¿QUÉ MANDAMIENTOS GUARDÓ ABRAHAM?
El día de hoy tenemos una pregunta que viene en el capítulo de Génesis 26. Y vamos primero a leer esta cita, para entonces tomar el contexto y que tenga más sentido la pregunta, ya que plantea una dificultad. Todos sabemos que Abraham, para aquellos que están familiarizados con la Escritura, es un personaje muy importante conocido como el Padre de la fe, el amigo de Dios. Una figura que representa también a muchos que volvemos al Eterno de un contexto ciertamente gentil. Pues de ahí surgió Abraham.
Génesis 26:1-5:
“Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes. (Génesis 26:1-5 RVR60).
Aquí nos está hablando de la historia de Isaac, donde está recibiendo las promesas que ya se le habían dado a Abraham en el verso 5, el cual es la clave.
Entonces, ¿cuál es el planteamiento que complica, en este pasaje, el análisis de la pregunta? Bueno, la Torá (la ley de Dios), conocida como la ley de Moisés y que contiene los 613 mandamientos, fue entregada en una fecha aproximada en el año 1445 A.M., esto está en Éxodo capítulo 20 -es de esos capítulos que debes tener siempre presente-. Entonces, en orden cronológico, se considera que entre los años 1440 y 1445 A.M. es que Moisés recibe las Tablas de la Ley y, con ello, toda la Torá. Pero Abraham vivió aproximadamente entre el año 2100 o 2200 A.M.; hay alrededor de 700 años de diferencia. El Apóstol Pablo nos da otra referencia sobre este planteamiento en Gálatas 3:17:
“Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.” (Gálatas 3:17 RVR60).
Pablo está hablando de Abraham, de las promesas que recibió y cómo la ley no anula las promesas. Así que, la herencia que Dios dio a Abraham no dependía de la ley en sí, no venía contenida dentro de los mandamientos, sino en la promesa que Dios le da en Génesis, capítulo 12.
Para resumir y enfocar la pregunta: ¿Cómo pudo Abraham guardar los preceptos, mandamientos, estatutos y leyes, de los que se habla en Génesis 26, antes de la entrega de la Torá? Si ni siquiera había nacido Moisés, por tanto, no había recibido los mandamientos de la ley de Dios que vienen 430 años después. Entonces, ¿a qué mandamientos se puede referir o cómo le hizo Abraham para guardar los mandamientos de la ley de Moisés, si nunca estuvo en el Monte Sinaí? Este es el planteamiento a grandes rasgos de la pregunta. Y, si esto se lo preguntáramos a un rabino, él nos diría, que los mandamientos que guardó Abraham son una evidencia de la ley oral o Talmud. Y, como se considera que la Torá ya existía desde antes de todas las cosas, se da, por hecho, que automáticamente se refiere a eso. En el ámbito cristiano, si tú lees algún comentario o buscas información en este sentido, posiblemente diga que el pacto al que se refiere aquí, los mandamientos y leyes, fue la circuncisión, pues reconocen que la circuncisión se la dio Dios a Abraham y estos fueron los mandamientos que guardó Abraham para él y su descendencia.
Pero, vamos a analizar más en profundidad esta pregunta para ver si esto es así, ya sea en el ámbito judío o en el cristiano, enfocándonos en las evidencias de la misma Escritura.
ANTES DE SINAÍ, YA HABÍA MANDAMIENTOS
Vamos a resolver ¿qué mandamientos pudo haber guardado Abraham? Ya que no estuvo en el Monte Sinaí y tampoco recibió ni los 10 mandamientos contenidos en las tablas de la ley. Antes del Monte Sinaí que es el evento que marca la distinción de recibir los mandamientos, “la Torá” (la ley) hay un aspecto muy importante. A medida que fue pasando el tiempo y, esto es una regla muy importante de interpretación, el conocimiento de Dios y sus mandamientos fueron haciéndose más profundos y particulares. Es decir, el conocimiento de quién es Dios y la Escritura misma, ya que fue de lo general a lo particular. Antes de Éxodo 20, antes de la entrega de la Torá como tal, ya se guardaba “Shabat” (Día de reposo). Vamos a ver este ejemplo para dar a entender y darnos cuenta de que la Torá y los mandamientos siempre han existido. Vamos a ir planteando qué tipos de mandamientos podrían haber existido y qué tipo de mandamientos, evidentemente Abraham, no pudo haber guardado.
Por ejemplo, en el caso de Shabat, antes de que se entregaran formalmente las tablas de la ley, donde el 4.º mandamiento dice:“Guardarás el día de Reposo para santificarlo”, el Eterno desde la creación misma, ya nos enseña el principio o mandamiento del shabat. Génesis 2:2-3:
“Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.” (Génesis 2:2-3 RVR60).
Entonces, aun antes de que siquiera Moisés viviera, ya existía el shabat como principio y mandamiento. Y esto, se fue transmitiendo. Una evidencia más en Éxodo 16:23-28:
“Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana. Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió. Y dijo Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo. Seis días lo recogeréis; más el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará. Y aconteció que algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron. Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?” (Éxodo 16:23-28 RVR60).
El contexto es, el pueblo ya salió de Egipto, están en el desierto y el Eterno les concede el maná. Pero les da una ordenanza particular para recoger el maná. Aquí Dios lo dice muy claro: ¿hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?: Les acabo de decir que no salgan a buscar el alimento porque ya les di el día anterior el doble. Están desobedeciendo, están transgrediendo un mandamiento específico del shabat, que era: “no salgas a buscar alimento”. Este es un ejemplo muy claro de que, aunque la ley no había sido dada, ya existían mandamientos y uno de los más importantes es justamente el shabat. A veces, el argumento que dice la gente: “No hay que guardar el shabat porque es de “la Torá” (la ley) y es para los judíos”. Pues aquí no había ni ley, ni judíos.
A medida que avanza el tiempo llegamos a Éxodo 20 y el mandamiento del día de reposo se va haciendo más específico, se añaden detalles de lo que implica el mandamiento. Entonces, aquí aplica esta regla que va de lo general a lo particular. Por tanto, podemos decir que los mandamientos y la Torá han existido desde la creación misma. De hecho, esta es una idea del judaísmo, que antes que todo existiera, la Torá ya existía. Dios nunca ha dejado de instruir a aquellos que Él ha llamado. Dios siempre ha entregado ordenanzas, mandamientos y estatutos. Esto no significa que Abraham recibió todos y cada uno de los mandamientos que recibió Moisés. ¡Por supuesto que no! Todos aquellos mandamientos que competían al sacerdocio, a los levitas, al Tabernáculo, por supuesto que Abraham no estaba en condiciones de guardarlos. No tendría por qué haberlos obedecido, porque no podía. Hasta que se dieron las condiciones necesarias, Dios trae la revelación de la Torá escrita y de cómo se debían guardar los mandamientos acordes a cómo Él quería que se hiciera.
Esto es algo interesante, porque nos damos cuenta de que así sucede incluso en nuestra propia vida. Muchos nos cuestionamos: ¿por qué no conocí de esto antes? Yo me atrevo a decirte que es porque no estaban las condiciones de tu vida listas. Porque tú no estabas listo y, porque probablemente, tú no hubieras podido, aunque lo hubieras querido hacer. Lo mismo aplica al pueblo de Israel. ¿Por qué Dios no les da la Torá en Egipto cuando eran esclavos? Porque no hubieran podido, evidentemente, guardar ningún mandamiento, ni las fiestas, ni shabat porque precisamente eran esclavos, y la Torá es para vivir en libertad, no en esclavitud. Una vez más, Abraham no guardó todos los mandamientos de la ley, que leemos Génesis 26, sino únicamente los que le fueron dados.
¿CÓMO PUDO SABER ABRAHAM ESTOS MANDAMIENTOS?
¿Cómo pudo conocer y guardar Abraham los mandamientos que le hayan tocado? La respuesta es muy sencilla. De la misma forma que Abel sabía que las ofrendas al Eterno eran por medio de ciertos animales. De la misma manera que Noé supo cuáles animales eran “kosher” (limpios), para llevar de ellos 7 parejas de cada uno. Dios le dijo a Noé, lleva una pareja de cada animal, pero de los animales que servirían para las ofrendas, de esos debía llevar 7 parejas. ¿Cómo lo supieron entonces? ¿Cómo sabían los patriarcas que levantaban altares de piedra, cómo hacerlos? ¿Dónde se adquirió el conocimiento de estos mandamientos? La respuesta es: por transmisión oral.
¿Cómo pudo saber Abraham los mandamientos que a Él se le entregaron? Porque se fue transmitiendo. Por supuesto que Abraham tuvo ciertos mandamientos particulares, pero ¿cómo se daba la transmisión oral? Así como pongo en estas imágenes: una persona mayor, se sentaba generalmente con los hijos, con los nietos y les platicaba, comentaba, relataba y, de esa manera, les instruía. De la misma manera que las abuelitas se transmitían las recetas de cocina: de boca en boca. Escribir en esas épocas no era común en los días de Abraham. Todo era por transmisión oral y así es como Abraham conoció los mandamientos que guardó. – Un detalle importante: transmisión oral, no significa que sea la ley oral. – La Torá oral, mejor conocida hoy como el Talmud, es una obra que recoge principalmente las discusiones rabínicas sobre las leyes judías, las tradiciones, costumbres, historias, leyendas y, en ciertos aspectos, busca explicar la Torá escrita, ya que no la debe contradecir por esencia, pero es un compendio enorme de información. Es una obra muy grande. Se desarrolló principalmente durante el exilio babilónico y, hoy en día, se reconocen dos: el Talmud Babli, que se hizo justamente cuando los judíos fueron llevados cautivos a Babilonia, donde tuvieron mayor tranquilidad y quietud. Y el Talmud Yerushalaim (Talmud de Jerusalén) que se recopiló un poco antes del período del exilio, estando aún en Jerusalén, aunque se comenta que fue hecho más aprisa por la prisa de la invasión y que serían llevados cautivos. Entonces, el punto aquí es que Abraham no guardó el Talmud que se desarrolló cientos de años después de su existencia. De hecho, la recopilación como tal escrita de lo que hoy es el Talmud, se dio incluso después de la época de “Yeshua” (Jesús). No nos confundamos porque esta es una idea muy generalizada en el judaísmo y Abraham guardó la Torá, pero no por ello quiere decir que fue el Talmud por haber sido una transmisión oral.
ENTONCES ¿QUÉ MANDAMIENTOS GUARDÓ ABRAHAM FINALMENTE?
Vamos a enfocarnos en la respuesta como tal a la pregunta original, aunque no sabemos con exactitud qué mandamientos guardó Abraham, podemos decir con seguridad que guardó todos aquellos que le fueron revelados directamente por Dios, como en el caso de la circuncisión para él y toda su descendencia (Génesis 17) o bien, los transmitidos de forma oral.
¿Qué otros mandamientos específicos se le dieron a Abraham? Se le dijo: Deja a tu tierra y tu parentela. Un mandamiento para él, que fue la ley para él, porque era Dios quien le estaba diciendo: Haz esto. Estos son los mandamientos que podemos tener certeza que Abraham guardó. Yo me atrevo a decir que también Abraham guardó shabat, porque el día de reposo existe desde la creación misma y, no era extraño que, en ciertas culturas, como hasta el día de hoy, las personas se tomaran un día de reposo. No sería nada raro pensar que fuera el séptimo día o el sábado. Existe una verdad muy importante relativa a esto: Dios ha escrito muchos de los mandamientos que hoy leemos en la Biblia, en nuestros corazones. No necesitamos como tal leer Éxodo 20 para decir: ¡Wow! Esto es un mandamiento de Dios. ¿Por qué? Porque Él nos ha dado una conciencia en la cual ha plasmado su voluntad y los mandamientos que quiere que guardemos. No nada más aplica a Abraham quien guardó mandamientos sin tener Torá escrita, pero también muchas personas deberían ser capaces de guardar la Torá, aunque no la conozcan o la tengan por escrito.
Vamos a leer Romanos 2:14-15:
“Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,” (Romanos 2:14-15 RVR60).
Aquí vemos la idea de que la Torá existe, aun en gente que ni siquiera la haya leído, como en el caso de Abraham, porque ni siquiera existía. Pablo está diciendo y dando por hecho, que los “goyim” (gentiles), las naciones, la gente que no nació dentro del ámbito judío, no tienen una Torá como tal – y en ese tiempo no era posible ir y comprar una Biblia, no existía la imprenta – entonces, se da por hecho que un gentil no tiene Torá, pero por naturaleza, logra hacer lo que la Torá dice. Y esto es posible por lo que dice el verso 15. Así que, aquí nadie se va a poder escapar y decir, yo nunca fui a la iglesia, yo nunca leí Romanos, no me enteré o no lo sabía. Eso no tiene nada que ver. Aquí tiene que ver con lo que tú sabes en tu corazón que debes de hacer. Luego, al leerlo en la Biblia, te das cuenta de que efectivamente es cierto: robar está mal, matar está mal. Hay cuestiones que no necesitamos leerlas para saber que es la voluntad de Dios y que son sus mandamientos. Entonces, en este caso, aplica lo mismo que escribe Pablo, para la gente que nació antes de Éxodo 20, exactamente igual. Y, la conciencia misma, actúa como la voz de Dios, como la Torá en sus corazones.
Si lo analizamos, vamos otra vez al libro de Génesis 26:5 porque el texto nos da información que es muy relevante:
“por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.” (Génesis 26:5 RVR60).
Aquí algunas de las frases que aparecen en el texto para analizarlas de manera particular sobre qué tipo de mandamientos guardó Abraham:
* “Oyó Abraham mi voz”, en hebreo: Shamá Avraham be-kolí. Esta expresión se utiliza para describir la obediencia a la voz del Eterno en momentos de prueba. O se entiende que la voz del Eterno es la que provoca que sean guiados por su voz, por su Espíritu. Como cuando Dios le dijo a Abraham, no temas yo soy tu galardón, deja tu tierra y tu parentela. La idea en este tipo de frases que dicen que escuchó su voz, es que Abraham se dejó guiar por Él. Algunos dirían que es un sexto sentido, que es la intuición, pero la Biblia dice que esa es su voz que está hablándole y que le decía que hiciera lo que Dios quería. Una vez más, “deja tu tierra y tu parentela”, frase que es muy famosa, es justamente la voz de Dios hablándole a Abraham.
* “Y guardó mi precepto”, en hebreo: va yishmar mishmar. Literalmente la palabra precepto (mishmar), significa guardia, por lo que podemos traducir esta frase como, guardó mi guardia. ¿Qué significa la guardia? Es como la defensa. Es decir, son aquellos mandamientos de prevención para nos transgredir otro tipo de mandamientos o alguna prohibición. ¿Qué quiere decir esto? Que aquellos mandamientos que Abraham guardó, fueron mandamientos de guardia. Para tener una actitud de temor, de vigilar las cosas del Eterno. Por ejemplo: el tzit-tzit (flecos del talit), son un mandamiento de guardia, porque dice en Números 15, que cuando los veamos, nos acordaremos de los mandamientos y no nos iremos en pos de nuestros ojos. Entonces, nos protegen de irnos detrás de lo que nuestros ojos observan. Otro ejemplo: Dios dice en la Torá que el Rey no debe de acumular muchos caballos, ni muchas riquezas, ni mucho oro, ni muchas mujeres. ¿Por qué? Porque sabe que eso desviaría su corazón. Por tanto, son mandamientos de guardia que lo que buscan es protegernos de transgredir una prohibición. Esto es lo que significa mishmar y, esto es lo que guardó Abraham.
* “Mis mandamientos”, en hebreo: mitzvot. Aquí se usa como una referencia a los mandamientos en general. Y me llamó la tención porque el comentarista Rashí, dice que este término lo interpreta él, en este pasaje de Abraham, como mandamientos de carácter social o de justicia como: no matar, no robar y todo este tipo de mandamientos. Por ejemplo: Cuando Abraham llegó con Sara a Gerar, él dice: “aquí no tienen temor de Dios, no guardan los mandamientos y me van a matar, porque tú eres muy bella, mejor diré que eres mi hermana”.
* “Mis estatutos”, en hebreo: jukim. Son mandamientos conocidos por ser ilógicos y no tienen una explicación en la Torá. No dicen el porqué se hacen. Por ejemplo: el “brit milá” (circuncisión) cae en esta categoría. La alimentación bíblica “kosher” (limpio o apto), también es un mandamiento ilógico. No nos dice el porqué se tienen qué hacer. A mí se me ocurre cuando Dios le dice a Abraham, ve y sacrifica a tu hijo Isaac. Eso no tiene sentido, es ilógico, irracional. “Tú me dices que de mi hijo tendré una gran descendencia y ahora me pides que lo sacrifique”. Pero aun así Abraham estuvo dispuesto a obedecer. De hecho, estos mandamientos son más complicados porque van en contra de nuestro “yetzer hará” (inclinación a hacer el mal) o contra nuestra razón, porque de todo requerimos explicación y estos mandamientos no la tienen.
* “Y mis leyes”, en hebreo: Torá. Aquí generalmente la palabra “toratím”, que son leyes en plural, los rabinos dicen que es la evidencia de que había una ley oral y una ley escrita y Abraham guardó las dos. Pero, si leemos el texto o pasaje en hebreo, no dice leyes en plural, sino la palabra Torá, en singular, que significa instrucción. Esta palabra se refiere a la ley como el cuerpo de leyes o mandamientos en forma general. Es como englobar todo lo anterior que es la ley.
Es muy interesante pensar y analizar todo lo que le tocó vivir a Abraham, no nada más en ciertos detalles de su vida como el sacrificio de Isaac, la circuncisión, dejar a su tierra y parentela. Sin embargo, a lo largo de su vida se enfocó en guardar los mandamientos del Eterno que a él le fueron revelados, conocidos y transmitidos.
¿QUIÉN LE PUDO HABER ENSEÑADO TORÁ?
Ahora nos vamos a enfocar en esta pregunta: ¿Quién le pudo haber enseñado los mandamientos? Generalmente, comentamos que la transmisión de los mandamientos era de padres a hijos, es decir, transmisión oral. Pero hay un detalle, es probable que Abraham no los recibió de su padre, pues el mismo Abraham recibe el mandamiento: “Deja a tu tierra y tu parentela”. Según la tradición judía, el padre de Abraham era idólatra, pues era constructor de ídolos, fabricaba imágenes. Por eso, lo tuvo que dejar. Así que, no es muy probable que los mandamientos del Eterno los haya recibido de su padre. ¿Qué es lo que se acerca bíblicamente más a lo que sucedió? Lo más seguro es que haya sido Melquisedec, figura bastante misteriosa dentro de la Biblia, pues se dice que era Rey y también Sacerdote. Lo cual, justamente después de la entrega de la Torá, se especifica que no se podía que una misma persona, tuviera ambos papeles. O eras rey, descendiente de la tribu de Judá, o sacerdote, descendiente de la tribu de Leví. Pero el caso de Melquisedec es especial, justamente por eso, porque él viene antes de estas especificaciones de la ley. Entonces, cuando todavía no existían las tribus, ni distinción entre ellas, Melquisedec era Rey de la ciudad de Salem, que posteriormente se le conocería con el nombre de Jerusalén (Génesis 14:18-20) y también dice que era sacerdote del Dios Altísimo. Cuando Abraham regresa de rescatar a Lot, de haber peleado con los reyes que se lo habían llevado, dice que le entrega los diezmos de todo el botín a Melquisedec. Por eso, es muy probable que fuera Melquisedec quien le enseñó la Torá a Abraham, porque al entregarle este los diezmos, es evidente que existía una relación de respeto, honra, agradecimiento y de mucho tiempo. El diezmo es un reconocimiento y una parte de lo que Dios ordenó entregar a los levitas y sacerdotes que enseñaban la Torá, haciendo uso de su tiempo y no solamente las labores de los sacrificios. Según la tradición judía se dice que Melquisedec era Sem, el hijo de Noé, y que él estableció, fundó un “yeshivá” (escuela de Torá) en sus días, para que el conocimiento del Eterno no se perdiera.
En la carta a los hebreos, Pablo nos muestra que pudo ser el mismo Yeshua este Melquisedec. Aunque este, sea tema para otra pregunta. Pero lo importante aquí, es que Abraham recibió la Torá, que hasta ese momento había sido revelada y, finalmente, la guardó.
Esa es una enseñanza para nuestras vidas: No importa cuanta Torá o cuantos mandamientos nos sepamos. Lo importante es que realmente los vivamos y los guardemos como hizo Abraham. Y que estemos dispuestos a obedecerlos. Ya que cuando guardamos los mandamientos, estamos demostrando también nuestro amor al Eterno, dice 1 Juan 5:3:
“Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.” (1 Juan 5:3 RVR60).
Y, en este caso, quedó como un legado para sus descendientes, es decir, Isaac. Ya que le dice: “por cuanto Abraham oyó mi voz, guardó mis mandamientos, etcétera”. Por tanto, guardar los mandamientos es también una inversión para nuestros descendientes.
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