Faenar ritualmente a los animales y aves cuya carne se desee consumir.

“Si estuviere lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios escogiere para poner allí su nombre, podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que Jehová te hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus puertas según todo lo que deseares” (RV60)

Explicación del mandamiento:

Este mandamiento se encuentra en Deuteronomio 12:20: “Cuando Jehová tu Dios ensancharé tu territorio, como él te ha dicho, y tú dijeres: comeré carne, porque deseaste comerla, conforme a lo que deseaste podrás comer. 12:21 Si estuviere lejos de ti el lugar que Jehová, tu Dios escogiere para poner allí su nombre, podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que Jehová te hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus puertas según todo lo que deseares.

12:22 Lo mismo que se come la gacela y el ciervo, así las podrás comer; el inmundo y el limpio podrán comer también de ellas 12:23 Solamente que te mantengas firme en no comer sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con su carne 12:24 No la comerás; en tierra la derramarás como agua. 12:25 no comerás de ella, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, cuando hicieres lo recto ante los ojos de Jehová” (RV60).

La Delicada Precisión del Cumplimiento Alimentario en el Judaísmo

Este contexto nos ayuda a entender mejor el mandamiento; dentro del judaísmo, lo que tiene que ver con la alimentación es un tema muy específico y detallado.

En el tenor judío, cuando algo no se hace conforme a ciertos estándares en el tema del alimento, prácticamente se considera no kosher, se descarta y ya no es apto ni limpio. A un animal que no es matado conforme a la halajá establecida por los rabinos se le llama nevela.

En el ámbito judío, se tiene un shojet que es la persona encargada de dar muerte a los animales, según la tradición para su consumo. El shojet es una voz hebrea que designa al matarife que, siguiendo las leyes de la halajá, lleva a cabo la matanza ritual de los animales según la tradición judía, llamada shejitá.

Los Mandamientos Jukim: Pruebas de Confianza y Obediencia en la Alimentación Kosher.

Todo animal, excepto el pescado, debe ser sacrificado según las normas de la shejitá para considerarse casher. El shojet suele ser un hombre versado en la tradición, y en comunidades remotas no es raro que el shojet sea también el rabino de la comunidad.

Este mandamiento está directamente relacionado con la alimentación y entra en la categoría de Jukim, que literalmente significa decretos, y hace referencia a las Mitzvot de la Torá que la inteligencia humana no puede entender desde una perspectiva lógica.

Por ejemplo, el clásico ejemplo de la vaca roja o la prohibición de usar Shatnez (mezclar lino y lana) o comer Jazar (cerdo) son Mitzvot que cumplimos, pero que no comprendemos por más que intentemos desarrollar una lógica para explicar dicha Mitzvá, ya sea desde el misticismo hasta las ciencias naturales y sociales.

Estos mandamientos jukim tienen la función de poner a prueba nuestra confianza en el Eterno, ya que cuando confiamos estamos dispuestos a obedecerlos incluso cuando no entendemos su significado.

En las leyes dietéticas, existen diversas ventajas para la salud, pero la verdadera motivación para comer kosher es la obediencia al Eterno. Aunque el Eterno haya dado ciertas regulaciones sobre los alimentos, no proporciona una explicación del porqué; simplemente nos deja en nuestro libre albedrío la decisión de obedecer y confiar.

La interpretación de este mandamiento es que los alimentos de animales, ya sea aves u otros animales limpios, deben ser obtenidos bajo los estándares correctos. En el tema de la alimentación, somos nosotros quienes obtenemos el beneficio o nos perjudicamos, como dice el Proverbio 9:12: “Si eres sabio, para ti lo serás; y si eres escarnecedor, pagarás tú solo” (RV60).

Nuestra Alimentación: Un Vínculo Personal con la Responsabilidad y la Espiritualidad.

La verdad es que así es; si consumes algo indebido, al final afectas a tu cuerpo y tu relación con el Eterno. Si lo comes, no perjudica a tu pareja, hijo o alguien más, es una cuestión entre Dios y tú.

Al final de este mandamiento, recalca las palabras “como yo te he mandado”. La Torá no especifica cómo matar al animal, pero la tradición oral judía sí lo plantea.

La shejitá (faena) implica cortar la garganta del animal rápidamente en un corte exacto y sin dolor, utilizando un cuchillo perfectamente afilado y liso (llamado jalaf). Esto lo realiza un shojet altamente entrenado, cuidadoso de la Tora y temeroso de YHWH. Al cortar la arteria carótida, cesa el flujo de sangre al corazón.

Otra parte de este mandamiento es la bondad del Eterno al permitirnos alimentarnos de carne de animales, pero esto no significa que deban morir de manera cruel o sufrir.

En diversas investigaciones realizadas sobre por qué se mata a los animales de esta manera en el ámbito judío, se explican dos cuestiones sumamente importantes: los animales que el Eterno creó para consumo humano, considerados kosher, como la vaca, la cabra y las ovejas, tienen un sistema arterial que funciona de manera diferente o una anatomía distinta a la de los animales que no son aptos.

Al tener esta anatomía, al cortar la carótida se interrumpe el flujo de sangre hacia el cerebro y, por lo tanto, el animal prácticamente no sufre al morir.

Conclusión:

Hoy en día, estando fuera del ámbito judío, es difícil saber cómo murió el animal si asistimos a un restaurante u otro lugar. Sin embargo, podemos rescatar del contexto la mención de “no comer sangre”. Para “kasherizar” la carne antes de consumirla, existen dos opciones: una es cocinarla al fuego y la otra es con sal.

no comer carne de cordero asado con sangre

Se puede vaciar agua y colocar sal en un recipiente, junto con la carne, y de esta manera se limpia en gran medida el consumo de sangre. La otra manera es cocinarla al fuego, y no es casualidad que en el altar se purifique mediante este método.

Las cuestiones de alimentación se relacionan con a quién deseamos agradar. Saber las leyes que el Eterno ha establecido muestra quién valora y aprecia realmente los mandamientos. Quienes comprenden esto entienden que una Mitzvá los eleva espiritualmente y que cuando es difícil o complicado cumplirla, trae consigo una recompensa.

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