haciendo y, no tanto, lo que decimos. En eso trata de convertirse un (a) joven en su bar/bat mitzva, hacer y vivir los mandamientos, aun cuando al principio no los quiera llevar a cabo. Sin embargo, se va creando esta conciencia para que, en un momento dado, diga que si lo va a hacer. Por eso, la Palabra dice en Proverbios 22:6:
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. (Proverbios 22:6 RVR60).
Así, en los momentos y caminos difíciles de la vida, le puede hacer permanecer el hecho de haber llevado a cabo este bar/bat mitzva. De haber marcado su vida y sentir la presión de cumplir con ello.
TORÁ JAIM = INSTRUCCIONES PARA LA VIDA
¿Qué más es el bar/bat mitzva? Es “Torá Jaim” (Instrucciones para la vida). La Torá es el mejor manual de instrucción para poder vivir en plenitud y potencializar nuestra vida. La idea, cuando el joven pasa a hacer la lectura de la Torá y pasa a exponer un tema de la Torá, significa que se está empezando a adherir a esta guía y este manual. Empieza por el mismo y ya no bajo la responsabilidad total del padre o la madre, para caminar con la guía del libro de la vida.
La Torá, para el joven, va a ser la base para las preguntas profundas que, en algún momento dado, van a surgir. Por ejemplo: ¿cómo puedo vivir una vida significativa? ¿cómo puedo construir una buena relación? ¿cómo hacer que me vaya bien? Y la Torá responderá, como está escrito en Salmos 119:9:
¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”. (Salmos 119:9 RVR60).
O en Salmos 119:105:
“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino”. (Salmos 119:105 RVR60).
La idea es que con el bar/bat mitzva el/la joven empieza a caminar a través de los mandamientos y la Torá para llegar a tener éxito en la vida.
El bar/bat mitzva no es la conclusión de una educación religiosa, sino más bien, es el paso a una relación más profunda y madura en su relación con el Eterno, con el Mesías y el estudio de la Torá. Es la oportunidad de que este joven tome la Biblia como el libro de la vida. Así que, yo quiero animarlos a que hagamos esto para nuestros hijos y, que no dejemos pasar la oportunidad de poner este sello y esta marca, reconociendo la importancia que debe tener en sus vidas este momento. Y, yo creo que, espiritualmente, también deben vivirlo.
Muchos no tuvimos esta oportunidad, y lo lamentamos, porque pagamos muchas veces las consecuencias. Yo tuve la ocasión, porque justamente a los 13 años comencé a conocer de la Palabra de Dios, pero realmente fue poco o nada lo que tal vez trascendió en mi vida. Aunque reconozco que fue como una pequeña semilla que me sirvió más adelante en momentos importantes de mi vida, se afianzaron ciertos aspectos espirituales. Me hizo más sensible hacia un Dios del que nunca me habían hablado y hacia las cuestiones del espíritu.
Para cerrar con esta pregunta: ¿cuál sería el primer bar mitzva en la Escritura? Se considera que el primer Bar mitzva lo llevó a cabo el pueblo de Israel, ya que al salir de Egipto, toma los mandamientos voluntariamente diciendo: “Oiremos y haremos”. Es, en ese momento que, están llevando a cabo simbólicamente, una ceremonia no solo de casamiento, sino también de Bar mitzva.
Sobre este tema me han hecho la pregunta: ¿Yeshua llevó a cabo un bar mitzva? Tenemos un relato en los evangelios, donde dice que, a la edad de 12 años, sus padres fueron a Jerusalén a la fiesta de “Pésaj” (Pascua), lo cual era una costumbre asistir con un grupo muy numeroso de peregrinos y, cuando estaban ya de regreso -había pasado por lo menos un día-, se dieron cuenta de que en la caravana no iba Yeshua. Unos pensaban que estaba con algún tío o alguien, pero al no ser así, se regresan a Jerusalén, donde sus padres lo hallan, nada más y nada menos que en el mismo Templo. Y la Escritura dice que, se encontraba hablando y haciéndole preguntas a los rabinos, y que todos se maravillaban de este joven. Entonces, aunque no podamos decir que era su bar mitzva, parece un poco exagerado que lo estaba haciendo ahí. Pero, si me parece clave ese pasaje para entender que, a esa edad, los jóvenes -de cierta manera está comprobado neurológica e intelectualmente- que, comienzan a desarrollar un entendimiento mucho más profundo en diferentes áreas. Por eso, al menos, en los países occidentales, se da la transición de la primaria a la secundaria a esa edad, porque ya pueden comprender conceptos y materias mucho más complejos. A esa edad, Yeshua se encontraba dialogando y haciendo preguntas reflexivas a los rabinos de aquella generación -no porque propiamente no supiera-, sino como una forma de mostrarnos que esa edad es clave para que los hijos se acerquen a las cosas y al ámbito de Dios, al Templo del Eterno porque después sería y será mucho más complicado. Hoy en día, como padres, espero que tengamos a esa edad, el control de nuestros hijos para aprovechar ese momento final para afianzar en su vida y conciencia estos puntos importantes de la vida espiritual.
Espero que esta información haya sido de bendición para ti y, que la podamos compartir con otros.
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