“Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues el Señor os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado”. (Éxodo 13:3. RVR1960).

Explicación del mandamiento:

Este mandamiento, ya lo habíamos enseñado en Éxodo 12:20, sobre no comer Jametz, no comer leudado, precisamente hablando de esa noche especial en que Dios iba a sacar al pueblo de Israel de Egipto.

Éxodo 12-20:
“Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura”. (RV60)

Este precepto se considera que es aplicado principalmente al tiempo de panes sin levadura, a esa semana, por lo que dice el verso 19. Sin embargo, en el capítulo 13, verso 3, veamos que dice:

“Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues el Señor os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado”. (RV60)

La base de este precepto es, recordar ese día justamente, entonces, para no olvidar esa noche en especial, toda la semana no podemos comer leudado.

Este es uno de los preceptos más importantes, que es, no olvidar la historia, no olvidar esa noche del momento de la salida de Egipto. Es uno de los principios más importantes dentro de la liberación de Israel, recordar. También se acostumbra, como mandato, hacer el relato de lo que sucedió ese día. Así que Dios nos dice: “No olvides jamás de donde te saqué; te saqué de casa de servidumbre, te saqué de esclavitud, te saqué de Egipto”.
Fíjense qué interesante es no olvidar muchas cosas, que tal vez en nuestro interior quisiéramos olvidar, pero que por nuestro propio bien espiritual, Dios nos dice que no lo hagamos, ¿para qué?, para que no nos leudemos, para que no nos hagamos arrogantes, ni hipócritas.

¿Qué sucedió en la época de Yeshua? ¿Por qué Yeshua llegó a decir: ¡Cuidaos de la levadura de los Fariseos y Escribas! Pues esto tiene que ver con la hipocresía, con la falsedad. Uno de los problemas que llegaron a tener los líderes en la época de Yeshua fue precisamente la arrogancia, la falta de humildad, y la hipocresía.
Ellos ya consideraban que por ser hijos de Abraham o descendientes de Abraham, ya tenían el Olam Habá (mundo por venir), ganado. Creían que tenían el mundo por venir resuelto, y Yeshua se los dijo: “Mientras ustedes sigan pecando, esclavos son del pecado”.

El espíritu del mandamiento.

No te olvides de dónde te sacó el Señor un día, para que el día de mañana no te llenes de levadura, por eso dice aquí: “no ingerir Jametz”. No leudes tu alma, así como no vas a leudar tu cuerpo, no permitas que tu alma sea leudada.
¿Cuál es el antídoto? No olvidar. No te olvides de dónde te sacó el Señor, no olvides esa noche en especial, que nunca se borre de tu memoria ese momento tan fuerte y tan difícil. La diferencia de este mandamiento con el anterior, es, que se da una vez salidos de Egipto, este mandamiento que se da en Éxodo 13:3, ya es una vez que hubieron salido, para memorial de todas las generaciones que no vivieron este acontecimiento.
Cada generación es la responsable de hacer recordar ese día y que no se olvide, no comiendo leudado.

Dos cosas importantes.

Tenemos dos cosas muy importantes aquí; primero, le corresponde a nuestra generación mantener vivo ese recuerdo para próximas generaciones. Segundo: no caer en la tendencia que todos solemos caer, que nos olvidamos un día de nuestras malas situaciones, y malos pasos, de nuestras dificultades y de nuestra esclavitud y, por lo tanto, nos podemos llenar de levadura espiritual que es la arrogancia y el pecado.

Conclusión.

Que el Señor nos conceda mantener vivo el recuerdo de esa noche, de ese día. Que no se nos olviden los latigazos, las ampollas de las manos, que no se nos olvide la esclavitud de la que nos sacó el Señor y que mañana no seamos un pastel grande lleno de levadura inflado por todos lados.

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