
¡SE UN HOMBRE!
REGRESANDO EL ROL DEL HOMBRE SEGÚN LA BIBLIA
EL HOMBRE FEMINIZADO
El hombre ha ido perdiendo sus rasgos masculinos y sus distintivos como varón. Estamos viviendo una crisis de masculinidad en la sociedad. Durante miles de años, los roles de hombre y de mujer estaban definidos y establecidos. Los hombres salían de casa a trabajar al campo, a la mina, al mar, al bosque, etc. Volvía con recursos, la pesca, la caza, los frutos o vegetales, etc. La mujer en casa cuidaba a los hijos pequeños, administraba los recursos. Pero con la Revolución Industrial, el hombre dejó el trabajo de campo, físico y manual y se fue a las fabricas y oficinas.
Fue pasando el tiempo y dejo de pasar tiempo con sus hijos. Antes los padres se llevaban a sus hijos al trabajo, todo hijo sabía que hacia su padre, hoy es raro que esto suceda. La imagen del varón fue cambiando, cada vez mas. Las transnacionales impulsan la imagen de un hombre lampiño, educado y con rasgos cada vez más femeninos. Hemos perdido contacto con los rasgos masculinos, que nos distinguen de una mujer, que ahora hay jóvenes que ni viéndose en el espejo pueden reconocerse como varones.
Por un lado, el feminismo ha tenido un gran éxito en degradar la imagen del hombre como innecesario en la vida de los hijos y de la mujer, como el hombre opresor, machista, como el culpable de la violencia, las guerras y de todos los males en general.
Y por otro lado, el feminismo se ha empecinado tanto en empoderar a la mujer, que ha asumido el papel y rol de hombre. Las mujeres hoy trabajan, cuidan hijos, hacen el quehacer, estudian una carrera o un posgrado y además son esposas, madres, hijas. Pero esto en el fondo no las hace felices.
La mujer también ha sido víctima de esta confusión de roles y de los rasgos que Dios nos dio como hombres y mujeres que nos hacen comple-mentarnos.
EL HOMBRE SIN SABER QUIÉN ES
Estamos viviendo en una era de sobre información, pero en realidad de confusión. Muchos hombres no saben lo que realmente es ser un hombre, porque en gran manera crecieron sin un modelo masculino acorde a la Palabra. Entonces se casan y no saben bien a bien como comportarse, que es lo que se espera e ellos. No conocen los rasgos que nos diferencian a los hombres de las mujeres y que si no los cumplimos, no vamos a encontrar plenitud en nuestro matrimonio. Hoy debemos aprendamos una de las principales diferencias que Dios puso en el hombre y en la mujer. Un rasgo que Dios le dio al hombre y que de no llevarlo a cabo cabalmente, genera un problema matrimonial. Si ignoramos estas diferencias, no vamos a podertener shalom bayit.
SER UN VARÓN SIGNIFICA DAR E INFLUENCIAR
Tenemos que entender este rol y esta diferencia básica, la mujer fue dada para recibir y el hombre para dar(el cuerpo mismo nos lo indica). El hombre fue creado a su imagen y semejanza, y la naturaleza de Dios es primeramente la de dar, antes de recibir. Ej. “nosotros le amamos a él, por que él nos amó primero” (1a Jn. 4:19).
Tenemos que entender que somos diferentes en este llamado y esencia de las mujeres. Por tanto nuestro papel en el matrimonio, debe ir acorde a esto. De no hacerlo, vamos a tener una mejor inconforme y muchas veces ni ella misma va a saber por qué.
Dios hizo a a mujer como ayuda idónea, es decir contraria, esto también implica que es diferente. Hoy la sociedad, ha querido hacernos pensar que los hombres y las mujeres son y deben ser iguales en todo, pero en la Biblia esto no es así. Estas diferencias actúan como complementos. Ej. Un cable macho, se conecta con una entrada hembra. En gran manera, el shalom bayit, depende que ambos cumplan los roles que Dios les han dado.
SER HOMBRE SIGNIFICA DAR Y NO ESPERAR RECIBIR
Un verdadero hombre en el matrimonio esta presto a dar, a dar atención, a dar soluciones, a dar el sustento, a dar seguridad, a ayudar, no espera honores, reconocimientos, que se le cuide o mime en casa por parte de su esposa o hijos.
Es distinto la honra, al deseo de querer recibir. El hombre se gana el respeto y honra de su esposa e hijos, pero no lo puede imponer o exigir, por que eso es una vez mas, es pedir.
Cuando el hombre esta esperando recibir, se esta comportando como un ‘hombre feminizado’ y no como lo que Dios lo hizo. Por que el recibir, recuerden es parte de los rasgos mayormente femeninos.
Muchas ofensas que el hombre siente, es porque está en el fondo esperando recibir y no dar. Por eso un verdadero hombre, no se toma personal las ofensas o humillaciones de su esposa, porque no está esperando nada, no tiene esas expectativas sobre su esposa o el matrimonio.
¿DE QUIÉN RECIBE EL HOMBRE?
El hombre recibe del Mesías y del Eterno. Su conexión con el Eterno le permite sentirse pleno, satisfecho y con una autoestima alta.
Si tenemos una relación débil con Dios, se va a reflejar en el matrimonio en forma de quejas hacia la esposa y en un sentimiento constante de sentirse ofendido, o victimizarse como si la esposa le debiera algo constantemente en la relación. Yeshua dijo:
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan.15:5 RVR60).
Nuestra fuerza, vitalidad y estima debe venir directamente del Mesías. La aprobación, honor o reconocimiento el hombre debe esperarlo del Eterno y no de su esposa.
NO PODRÁS CAMBIAR A TU ESPOSA
Si queda claro que en su naturaleza, la mujer fue hecha para recibir y no para dar, significa que no podrás cambiar eso, ni ella tampoco. Por tanto, ella estará esperando recibir y cuando el hombre no cumple el papel de dar, entonces se quejará, se frustrará y buscará en otros lados suplir esa necesidad. Entonces el esposo también se queja por ello y se convierte en un círculo vicioso. Si les dejamos en claro a nuestra esposa, que estamos dispuestos a a darlo todo por ellas, entonces ella estará feliz, se sentirá segura y simplemente recibirá lo mucho o lo poco con amor y con agrado. Por eso es importante que un hombre le muestre a una mujer que esta dispuesto a dar todo de si, por ella. A ponerla por encima de todo (excepto Dios).
Un hombre puede ser esforzado, proveedor, educado, pero si su esposa no percibe que ella es la prioridad en el dar de él, entonces vivirá frustrada, triste o enojada. Ve que su esposo puede quedarse horas extra si el jefe se lo pide, que acude con su mamá de inmediato si se le llama, pero no lo esta cuando ella le pide que deje su celular para hablar o que la lleve a cenar, aunque esten apretados de presupuesto.
Lo que una esposa quiere ver que es su esposo esta dispuesto a dar por ella, más que lo que da por cualquier persona. Que en el dar, ella es su prioridad.
DAR SIN SEGUNDAS INTENCIONES
Hay hombres que intentan aplicar este principio, pero con una intención encubierta y entonces no funciona porque sigue en la misma… esperando recibir. Al dar sin una intención encubierta, estamos cumpliendo nuestro verdadero rol de hombre. Un verdadero hombre da, por que esa es su naturaleza divina, la que viene en conexión del Eterno. Por eso el egoísmo es una evidencia de nuestra desconexión con Dios. Si damos y luego nos quejamos de no recibir, significa que no hemos entendido este principio. Seguimos actuando con rasgos femeninos y no masculinos.
TIKIN OLAM
Una de las misiones como creyentes en el Mesías es el ‘tikun olam’, la rectificación del mundo, de lo que esta mal. Pero eso empieza, por nosotros mismos. No quieras cambiar a tu esposa, cámbiate a ti mismo y deja que Dios haga lo demás. A veces escucho en consejería a dos mujeres quejándose y ¡peleando frente a mi! ¡El hombre tiene que aprender a ser un hombre! Un diagnóstico de esta situación es la lujuria que hay en el hombre, es una prueba inequivoca de esto. Es necesario dejar la lujuria. El hombre que es esclavo de la lujuria solo busca satisfacción sexual y el placer carnal, pero no verdaderamente dar. La lujuria es un ejemplo muy claro, por que del hombre espera recibir satisfacción sexual, y entonces esta invirtiendo los papeles con ella. Él la pone en el papel de dador y él de receptor, y esto crea consecuencias destructivas, por que además echa a perderla función de la sexualidad.
¡CUMPLE CON EL ROL QUE DIOS TE HA DADO!
Tenemos que tomar el papel de hombres, de recobrar la imagen que se ha diluido, degradado y perdido de los varones. Necesitamos hacerlo por nosotros mismos, por nuestros hijos y por la rectificación en el mundo. Dejemos de quejarnos por no recibir, porque estamos actuando como mujeres, y tomemos el papel de dar. Yeshua es el ejemplo perfecto de un varón que no vino a ser servido, que no vino a pedir, sino, por el contrario, a dar tanto, que vino a dar su vida.
(Este artículo se basa en el capítulo 4 del libro ‘En el Jardín de la Paz’ de Rab. Shalom Arush. Y en el libro ‘Iron John, el hombre y la masculinidad’ de Robert Bly. Consulte ambas fuentes para más información).
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