¿Qué es la abominación desoladora?

Creo que cuando nos abordan ciertas dudas sobre la fe, debemos buscar siempre, la respuesta en la Palabra. Así sea que el Eterno nos acompañe para poder contestar cada una de ellas. Y en este caso, creo que estas dos palabras: abominación y desoladora, desatan diferentes sentires como: ansiedad, miedo, precaución, necesidad de que las cosas sucedan, en fin, tantas emociones que se pueden suscitar en cada uno, al escuchar ciertas palabras.

YESHUA NOS DA LA CLAVE PARA ENTENDER LA ABOMINACIÓN DESOLADORA    

Pero vamos al término que encontramos en la Biblia en palabras de Yeshua, en el evangelio de Mateo 24:15 “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),” (RVR60). Aquí leemos que, Yeshua está hablando a sus talmidim (discípulos), de las señales que sucederán junto con los acontecimientos que vendrán para marcar el fin de esta era, la destrucción del Templo, así como un proceso y tiempo de tribulación que será sumamente difícil para los creyentes. Y la clave o pista, nos la da el mismo Yeshua.

Para poder entender un poco más a qué se refiere al decir “la abominación desoladora”, debemos escudriñar los pasajes del Profeta Daniel; así que vamos a leer Daniel 9:24-27 “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende que, desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” (RVR60). 

Nota: Yo te animo e invito a que leas estos capítulos de Daniel con más detalle (da clic en este enlace) Estos capítulos tienen una gran contenido profético e histórico, con aspectos relevantes que han trascendido hasta el día de hoy. Pero, vamos a tratar de enforcarnos en estos versos, para tratar de desenvolver este término en específico. 

Aquí en los pasajes leídos, le están hablando al profeta Daniel y al final en el verso 27, dice: “con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador.” Entonces, vamos a tomar un poco del contexto para que no nos tome de improviso. Se está hablando de una visión y una profecía que recibe el profeta Daniel, estando en Babilonia, sobre ciertos tiempos claves que son fundamentales para entender uno de los puntos más importantes: la aparición o primera venida del Mashiaj (Mesías). Y el punto más relevante de lo que dice aquí es que, se le quitaría la vida. Y aunque este no es el tema ahorita, es impactante, cuando piensas en el ámbito judío que ellos no conciben un Mesías que haya sido muerto o que fuera a morir o fuera asesinado. Porque la expresión: se quitará la vida al Mesías, en el hebreo quiere decir: se ejecutará. Es decir, va a ser asesinado, no va a ser un suicidio. También dice: No por sí, es decir, no por algo que Él haya hecho o provocado, sino más bien en el ámbito de una ejecución de un inocente. 

SETENTA SEMANAS    

Otro punto importante para entender el contexto de la abominación desoladora es el término de las llamadas setenta semanas del verso 24. ¿Cuánto tiempo serían estas setenta semanas? No son períodos literales de siete días cada uno, sino septenios. ¿Qué son los septenios? Períodos de siete años. De hecho, la palabra semanas en hebreo es “shavua” e implica literalmente siete o un período de siete. Por eso, al inicio de la semana decimos: ¡Shavua Tov! (Buena semana). Por supuesto, no puede hablar literalmente de setenta o sesenta y nueve semanas, ya que son efectivamente, períodos de siete años. 

Entonces sesenta y nueve semanas X 7 años, son: 483 años y la clave del verso 24 es que dice que hay setenta semanas como el tiempo límite que pone Dios para que esto llegue a su fin. Para que se termine la prevaricación, para que se acabe el pecado, se expíe la iniquidad, que llegue la justicia, se selle la visión y que venga el Santo de los Santos y se le unja. En otras palabras, Daniel entiende: para que ya venga el Mesías. 

Pero en el verso 25, vienen los detalles y dice: “Sabe y entiende que, desde la salida de la orden para restaurar y edificar Jerusalén, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas”; es decir, sesenta y nueve semanas que, multiplicadas por siete años, son 483 años. Lo interesante es que se cuentan esos 483 años, desde la salida de la orden. La pregunta interesante es: ¿cuándo se dio esa orden? En 2Crónicas 36:22-23 Mas al primer año de Ciro rey de los persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de los persas, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo: Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha encargado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios sea con él, y suba”. (RVR60). Aquí viene un edicto de parte de Ciro, que autoriza que los judíos pueden ir y reconstruir Jerusalén, pero no es la única orden que se dio. Por tanto, hay variación en cuanto a las fechas. Otra cita por considerar es Esdras, capítulos 1 y 7, donde se marca la orden para restaurar Jerusalén. 

¿En qué año probable se dieron estos edictos? Una opinión es que fue en el año 457 a.M.; otra opinión es que fue en el año 455 a.M. Así que llegando a un tiempo estimado y considerando el año 457 a.M., se llega a la fecha del día 10 del mes de Abib (espigas maduras) del año 26 d.M. Y si tomáramos el año 455 a.M., se llega al año 28 d.M. Así que, el rango del año en que aproximadamente se dio el edicto, se estima que estamos entre el año 26 y el año 32 o 33 después de Yeshua (Jesús). Pero es un estimado muy preciso porque es obvio y tenemos claro que, durante esos años, Yeshua hizo su aparición en la tierra y llevó a cabo la obra redentora. 

Ahora el verso 26 dice: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”. Entonces las primeras siete semanas, se considera que fueron en los días de Esdras, en el período en que se reconstruyó el Templo y la ciudad. Sesenta y dos semanas o 434 años después, se le quitaría la vida al Mesías. Y, ¿quién sería ese príncipe? Pues justamente Tito, a quien se le atribuye la destrucción del Templo, era hijo del Emperador Vespasiano, por lo que, literalmente era un príncipe de Roma, al que le encomendaron aplacar la revuelta judía en el año 66 d.M. que terminó con la destrucción del Templo. Y se considera que el fin de la guerra y hasta que duraron las devastaciones, fue hasta el año 135 d.M., cuando quedó destruido todo el Templo y Jerusalén e inició el exilio Romano. 

Y dice el verso 27: Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” Así que, entre el verso 26 y el verso 27, hay un período de una semana faltante. Ese período entre la semana sesenta y nueve y la setenta, es el espacio de tiempo que tenemos hoy y que conlleva dos mil años. Entonces, estamos a punto -y eso esperamos todos- de entrar a la última semana que se refiere Daniel como la semana setenta. Por tanto, esa setentava semana, correspondería a los últimos siete años del período de este reino o mundo. Entonces, esta figura o persona, logrará y confirmará un pacto que involucre a muchas naciones. O a judíos con musulmanes. Y a la mitad de la semana, que son tres años y medio, hará cesar el sacrificio y la ofrenda. 

Pera lograr esto: cesar el sacrificio y la ofrenda, ¿qué idea implica? Que tendría que haber un Templo construido y operando en Jerusalén para ese momento. Y el factor clave para que suceda esto, se atribuye a la misma figura o persona que está confirmando este pacto, así como la oportunidad de reconstruir el Templo y, por tanto, llevar a cabo el cese de los sacrificios y las ofrendas. 

LA IDEA DE LA ABOMINACIÓN DESOLADORA ES UN EVENTO RELACIONADO CON IDOLATRÍA Y DESTRUCCIÓN    

La palabra abominación en términos más técnicos, implica un término relacionado con la idolatría y se puede traducir como abominable, abominación, ídolo, inmundicia, cosa repugnante, cosa nauseabunda, sucia. Entonces la abominación en sí, aunque es un término que suena fuerte, pues tiene que ver con algo repugnante, también tiene que ver con una cuestión de idolatría. Y la palabra desoladora como lo menciona Yeshua, en el libro de Daniel en hebreo, es una palabra que también se puede usar como para dejar estupefacto o una gran impresión. Pero, la palabra implica también devastación, espanto, pavor, ruina, desolador, deshacer, desamparar, ya que tiene una gran cantidad de acepciones este término. Por tanto, lo que implica es algo relacionado con la idolatría que va a causar asombro, devastación y espanto en muchas personas. 

Pensando en el profeta Daniel que escribió esto, podemos deducir que se refería a Yeshua. Y, ¿por qué podemos considerar que esta última semana va a encajar al final? Ya que entre un versículo y otro hay una pausa tan larga. Pero, si recordamos que cuando Yeshua toma el rollo de Isaías y lee el pasaje que habla justamente de Él, corta parte del pasaje y hace una pausa diciendo, esto se ha cumplido el día de hoy. Pero, falta la otra parte del versículo y todos se preguntan ¿por qué no terminaste de leer? Porque esa otra parte, que habla de la ira, aún no ha llegado su momento. Así que, no es algo fuera de lo común que, de una profecía, se pueda tener una pausa de tiempo entre una parte y otra. Además, también es muy sabido que la profecía es cíclica. Esto es una constante en la Biblia. Hay profecías que no se han cumplido una sola vez, sino que ha ocurrido una sombra de lo que volverá a ocurrir y que puede volver a suceder una vez más. 

YA HA SUCEDIDO   

Entonces esta idea de una abominación desoladora, un evento o un tiempo relacionado con idolatría y destrucción, ya ha sucedido y ha quedado registrado con muchas evidencias. ¿Cuáles serían este tipo de episodios que se mencionan aquí y se han llegado a cumplir? 

Hay dos ocasiones sumamente claras:

  1. Con Antíoco Epífanes (167 a.C.), la más clara de todas y es la que seguramente Yeshua tiene en consideración en su tiempo que quedó registrado en Mateo.
  2. Con Roma (66-135 d.C.) en los días posteriores a Yeshua, desde la revuelta judía hasta que termina la tercer guerra judía-romana con la re
    belión de BarKojba y que derivó en la destrucción de todo Jerusalén y del peor exilio que ha tenido el pueblo de Israel. ¿Cuál fue la razón de la tercera guerra entre judíos y romanos? La razón documentada es que, estaban comenzando la construcción de una nueva ciudad nombrada Aelia Capitolina, sobre las ruinas de la antigua ciudad de Jerusalén; así como la construcción de un templo a Júpiter, justo sobre el monte del Templo.Eso fue lo que derivó la última guerra y sabemos cómo concluyó. Mucho de lo que escucharon los discípulos de Yeshua, en ese momento en el Monte de los Olivos, lo alcanzaron a vislumbrar y a otros les tocó vivirlo en carne propia. Entonces, no era algo alejado de ese tiempo, ni de sus contemporáneos.

 

EL QUE LEE ENTIENDA (DANIEL 11:21-31)

Yeshua dijo: ¡la clave para entender la abominación desoladora está en Daniel y el que lee entienda! Entonces hay que entender los pasajes de Daniel, hay que buscar la interpretación de Daniel para tratar de acercarnos a lo que tal vez pudieran haber tenido Yeshua y sus discípulos en mente y cómo interpretaban dichos pasajes. Y para nosotros, en el plano profético, lo que pudiera llegar a darse. Así que leamos Daniel 11:21-31 “Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos.
22Las fuerzas enemigas serán barridas delante de él como con inundación de aguas; serán del todo destruidos, junto con el príncipe del pacto.
23Y después del pacto con él, engañará y subirá, y saldrá vencedor con poca gente.
24Estando la provincia en paz y en abundancia, entrará y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres; botín, despojos y riquezas repartirá a sus soldados, y contra las fortalezas formará sus designios; y esto por un tiempo.
25Y despertará sus fuerzas y su ardor contra el rey del sur con gran ejército; y el rey del sur se empeñará en la guerra con grande y muy fuerte ejército; mas no prevalecerá, porque le harán traición.
26Aun los que coman de sus manjares le quebrantarán; y su ejército será destruido, y caerán muchos muertos.
27El corazón de estos dos reyes será para hacer mal, y en una misma mesa hablarán mentira; mas no servirá de nada, porque el plazo aún no habrá llegado.
28Y volverá a su tierra con gran riqueza, y su corazón será contra el pacto santo; hará su voluntad, y volverá a su tierra.
29Al tiempo señalado volverá al sur; mas no será la postrera venida como la primera.
30Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contristará, y volverá, y se enojará contra el pacto santo, y hará según su voluntad; volverá, pues, y se entenderá con los que abandonen el santo pacto.
31Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora. (RVR60). Este capítulo es bastante largo y tiene un contexto histórico muy documentado en el que se han dado a conocer estos detalles porque están relacionados con otros eventos históricos como: los egipcios, lo que sucedería con Grecia, etc. 

El verso 21 está hablando de Antíoco IV, que toma el lugar de Antíoco III, el cual era un hombre conocido por su astucia, por los halagos y por saber ganarse a la gente; sin embargo, se le da el calificativo de un hombre despreciable. El verso 22 habla del príncipe del pacto y está hablando del mismísimo Sumo Sacerdote de aquellos días: Onías III en Yerushalayim (Jerusalén). ¿Qué hace Antíoco III como una estrategia para aumentar su control en la región de Judea en Israel? Cambia al Sumo Sacerdote, quien es una figura y líder espiritual y pone a un hombre llamado Jasón como Sumo Sacerdote (esto está documentado en el libro histórico de 2Macabeos 4:7) entonces, de esta manera, entra la corrupción al Templo corrompiendo al príncipe del pacto. Dice el verso 23 que a pesar de que en ese momento no tenía Antíoco III, un gran ejército, había personas claves como el Sumo Sacerdote, que le ayudarían a lograr este pacto y este control. Dice el verso 24 que Antíoco durante un tiempo hizo sus campañas militares, logró conquistar las regiones aledañas, logró repartir los botines con soldados, comenzó a tener más gente fiel y leal y aumentó su fuerza. Porque dice el verso 25, que otros reyes, no se quedarían de brazos cruzados y, se refiere a Egipto. El rey del sur se refiere a Ptolomeo VI. ¿Qué hizo Antíoco Epífanes con esta estrategia astuta? Cuando ataca a Egipto, logra sobornar a los grandes generales del ejército egipcio, para que en los momentos claves traicionaran a su propio Faraón y los pudieran derrotar. Acorde al verso 26, llegan a un punto de negociación entre el Faraón egipcio y Antíoco, cuando los egipcios ven que ya no tienen alternativa. Es lo que está describiendo Daniel, cómo los griegos se empiezan a imponer. En el verso 28 leemos que su corazón estará contra el pacto santo que es la Torá (Instrucción), y aquí es donde empieza la tribulación y la adversidad sumamente fuerte para aquellos que les tocó vivir esos días en Israel. Y en los versos 29 y 30, vemos que se vuelve a armar la guerra en Quitim (Chipre) y sale Antíoco derrotado en esta batalla. Así que, cuando ve frustrados sus planes, va y se desquita contra los judíos. -Tal cual le sucedió a Hitler, cuando vio las dificultades de poder conquistar primero Europa y luego el mundo, ¿contra quién se va? Contra los judíos. – Entonces, Antíoco logra entenderse con aquellos que abandonan el pacto, pues nunca va a faltar gente entre el pueblo que va a apostatar y va a dejar de lado la Escritura, de modo, que se entiende con ellos. 

Sabemos por la historia de Jánuca (Fiesta de la Dedicación) y por los libros de los Macabeos de las prohibiciones que estableció Antíoco: el Brit Mila (circuncisión), las fiestas, el shabat, etc. que también resultaron en persecuciones.

Y finalmente, dice el verso 31, que es el verso clave, que profanarían el santuario y la fortaleza, quitarían el sacrificio continuo y pondrían la abominación desoladora. Y sabemos que este período de ocupación griega fue de gran angustia y tribulación, pues cuando celebramos la Fiesta de Jánuca, recordamos que fue un tiempo de adversidades, turbación y congoja. ¿Qué fue lo que pudo haber hecho Antíoco para que, en este caso el profeta Daniel, lo llamara con este término: y pondrá la abominación desoladora…

 Vamos a leer lo que dice el libro 2Macabeos 6:1-7 (aunque no está en nuestras Biblias protestantes, es un libro que nos da referencias históricas) “Poco tiempo después, el rey envió a un anciano de la ciudad de Atenas para obligar a los judíos a quebrantar las leyes de sus antepasados y a organizar su vida de un modo contrario a las leyes de Dios, para profanar el templo de Jerusalén y consagrarlo al dios Zeus Olímpico, y para dedicar el templo del monte Guerizim a Zeus Hospitalario, como lo habían pedido los habitantes de aquel lugar.Aun para la masa del pueblo era penoso y difícil soportar tantos males. 4 El templo era escenario de actos desenfrenados y de fiestas profanas, organizadas por paganos que se divertían con mujeres de mala vida y tenían relaciones con prostitutas en los atrios sagrados. Además, llevaban al templo objetos que estaba prohibido introducir en él, 5 y el altar se veía lleno de animales que la ley prohibía ofrecer. 6 No se podía observar el sábado, ni celebrar las fiestas tradicionales, ni siquiera declararse judío. 7 A la fuerza se veía la gente obligada a comer de los animales que cada mes se ofrecían en sacrificio para celebrar el día del nacimiento del rey. Cuando llegaba la fiesta del dios Baco, se obligaba a la gente a tomar parte en la procesión, con la cabeza coronada de ramas de hiedra”. (DHH). Lo leímos de la versión Dios Habla Hoy que, es una versión con un lenguaje muy sencillo y prácticamente es de aquí la referencia que Daniel hace de este pasaje. Y más adelante queda registro de los sufrimientos que se vivieron en ese período. Pero, uno de los puntos más relevantes es el que dice: la profanación del Templo de Jerusalén y la consagración al Zeus Olímpico.Incluso, se documentó que Antíoco ofreció un cerdo en el mismísimo Altar del Templo, como un acto de mayor profanación. Y como esta profanación era tan conocida y tan recordada por el pueblo judío que, sin duda, al decir Yeshua a sus discípulos esto, la intención era que la gente se formara una imagen mental de este evento pasado y que también aplicaría a un evento posterior. Esa es la idea de entender el tema de la abominación desoladora, teniendo el panorama claro de lo que sucedió en ese evento, para saber nosotros lo que podemos esperar.

¿LA ABOMINACIÓN FUTURA? 

¿Podrá entonces, haber una abominación futura? ¡Por supuesto que sí! Porque, considerando las palabras de Yeshua a un evento futuro, nosotros podemos creer que esas palabras se cumplen durante el tiempo de la guerra que ya comentamos entre judíos y romanos, durante los años 66 a 135 d.C. y que están perfectamente documentados en el libro de Flavio Josefo, el cual les recomiendo ampliamente que lean, llamado: “La guerra de los judíos”. Así que, parte de ese entorno se volvió a vivir. Sin embargo, al ser la profecía cíclica y al ser Daniel un profeta, no quiere decir que esto se haya cumplido totalmente o en una sola ocasión.

Vamos a ver una evidencia más en Daniel 12:11-13 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.” (RVR60). Una vez más, el contexto de este capítulo es una visión y profecía de los tiempos del fin. Lo que le inquieta a Daniel, es saber que no todo sería en su tiempo. Y como detalle interesante en el verso 11, pareciera que fueran dos eventos separados; sin embargo, cuando leemos otras versiones de la Biblia -y yo me inclino a creer eso-, nos dan a entender que el continuo sacrificio y la abominación desoladora, suceden al mismo tiempo. Y que, posteriormente habrá un período de mil doscientos noventa días.

En la Nueva Versión Internacional, leemos que es un solo período: “A partir del momento en que se suspenda el sacrificio diario y se imponga el horrible sacrilegio, transcurrirán mil doscientos noventa días.” 

La Nueva Traducción Viviente considera igual un mismo período: “Desde el momento en que se detengan los sacrificios diarios y coloquen el objeto sacrílego que causa profanación para ser adorado, habrá 1290 días.”

Ambos eventos son al mismo tiempo y entonces habrá: mil doscientos noventa días. Y este pasaje de Daniel se ha interpretado inequívocamente como un evento en el futuro, que va más allá de Antíoco y de la época de Roma. Por tanto, solo nos quedan nuestro presente y el futuro, el primero está pasando y el segundo está cada día más cercano. Además de lo que describimos en Daniel 9:27, no podemos pensar que se haya cumplido totalmente o que no se pueda volver a cumplir. Y aquí surge otra pregunta, para otro estudio: ¿quién será el Anticristo? O ¿qué manifestación tendrá el Anticristo? Pero, evidentemente tendrá un papel muy similar al que llevó a cabo Antíoco en su momento, de hacer ciertos pactos con los judíos y entonces, se repetirá tristemente la historia.

¿Podemos esperar hoy una nueva abominación desoladora? Si, así que debemos estar atentos porque hay ciertos elementos que se deben de cumplir. Uno de los más relevantes y que coincide tanto en la época de Antíoco, como en la época de Yeshua es: el Templo. Ya que éste es una pieza clave dentro de todo este rompecabezas para que entonces se puedan dar estos sucesos o este evento en particular conocido como: la abominación desoladora. Que ya dijimos que es en cuanto a significado y en cuanto al contexto, un tiempo o un evento que está relacionado con idolatría y con algo que causa destrucción como una guerra. 

¿QUÉ DEBEMOS HACER? 

Prepararnos como dijo el apóstol Pablo: Mirad pues, con diligencia como andéis, no como necios, sino como sabios.” Porque los días son malos. La noche está avanzada, se acerca el día, despojémonos de las tinieblas y de todo pecado que nos asedia y sigamos adelante santificando nuestra vida, porque nuestro mayor escudo y mejor defensa, es el Eterno mismo. 

Además de las obras que podamos hacer por él. Cada vez que guardamos un mandamiento, adquirimos un defensor. Pero cada vez que transgredimos un mandamiento, adquirimos un acusador.

Así que, más allá de pensar en tomar un curso de supervivencia o defensa personal militar, pensemos en enfocarnos en nuestra relación con el Eterno. Y mientras estemos bien con Él, Él también nos librará y nos guardará. 

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