412 – NO ACEPTAR DINERO A CAMBIO DE SALVAR A UN ASESINO CONDENADO A MUERTE.
413 – NO ACEPTAR DINERO DEL ASESINO INVOLUNTARIO PARA EXIMIRLO DEL EXILIO EN LA CIUDAD DE REFUGIO.
Números 35: 31- 32
“y no tomaréis precio por la vida del homicida. Porque está condenado a la muerte, indefectiblemente morirá, ni tampoco tomaréis precio del que huyó a la ciudad de refugio para que vuelva a vivir en su tierra hasta que muera el sumo sacerdote. (Números 35: 31- 32 RV60)
Explicación del mandamiento:
Ambos mandamientos están relacionados, totalmente ligados, al tema de la justicia, la equidad, la justicia social, el soborno, etc. El versículo 31 habla de un caso en el que la persona fue juzgada justamente, se le consideró culpable y fue condenado a muerte.
Dice la Palabra ¿Qué dará el hombre por su vida?, o sea, ¿A qué podemos comparar la vida del hombre, cuánto vale su vida? Ante la condenación a muerte, el juicio o el castigo estaría dispuesto a hacer absolutamente todo, incluso pagarle a la familia o dar una indemnización o como dice aquí, más bien, sobornar al juez. Lo que trata aquí es que un homicidio con premeditación se le debe ejecutar si o sí, no podrá dar dinero o algo a cambio de su vida. La vida no es demasiado valiosa y la justicia es demasiado preciosa como para comprarla con dinero, el hecho de aceptarlo por salvar a un asesino o para que la persona no sea exiliada, definitivamente es soborno y corrupción.
Se dice que la corrupción es como el cáncer de la sociedad, corromper la justicia es uno de los daños más graves para una nación, es un atentado contra la justicia divina y contra la justicia de los hombres, lo que desequilibra justamente la percepción de la justicia también de Dios. La gente está decepcionada de Dios porque piensa que las leyes de los hombres son el equivalente, el espejo de la ley de Dios. La Torá es muy clara y específica en cuanto a tener cuidado y exhorta a los jueces. En Éxodo 23: 8:
“No recibirás presente porque el presente ciega a los que ven y pervierte las palabras de los justos” (Éxodo 23: 8 RV60)
Es un mandamiento para los jueces, palabras de sabiduría para tener cuidado con lo que reciban, porque al final van a torcer el juicio, el entendimiento del caso y en un momento dado pueden llegar a cometer este castigo tan grave. El Eterno también se manifiesta a los jueces de Israel en el libro de Amós 5: 12:
“Así porque yo sé de vuestras muchas rebeliones y de vuestros grandes pecados, sea que afligís a lo justo y recibís cohecho. Y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres” (Amós 5: 12 RV60).
El cohecho es un delito que implica la entrega de un soborno para corromper a alguien y obtener un favor de su parte o que no haga algo, es un delito de los más graves, más penados aún entre las leyes de los hombres en prácticamente todos los países, principalmente en Latinoamérica, el soborno, la corrupción es algo que ha mermado en gran manera nuestra sociedad. Sería un mundo muy diferente si realmente se cumpliera este mandamiento. En la época de este mandamiento sí se condenaba a muerte al asesino, como en el caso de Joab el que fue general en los tiempos de David, asesinó a dos generales Abner y a Massa, y cuando no se puso del lado de Salomón, sino del hermano, Salomón tomó acción y lo mandó a matar como relata 1 Reyes 2: 27:
“Así es que echó Salomón a Abiatar del sacerdocio del Señor, para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho en Silo sobre la casa de Elí. Y llegó la noticia hasta Joab, porque también Joab se había adherido a Adonías, aunque no se había adherido a Absalón. Y huyó Joab al tabernáculo del Señor, y se asió de los cuernos del altar. Y se le hizo saber a Salomón que Joab había huido al tabernáculo del Señor, y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón a Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y arremete contra él. Y entró Benaía al tabernáculo del Eterno, y le dijo: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino que aquí moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así dijo Joab, y así me respondió. Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérrale, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente. Y El Eterno hará volver su sangre sobre su cabeza; porque Él ha dado muerte a dos varones más justos y mejores que él, a los cuales mató a espada, sin que mi padre David supiese nada: a Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, general del ejército de Judá. La sangre, pues, de ellos recaerá sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su descendencia para siempre; más sobre David, y sobre su descendencia, y sobre su casa, y sobre su trono, habrá perpetuamente paz de parte del Señor. Entonces Benaía hijo de Joiada subió y arremetió contra él, y lo mató; y fue sepultado en su casa en el desierto. “(1 Reyes 2: 27 RV60)
Dios no se complace en la venganza, pero sí se complace en la justicia. Génesis 9 desde antes de la entrega de la Torá. Génesis 9:6 dice:
“El que derramare sangre de hombre por el hombre, su sangre será derramada porque imagen de Dios es hecho el hombre.”. (Génesis 9:6 RV60).
El asesinato es uno de los peores pecados que contaminan la tierra.
Regresando al libro de Números 35:33 dice:
“Y no contaminarás la tierra donde tú estuviereis porque esta sangre amancillará la tierra y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó”. (Números 35:33 RV60)
Lo que nos habla este mandamiento es, no aceptes dinero, no te dejes sobornar por nada, o sea, si te toca en un momento dado, ser juez de algún caso, de alguna situación, como padre, como jefe de trabajo, no permitas que tu alma se contamine aceptando sobornos de ninguna clase. Porque entonces vas a causar un desequilibrio en la justicia celestial y terrenal.
Con relación al mandamiento 413 es la misma idea: No aceptar dinero, dado el caso que el homicida haya sido decretado asesino involuntario, tendría que ir a la ciudad de refugio, lo que implicaría cambiarse de residencia, su estilo de vida, oficio, su trabajo, a lo que se dedicaba, a sus tierras, en fin, por lo que a lo mejor la persona podría tentarse a sobornar al juez, el mandamiento es muy claro: No aceptes sobornos. La persona debía permanecer exiliada hasta que muriera el sumo sacerdote. Tenía que cumplirse la Torá si o sí, si lo trasladamos a lo que ha de suceder más adelante, todos seremos juzgados. Dijo el Mesías en Mateo 16:26 dice:
” Porque, ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma? O ¿qué recompensa dará el hombre por su alma?”. (Mateo 16:26 RV60)
Conclusión:
Las personas que se dedican a actividades ilícitas, los millonarios, por ejemplo, cuando venga el juicio, ¿qué van a poder ofrecerle al Juez por su alma, por su vida? No va a haber absolutamente nada con lo que pueda sobornar al Juez por su vida, por su alma, es ridículo creer que podremos sacar ante Dios un portafolio, una maleta llena de dinero para sobornarlo. La vida es tan alta que por eso Satanás le dijo al Eterno cuando tiene este diálogo en la historia de Job: piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Estará dispuesto a hacer lo que sea, en el caso del homicidio, dice, condúcete con precaución, ten mucho cuidado, la vida es lo más valioso, no hay dinero que le compre, la indemnización monetaria no va a compensar la muerte ni recuperar a la persona, solo se debe cumplir lo que está estipulado en la Torá.
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