Mandamiento 32

No hacer trabajos prohibidos por la Torá

en Shabat.

“Mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas”. (Éxodo 20:10. RVR1960).

 

Explicación de mandamiento.
¿Cuál será el propósito de no realizar trabajo alguno el día de reposo? ¿Por qué el Eterno nos dice que no hagamos nada, ni nosotros, ni nuestra bestia, ni nuestros extranjeros, ni nuestras hijas, ni nuestros siervos? Al leer el versículo 11 en este mismo capítulo de Éxodo, encontraremos la respuesta.

“Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. (Éxodo 20:11. RVR1960).

Derivado del versículo anterior, podríamos plantearnos lo siguiente: “Él es el Creador del cielo y la tierra, y de todas las cosas, ¿por qué nos pide a nosotros que hagamos conforme a lo que Él hizo? Después de todo, Él es Dios y nosotros simples mortales. En el capítulo 2 del libro de Génesis se menciona: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo…” (RV60) mientras que en este versículo de Éxodo se nos dice claramente que El Creador termino su obra en seis días, y no en siete como se narra en Génesis. Entonces, ¿nos encontramos ante una contradicción dentro de la misma Escritura?, ¿El Eterno terminó su obra en seis o siete días? Con el propósito de aclarar esta aparente discrepancia, y con una respuesta muy interesante y profunda, el Midrash (conjunto de interpretaciones del Tanak) nos dice que en el Shabat el Eterno creó el descanso. El Creador hizo cosas impresionantes, el mar, los cielos, los seres humanos (Adán y Eva), y de repente, al final de todo dice: “En el séptimo día yo cree el Reposo”. ¿Qué podemos aprender de esto? Definitivamente una de las lecciones más importantes que debemos comprender, entendiendo que mientras más imitemos al Eterno, estaremos más cerca de Él. Toda la Escritura nos lleva a comportarnos como a Él le gustaría, mostrándonos todos sus atributos, haciéndonos la invitación a imitarlo para cada día parecernos más a Él. Por tanto, esta es una muy buena razón del por qué guardar y recordar este día tan especial, siguiendo su ejemplo y emulando sus atributos.

 

Bendiciones por guardar el Shabat
Existen bendiciones por obedecer el no trabajar en Shabat, de las cuales hablaremos sobre siete de ellas enseguida, mientras que en lo que respecta a las maldiciones, si bien podríamos enumerar un número considerable, en esta ocasión solo mencionaremos una de ellas. A continuación estudiaremos las bendiciones por obedecer este mandamiento, enfocándonos en lo para poder así encontrar el espíritu de esta instrucción.
Confianza. Mostramos confianza al dejar todos nuestros pendientes del trabajo en manos del Eterno.

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. (Mateo 11:28. RVR60).

Una de las bendiciones derivadas de este mandamiento es el vivir confiados en el Señor. Shabat tiene relación con muchas cosas, pero dentro de más importantes están la confianza y la fe, con la cual cerraremos estas siete bendiciones. Esta confianza se vive y demuestra en el momento en el que nosotros decidimos creerle al Eterno lo que él dice y nos despreocupamos, creyendo que todo lo demás lo hará el Eterno. Si por ejemplo, nuestro trabajo termina hasta las seis de la tarde y dejamos todo allí, llamadas pendientes, entregas pendientes, etc., etc., es una forma de manifestar que hasta ese momento nos esforzamos y trabajamos con el sudor de nuestra frente, como dice la Escritura, consecuencia del pecado y la desobediencia, pero al descansar tenemos la “bendición” de dejar todo eso atrás y simplemente disfrutar, aunque sea por ese momento en el tiempo, del reposo que nos otorga nuestro Creador. Podemos decir, gracias al Eterno llegó Shabat, ahora todos nuestros pendientes los entregamos en Sus manos y Él se encargará de ello.

Deleite. Disfrutaremos y nos deleitaremos en el Eterno, pero ¿haciendo qué? y ¿cómo nos vamos a deleitar en el Eterno?

“Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado”. (Isaias 58:13-14. RVR1960).

Esto quiere decir que en el Shabat no podemos hacer nuestra voluntad, dejamos todo lo que en nuestras manos estaba, y ahora ya no podemos hacer nuestra voluntad. Si llamamos a este día delicia y santo, es decir, si lo apartamos y lo consagramos, si nos deleitamos y gozamos de verdad, tendremos una mayor bendición.

Llamamiento. Una tercera bendición por no trabajar en Shabat es que podemos tener un llamado. El Eterno está siempre presente en nuestras vidas, siempre está esperando que nos acerquemos a Él, en oración, en ayuno, en ruego, en agradecimiento, ya que así como en el Templo que se hacían sacrificios por alabar al Eterno, por obedecerle, así Él todos los días nos espera. Shabat es un día muy especial en donde todas las condiciones se preparan porque así el Eterno lo estableció después que el Eterno le entregó los mandamientos a Moisés.

“Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube”. (Éxodo 24:16. RVR1960).

Estuvieron seis días bajo la cobertura de esa nube y el séptimo día llamó a Moisés. De la misma manera nosotros podemos ser llamados todos los días, pero el día de Shabat es donde Él nos espera. Es una bendición poder desconectarnos de todas las cosas y poder estar muy concentrados en intimidad con el Eterno.

Libertad. Durante toda la semana estamos “esclavizados” del trabajo, y Shabbat nos recuerda el Éxodo por muchas razones, siendo una de ellas el liberarnos del mundo y poder estar en armonía con el Eterno. Para quienes tenemos esa bendición de no trabajar en Shabat, equivale a tener libertad, libertad de confiar en que El Eterno es nuestro proveedor, Y aunque como dice la Escritura, que el Eterno nos liberó a través de su Hijo, seguimos en el mundo y tenemos esa inclinación al mal todos los días, las preocupaciones, trabajo, y muchas cosas que todos cada día están presentes y no nos dejan estar al cien por ciento con el Eterno. El Shabat es precisamente un momento en el tiempo en el que disfrutamos de la bendición, de la libertad para disfrutar completamente del Eterno.

Descanso. Descansamos poniendo al Eterno como nuestro proveedor. Todo el capítulo de Éxodo habla sobre el maná. Shabat representa confianza, pues no es necesario trabajar en este día porque Él es nuestro proveedor.

“Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana. Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés”. (Éxodo 16:19-20. RVR1960).

Nosotros escuchamos esta cita y pensamos: ¡Qué desobedientes! A decir verdad, nos tendríamos que poner en el lugar de todos nuestros hermanos en el desierto. Recordemos que no tenían uno o dos hijos, eran muchos hijos, tal vez diez o quince hijos, y quizás se preguntaban: “¿y ahora qué hacemos? No hay comida, estamos en un desierto”; y el Eterno les dijo: “Nada más recoge una porción, lo que vayas a comer ese día, no amontones, no desconfíes de que yo soy tu proveedor”. Entonces, ellos podrían haber pensado ¿obedezco al Eterno?, pero ¿y si se enoja? Ya no tendríamos para mañana, por lo que empezaron a desconfiar del Eterno y tomaron lo que no les correspondía. Es por eso por lo que se nos complica dejar de trabajar el día de reposo, porque las finanzas, la calculadora, y las matemáticas nos dicen otra cosa. Si comenzamos a usar nuestra lógica racional, trabajar siete días en lugar de seis nos daría mayores ingresos, pero el no trabajar en Shabat es una bendición y una gran oportunidad, porque así ejercitamos nuestra confianza en el Eterno, nuestro verdadero proveedor.

Recordar y esperar la era Mesiánica. En Shabat recordamos y esperamos la era Mesiánica con el regreso de Yeshua. Las Escrituras nos habla de las muchas maravillas cuando venga Yeshua y establezca esa paz y ese reposo. La cita de Miqueas que veremos es una porción de consolación que nos muestra lo que viviremos en esa era Mesiánica.

“Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Yehová de los ejércitos lo ha hablado”. (Miqueas 4:4. RVR1960).

Otra de las bendiciones de obedecer este mandamiento radica en que tendremos presente de manera constante en nuestra mente que así como guardamos Shabat, vamos a estar mil años en el reinado del Mesías en la tierra, mil años con Él, con esa misma confianza, con esa misma paz y con todo lo que conlleva.

Fe. Al obedecer este mandamiento ejercitamos nuestra fe. El día de reposo es muy intenso, hermoso y profundo, pero dentro de las estas cosas hermosas es el hecho que el Eterno nos da el Shabat para que digamos: “Yo confío en ti, yo te obedezco, no entiendo, no comprendo, me es difícil, casi imposible, pero yo voy a tomar esa decisión y voy a confiar en ti”.

“Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana. Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés. Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía”. (Éxodo 16:19-21. RVR1960).

De la misma manera en que el pueblo debía confiar para su provisión de maná diaria, así nosotros debemos tener esa fe de que el Eterno es quien provee, no nuestro trabajo, es por eso que está prohibido trabajar en Shabat.

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. (Hebreos 11:6. RVR1960).

Conclusión
No podemos agradar al Eterno si no tenemos fe, no podemos decir que le amamos y estamos dispuestos a hacer todo lo que nos ordene si no tenemos fe en Él. Muchas veces dudamos de Él, por lo que les exhorto para que experimentemos y confiemos cada vez más en el Eterno. Dice un autor: “La confianza en el Eterno te quita muchas preocupaciones”, pues una persona que tiene fe en el Eterno es alguien que normalmente no está enojada, porque el enojo viene de cosas que no salieron bien, cosas que no se dieron en el trabajo como por ejemplo el cierre con un cliente, el hacer un pago, etc. Una persona que confía en el Eterno, ya no se preocupa por aspectos como los anteriores, porque ya trabajó, ya se esforzó y cree que el Eterno lo recompensará con su Provisión.

“Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo”. (Éxodo 31:13-14. RVR1960).
Esta es una de las maldiciones por las que el Eterno nos llama y exhorta a no trabajar en Shabat.

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