Mandamiento 135. No tornar jametz a lo que quede de las ofrendas.
Mandamiento 136. La ofrenda Minjá diaria del Sacerdote Principal.
Mandamiento 137. No ingerir de la ofrenda Minjá del Sacerdote.
“No deberá hornear (ni siquiera el remanente) con levadura. Es la parte que le corresponde a ellos de Mis ofrendas de Fuego. Es lo más sagrado como la ofrenda Jatat (por la falta) y como la ofrenda Asham (por la culpa). (O sea, debe tomar el puñado teniendo presente que lo hace en nombre de la ofrenda Minjá, igual que con la ofrenda Jatat y Asham)”. (Levítico 6:17 Toráh Emet)
“Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que ofrecerán al Eterno el día que fueran ungidos: la décima parte de un efa de flor de harina, ofrenda perpetua, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde”. (Levítico 6:20 RV60)
“Toda ofrenda de sacerdote será enteramente quemada; no se comerá”. (Levítico 6:23 RV60)
Explicación del mandamiento:
El mandamiento 135 está en Levítico 6:17 y dice “No tornar jametz a lo que quede de las ofrendas”; O sea, no convertirlo en levadura, Jametz significa levadura, leamos desde el verso 14 para entender el contexto.
Esta es la ley de la ofrenda: La ofrecerán los hijos de Aarón delante de Jehová ante el altar. Y tomará de ella un puñado de la flor de harina de la ofrenda, y de su aceite, y todo el incienso que está sobre la ofrenda, y lo hará arder sobre el altar por memorial en olor grato a Jehová.Y el sobrante de ella lo comerán Aarón y sus hijos; sin levadura se comerá en lugar santo; en el atrio del tabernáculo de reunión lo comerán. No se cocerá con levadura; la he dado a ellos por su porción de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, como el sacrificio por el pecado, y como el sacrificio por la culpa. (Lev 6:14-17 RVR60)
Nos está hablando de la segunda ofrenda que viene en el capítulo 2 que habla de acerca de la ofrenda de santificación; la ofrenda de santificación era una ofrenda de cereal que se presentaba de diferentes maneras, se podía llevar la harina suelta, era muy fina, se llamaba flor de harina, era una harina que se molía demasiado como harina de Hot Cake, y esa harina se traía tal cual.
También se podía preparar esta harina en panes, en tortas, en tortillas y la característica de esta ofrenda es que no se podía llevar con levadura, tenía que ser cero levadura, entonces a esta ofrenda se le llamaba “de Santificación” y estaba asociada con la santificación, porque la levadura representa de muchas formas el pecado dice -delante del Eterno cuando te presentes a santificación, no te presentes con pecado al contrario lleva la ofrenda del pecado, arrepiéntete y entonces ahora si lleva esta ofrenda.
Los sacerdotes eran los encargados de presentar delante del Eterno las ofrendas que llevaba el pueblo, entonces de esta ofrenda dice la escritura en el capítulo 2, los sacerdotes se quedaban una porción y ya con ello comían, se preparan sus tortas, quesadillas, lo que fuera, pero la característica es que ellos no debían, de lo que se quedará echarle levadura; no podían, de lo que quedará de la ofrenda utilizarlo después y ponerle levadura, podían comer, pero sin levadura, porque el comer representa en la biblia tener comunión, intimidad, cierto nivel de confianza, representa tener un grado de amistad cercana con las personas, no era comer con cualquiera, comer con alguien y compartir los alimentos representaba cercanía.
Entonces los sacerdotes representando al Eterno y representando a su vez al pueblo, ellos eran los intermediarios, ellos no podían, aunque había sido presentada esa ofrenda, participar de ella con levadura, porque representaba al pecado, porque el grado de santidad que debían tener los sacerdotes era más alto de lo que debía tener el pueblo, era algo muy especial y, por lo tanto, ellos tenían que guardar todo ese testimonio, no nada más cuando ministraban, sino después del momento que lo hacían.
Shaul (Pablo) por ejemplo, maneja la misma idea cuando dice en 1ª Corintios 5 “Despojaos de la vieja levadura”, él está hablando del contexto de una situación que existía en la comunidad de Corinto, les decía que no permitan que haya levadura entre ustedes, no coman, ni convivan con personas que saben que están en pecado, porque un poco de levadura va a leudar toda la masa.
Viene la fiesta, participemos en la fiesta, pero sin panes con levadura. Esta es la invitación que se nos sigue haciendo hoy en día. Estas ofrendas son específicamente relativas al tabernáculo, pero siguen teniendo una aplicación en nuestros días, porque sabemos que hoy el tabernáculo somos todos nosotros, y que el templo del Eterno es nuestro cuerpo.
Mandamientos 136 y 137
Pasemos al mandamiento 136 y 137 que se encuentran en Levítico 6: 20 y 23 que dice:
Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que ofrecerán a Jehová el día que fueren ungidos: la décima parte de un efa de flor de harina, ofrenda perpetua, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde. En sartén se preparará con aceite; frita la traerás, y los pedazos cocidos de la ofrenda ofrecerás en olor grato a Jehová. Y el sacerdote que en lugar de Aarón fuere ungido de entre sus hijos, hará igual ofrenda. Es estatuto perpetuo de Jehová; toda ella será quemada. Toda ofrenda de sacerdote será enteramente quemada; no se comerá. (Lev 6:20-23 RVR60)
Estos mandamientos se interpretan, como “la ofrenda Minjá diaria del Sacerdote principal” y el otro mandamiento de “No ingerir de la ofrenda Minjá del sacerdote”, entonces, primero dice del sacerdote; este era un mandamiento que se daba específicamente a los sacerdotes en un día particular, que era el día en que Aarón fuere ungido, sus hijos o sus descendientes e iban a tomar el Rol de Sumo Sacerdote.
Ofrendas de consagración.
Era una ofrenda muy particular, de acuerdo a los historiadores, se dice que esta ofrenda no se volvió a presentar, de hecho no hay evidencia, al menos en la escritura, de que se volviera a presentar; sin embargo, es interesante, porque son ofrendas de consagración. Estas ofrendas realmente fueron indicadas desde que Moshé estaba en Sinaí; y más adelante lo va a explicar, pero para efectos de lo que estamos estudiando específicamente, que son estos dos mandamientos, vamos a ver que eran ofrendas que presentaban los sacerdotes en su día de su Unción o de su Iniciación, sin embargo, una característica importante para el kohen (sacerdote) era que aunque fuera su propia unción la que estaba recibiendo para ministrar, no iba a participar de la ofrenda.
Imagínate que sea tu cumpleaños, tu aniversario o algún festejo que celebres; te llevan un pastel y todos pueden comer menos tú, ¿cómo te sentirías? Como… ¿qué extraño?, porque tú siendo el festejado no puedes comer?, se supone que estás siendo honrado, ministrado y no puedes participar; esto era por la negación que habría de tener el Sumo Sacerdote cuando empezaba a oficiar, era una misión muy especial la que iba a tener este hombre por el resto de su vida, y esa es una de las características que tiene su ministerio, que tendría que negarse así mismo, que tendría que abstenerse de sus propios derechos de participar de lo que le pudo haber correspondido, con tal de dar testimonio de dar ejemplo a los demás de negarse a sí mismo.
Así que se presentaban estas ofrendas y él no podía participar de ellas; así, Yeshúa inicio su ministerio de esta manera, él fue ungido, él fue declarado por Juan el inmersor, descendió una paloma a Él que representaba al Espíritu y se escuchó una voz del cielo a la vista de todos, todos escucharon y vieron todo eso, pero Él de ahí fue al desierto, esta era la forma como iniciaban su ministerio, Él se fue a orar y ayunar, él tampoco participó, tampoco comió el día de su consagración.
Yeshua también como Sacerdote
Yeshúa empezó su ministerio orando, ayunando y haciendo inmersión, justo como lo hacían los Sumos Sacerdotes con ese mismo símbolo, y dice un comentarista llamado Rashi que el día de la consagración los Kohanim ofrecían esta ofrenda, pero el Sumo Sacerdote lo hacía todos los días, lo ofrecía en la mañana y en la tarde, y no participaba, vemos que esta ofrenda era de flor de harina, hemos comentado que esta flor de harina está en capítulo 2 de Levítico, ahí está en detalle, habla acerca de esta ofrenda, de morir a uno mismo porque se extraía del trigo, el trigo tenía que ser sepultado, una vez sepultado crecía y se cosechaba, se cegaba teniéndose que moler mucho, quedaba totalmente molido ese trigo para poder extraer esa harina fina; el Mashiaj fue muerto, machacado, triturado por decirlo así, para poder presentarse delante de Dios, como un sacerdote sin mancha y poder interceder por nosotros.
Vamos al mandamiento 137 “No ingerir de la ofrenda del sacerdote”, esta era una regla general. Si un Kohanim (sacerdote) ofrecía una ofrenda, si él mismo la ofrecía no la podía comer, él podía participar cuando otros la llevaran, pero de lo que él ofrecía no podía comer. Era una regla general que se daba en el sacerdocio, dice que se tenía que quemar o sea que tampoco nadie podía usarla, esto nos habla de la santidad que tenían esas ofrendas para Dios.
Lo que quiere decir esto, es que cuando ofrezcamos algo a Dios, ofrezcamos de todo corazón sin pensar que va a haber algo para nosotros. O sea dar con un corazón desinteresado, sin pensar: Le voy a dar esto a Dios, pero yo me quedo con esto; pensando que algún día voy a recibir. El sacerdote daba sus ofrendas y no pensaba que iba a participar en ellas, sabía que era algo totalmente consagrado a Dios, así que nosotros somos llamados a tener este sacerdocio de Melquisedec que nos habla de esa consagración, que nos habla de darle al Eterno justamente de todo nuestro corazón.
Que cuando nosotros le demos algo a Dios lo hagamos sin esperar nada cambio, que lo hagamos esperando que Él pueda recibir eso con un corazón desinteresado de nuestra parte.[/column]
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