Mandamiento 26
No creer en otra deidad que no sea Dios.
Éxodo 20:3 “No tendrás dioses ajenos delante de mí”. (RV60)
Explicación del mandamiento:
Este es un mandamiento muy conciso y específico, pero al mismo tiempo simple. Se considera el primer mandamiento negativo, dentro de la lista de los 613 por parte de Maimónides (Rabino prominente del Judaísmo), quien considera, que este es el primer mandamiento negativo dentro la lista de los 365 mandamientos.
No tener otro Dios delante del Eterno, sería el primero de los mandamientos negativos. Habíamos estudiado en el mandamiento anterior que el primer mandamiento positivo era: “Yo soy el Señor tu Dios”, creer en Dios, tener fe en la existencia de Dios, en esta ocasión estudiaremos la parte contraria: “No tengas fe en ningún otro Dios”.
¿Qué implica no tener dioses?
Si analizamos brevemente este texto dice: “No tendrás dioses”. ¿Qué implica: “no tendrás”? Implica, que no tengas en tu posesión, en tu terreno, en tu casa, en tu mente, en tu corazón, en tu intelecto, en tus pensamientos, en tu alma; espacio para ningún otro Dios. Se considera que está prohibido en tu casa, resguardar o almacenar idolatría aunque no sea tuya. Aunque lo haya hecho alguien, o que sea de un tercero y que tú lo tengas ahí.
Por ejemplo, si llega algún vecino y te dice: ¿me podrías guardar aquí mi dios fulanito de tal, o mi figura, o mi estatua de tal cosa? Le debes decir no, no puedo, porque nuestro hogar es sagrado, nuestro hogar es santo, es una representación del Templo de Dios, del tabernáculo. No podríamos introducir un ídolo dentro del tabernáculo, dentro del Templo, eso se consideraba una abominación.
Así que, nuestra casa, es un reflejo de eso, de no tener dioses, de no tener espacio para que entre cualquier tipo de deidad, aunque nosotros no lo consideramos deidad y alguien más lo pueda considerar, mejor no tenerlo. Más adelante vamos a ver, que parte de todo esto, es: destruir la idolatría, deshacernos de la idolatría, eso lo hará el Mesías cuando él regrese. Él va a destruir todo.
No tendrás dioses ajenos u otros dioses:
No quiere decir que existan muchos dioses, porque aparentemente este pasaje podría reflejar eso. Si dice que no tengas otros dioses, quiere decir que sí hay otros dioses?. ¿Sera que hay otros dioses o no hay otros dioses?
Pablo dice en 1 Corintios 10:19-20:
¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos?
Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican,
y no a Dios”. (RV60)
No es que haya más dioses circulando, no hay tal, lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios. Entonces este pasaje no debe entenderse como pensado que hay más dioses, sino por considerar, que alguien más pueda pensar que hay más dioses. No es por tí, es por si alguien piensa que hay más dioses, y piense que sí es una deidad o una divinidad, entonces, tú no los vayas a tener.
La esencia del Judaísmo es: “Escucha Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es”. Dios es único, no hay ningún otro Dios en este mundo, no existen competencias ni guerras de dioses, no hay tal. Sólo hay un Dios en este mundo, en este universo y es el que creó todas las cosas.
No tendrás dioses ajenos en mi cara:
Finalmente, dice: “delante de mí” o Paním (cara o caras). Si leyéramos el texto con esta traducción diría: “no tendrás dioses ajenos en mi cara”. No podemos tener dioses ajenos en su cara. Primero, porque la presencia de Dios está en todas partes, Dios se encuentra en todos lados.
La idolatría es vista como adulterio, como fornicación. Entonces, yo les pregunto a los varones: ¿Ustedes dejarían que su esposa saliera con otro? Que de repente abres el closet y sale de ahí el tercero en discordia. ¿Lo permitirían? Quien dice sí, yo no le veo tanto problema, somos mentes abiertas y liberales, o tal vez vez los hombres digan no, pero las mujeres digan, yo sí le doy esa oportunidad, ¿verdad que no lo permitirían?
Bueno, el Eterno si está en todas partes, y por eso no importa a donde vayas, no importa dónde vivas, no importa de cuál generación formes parte, no puedes tener otros dioses, porque es como si engañáramos a Dios. En otras palabras lo que está diciendo es: “a mí no me vas a engañar, no puedes tener amantes delante de mí porque yo estoy en todas partes”. Así que, no hay manera de que le digas al Señor, que decidiste tomar un tiempo en la relación, tú para tu lado, yo para mi lado Señor. No, aquí lo que está diciendo el Eterno es: “ni un minuto, ni un segundo en ningún lugar, porque yo soy omnipresente.
Éxodo 20:5 dice:
“No te inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy el Señor tu Dios, fuerte, celoso,
que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación
de los que me aborrecen,…”. (RV60)
Veamos la descripción que da de sí mismo: “fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”.
En Éxodo 34:14:
“Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues el Señor,
cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es”. (RV60)
Un Dios celoso:
En el versículo anterior vemos que lo vuelve a repetir: “cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es”. Así que, si alguien se ha quejado diciendo: mi esposo es muy celoso, o mi esposa es una celosa, no se quejen, pues hay uno que si es celoso de verdad y ese es el Señor. Dios es celoso de todo nuestro ser, de nuestra alma, de nuestra mente, de nuestro corazón, de nuestro tiempo, de nuestros sentidos de nuestro cuerpo y de
todo. Todo el tiempo el Señor nos está observando, él sabe, qué estamos pensando, qué qué estamos viendo, a quién llamamos, todo el tiempo está ahí, sobre nosotros, para ver que estmos haciendo, o por qué tantas horas en eso que tanto te deleita. Al Señor no le gusta que pasemos tiempo con nadie más. Él es celoso, es posesivo, nos quiere completitos para él. Esa es la descripción que él da, la alegoría de una relación matrimonial no enfermiza.
Amor verdadero:
Elías le dijo al pueblo de Israel: “si Baal es dios, o sea, si Baal es su marido (porque Baal significa amo o esposo), entonces, síganlo con todo su corazón, pero si es el Eterno, vayan con el Eterno y no sean infieles, sigan al único Dios verdadero. En el versículo anterior, nos muestra, que el Eterno es celoso, que Él nos anhela con un corazón ferviente.
Santiago 4:4-5:
“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? (RV60)
Dios te está celando, Dios te está anhelando, Dios quiere estar todo el tiempo contigo.
1 Corintios 10:19-22:
¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos?
Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios;
y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.
No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.
¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él? (RV60)
¿Vamos a estar incitando a celos al Señor? A veces, tristemente, se cae en ese error en algunas parejas, que piensan: “ahora le voy a provocar celos para que sienta, a ver si me valora”. Y ahí supuestamente, está intentando una estrategia para hacer reaccionar al marido por medio de esos celos, que pueden traer consecuencias muy trágicas. ¿Será necesario estar ahí coqueteando con el mundo para que Dios nos cele?
Como dice Jacob: “almas adulteras, la amistad con el mundo es enemistad con Dios” ¿Será necesario? Por supuesto que no. ¿Le vamos a ganar en ésta situación? Claro que no. No vamos a poder ganarle. No necesitamos caer en eso, el amor de Dios es perfecto para nosotros, él nos anhela, él nos quiere todo el tiempo. Tal vez aquí lo vemos en perspectiva humana y pensamos que los celos, no parecen sanos, pero recordemos que Dios es perfecto y el celo de Dios es divino, es completo, y es porque nos anhela, y nos estima de verdad, que quiere que todo el tiempo estemos ocupados pensando en él.
Conclusión:
Este mandamiento nos exhorta y nos llama a que seamos fieles al Señor, a que no busquemos provocar a celos a Dios, porque se enciende su celo y se enciende su ira y muchas veces, por eso nos va mal. Dios nos está anhelando todos los días, quiere que estemos en casa, que estemos cerca de él, y nos dice: “Yo tengo algo preparado para ti, algo mucho mejor que cualquier cosa que pueda ofrecerte el mundo”. Entonces, no va a haber esposo, amante, pareja que pueda llenar las expectativas que tengamos como lo va a hacer el Señor. Así que examinemos nuestro corazón también, examinemos nuestro interior, examinemos nuestro pensamiento, nuestra mente, nuestros corazones, para ver si hay una parte, que no le estemos entregando al Señor, pues él es celoso y si él te ha llamado, va a hacer hasta lo imposible por quitarte esos dioses de tu mente y de tu vida.
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