395. El Precepto de entregar el primer diezmo a los levitas.
396. El Precepto para los levitas de entregar a los sacerdotes el diezmo de lo que reciben como diezmo del pueblo.

Explicación del mandamiento:

Este capítulo nos habla en general sobre el sustento de los levitas. Este es el mandamiento que da pie a la ordenanza de los diezmos, es un principio que hasta el día de hoy se sigue llevando a cabo en la gran mayoría de las iglesias y dentro de las sinagogas. Algo importante con respecto a esto y también controversial es que se ha abusado de esto por lo que la gente no quiere ir a una congregación, no quiere reunirse en las mismas, por ello es importante entender Bíblicamente N°1:

El porqué del diezmo, el principio del dar, debemos comprender que el diezmo es algo de lo cual nosotros nos desprendemos, considerando como dice la escritura:” Mío es el oro y la plata”, es decir todo lo que existe, todo lo que tenemos es del Eterno por lo cual vamos a devolverle una parte de lo que Él nos ha dado como administradores, como mayordomos.

2° Samuel 24: 24 versión Dios habla hoy:

“Pero el rey respondió:Te lo agradezco, pero tengo que comprártelo todo pagándote lo que vale, pues no presentaré el Señor mi Dios holocaustos que no me hayan costado nada. (2° Samuel 24: 24 DHH)”

Estas palabras fueron del rey David Hamelej en el momento en que él estaba dispuesto en su corazón a construir el templo y comprar el terreno donde se construiría; se lo ofrecieron, se lo regalaron y él da esta respuesta:-“Te lo agradezco”, pero no tendría caso, no vale que yo le ofrezca algo a Dios que a mí no me cueste. David entendía muy bien este principio del dar, el dar implica que estamos entregando algo que de una u otra manera nos está costando. Esto es un principio que viene prácticamente desde el origen del hombre, desde los días de Adán y Eva, desde los días de Caín y Abel, en el que el principio era hacer un sacrificio.

La palabra hasta cierto punto implica eso, algo que te cuesta, que tuviste que dejar, que desprenderte, eso es un sacrificio, no es tanto la cantidad que das, sino lo que te cuesta en sí y esto es un principio muy importante dentro de los diezmos. También recordamos este pasaje en el Nuevo Testamento, donde Yeshua estaba viendo como las personas llevaban sus ofrendas, llevaban el dinero al arca del templo y se dio cuenta de que una viuda había echado 2 blancas o cuadrante, una monedita prácticamente insignificante y les enseñó a sus discípulos,

Lucas 21: 1-4:

“De cierto les digo que esta viuda echó mucho más que todos los otros porque ellos dan de lo que les sobra, pero ella dio lo que salió de su propio sustento”, evidentemente la cantidad era muy poca, pero lo que importaba era el costo. (Lucas 21: 1-4 RV60)

Si esto no lo entendemos, no lo tenemos arraigado en nuestra vida, no sentimos que sea parte, siempre va a ser muy difícil dar porque lo queramos o no, lo aceptemos o no, Dios siempre nos demanda algo.

Algunos dicen que Dios es amor y el amor no pide nada, eso suena muy lindo, lo cual hasta cierto punto es cierto, pero no significa que en esa relación no haya que dar, hasta el día de hoy cualquier relación, incluso humana, implica un dar, una entrega, de hecho es muy interesante porque la palabra dar en hebreo es la palabra Nathan y la palabra Nathan se conforma de 3 letras: Nun, Tav y nuevamente la letra Nun. Que en el paleo hebreo, que es el hebreo pictográfico se le da a un significado muy particular a cada letra, la letra Nun se representa por medio de una semilla, tiene la imagen como de un espermatozoide, y la letra Tav la podemos identificar como un signo de +(Más) como si fuera una cruz y representa un pacto y finalmente la letra Nun que decíamos nuevamente significa semilla, entonces ¿qué implica el dar, la nun, la tav y la nun? que cuando uno da, se da vida para que haya un pacto, para que haya más de ese pacto y este genera más vida.

Dice el libro de Números 18: 1:

“El Eterno dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis el pecado del santuario; y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio”. (Números 18: 1 RV60).

En este capítulo empieza a hablar directamente el Eterno a Aarón sobre lo que implicarían sus responsabilidades, ya se les había dado esta función, esta autoridad, ahora va a hablar acerca de la responsabilidad, ya que muchos quieren autoridad, pero tienen que entender que eso conlleva una responsabilidad y por supuesto que llama la atención este primer verso porque dice: llevaréis el pecado del santuario y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio.

¿Por qué habla El Eterno de esta manera, por qué manifiesta cómo llevarán el pecado?, sabemos que el tabernáculo se erigió como una forma en que el pueblo pudiera acercarse al Eterno, perdonar sus pecados, encontrar un espacio, un lugar para una reconciliación, pero para llevar a cabo esto había todo un proceso de rituales que se tenían que realizar, como parte de estos rituales implicaban las ofrendas, los sacrificios que se presentaban, los diezmos también eran parte de esta relación, pero no cualquiera podría llevarlo a cabo, en los capítulos previos de este libro y en Levítico se establece que serían específicamente los levitas y los sacerdotes los que realizarían esta función, igualmente esto no sería tan sencillo, ya que implicaría que estos entrarían en contacto con las cosas santas, entrarían en contacto con la presencia divina lo que implicaría un riesgo, una gran responsabilidad, de cierta forma los sacerdotes también se encargarían de ser los representantes del pueblo, de cargar la responsabilidad del pecado de ellos, del santuario, del sacerdocio, de cómo llevarían a cabo las cosas, de enseñar para que el pueblo no transgrediera.

Aunque hoy no hay un templo, hay personas que siguen llevando a cabo esta labor, la misma que llevaban los levitas, los sacerdotes con igual responsabilidad. En el Nuevo Testamento se enseña que los pastores son responsables de las almas de las ovejas, no es que los vayan a salvar ellos personalmente, pero, de cierta manera, sí son responsables de algunas acciones porque ellos mismos van a enseñar, a alimentar y tener cuidado de las ovejas que Dios les haya puesto en su redil.
Dice en Números 18:2-3:

”Y a tus hermanos también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, haz que se acerquen a ti y se junten contigo, y te servirán; y tú y tus hijos contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio. Y guardarán lo que tú órdenes, y el cargo de todo el tabernáculo; mas no se acercarán a los utensilios santos ni al altar, para que no mueran ellos y vosotros. (Números 18:2-3 RV60)

Los levitas también estarían asistiendo a los sacerdotes limitadamente, ya que hay ciertos lugares y acciones que ellos no van a poder realizar porque, sino que van a morir y ustedes también. Aquí vemos que era una gran responsabilidad, pero además ponían en grave riesgo su vida porque se adentraban en terrenos sumamente santos, espirituales y con mucha responsabilidad, cualquier otro que se acercara o que lo intentara, el levita llevaría la responsabilidad de su muerte.

En Números 4-20 dice:

“Se juntarán, pues, contigo, y tendrán el cargo del tabernáculo de reunión en todo el servicio del tabernáculo; ningún extraño se ha de acercar a vosotros. Y tendréis el cuidado del santuario, y el cuidado del altar, para que no venga más la ira sobre los hijos de Israel. Porque he aquí, yo he tomado a vuestros hermanos los levitas de entre los hijos de Israel, dados a vosotros en don del Señor, para que sirvan en el ministerio del tabernáculo de reunión. Mas tú y tus hijos contigo guardaréis vuestro sacerdocio en todo lo relacionado con el altar, y del velo adentro, y ministraréis. Yo os he dado en don el servicio de vuestro sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá. Dijo más Jehová a Aarón: He aquí yo te he dado también el cuidado de mis ofrendas; todas las cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón de la unción, y a tus hijos, por estatuto perpetuo. Esto será tuyo de la ofrenda de las cosas santas, reservadas del fuego; toda ofrenda de ellos, todo presente suyo, y toda expiación por el pecado de ellos, y toda expiación por la culpa de ellos, que me han de presentar, será cosa muy santa para ti y para tus hijos. En el santuario la comerás; todo varón comerá de ella; cosa santa será para ti. Esto también será tuyo: la ofrenda elevada de sus dones, y todas las ofrendas mecidas de los hijos de Israel, he dado a ti y a tus hijos y a tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; todo limpio en tu casa comerá de ellas. De aceite, de mosto y de trigo, todo lo más escogido, las primicias de ello, que presentarán a Jehová, para ti las he dado. Las primicias de todas las cosas de la tierra de ellos, las cuales traerán a Jehová, serán tuyas; todo limpio en tu casa comerá de ellas. Todo lo consagrado por voto en Israel será tuyo. Todo lo que abre matriz, de toda carne que ofrecerán a Jehová, así de hombres como de animales, será tuyo; pero harás que se redima el primogénito del hombre; también harás redimir el primogénito de animal inmundo. De un mes harás efectuar el rescate de ellos, conforme a tu estimación, por el precio de cinco siclos, conforme al siclo del santuario, que es de veinte geras. Mas el primogénito de vaca, el primogénito de oveja y el primogénito de cabra, no redimirás; santificados son; la sangre de ellos rociarás sobre el altar, y quemarás la grosura de ellos, ofrenda encendida en olor grato a Jehová. Y la carne de ellos será tuya; como el pecho de la ofrenda mecida y como la espaldilla derecha, será tuya. Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren a Jehová, las he dado para ti, y para tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal perpetuo es delante de Jehová para ti y para tu descendencia contigo. Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel”. (Números 4-20 RV60)

Esto es algo que El Eterno había establecido para la tribu de Leví que no recibirían como el resto de las tribus una porción asignada de tierra para que se establecieran, sino, en su momento, establecieron 48 ciudades en las cuales se repartirían y ahí habitarían. En total se estima que había 24 donaciones que se llevaran a los Cohanim, a los sacerdotes quienes no tendrían tierras extensas de cultivo, no irían a la guerra para poder tomar de los botines, eran miles y miles de levitas los que estaban repartidos en la tierra de Dios, en la tierra de Israel.

Posteriormente, dice en Números 18:21-24:

Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. Y no se acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cual mueran. Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su iniquidad; estatuto perpetuo para vuestros descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos de Israel. Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán al Eterno en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad”. (Números 18:21-24 RV60)

Aquí está muy claro el principio del sustento para los sacerdotes y los levitas a través del diezmo, que es conocido en hebreo con el término Maaser, una palabra que significa décimo o diezmo.

Vemos que había cuatro tipos de donaciones que se llevaban dentro del templo o hacia los levitas, la primera eran las primicias que se les llaman Bikkur o reshít, el Maaser rishon, es el primer diezmo o diezmo ordinario o Maaser shení qué sería un segundo diezmo el cual sería asignado específicamente para las festividades y finalmente el Maaser Ani o tercer diezmo o diezmo del pobre, se considera que solo se daban en el tercero y en sexto año siendo una labor social que ayudaría a toda la comunidad, justamente para que no cayeran en extrema pobreza alguno de los miembros del pueblo de Israel. Este es el principio que Dios establece para los levitas que sean sostenidos por medio de los diezmos que los hijos de Israel presentarían. En la actualidad sigue siendo un mandamiento muy controversial, por un lado, en el ámbito cristiano, porque muchos consideran que la ley ya no está vigente, que ya no hay que seguir los mandamientos, pero en el caso del diezmo, si se sigue observando, se sigue llevando a cabo. Esta es la controversia que algunos dicen:

Si ya no se lleva a cabo la ley porque sí lo de los diezmos, tampoco debería llevarse a cabo. El otro punto es que se ha llegado a abusar desde el púlpito, a veces parece que el énfasis principal detrás de todo mensaje es que la gente entregue sus diezmos o mucho más, incluso, que los mismos diezmos. En definitiva, el principio es que El Eterno ha ordenado la entrega de los diezmos, no dice el 8% o el 5% u otro porcentaje dice el 10% es un número muy específico, ya que maaser significa la décima parte o el diezmo, por lo que no nos podemos apartar, alejar de ahí pensando que podemos dar más o menos, es un precepto que el Eterno ha ordenado.

En el verso Números 18:25- 26 dice:

“Y habló Jehová a Moshé, diciendo: Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que yo os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida al Señor el diezmo de los diezmos. (Números 18:25- 26 RV60)

Esto sería como un sub mandamiento de este que se refiere al mandato de dar, de entregar un diezmo del diezmo que recibían los levitas, quienes tenían todo el derecho de recibirlos del pueblo y ellos a su vez no estaban exentos de diezmar.

Profundizando más en este tema y respondiendo a ciertas dudas de si esto sigue vigente o si es exclusivo para los días del templo, ya que estamos hablando del contexto, del tabernáculo y de los levitas, tenemos que entender, finalmente, que los mandamientos son el medio para llevarnos a un fin. Por ejemplo, el caso de los tzitzit que tienen entre otros propósitos, como dice en Isaías: 15. Para que nuestro corazón o nuestros ojos no se pierdan o se perviertan y no nos vayamos tras nuestros ojos. Esa es la intención de los tzitzit, recordar la escritura, recordar la santidad, guardar los mandamientos y no irnos tras nuestros ojos. El mandamiento no consiste nada más en ponerse los tzitzit y que sigamos dejándonos llevar por nuestros impulsos, ya que no se estaría cumpliendo el propósito de este mandamiento de los tzitzits.

En este caso, la idea y la intención de entregar un diezmo era el sostenimiento de aquellos que estarían tomando la responsabilidad de servir al Eterno en lugar del pueblo, llevar el sustento para los levitas quienes eran los que mantenían la lámpara encendida de la Torá y que pudieran enfocarse en servir, en ministrar para el pueblo en él en el tabernáculo, esto era una necesidad, era algo que el pueblo no podía evadir porque no podían acercarse a las cosas santas, alguien tendría que hacerlo, los escogidos para esto fueron los levitas.

Había una especie de intercambio de responsabilidades, la responsabilidad del pueblo sería sostener a los levitas, la responsabilidad de los levitas sería plantarse delante de Dios, presentar la cara por el pueblo y llevar a cabo todas las actividades, todas las funciones que requerían para que esa relación entre Dios y el pueblo siguiera vigente, siguiera funcionando y hubiera esa reconciliación y perdón.

Algunos pasajes que nos dan esta evidencia son los siguientes:

Hebreos 7:5:

“Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque estos también hayan salido de los lomos de Abraham”. (Hebreos 7:5 RV60)

Aún en este tiempo en el que se sitúa Yeshua ya había muerto y resucitado, Pablo el autor de la carta a los hebreos dice que hay que seguir diezmando, aquí el punto de enfoque sobre este versículo es que no ve ninguna disputa en que Yeshua haya resucitado y en que se sigan entregando los diezmos a los levitas.

En Deuteronomio 14:22:

“Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año”. (Deuteronomio 14:22 RV60)

O sea que sin falta y sin fallar, como sea poco o mucho había que diezmar.

En 1° Corintios 9:1 hasta la mitad del capítulo el verso 14 el apóstol Pablo (algunos dicen que estaba defendiendo su apostolado), alude a una situación en la que él era acusado, verso 3 de 1° Corintios:

9, y también sobre si tenían o no derecho a ser sostenidos por la labor que llevaban a cabo, (algunos ponían en tela de juicio este apostolado ya que no era parte del grupo original de los 12, luego él mismo aclara que se le apareció El Señor y que a el también lo instruyó) dice, además, nosotros estamos llevando a cabo la misma labor que llevan a cabo otros de los discípulos como Cefaz, dice: ¿Acaso Bernabé y yo somos los únicos que no tenemos derecho de no trabajar?.

Ellos habían decidido no llevar a cabo ciertas actividades remuneradas, sino ser sostenidos por parte de las comunidades que él mismo había fundado, establecido o alimentado, pone ejemplos sobre este principio de sostenimiento a aquellos que están enseñando la palabra que era válido para todos aquellos que lo estén haciendo para El Señor, menciona ejemplos de la vida cotidiana como los soldados, una vez que se alistaban en el ejército, no tenían que seguir trabajando para sostener esta labor sino que eran sostenidos por el propio pueblo o el gobierno para llevar a cabo esta función, él mismo pregunta a manera de reprensión, ¿quién planta una viña y no come de su fruto o quien apacienta el rebaño y no toma de esa leche? y hace una pregunta en el verso 8¨Digo esto solo como hombre ya que solo son cuestiones mundanas, ejemplos de la vida cotidiana, ¿no dice esto también la Torá?

Aludiendo a:” No pondrás bozal al buey que trilla” y pregunta: ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes o lo dice enteramente por nosotros? -Pues por nosotros escribió. Pablo estira el principio, lo enseña en un nivel más profundo de interpretación por lo que era un principio que se podía aplicar para aquellos que estaban trabajando genuinamente para la obra del Eterno quien tiene derecho a comer, a recibir, a participar de lo que él mismo está trabajando, este principio no era solo cuestión para la agricultura sino que se podía aplicar en aquellos que trabajaban genuinamente para la obra del Eterno.

Pablo dice finalmente, para cerrar esta porción: “Si nosotros sembramos en terreno espiritual ¿será gran cosa sí segamos de ustedes lo material? Refiriéndose a lo económico, sí otros participan también de este derecho cuanto más nosotros, incluso dice ¿no saben que los que trabajan en las cosas sagradas comen del templo y los qué sirven al altar, del altar participan? Aun cuando estuviese vigente, el templo estuviese en pie, Pablo Toma este principio del diezmo para establecer que también otros ministros pueden ser sostenidos y no solamente los levitas que se encontraban en Jerusalén, por eso dice: “También ordenó El Señor a los que anuncian el evangelio que vivan del evangelio”.

Muchos afirman que aquí Pablo jamás menciona el diezmo, tienen toda la razón, pero así como en otras enseñanzas, Pablo no las repite ni las reitera porque son principios que ya estaban establecidos en la misma Torá, por ejemplo el caso de Shabat, por ello es que Pablo no lo enseña, no había necesidad de enseñar lo que ya estaba escrito, establecido, estaba universalmente aceptado.

El diezmo es un principio tan antiguo, prácticamente como Adán y Eva, Caín y Abel, como los días de Abraham y Jacob, no habría que reiterar que se tiene que dar. Hay quienes argumentan que no hay que dar un diezmo porque Pablo particularmente no lo enseñó, son personas que generalmente tampoco están dispuestas a dar el diezmo ni nada, hay que reconocer que lo que hay detrás de ciertas objeciones no es el buscar la Torá y buscar la justicia, sino el buscar de tener y no querer dar, en no querer abrir nuestro corazón.

En la carta a los Romanos 15: 27 hay una enseñanza sobre el tema del dar. No se menciona, específicamente, el diezmo, pero es algo tan firmemente establecido en la Torá y que tenía propósito de sostener, en este caso, a los levitas que eran responsables de la enseñanza.

Dice Romanos 15: 27:

“Pues les pareció bueno y son deudores a ellos. Porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales deben también ellos ministrales de los materiales”. (Romanos 15: 27 RV60)

La idea es que aquellos que están siendo enseñados puedan participar por medio de un sostenimiento material, o sea, si reciben lo espiritual, la manera de responder es por medio de lo material.

Mateo 10:10 Cuándo Yeshua, nuestro Adon, enseña a los discípulos sobre este principio de ir, de enseñar y de dar, Él lo enseñó por qué el obrero es digno de su salario, la persona que está como responsable de la enseñanza, qué se está esforzando en llevar a cabo esta labor puede recibir con dignidad, no con vergüenza, el sostenimiento necesario y suficiente para poder seguir llevando esta labor. En el libro de Nehemías 10, cuando viene esta restauración y la reconstrucción de las murallas de la Ciudad de Jerusalén, parte del restablecimiento de lo que sería la nación de Israel, sería reactivar justamente los diezmos que los levitas fueran sostenidos una vez más por los diezmos del pueblo porque Nehemías sabía que si los levitas no llevaban a cabo está labor. ¿Quién al final terminaría perdiendo? Prácticamente, todos, entonces Nehemías: 10:38 dice:

“Y que estaría el sacerdote de Aron con los levitas cuando los levitas recibiesen el diezmo, y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro (Nehemías 10:38)”

Nehemías 10:38 busca restablecer estos dos mandamientos que estamos estudiando.

1° Timoteo 5: 17-18:

“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor mayormente los que trabajan en predicar y en enseñar.” (1° Timoteo 5: 17-18 RV60)

Aquí hay una enseñanza sobre este principio, sostener a aquellos que están predicando y enseñando, ciertamente aquí dice: “que sean dignos de doble honor”, la palabra honor en el griego Timé qué significa Valor, dinero pagado. Por tanto, se estima como algo material. Y ahora Cómo sabemos que no se refiere a otra cosa que no sea el honor y el respeto, porque Pablo enseña en el verso 18 que la escritura dice, no pondrás bozal al buey que trilla y el obrero es digno de su salario. Pablo está enseñando a Timoteo para que el mismo siguiendo los principios de la Torá y el Espíritu del mandamiento del diezmo, porque eso es lo que hay que buscar el sostenimiento de aquellos que están sirviendo al señor y del cual también nosotros somos alimentados.

En conclusión o Pablo con estos fundamentos estaría transgrediendo la Torá porque le estaba enseñando que todos debían de ser sostenidos, ya que se encontraba en el exilio, fuera de la tierra de Israel, o está aplicando como rabino el principio del diezmo y del sustento para los que enseñan la torá o para los que van a las guerras. Dice un principio que “No se cobra por enseñar, se cobra para poder hacerlo, para poder dedicarse en ese tiempo. Yeshua dijo en sus días que caminó aquí en la tierra: “Hay que hacer aquello sin dejar de hacer lo primero” al referirse a los diezmos que daban en forma muy detallada los fariseos, o sea que no estaba en desacuerdo con el diezmo, ni Pablo, ni Pedro, ni Juan, a pesar de que había una tremenda corrupción dentro del templo.

Continuando con la explicación de Números 18: 27:

“Y se contará vuestra ofrenda como grano de la era, y como producto del lagar”. (Números 18: 27 RV60)

O sea que ésta ofrenda que realizarían los levitas tendría que ser considerada como parte de una cosecha aunque ellos no la tuvieran.

Números 18: 27-31:

Así ofreceréis también vosotros ofrenda a Jehová de todos vuestros diezmos que recibáis de los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda de Jehová al sacerdote Aarón. De todos vuestros dones ofreceréis toda ofrenda a Jehová; de todo lo mejor de ellos ofreceréis la porción que ha de ser consagrada. Y les dirás: Cuando ofreciereis lo mejor de ellos, será contado a los levitas como producto de la era, y como producto del lagar. Los diezmos de los levitas equivalían al diezmo del grano y el vino que entregaba el pueblo y la idea era darle lo mejor. Y lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias; pues es vuestra remuneración por vuestro ministerio en el tabernáculo de reunión. (Números 18:27-31 RV60)

Todo esto que se describe en capítulo 18 sería su remuneración, que es su salario.

“Y no llevaréis pecado por ello, cuando hubiereis ofrecido la mejor parte de él; y no contaminaréis las cosas santas de los hijos de Israel, y no moriréis. (Números 18:32 RV60)”

El sostenimiento a los levitas es el cumplimiento a un mandamiento en Deuteronomio 12: 19:

“Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre la tierra”. (Deuteronomio 12: 19 RV60)

Deuteronomio 14:27:

“Y no desampararás al levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.” (Deuteronomio 14:27 RV60)

No te olvides de él porque no tiene las mismas oportunidades de generar ingresos que otros, por lo tanto, dependen de nosotros.

La 2° razón para sostener a aquellos que llevaban a cabo las labores de los levitas o estos mismos es que se pudieran dedicar al estudio y a la enseñanza de la Torá, esto era parte del ministerio, una vez que el pueblo ya se estableciera en la tierra de Israel. No todos los levitas participaban todos los días en el templo, tenían roles designados, servían de acuerdo a ciertos clanes o familias, prácticamente eran 2 semanas al año las que servían, no todos los levitas estaban en Jerusalén sino en todo Israel

Deuteronomio 17-12:

“Y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y preguntarás; y ellos te enseñarán la sentencia del juicio. Y harás según la sentencia que te indiquen los del lugar que Jehová escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifiesten. Según la Torá que te enseñen, y según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren. Y el hombre que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jehová tu Dios, o al juez, el tal morirá; y quitarás el mal de en medio de Israel” (Deuteronomio 17-12 RV60)

Aquí nos explica que la labor era enseñar la Torá, no solo era estar matando animales ni paseándose día y noche por el templo, también la preparación de las fiestas, para poder llevar a cabo un estudio requería de tiempo.

Deuteronomio 33:10:

“Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, Y tu ley a Israel; Pondrán el incienso delante de ti, Y el holocausto sobre tu altar.” (Deuteronomio 33:10 RV60)

Malaquías 2:7:

“Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos”. (Malaquías 2:7 RV60)

Aquí está asignada la responsabilidad para ellos y el entendimiento de que el pueblo debería aprender de ellos, es una labor que sigue siendo necesaria, aunque hoy no haya un templo, no hay una necesidad de sacrificio sin ofrenda, pero sí hay una gran necesidad de enseñar la Torá, este ministerio no ha terminado hay que seguir enseñando a las personas. Yeshua dijo: “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres” como conocer La Verdad, si ella es La Ley, hay que ir con aquellos que enseñan. Los levitas debían enfocarse en el estudio y no en cualquier otra cosa.

El 3.º punto es el sustento, ya que mantenían el servicio del Eterno arriesgando sus vidas como vemos en con Saúl que fue despojado como rey, también Uzá vio que estaban tropezando los bueyes que llevaban el arca de la alianza, extendió su mano para sostenerla y termino herido. Que haya un servicio de Shabat, de ministración, personas que estén enseñando la Torá, es una forma de sostener espiritualmente al pueblo, por ello es tan imprescindible la colaboración, en la actualidad, de personas que se aboquen en el servicio al Eterno con lo cual podríamos tener una sociedad mucho mejor, pero hay personas que no tienen este sentimiento en su corazón.

Objeciones relacionadas con el diezmo:

El diezmo era de la Torá para los días del templo, pero la Torá continua vigente, no ha sido abrogada, ni anulada, hay ciertos mandamientos que se han hecho inoperantes. Otro punto es que lo que uno debe de buscar cuando Guarde el mandamiento es el Espíritu de la Ley, la intención, el principio espiritual que tiene cada mandamiento y no hacerlo en forma mecánica, esto sigue vigente y algunos se pueden seguir aplicando. El pueblo de Israel ha diezmado con o sin tener un templo, con o sin un sacerdocio, en Génesis 28: 22 El patriarca Jacob promete al Eterno apartar para Él, de todo lo que le diere, el 10%, Jacob entendió este principio por ello hace este pacto de manera personal con Dios. Abraham cuando regresa de la guerra le da parte del botín a Melquisedec quien era su maestro de justicia.

Otra objeción es que hoy no hay levitas, por lo que no hay diezmo, Abraham es el único referente que entregó el diezmo a quien era parte de otro sacerdocio.

En Levítico 27:30:

“Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, del Eterno es; es cosa dedicada al Señor”. (Levítico 27:30 RV60)

Queda claro que los diezmos eran para El Eterno, como dice Proverbios 19:17:

“El que presta a los pobres, le presta a Dios” (Proverbios 19:17 RV60)

Malaquías 3:8:

“¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas”. (Malaquías 3:8 RV60)

Si nos basamos en estas objeciones, hoy tampoco se podrían celebrar las fiestas porque se instituyeron bajo el sistema levítico, bíblicamente habría que celebrarlas solo en Jerusalén, tampoco habría alabanza en un culto en ninguna congregación, ni ministración alguna, nadie podría subirse a tocar a cantar solo comprobando que son levitas, aunque no haya un templo o un sistema de levitas el objetivo sigue siendo el mismo, acercarnos al Eterno y el dinero es un medio para poder acercar a otros.

Otra objeción es que en aquellos días todo era el fruto de la tierra, animales, granos, esto es un argumento sin fundamento, sin lógica, sería igual a pensar que la Torá sería solo para los agricultores, ni los pescadores en los días de Yeshua tendrían que haber diezmado, ni lo republicanos que se dedicaban a cobrar los impuestos, el diezmo no está limitado a este tipo de actividades, lo menciona porque es un referente de la economía, no es el motor del dinero de la nación, era la forma más visible de entender lo que Dios estaba bendiciendo.

Otro argumento es que El Señor es la Heredad y si alguien quiere dedicarse a eso no tendría por qué percibir nada, porque Dios debe darles, sin tener en cuenta que Dios no va a hacer algo que el hombre puede a hacer o debe hacer, Dios lo hace por medio de las personas a menos que sea imposible, en el desierto cayó maná, no cayó dinero, si hoy argumentamos yo no voy a dar dinero porque Dios va a ser la heredad de la persona que enseña, si siguiera cayendo Maná quizás lo entenderíamos, pero eso no sucede.

Cuando un pastor o un rabino tienen que apoyarse en un trabajo secular, de todos modos está sostenido por el Eterno, solo que por otros medios, la fuente del ingreso sigue siendo la misma. La pregunta sería: ¿Por qué no hacerlo por la misma comunidad que a su vez está siendo Bendecida y que está recibiendo?

El escrito de Ramban dice:” No solo un hombre de la tribu de Leví, sino cualquier individuo cuyo corazón lo impulsa a servir a Hashem y a conocerlo se vuelve Santo, Hashem será su porción y herencia por siempre, él proveerá para él una cantidad suficiente para su sustento como hizo para los cohanim y Leví.”. Aun desde los días de los rabinos de hace muchísimos siglos está este principio: Si hay una persona que está llevando la misma labor que llevarían los levitas porque no ha de ser sostenido.

En otro documento conocido como la Didache de los apóstoles, que eran una serie de enseñanzas que los discípulos enseñaban como parte del ministerio en aquellos días, dice: “Si un mensajero del Eterno quiere instalarse en su área y ser parte de la comunidad, cuida de sus necedades y provee para él, nuestra comunidad lo necesita, esto termina siendo el trabajo que él hace para ustedes, lo mismo será verdad para un maestro , si es un buen maestro que te ayuda a comprender el buen plan de Dios y eres alguien a quien el necesita, deberías proporcionar para cubrir sus necesidades, podréis adoptar el principio de la Torá dónde la primera parte de toda la cosecha, del aceite y del vino , así como el primogénito del ganado le eran dado al sumo sacerdote, vosotros podréis seguir el mismo patrón para con el profeta que viva entre vosotros.

Es un principio muy claro, por supuesto que también existen aquellas personas que simplemente no quieren diezmar y hay otros argumentos: “No me alcanza, no tengo lo suficiente, los gastos son más altos que los ingresos”, etc.

Conclusión:

Todo este tema hay que meditarlo a la luz de los textos que se encuentran arriba expuestos, acercándonos al Eterno en oración para que nos guíe sobre lo correcto y nos dé entendimiento sobre qué es lo correcto, el principio del diezmo es también dar con alegría, no siendo una carga o una obligación, cuando Yacob estableció este principio sin haber un templo, sacerdocio, levitas, él reconoció que todo lo que tenía, era del Señor, Él nos da el poder de hacer riquezas y nunca debemos de olvidar, la forma de tenerlo presente es diezmando, reconociendo la soberanía de Dios en todas las áreas de nuestra vida. Yeshua nos enseñó un principio de vida que donde está nuestro tesoro, ahí estará nuestro corazón, por este Dios no quiere nuestro dinero, si nos está costando trabajo darlo desde nuestro interior, mejor será no entregarlo, porque Dios solo quiere saber dónde está nuestro corazón, quien sigue al dinero y no al revés, así es como funcionamos y esto no es no ser espiritual, ni materialista, simplemente es un principio de vida.

El mandamiento más importante es amar al Eterno con todo nuestro corazón, con nuestra alma, mente, y fuerzas que implica, con todos nuestros recursos, nuestras posesiones, no podemos excluir a Dios de nuestra cartera, no podemos decirle de una manera filosófica : Tú eres el amor de mi vida, eres el centro de mi corazón, pero en cuestiones de dinero, Dios quedas fuera, no puedo darte más de esto porque esto es mío. Todo esto hay que reconsiderarlo poniendo este principio en práctica, llevando a cabo este mandamiento con aquel ministerio en cual consideremos nos estamos alimentando, nutriendo, creciendo espiritualmente.

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