EL PRECEPTO DE AMAR A DIOS

Deuteronomio 6:5:

“Oye, Israel: Adonai nuestro Dios, Adonai uno es, 5 Y amarás al eterno Tu Dios de todo tu corazón y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. (Deuteronomio 6:5 RV60)”

Explicación del mandamiento:

De este mandamiento dependen todos los demás, así podría resumirse la torá: Todos los Mandamientos dependen de amar a Dios y amar a tu prójimo. 

Deuteronomio 6:4-9 se considera una parte fundamental dentro de la fe. Esto le preguntaron a Yeshúa en Marcos: 12:

 “¿cuál es el mandamiento más importante? Y él contestó exactamente con estos dos versículos, “escucha Israel el Eterno uno es y amarás al señor, Tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. (Marcos 12:29 RV60)”

Parece obvio que para amar a Dios no se requiere de tanto detalle, pero la verdad es que sí. Este es el  primer lugar dentro de toda la Biblia que aparece este mandato, desde Génesis hasta  aquí Dios se había manifestado de una manera, por ello cabe preguntarnos ¿Se puede ordenar a alguien amar a quien no es familia? Aparentemente como mandato no, pero sí puede ser una petición, lo más importante  es que Dios no nos pide amarle sin una razón,  por ejemplo: no les dijo a Adán y a Eva, qué bueno que ya están aquí  lo primero que quiero que sepan es que me tienen que amar,  este es el mandamiento más importante de toda la vida y si ustedes no me aman las cosas no van a funcionar. 

Dios nos ha dado  miles de razones en la  Palabra, anteriormente, para que al llegar a Deuteronomio, Israel, su pueblo, le pueda amar de todo corazón, de todo el alma y con todas las fuerzas. 

Esta cuestión del amor es tan variable entre una persona y otra que se puede llegar a confundir con la fornicación, codependencia, una crianza irresponsable y llamarlo amor, por ello es  importante tener en  claro  su concepto.  En 1 Juan 5:3 Se define cuál es el amor a Dios: 

Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos y sus mandamientos no son gravosos.” .(1 Juan 5:3 RV60)

 Aquí está definido con muchísima claridad cuál es el amor a Dios. La torá se resume en amar a Dios y amar a tu prójimo, pero ¿para qué queremos el resto de los Mandamientos? -Para saber cómo lograrlo, cómo aplicarlo, de qué manera poder detallar ese amor, no podemos amar como se nos ocurra o como creamos que es el amor,  de verdad  el versículo de Juan nos ayuda porque nos dice, este es el amor a Dios. ¿Cuál es el amor a Dios? -Que guardemos sus mandamientos, ¿Cuáles?- Los otros 612 mandamientos. 

Para amar se requiere tiempo, se requiere aprender, hay que conocer al Eterno para saber cómo amarle; el tiempo y el conocimiento nos van a llevar a cumplir este mandamiento, por eso es tan importante hacer todo lo que nos acerque y  nos ayude a conocerlo,  a entenderlo mejor,  a amarlo de la manera que él también quiere ser amado, porque finalmente esto también es un principio general de la vida. 

Recordemos un poco la historia del Rey Saúl:  él desobedece la orden de destruir a  Amalec y a los amalecitas y se queda con lo mejor del botín ofrendándolo a Dios, pero El Eterno prefiere la obediencia a los sacrificios, esta es la manera en la que Él se siente amado por eso es importante conocerlo, no es solo un sentimiento, el amor es una decisión acompañada de emociones que se reflejan en acciones, sin ellas difícilmente podemos decir que es amor.  Yeshúa lo expuso claramente en Juan 14:15: “si me Amáis, Guardad mis Mandamientos”, o sea, si me amas, demuéstralo de esta manera lo que se refuerza, como dijimos  en Juan 5: 3. El amor conlleva acción. Yeshúa también dijo en Juan 15:13:

 ”Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. (Juan 15:13 RV60)

 Así las decisiones nos llevan a realizar una acción, ese es el verdadero amor. En el Evangelio de Juan 14:23 dice así:

 “respondió Yeshúa y le dijo, el que me ama, mi palabra guardará y mi padre le amará, y vendremos a él y haremos morada con él, 24. El que no me ama no guarda mis palabras y la palabra que hoy os habéis oído no es mía, sino del padre que me envió”. (Juan 14:23 RV60)

Las emociones están relacionadas al amor que se demuestra con acciones concretas, Dios quiere ser además el dueño de nuestras emociones, por ello nos dio un Espíritu de amor, de poder y de dominio propio. Nuestras emociones y sentimientos debemos encauzarlos hacia El Eterno y que ocupe el primer lugar en nuestras vidas. 

Es importante obedecer a Dios sin alejarse del amor verdadero, como lo estaba haciendo la Iglesia de Éfesos en el libro de Apocalipsis dice: tienes fervor, celos, eres un guardador, tienes celos de los que dicen ser apóstoles y no lo son, pero tengo un detalle contra ti: Te estás enfriando, has perdido tu primer amor, la pasión, has dejado de hacer las cosas con esa decisión, con esa emoción, con ese sentir. 

Retomemos eso que perdimos, ya que podemos hacer muchas cosas para Dios exteriormente y por dentro estar fríos en la Fe. Yeshúa lo expresó seguramente con tristeza  cuando dijo: -“Este pueblo de labios me honra, pero su corazón está lejos de mí”. Cuidemos que no nos suceda esto, que exteriormente expresemos que amamos a Dios, pero nuestro corazón se esté alejando de Él, de ahí también la importancia de renovar cada sábado, cada día nuestro amor hacia El Eterno, tomar esta decisión de amarle todos los días y en todo lo que hagamos tenerlo presente, que sea nuestra prioridad. Para ello nos da una guía de cómo podemos demostrar, enfocar nuestro amor, evaluándonos, como dice Deuteronomio 6:5 con el corazón que, generalmente, no es el lugar de la emoción ni del amor, bíblicamente el corazón es visto como el lugar donde se toman las decisiones, está más bien encauzado hacia los pensamientos, decisiones y hacia la voluntad.

Dios nos pide amarlo de tal manera que nuestras  decisiones determinen si le amamos o no. En muchos casos nuestras emociones provienen de nuestros pensamientos, la parte cognitiva nos lleva la parte emocional según lo que pensamos, muchas veces es la manera en que sentimos. Si cambiamos nuestra manera de pensar, posiblemente también cambiemos la manera de sentir. ¿Por qué dice también con todo el corazón? Jeremías expresa: “El corazón es perverso y engañoso”, cuidado con el corazón, no te dejes llevar por el corazón porque siempre está como entre dos pensamientos, dos caminos. La idea de este mandato es vencer estos pensamientos e incluso emociones que tenemos para amar a Dios como nos manda. Aun cuando el corazón sea perverso, engañoso, aun cuando caigamos, sigamos amando a Dios, no permitamos que una falla nos haga renunciar al  amor que sentimos por nuestro Señor, aun dentro de nuestras fallas, Dios nos da la oportunidad de volver a amarlo.

Con toda tu mente, con todo tu entendimiento, con toda tu capacidad de poder saber cómo poderle amar. Dios nos ha dotado de una mente maravillosa, de una creatividad impresionante, de una fuerza increíble en cuanto a crear y hacer cosas, controlar nuestras emociones, usemos esto para amar a Dios, porque ahí está la base de ese mandamiento también. 

El segundo es con toda el alma, la palabra alma es la palabra nefesh que se puede traducir  como  nuestro propio cuerpo, se refiere también al estómago  cuando se habla de ayunar, dice: “Afligiréis vuestras almas en Yon Kippur” afligiréis vuestra alma, nuestra nefesh y se entiende en ese contexto, también se refiere a lo interno, nuestra voluntad, aliento, vida. Todo debe involucrarse para amar a Dios, amarlo con todo lo que somos, amarlo con toda nuestra vida, esto implica el hecho de dar la vida por él, demostrarle así nuestro amor; una persona que no está dispuesta a dar la vida por el eterno posiblemente es porque Dios no es el primer lugar en su vida, no le ama por sobre todas las cosas. Yeshúa lo demostró y lo dijo en Juan  10:17:

 “Por eso me ama El Padre porque yo pongo mi vida para volverla a tomar, yo pongo mi vida, nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo, tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar este mandamiento recibí de mi padre”. (Juan 10:17 RV60)

Qué evidencia más clara de amar a Dios, quedando y estando dispuesto a dar nuestra vida entera. 

La Biblia nos deja muy claro que el Amar es entregar, el Amar es dar, no hay otra forma de concebir el amor si no estamos dispuestos a dar. Juan 3:16 dice:

Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo Unigénito para que todo aquel que en El cree no se pierda más tenga vida eterna”. (Juan 3:16 RV60)

Esa es la confirmación de esta regla, el amar es dar y hay que dar el alma si es necesario con tal de demostrar nuestro amor al Eterno. Dentro de este mismo Deuteronomio 6:5 se incluye la palabra hebrea meot que implica totalmente, mucho, también significa: Nuestros recursos, nuestros medios y se refiere al aspecto económico. Nuestro maestro nos dijo -dónde está nuestro tesoro, está nuestro corazón, es una ley, un precepto Divino, donde pongamos nuestros tesoros, ponemos un pedazo de nuestro corazón, no es superficialidad, no es materialismo, es que así nos hizo Dios y en eso también demostramos el amor. La esposa de Lot es un claro ejemplo en la Biblia,  su corazón, su mente, su vida, estaba en lo que dejaba, ya sabía que no debía voltear y ahí estuvo la consecuencia, como ella, tarde o temprano  terminamos por demostrar si amamos a Dios de verdad, igualmente sucede con el tema del diezmo, no hay manera de evadirlo, la persona que realmente ha entregado su vida al Señor le ha entregado todo su ser, sus recursos al señor y no tiene ningún problema con este mandato de lo contrario no ama a Dios con todas sus fuerzas, con todos sus recursos, se trata de dar, ya que amamos al Eterno y así es una forma de manifestarlo. Tesoros y corazón están conectados, cada uno en un extremo de la cuerda.

Con todas nuestras fuerzas, puede ser con todas nuestras fuerzas físicas, habrá momentos en los que a lo mejor no podemos más y ahí es donde va a implicar mayor esfuerzo por salir  adelante. Dijo Yeshúa: “en esto conocerán todos que son mis discípulos, si tenemos amor los unos por los otros” entonces cuánto más por el Eterno.

¿Por qué es importante amar a Dios en primer lugar?, ¿por qué Dios dice este es el mandamiento más importante: Ámame a mí?, ¿por qué no dice primeramente ama al prójimo o a ti mismo? Porque esta es la única forma de asegurar tu corazón, hoy en día vivimos una crisis de amor constante, por lo que la gente no se atreve a amar al prójimo, ya no quiere  entregar su corazón, su alma, sus fuerzas, porque a lo mejor ya fue lastimada o teme ser lastimada, justamente por eso es la importancia de este mandamiento, si ponemos a Dios en primer lugar, es la mejor decisión que podemos tomar para salvaguardar nuestro corazón. Cualquier impacto, cualquier choque, cualquier tragedia que le puedas dar a tu corazón, mientras El Señor este en el primer lugar, siempre saldremos adelante, las personas se pueden ir, nos pueden dejar, se pueden morir, pero si Dios está en el primer lugar, el impacto de esa pérdida o tragedia va a ser mucho menor. Dios no nos va a fallar, va a guardar nuestro corazón porque Él es fiel. 

Cuando este mandamiento entra en conflicto con otros, por ejemplo con el amor al prójimo, no estamos amando verdaderamente a Dios y tendremos que evaluar nuestras prioridades, si Dios está concretamente en el primer lugar en nuestra agenda, en nuestro día a día, a qué le dedicamos más tiempo, si separamos tiempo para conectarnos a un estudio como prioridad, si respetamos Shabat, guardamos los lineamientos que dice El Eterno, participamos de todas las fiestas, estamos atentos a las mismas, puntuales, sabemos de qué se trata cada una de ellas, ya que parte del amor es conocer a Dios para poderle amar. Al mostrar  intereses también manifestamos nuestro amor a Él, cuando buscamos sus cosas y no tanto las del mundo, leyendo La palabra diariamente, etc. 

Conclusión:

Es muy visible, si somos honestos, a qué le damos prioridad, qué lugar ocupa El Señor en nuestras vidas. Reconocer que necesitamos mejorar, crecer es importante, ya que estamos en un proceso de aprender a amar a Dios y esto es algo de lo que jamás nos vamos a arrepentir, cuando estemos ante su presencia a lo mejor nos preguntaremos ¿Por qué no amé más a Dios, por qué no hice más por ÉL?  Juan 4:19 Dice:

 “Nosotros le amamos a El porqué Él nos amó primero” (Juan 4:19 RV60)

 no necesitamos encontrar tantas razones para motivarnos a amarle, Él ya nos amó primero y debemos hacer lo mismo, amarle por sobre todo implica tratar de que otros también le amen, ya que este es el mandamiento más importante y en él se resume toda la Biblia.

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