Lectura diaria del Shemá Israel, por la noche y por la mañana.

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” (Deuteronomio 6:4-9 RV60)

Explicación del mandamiento:

Como leemos en el verso 7, que dice “Y las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en tu casa” de ahí aprendimos el mandamiento que dice “Estudiar la Torá y enseñarla a otros” principalmente a los hijos, y termina el versículo diciendo “Y andando por el camino al acostarte y cuando te levantes.” Por eso se interpreta y se considera esta sección conocida como el Shemá, se debe de recitar primero por la noche que es cuando empieza el día.

Los días dentro de la perspectiva bíblica comienzan cuando anochece y termina al otro día cuando oscurece. Esta es la base principal para el mandamiento, este mandamiento es uno de los más importantes ya estudiamos sobre la unicidad del porqué DIOS es único.
La declaración de fe más importante se conoce como el Shemá Israel, es una forma de resumirlo.

¿Qué significa el Shemá?

Para muchos rabinos esta es como la máxima, la máxima expresión de la fe judía, este versículo todos los judíos se lo saben de memoria y escrito está dentro de los pergaminos que se utilizan en la Mezuzá y en las cajas que se conocen como Tefilín o filacterias, esto nos habla de la importancia que tiene este mandamiento.

Para el judaísmo el significado de este mandamiento es reafirmar diariamente nuestra fe en Dios y el amor al Eterno, como si todos los días necesitáramos o necesitamos porque es la realidad, todos los días necesitamos reconocer el amor del Eterno hacia nosotros y el amor que le debemos de tener, como en cualquier relación personal importante en la que necesitamos todos los días demostrar nuestro compromiso, expresarlo y decirlo con palabras.

“No ser como el chiste de la pareja de matrimonio, donde la esposa le pregunta al esposo que si la ama, porque nunca se lo dice, y el esposo le contesta, te lo dije el día que nos casamos, el día más importante nuestra boda, ya tú lo sabes, ya no necesito volver a decírtelo, el día que cambie de opinión te aviso, mientras tanto las cosas continúan igual.”

Con Dios no aplica esto, Dios dice “Yo quiero escuchar y quiero que tú lo escuches, y no una vez al día si no dos veces al levantarte y al acostarte, porque necesitamos de alguna manera ser conscientes de lo que implica esta frase. ¿Por qué? no debemos de pensar que recitar el Shemá, es solamente decir por decirlo y ya, es realmente tener en mente lo que estamos diciendo para creerlo y cumplirlo. Esto de alguna manera es también como un recordatorio de la relación única y particular que tenemos con Dios y una vez más lo que hablamos de la unicidad de Dios, reconocer que él es el único que no hay otro como él, que él es Uno que no hay otro Dios en este mundo que se le pueda comparar, Teniendo conciencia de lo que eso significa.

El contexto en el que se dio este mandamiento fue cuando el pueblo de Dios estaba por entrar a la tierra prometida y digamos que esa fue la palabra de parte de Dios para el pueblo de Israel.

¿Qué le trataría de decir el Eterno al Pueblo de Israel?

Como habíamos estudiado en otro mandamiento, esto va más allá de una declaración del monoteísmo, era que reconocieran que no había ningún otro Dios, que donde entraran, donde fueran, donde anduvieran, que recordarán que el único Dios verdadero es el Dios de Israel, el Dios que los sacó de la tierra de Egipto, de la esclavitud para llevarlos a libertad, hay ciertos mandamientos y muchos rezos que están dentro del judaísmo asociado y ligados a la salida de Israel necesarios para que no olvidemos de dónde nos sacó el señor y saber hacia dónde vamos, el recordar estos períodos de esclavitud nos va a ayudar a tener una perspectiva diferente, de nuestro presente y nuestro futuro, ser más agradecidos, ser más consciente de lo que tenemos, agradecer y bendecir a Dios por lo que nos da y porque no tenemos la vida que llevábamos antes de él.

El Shemá es la declaración de que no hay ningún otro Dios, que pueda sacarnos de la esclavitud de donde él nos sacó. En los versículos anteriores justamente están hablando de “Recuerda que él te saco y cuida de poner por obras sus mandamientos” desglosando esta frase empieza diciendo: Oye Israel, que realmente la traducción Oye en castellano, se queda muy corta, debemos de entender que la palabra Shemá en el hebreo implica escuchar con atención.

Vamos a pensar en un soldado, un soldado que cuando entra el general, se pone firme y pone toda su atención a lo que se le diga, por qué sabe que lo que se le dice es una ordene que tiene que ejecutar, por eso dicen por ahí que un soldado no piensa sino que ejecuta.

El Shemá de alguna manera es como una orden militar, pensémoslo así; Ese escuchar no quiere decir que no involucramos la mente, por supuesto es escuchar con atención y luego actuar, la palabra no la podemos separar de la acción, no la podemos separar de lo que es realmente la Emuna, traducido como Fe es poner por obra lo que estoy creyendo.

La palabra Emuna, Fe, proviene de la misma raíz que la palabra Human, que significa Artesano, la idea es que si tú piensas en un artesano pienses en alguien que está haciendo algo, que está construyendo, que está fabricando, que está creando, es por eso que la fe no puede estar separada de la acción y el Shemá implica eso, el Shemá es el primer paso para poder obedecer los mandamientos, para poder amar al Eterno con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, primero escucha y ten la disposición para poder obedecer, para poder guardar y obedecer lo que El Eterno nos manda, La idea de recitar el Shemá no es nada más escuchar y actuar con conocimiento intelectual, sino de llevarlo a un mundo práctico y concentrarse en lo que se está expresando, mientras que el mundo está lleno de ruido, es como una manera de concentrarse para escuchar la voz de Dios y de hecho si nos ponemos a pensar la siguiente palabra dice Shemá Israel, esto no es exactamente una oración o una plegaria a Dios, sino realmente ¿quién le está hablando a quién? Si nos ponemos a pensar un poco, a meditar justamente en lo que estamos leyendo, quién le habla a quien nosotros, le decimos el Shemá a Dios, o será que Dios nos está hablando a nosotros, realmente es el Eterno el que habla a nosotros, es una plegaria de Dios hacia nosotros el Eterno te dice escucha Israel porque tú eres Israel.

¡Qué interesante es esta observación, el Shemá Israel no es algo que nosotros le decimos a Dios, si no es algo que recitamos porque Dios, nos lo está diciendo a nosotros, como un boomerang, nosotros recitamos el Shemá para el Eterno, pero realmente es el Eterno el que nos esté diciendo hey! Escucha Shemá Israel, es un llamado de Dios hacia ti y Yeshúa no vino a cambiar esto, es interesante esto porque a Yeshúa cuando le preguntaron acerca del mandamiento más importante en Marcos capítulo 12, él dijo exactamente eso, “Escucha Israel Shemá Israel, Adonai Eloheinu Adonai Ejad,” Él no dijo escucha iglesia, ni escuchen amigos queridos o escuchen hermanos, escuchen dijo “Shemá Israel” Porque Dios no ha cambiado esa relación con su pueblo y él anhela y desea que sea su pueblo venga a escuchar y a obedecer.

Siempre que escuchemos, siempre que pensemos en la recitación de lo que implica el Shemá más que las palabras mecánicas que podemos repetir, hay que ser conscientes de que Dios te está hablando y que es una invitación para empezar algo, como abrir la conversación que Dios quiere contigo, lo primero que a veces le decimos a los hijos a ver escúchame, pon atención, pon atención que te voy a decir algo, ya deja de estar distraído.

La idea del Shemá es que busques un espacio en la noche antes de dormir, cuando ya esté más tranquilo todo o al inicio antes de que empiecen las carreras y encuentras estos instantes para recitar para decir Shemá, como les decía no de manera mecánica sino realmente meditando, pensando que Dios quiere hablar ese día a ti y que puedas dormir tranquilo que puedas dormir confiado sabiendo que hay un solo Dios, que ese Dios es suficiente que ese Dios es único que ese Dios es para todo lo que nosotros podamos necesitar al acostarnos y al empezar nuestro día.

La palabra Ejad es la palabra, uno es la palabra que implica una unidad compuesta, en diferentes traducciones por supuesto se usa de diferentes maneras, lo que indica esta palabra por ejemplo cuando dices serán una sola carne es una unidad, una unidad y de alguna manera nosotros consideramos también que dentro de este misterio de la unidad o de la Ejad que Dios tiene entre el padre y el hijo Yeshúa. Yeshua expresó Mi Padre y yo uno, Uno somos, incluso en el griego, como uno en persona, uno en acción.

La palabra hebrea Yajid es otra palabra que también significa uno, pero más bien es hay una unidad única, una unidad absoluta, una unidad indivisible, esto es entre paréntesis porque realmente no es propiamente el tema del mandamiento, pero quisiera que lo consideraran, que lo supieran por el tema de que Dios es uno, y que no se refiere a una unidad indivisible, única sino, a una unidad compuesta con El Hijo.

El Shema en el holocausto.

Por último, me gustaría comentarles una historia acerca justamente del Shemá, tengo entendido, es una historia verídica que sucedió en un monasterio católico. Dicen que durante la Segunda Guerra mundial había muchos chicos, muchos niños pequeños que fueron depositados en monasterios por sus padres con la esperanza de que tuvieran una mayor probabilidad de sobrevivir a la guerra, la intención de estos padres era recogerlos cuando terminara o tuvieran la oportunidad, muchos de estos niños quedaron huérfanos, sus padres murieron y algunos grupos de judíos empezaron la búsqueda de estos niños para finalmente llevarlos a otras familias también judías y que no perdieran su identidad, Esto no iba a ser una labor fácil, dicen que una mujer de esta organización llegó a uno de estos orfanatos que no eran judíos que eran católicos y la mujer le explicó la situación a la encargada y le dijo “sabemos que ya ha pasado cierto tiempo y queremos llevar a estos niños al seno de una familia judía, y que mantengan su identidad y sigan siendo parte de este pueblo, y la encargada le dice mire estos niños algunos ya son jovencitos, han pasado muchos años, de hecho no creemos realmente que haya ningún niño judío aquí, los pocos que identificamos ya se los llevaron hace algún tiempo, los pocos que se pudieron identificar de bebé, Entonces entraron en la lista de apellidos, había apellidos de todo tipo no necesariamente todos se identificarían con apellidos judíos, algunos ni siquiera conocían el apellido.

Le dice la mujer judía, tengo un plan, no sé si ¿pudiera yo regresar a buscar a los chicos a la hora de dormir? Se quedó sorprendida la encargada y le dijo ¿antes de dormir?, nosotros tenemos un estricto control de la hora de dormir de los niños porque siendo tantos, tenemos que tener disciplina, acostarlos a la misma hora porque se levantan a la misma hora, y le responde la mujer, voy a tardar solo unos pocos minutos, y será antes de que los niños estén dormidos, para poder identificarlos y pues la mujer encargada del orfanato quedo intrigada y dijo regrese 5 minutos antes de las 8, a ver si los puede identificar.

Cuando llega la mujer antes de las 8, ya están todos los niños en un salón habitación, me imagino enorme dónde están las filas de las camas y todos los chicos ya en sus camas listos para dormir y entra la mujer judía y empieza a pasear entre las camas recitando el Shemá Israel Adonai Elohim Adonai Ejad, y en ese momento dicen que se levantan niños de la cama gritando mamá, mamá, mamá, todos esos chicos reaccionaron al refrescarse los recuerdos de su infancia, cuando sus madres los acostaban cada noche y les entonaban estás palabras sagradas, milenarias, esta mujer dijo mire ahí están los chicos no cabe duda ya están identificados.

Cuando ya llevas, digámoslo así en el ADN, cuando esto queda marcado en tu corazón y en tu mente, podrá pasar muchísimo tiempo, pero es como un sello que te pone y que te marca el Eterno con él, como un sello en el corazón que va a ser imborrable. El Shemá de ahí se enseña la importancia de recitarlo con los hijos y recitarlo uno mismo, de ser consciente de lo que esta frase significa y lo que implica.

Yo les invito a que esta misma noche no dejen de hacerlo antes de dormir y todos los días a recordar lo que eso significa.

Hay algunas otras historias tristes de los campos de concentración, dicen que lo último que recitaban muchos de los judíos antes de morir era el Shemá, que cuando iban rumbo a las cámaras de gases o a los hornos para ser incinerados, lo que se escuchaba al final como últimas palabras que salían de la boca de todos estos judíos era el Shemá, como diciendo pueden acabar con nuestros cuerpos, pero no pueden acabar con nuestra fe.

El Shemá y Rabi Akiva.

Tristes historias y finalmente hay una más que les voy a contar sobre un rabino llamado Akiva que murió como un mártir de acuerdo al Talmud, en el tratado de Berajot, se relata que cuando los romanos llevaron a este rabino por el año 134 de la era común, después del mesías en la última guerra en la que los romanos terminaron con Jerusalén haciendo una matanza impresionante muy triste, y cuando este rabi estaba siendo quemado y torturado por estudiar la Torá y enseñar la Torá en público, empezó a recitar el Shemá y mientras él se concentraba en decir el Shemá, con toda concentración y la costumbre al recitar el Shemá es cubrirse los ojos con la mano, como para concentrarnos en lo que estamos nosotros diciendo y escuchando nosotros mismos. Entonces este rabí está en este momento en el momento más tal vez complicado, sufriendo de dolor extremo y le dice uno de los discípulos Maestro, hasta en este momento tiene que recitar el Shemá tiene que verlo así y el rabí Akiva le responde toda mi vida sufrí por este versículo, por este pasaje por la continuación del Shemá, cuál es la continuación del Shemá “Y amarás al Eterno tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”, Alma = Vida. Y él mismo se decía cuando tendré oportunidad de entregar mi vida, hoy lo voy a cumplir, esta es la última y única oportunidad que tendré de cumplir al 100% la continuación de lo que dice el Shemá de amar a Dios con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas. Y al final la última palabra que repitió fue Ejad.

Conclusión:

Esta es la importancia que para los judíos históricamente ha tenido está expresión de fe, esta frase y que para nosotros también, tampoco debemos de caer en esta recitación como si fuera un amuleto o una frase mágica que me va a sacar de todos los problemas, realmente creer con todo nuestro corazón lo que decimos y vivirlo.

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  1. 14 enero 2024

    Muchas gracias por compartir y enseñar la importancia del estudio de la Torah.

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