544. No tomar el pájaro madre junto con sus pichones.
545. Espantar a la madre del nido antes de tomar a los pichones.
Deuteronomio 22: 6 -7:
“Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol ò sobre la tierra, con pollos o huevos y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos. Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien y prolongues tus días. (Deuteronomio 22: 6 -7 RV60)
Explicación del mandamiento:
Este es el precepto, y vemos cómo aún en este tipo de detalles Dios nos deja instrucciones, no quiere que nadie se pierda en cuanto a abarcar muchísimos ámbitos con los que nos podemos encontrar en la vida.
Aquí nos habla de una situación poco común, que es en la que una persona puede estar en el campo, puede estar en una expedición, o puede estar en algún trayecto, y de pronto se da cuenta de que se le acaban las provisiones, se le termina el alimento, y en el camino se siente con hambre y llega al punto de esta situación que señala el mandamiento. Recordemos que en tiempos antiguos era más común este tipo de vida, tanto en el campo como en los trayectos de esta índole. Por ejemplo, la Escritura nos muestra al Rey David, que en su momento le tocó estar huyendo escondido en cuevas y en el campo, debió pasar por este tipo de situación.
Aquí dice la Torá: Cuando te encuentres por en el camino algún nido de ave en cualquier árbol o sobre la tierra con pollos o huevos.
Primera observación: Hay que recalcar que es evidente y se da por hecho que esto tiene que ser de una ave Kosher. La regla también estipula que si el ave es kosher, también los huevos lo son.
Es evidente que si te encuentras unos huevos que no sabes si son de ave o son de serpiente, primero debes asegurarte de qué animal son porque definitivamente no es lo mismo correr a una ave que correr a una serpiente.
Dios está al tanto de nuestras necesidades, ya que sabe que es una situación que se podía presentar.
Enseñanza del mandamiento:
Este es de los mandamientos que nos rompe el corazón, al imaginarnos que el pajarito está ahí empollando los huevos y de repente llega el hambriento y le quita del nido, sin embargo, la Torá nos enseña en este mandamiento que es lícito tomarlo, pero nos indica ciertas reglas de cómo llevarlo a cabo.
Reglas para aplicar el mandamiento:
- No seas codicioso. Porque si dejas a la madre de esos polluelos, significa que al rato va a haber más para comer, pero si acabas con todo, termina no habiendo nada después para comer. Por otro lado, también es cuidar la extinción de las especies, en la época de Moisés era impensable, pero hoy en día vaya que tiene vigencia y que es bastante relevante, que no parece tan importante, pero si hoy por hoy tenemos tanta cantidad de especies en peligro de extinción ha sido justamente por el abuso, por la codicia, por la ambición del hombre que quiere acaparar todo.
- Esto es un principio básico, no tomes absolutamente todo. Siempre piensa en los demás, siempre deja para los demás, siempre piensa incluso en ti en ese sentido, porque finalmente es de la mamá que van a salir más, entonces si matas a la madre se acaba la producción y tú vas a salir perdiendo.
- Respeto a la vida, esto se refiere a las aves, no a otros animalitos, respeto a la madre, en este caso, y observemos algo, el quinto mandamiento es honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien y seas de larga vida. Aquí nos dice en el versículo 7: Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien y prolongues tus días, te va a ir bien por el hecho de guardar este mandamiento. Dios va a bendecirte por el hecho de haber actuado correctamente, por haber respetado esta regla de la vida, ahora sí que valga la redundancia que la vida sigue y la vida continúa y tú no eres nadie para cortar una línea de una vida que debe de continuar. Entonces si ese animalito puede seguir produciendo más, pues esa línea va a seguir de manera continua, pero si tú matas a la madre, pues se acabó esa línea genealógica. Ese respeto por la vida, ese respeto por la madre trae una gran bendición, no nada más te quitó el hambre, sino que Dios dice por esa acción, yo voy a hacer que te vaya bien y voy a hacer que tus días sean prolongados.
- Dejar ir a los polluelos o a los hijos; particularmente en el caso de las aves, llega un momento en que por sí mismas las mismas madres sacan, expulsan, casi avientan a los polluelos del nido cuando ya consideran que están en edad de emprender el vuelo solos, de dejar el nido tal cual, vemos como que no se compadece la misma madre de sus hijos y dice es momento que se vayan y hay que dejarlos ir. Hay un comentario en el Midrash que dice que ahuyentes a la madre para evitar este acto de crueldad, para que no vea como te llevas a sus hijos y si regresa vuélvela a ahuyentar y solo hasta que ya no regrese por ellos, entonces ahora si llévate los huevos o a los hijos.
En este principio, Dios obra siempre en la naturaleza, pero también dispone en el ave que finalmente sus polluelos se iban a ir, a lo mejor se fueron antes, o se fueron de otra manera, pero se fueron, las aves son menos apegadas con los hijos en ese sentido y quizás sea una exageración, pero también nos enseña de cierta manera un poco eso que nosotros debemos estar dispuestos a ser despegados de nuestros hijos en un momento dado, saber que la vida puede traer sucesos que ocasionen que nuestros hijos se vayan ya sea por un fallecimiento, se van a la presencia del eterno, o simplemente como diríamos emprenden el vuelo y se tienen que ir y debemos entender que la vida sigue y sigue su curso y todas las cosas siguen adelante.
El Espíritu del mandamiento:
Es importante destacar algo que se dio justamente desde el jardín del Edén y es: Dios le concedió al hombre poder sobre la naturaleza, Dios le dio al hombre dominio de la naturaleza, le dio sus recursos, lo vemos en:
Génesis 1: 27-30:
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os será para comer. Y a toda bestia de la tierra, ya todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer, Y fue así. (Génesis 1:27-30 RV60)
Básicamente, la idea de estos versículos es entender eso, que Dios le dio dominio al ser humano, le dio el control, la autoridad sobre las criaturas de la naturaleza, y esto lo reafirma en Génesis 2:15 Tomó, pues, Hashem Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Hay una enseñanza muy importante en Génesis 1, eso no significa que el hombre tenga un poder ilimitado sobre la naturaleza, Dios nos dio autoridad, pero eso no significa que es una autoridad omnipotente o absoluta, este tipo de detalles que son estos mandamientos, nos muestran el respeto que debemos de tener por la naturaleza, este es un ejemplo y una lección que debemos de someter ciertas restricciones dadas por Dios aún en estos derechos, aunque Dios dice tienes derecho sobre las aves, sobre las criaturas, pero en esa libertad, hay restricciones, Dios es el dueño, es el amo, Adon Olam, el amo del mundo, amo del universo y el hombre es el mayordomo.
Esto es importante porque como seres humanos hemos sobrepasado y sobre todo mal empleado esa autoridad que Dios nos ha dado sobre la naturaleza explotando a tales extremos que por eso estamos como estamos hoy en día con cambios climatológicos extremos, desajustes en los ciclos de la naturaleza, por supuesto, cuantas especies hoy en día están en peligro de extinción, de verdad que Dios no se equivoca y por eso este tipo de mandamientos aunque parezcan insignificantes y aunque digas que hoy por hoy difícilmente me voy a encontrar en un árbol fuera de mi casa un nido de aves kosher y entonces me voy a subir, lo voy a bajar, me los voy a comer, pero antes tengo que espantar a la mamá, es muy poco probable que suceda eso el día de mañana a ti y a mí, pero si nos enseña este mandamiento que Dios nos ha dado autoridad, Dios dijo sojuzgar la tierra, enseñorearse de ella, pero, también debes de saber que aun en eso Dios nos da limitantes que debemos respetar y esto es un ejemplo muy importante que además nos ayuda como decíamos a fomentar en nosotros rasgos positivos, rasgos compasivos, rasgos de misericordia, es decir, no seas tan cruel como para decirle al ave vete y yo tomo tus hijos, y el pobre ave sigue ahí revoloteando en el nido, Aquí nos dice asegúrate que la madre no esté en presencia cuando tú arrebates a sus hijos, es decir para evitarle esa tristeza o ese dolor de ver perder a sus hijos.
No sé qué tan profundo pueden ser los sentimientos de los animales, pero sí sé que existen y sé que los tienen y sé que definitivamente el instinto de una madre, aunque sea un ave está ahí, latente de proteger a sus polluelos, a sus aves y aun así Dios nos da este permiso para que pensemos y valoremos cada bocado que nos llevamos a la boca, pero aquí nos hace reflexionar, nos mueve la conciencia diciendo piensa que si realmente todo lo que comemos todos los días, tiene una historia detrás, viene de un lugar del que posiblemente se desarrolló así, con un crecimiento y un proceso de crianza.
Intención del mandamiento:
Es muy importante recalcar en este mandamiento como busca ser un paralelismo del mandamiento cinco de los llamados diez mandamientos. (Honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien).
Aquí el Eterno nos dice: “deja ir a la madre y toma los polluelos para ti, y entonces te va a ir bien y vas a prolongar tus días.”
Que el Eterno nos permita guardar este mandamiento, aunque no sea de manera literal en un momento dado, pero sí lo que Dios nos quiere enseñar a través de él.
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