El precepto que rige para el afectado de Tzaraat de hacer evidente su afección.
Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! (Levítico 13:45 RVR60)
Explicación del mandamiento:
En esta instrucción se menciona que la persona debía cubrirse la boca, y esto debido a que la lepra era considerada una enfermedad muy contagiosa en su época. Cabe mencionar que la lepra de aquellos tiempos no es como la de hoy en día, pero para comprender la gravedad de esta afección podemos compararla con el SIDA de nuestros tiempos, enfermedad hasta el momento incurable, misma situación que sucedía con la lepra, la cual no tenía cura, y la única forma de ser sanado de dicha enfermedad era a través de la intervención divina.
El leproso en estos casos debía clamar y hacer público que padecía esta condición, exclamando ¡inmundo, inmundo!, que, aunque pareciera un término fuerte y despectivo, simplemente significa que algo no es apropiado o adecuado, por lo que no puede estar en contacto con las demás personas. Actualmente, en nuestras leyes, sobre todo en Occidente, si una persona infectada de SIDA no hace de conocimiento a otras personas que contrajo esa enfermedad, por ley puede ser castigado.
Otra de las reglas que debía seguir la persona cuando resultaba contagiada de lepra era el llevar su ropa rasgada, para de esta manera fuera evidente su condición y las personas que la vieran la pudieran identificar. Una regla más para esta situación era que el afectado debía dejar cree su cabello, lo que de alguna manera hablaba de un total abandono físico, y, por tanto, una señal más para el resto de la comunidad de que la persona era leprosa.
Es importante mencionar que la razón del porqué debía exclamar su condición y hacerlo público, era para que los demás pudieran implorar misericordia divina a su favor, pues como ya se mencionó, esta enfermedad no tenía cura, solo restaba orar por la persona, y de esta forma la oración del propio enfermo y la del prójimo incrementarían el ruego por sanidad, y así el Eterno pudiera mostrar su misericordia y sanar al afectado.
La razón o el motivo del porqué el Eterno permitía esta enfermedad, según algunos comentarios argumentan que se debía a una prueba o castigo de Dios a causa de algún pecado, como por ejemplo la falta de respeto a la autoridad puesta por Dios, o ser ventajoso en las transacciones comerciales al vender productos o servicios a precios demasiado altos, así como por actuar de forma miserable o mezquina.
Pero al final lo importante es entender el propósito del porqué el Eterno permitía esta enfermedad en la vida de una persona, el cual era llevar al afectado a un verdadero arrepentimiento, que hiciera teshuva, humillándose delante de Dios, haciendo un cambio de 180 grados en su vida, consagrarse al Señor, y así el Eterno pudiera intervenir y traer sanidad a la vida de la persona. Dios siempre es bueno y misericordioso y a través de oración tanto personal como en comunidad, el Eterno responde y muestra su misericordia en nuestras vidas si tan solo nos presentamos con un corazón contrito y humillado.
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