Prohibición para el Cohen incircunciso de ingerir terumá (las partes de las cosechas destinadas a los sacerdotes). Esta prohibición se aplica para todas las ofrendas.
Ningún extraño comerá cosa sagrada; el huésped del sacerdote, y el jornalero, no comerán cosa sagrada. (Lev. 22:10 RVR60).
Explicación del mandamiento:
Levítico nos habla sobre las leyes de la pureza sacerdotal, dentro de este contexto, nos dice como el pueblo de Israel podía mantener la santidad y restaurar la comunión con el Eterno, también nos revela el carácter divino de Elohim y su santidad, así como la naturaleza del pecado en el ser humano y su aislamiento con el Eterno.
Sabemos que para tener una comunión continua con el Eterno hay una necesidad de limpieza frecuente y un compromiso firme y fiel a una vida diferente. En una sola frase; Levítico nos enseña: “Que las personas que estamos cerca del Eterno debemos ser diferente en comparación a aquellas que se rigen por lo mundano, porque el Eterno es diferente”.
Nosotros podemos dar testimonio en nuestro diario, vivir por la manera en como nos comportamos y estudiar para predicar su palabra.
En este caso, los sacerdotes tenían mayor compromiso y exigencia tanto física, como moralmente, ya que eran ellos los que iban a compartir con el pueblo las cuestiones del Eterno. Y referente a este mandato, podemos leer en éxodo:
Y comerán aquellas cosas con las cuales se hizo expiación, para llenar sus manos, para consagrarlos; más el extraño no las comerá, porque son santas. (Ex. 29:33 RVR60).
Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá. (Núm. 3:10 RVR60).
Podemos observar que el Eterno pide que los sacerdotes le sirvan a Él y a su pueblo, pero no podían utilizar suposición para obtener poder, por eso no podían poseer tierras, todo esto le daba confianza al pueblo y los sacerdotes podían cumplir con su propósito.
Conclusión:
Hemos podido observar en esta serie de mandamientos que el Eterno pide a los sacerdotes realizar esta clase de mandatos, pero nosotros podemos trasladarlo a nuestra vida diaria como un propósito para buscar la santidad y servir al Eterno día a día con una ofrenda con olor fragante de nuestras acciones.
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