Quien haya cometido determinadas transgresiones a sabiendas, haga una ofrenda del tipo Asham Vadai.

“Cuando alguien comete pecado contra el Señor, y niegue haber recibido algo de su prójimo que le encomendó, o entregó personalmente, o robe a su prójimo, o lo calumnie” (RVC). 

Explicación del mandamiento: 

El mandamiento que vamos a analizar es el 129 correspondiente al positivo 57. Vamos a Levítico 5:21, pero lo encontraremos en el capítulo 6:1-2. El mandamiento 129 es: 

“Quien haya cometido determinadas transgresiones a sabiendas, haga una ofrenda del tipo Asham Vadai”.

Esta es una interpretación en las biblias hebreas, y el Asham Vadai es una ofrenda por la culpa. Nos dice que hay cinco situaciones diferentes en las que una persona debe traer una Asham Vadai (ofrenda de culpa). La primera es: 

  • Robo: se refiere a un robo o un fraude o algo parecido. 
  • Por uso ilegal de la propiedad sagrada, está en Lv. 5:14-16, que dice: 

Habló más Jehová a Moisés, diciendo: “Cuando alguna persona cometiere falta y pecaré por yerro en las cosas santas de Jehová, traerá por su culpa a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación en siclos de plata del siclo del santuario, en ofrenda por el pecado. Y pagará lo que hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta parte, y lo dará al sacerdote; y el sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio por el pecado, y será perdonado”. 

  • Vamos a ver una característica que se repite, de un carnero sin defecto de los rebaños y conforme a una estimación en siclos de plata. Y vamos a ver, por ejemplo, en Números 6:9-12: 

Si alguno muriere súbitamente junto a él, su cabeza consagrada será contaminada; por tanto, el día de su purificación raerá su cabeza; al séptimo día la raerá. Y el día octavo traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión. Y el sacerdote ofrecerá el uno en expiación, y el otro en holocausto; y hará expiación de lo que pecó a causa del muerto, y santificará su cabeza en aquel día. Y consagrará para Jehová los días de su pacto nazareo, y traerá un cordero de un año en expiación por la culpa; y los días primeros serán anulados, por cuanto fue contaminado su pacto nazareo. 

El Pacto Nazareo era una consagración que se hacía cuando nacían, y uno de los que tuvo pacto nazareo fue Sansón. Esta persona no podía estar cerca de una persona muerta, y esto era considerado como culpa. Pero vemos nuevamente que vuelve a decir un cordero o un Asham Vadai por la culpa. Y así podemos ver que a un leproso se le pide también lo mismo, y podemos ver esta característica que a menudo hay un cordero por la expiación de los pecados. Ahí vemos la sombra de nuestro Mesías previamente. 

  • Vamos a nuestra Biblia a leer Levítico 6:1-2 que dice: 

Habló el Eterno a Moisés, diciendo: “Cuando una persona pecaré e hiciere prevaricación contra el Eterno, y negaré a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robaré o calumniaré a su prójimo, o habiendo hallado lo perdido después lo negaré, y juraré en falso; en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre…” 

Prevaricar significa infidelidad contra el Eterno. En estos versículos, la Biblia nos da unos ejemplos de cómo pecamos nosotros, y muchas veces esos ejemplos nos llevan a reflexionar en qué estamos pecando. Pero aquí nos aclara que primero pecamos contra el Eterno. Esto implica que estamos siendo infieles al Eterno y después pecamos contra el prójimo. Continuemos en el versículo 4, que dice: 

“… Entonces, habiendo pecado y ofendido, restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló…” 

Este versículo nos está diciendo precisamente cómo podemos restituir ese daño o esa calumnia o lo que hayamos hecho en ese momento. Pero una de las cosas importantes que se encuentra en este capítulo es aplicarlo en nuestras vidas. 

“… O todo aquello sobre lo que hubiere jurado falsamente; lo restituirá por entero a aquel a quien pertenece, y añadirá a ello la quinta parte, en el día de su expiación”. 

Y escuchando varios estudios, decían que se añadirá la quinta parte.

¿Qué es la quinta parte?

Analizando, se tenía que llevar un carnero y, aparte, una quinta parte con base en una estimación que se hacía. En la actualidad, la quinta parte serían los frutos de arrepentimiento que debemos tener cada vez que pecamos, reconociendo y arrepintiéndonos de que hemos pecado primero contra el Eterno y después contra nuestro prójimo. Ese sería un digno fruto. 

Esa quinta parte que añadimos es precisamente para demostrar que realmente estamos arrepentidos. Cuando estamos arrepentidos, resarcimos el daño que hicimos y luego añadimos esa quinta parte. Es un extra que muchas veces debemos dar para que, delante del Eterno, demostremos que realmente estamos arrepentidos. 

Un ejemplo sería que una persona dijera: “Señor, he tomado (bebido) mucho en mi vida, voy a dejar de tomar”. ¿Cuál sería ese fruto de arrepentimiento? Esta persona ya reconoció su error, ya se arrepintió. Ahora el siguiente paso es poner ese fruto de arrepentimiento en acción y empezar a consagrar nuestra vida al Eterno. Y en el versículo seis vuelve a mencionar el carnero: 

“Y para expiación de su culpa, traerá al Eterno un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación, y lo dará al sacerdote para la expiación. Y el sacerdote hará expiación por él delante del Eterno, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender”. 

En este versículo, donde dice “todas las cosas que suele ofender”, se refiere a que estamos incurriendo constantemente en estas transgresiones o tipos de pecado. Es por eso que nos dice que son recurrentes. En la actualidad, tenemos un sacerdote, por eso debemos tener más cuidado que en aquel entonces. Vayamos a Hebreos 10:19-26, que nos dice: 

 

 

“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo, por la sangre de Yeshua, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa del Eterno, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más cuanto veis que aquel día se acerca. Porque si pecáramos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados”. 

Entonces vemos aquí a nuestro sacerdote Yeshua quien vino a hacer ese sacrificio por nosotros. Entonces, no lo estaríamos haciendo válido en nuestras vidas al estar pecando y transgrediendo. Por eso tenemos que estar muy conscientes de cada uno de nuestros actos que hacemos todos los días. 

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