MANDAMIENTO 580 / NEGATIVO 347 / DEUTERONOMIO 24:4
No volver a tomar nunca más por esposa a su mujer divorciada, si esta tuvo relaciones sexuales con otro hombre durante el tiempo de divorcio.
“No podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su esposa, después que fue amancillada, porque es abominación delante del Señor, y no has de pervertir la tierra que el Señor tu Dios te da como heredad” (RV60).
Explicación del mandamiento:
Para el Señor, la cuestión familiar siempre ha sido importante. Este mandamiento nos explica que tanto el divorcio como el matrimonio no se pueden tomar a la ligera, y las decisiones tomadas durante una ruptura deben ser precisas, sin derecho a retractarse. Esto aplica tanto para las mujeres como para los hombres, incluso en matrimonios donde los hijos son la principal razón para seguir vinculados o en casos de divorcio donde la esperanza de volver a lo que eran antes está presente.
Introducción al mandamiento:
Este mandamiento habla sobre las situaciones de divorcio, refiriéndose a acciones indecentes que pueden ser diversas, desde acciones menores hasta situaciones más graves como violencia física o emocional. Es importante que las separaciones se realicen de manera adecuada, como indica Deuteronomio 24:1, mediante un documento escrito entregado en mano.
¿Qué enseñanza nos quiere transmitir el Señor respecto a este mandamiento?
El Señor nos previene sobre las posibles consecuencias de una ruptura y nos indica la importancia de tomar decisiones con calma y consideración. Si se requiere un divorcio, debe realizarse correctamente y con un documento escrito entregado en mano. Deuteronomio 24:2 señala que si la mujer se une en matrimonio con otro hombre después del divorcio, no se considera adulterio. Sin embargo, si luego se divorcia nuevamente, su primer esposo no puede tomarla de vuelta como esposa.
Este mandamiento enfatiza la importancia de la familia y nos recuerda que tanto el matrimonio como el divorcio deben ser tratados con seriedad y calma. Las decisiones tomadas durante una ruptura pueden tener consecuencias permanentes, especialmente en lo que respecta a la posibilidad de reconciliación.
¿Por qué la Torá prohíbe la segunda oportunidad de un matrimonio con la misma persona con quien ya había tenido uno?
La Torá considera el matrimonio como un vínculo físico, emocional y espiritual, donde las personas se convierten en una sola carne. Por lo tanto, la Torá no considera saludable intentar nuevamente una relación después de un divorcio, especialmente si hubo relaciones sexuales con otra persona durante el periodo de separación. Esto se debe a que las comparaciones y las inseguridades pueden surgir en ambas partes, afectando la estabilidad futura de la relación.
Conclusiones:
El divorcio debería ser el último recurso en un matrimonio, y se debe tomar con paciencia y consideración. Las segundas oportunidades no son adecuadas según la Torá, especialmente si hubo relaciones sexuales con otra persona durante la separación. Es importante recordar que las decisiones tomadas durante una ruptura pueden tener consecuencias permanentes y afectar la posibilidad de reconciliación en el futuro.
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