Mandamiento 603, 604 y 605
Leyes en contra de los amalecitas
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Recordar verbalmente, a diario, el daño que nos hiciera el pueblo de Amalek.
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Exterminar a la descendencia de Amalek.
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No olvidar el mal que nos causaron los amalecitas.
Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto. Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo olvides. (Deuteronomio 25:17-19)
Análisis, contexto y razón de estos tres mandamientos:
Leyes en contra de los amalecitas.
El tema en común es Amalek, necesitamos conocer un poco de historia, pero básicamente lo que nos dicen estos tres mandamientos es que el Eterno tiene memoria, que el Eterno, no olvida; y no en un sentido de rencor, de amargura o de odio; pero si nos deja estos tres mandamientos muy peculiares para que no olvidemos lo que pasó.
Dice un famoso dicho que: “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla” sino somos conscientes de nuestros errores e incluso de nuestros pecados, de ciertas experiencias que tuvimos en el pasado y no aprendimos de ellas, es muy probable que van a traer repercusiones en el futuro y algunas pueden ser catastróficas o extremadamente graves.
Esta es una historia que hay que conocer, para poder entender mejor porque Dios nos ordena esto: “Recordar verbalmente, a diario el daño que nos hiciera Amalek, exterminar a la descendencia de Amalek y no olvidar el mal que causaron los amalecitas”.
El libro del Éxodo a partir del capítulo 12 viene la salida del Pueblo de Israel, para la Pascua (Pesaj) y toda la trascendencia de lo que sucedió con la apertura del Mar Rojo, cuando llegan al capítulo 17, partieron por el desierto de Sin y llegaron a un lugar en donde dice que no había aguas y se empezaron a quejar, empezaron a murmurar, un lugar llamado Refidim, en este lugar el pueblo tomo una postura y una actitud sumamente negativa, sumamente quejumbrosa, apelando siempre a su propia carne, a sus propios intereses, solo pensando en ellos mismos, dejando de pensar en lo que Dios tenía para ellos más adelante, entonces empieza la murmuración, como se dice empieza la Lashon hará (לשון הרע; “Lengua del mal, lengua para el mal”); entonces entra el enemigo, que es como que dejarle la puerta abierta para que el enemigo haga mella, haga desastres; resulta aquí, que tienen sed, la gente empieza a murmurar y se empieza a quejar y Moisés lleva su caso delante de Dios, dice: “Qué voy a hacer, esta gente dentro de poco me va apedrear”. Para hacer la historia breve Dios hace una vez más, otro milagro sale aguas de la peña, de la Roca y el pueblo bebería. Dice que este lugar pasó a la historia como un lugar llamado Masá y Merivá (las aguas de la disputa), porque hubo una rencilla, pleito o una cuestión de quejarse, vamos a ver que esto no sería gratis.
Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim.(Éxodo 17:8 )
En ese lugar donde fue todo; donde nos quejamos, es donde surge la historia de la batalla contra Amalek. En ese mismo lugar donde se quejaron, les llegó la batalla, llegó este hombre llamado Amalek, aunque luego no se dice más sobre él, no se dice de donde vino.
Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. E hizo Yehoshua como le dijo Moshe, peleando contra Amalec; y Moshe y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. Y sucedía que cuando alzaba Moshe su mano, Israel prevalecía; más cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. Y las manos de Moshe se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol. Y Yehoshua deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Y el Eterno dijo a Moshe: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Yehoshua que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo. Y Moshe edificó un altar, y llamó su nombre Adonai-Nisi; y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono del Señor, el Eterno tendrá guerra con Amalec de generación en generación. (Éxodo 17:9-16)
Este es el pasaje que a grandes rasgos nos narra, el principio de la historia de esta batalla contra Amalek.
Volvamos a Deuteronomio 25 para leer el pasaje que da pie a estos mandamientos y ver porque son tan relevantes.
Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; de cómo te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios. Por tanto, cuando el Señor tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que el Señor tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo olvides. (Deuteronomio 25:17-19RV 60)
Aquí está el principio de estos mandamientos, no lo olvides, borrarás la memoria y no te olvides. Dice el verso 17, acuérdate y en el versículo 19 dice borrarás la memoria de Amalek y dice al final no lo olvides, aquí está de donde derivan estos tres mandamientos.
Primero vamos a ver la razón que da el Eterno: dice que primero los atacó cuando iban saliendo de Egipto, antes de llegar al Monte Sinaí y los atacó a traición, por la retaguardia, en el momento de más necesidad y a los más vulnerables; sí nos imaginamos una caravana de personas, un peregrinaje de millones de personas, seguramente niños, mujeres y personas mayores son los que iban a ir en la parte de atrás, porque pues no podrían ir tan rápido, de alguna manera esto es una cobardía, al atacar a los niños, a las mujeres, las personas mayores, pues no, nada más habla mal del que está atacando, sino que habla que es una persona que no puede enfrentarse de frente.
Segunda razón, mientras otras naciones atacaron por defender su territorio, Amalek solo lo hizo motivado por el odio, Amalek no tuvo una razón, congruentes o lógica como para entablar una guerra como sí lo hicieron otros pueblos con los israelitas, aquí ni siquiera era que defendieran una tierra, simplemente era que los estaba atacando por atrás y por otros motivos.
Este odio, esta razón de atacar, como aparece en Éxodo 17 que dice: “De repente apareció Amalek”, este odio podríamos llamarlo como que es un odio hereditario, un odio de sangre y ¿Por qué me refiero a esto? Bueno, ¿De quién era pariente Amalek o de quién era descendiente Amalek?
La respuesta la tenemos en Génesis 36, vamos a las raíces de esta historia de enemistad, a lo mejor odio suena muy fuerte, pero bíblicamente el odio tiene que ver con deslealtad, con falta de afecto, en Génesis 36 vamos a ver qué es un capítulo que se enfoca en la descendencia de Esaú.
Esaú fue el hermano de Jacob, que en su momento y durante muchas décadas se convirtieron en enemigos acérrimos, que lamentablemente y a pesar de que había un vínculo de sangre no había un vínculo espiritual, no había amor espiritual como debía haber, no nada más como hermanos de sangre, sino como hermanos espirituales, fue todo lo contrario, Esaú se convirtió en un adversario, en un enemigo para Yacob y además espiritualmente implica muchas cosas esta persona Esaú, Esab y toda su descendencia.
Es interesante también el capítulo 36 de Génesis, se dan todos estos versículos dedicados y enfocados a la descendencia de Esaú, siempre ha llamado la atención incluso para los rabinos; como que muchas otras cosas que se pudieron haber planteado en las Escrituras y se le dedica un capítulo completo a Esaú; esto es por la trascendencia histórica que tiene este personaje y lo que implica este personaje, que se le llamaría después o fundarían sus descendientes el reino de Edom.
Y Timna fue concubina de Elifaz hijo de Esaú, y ella le dio a luz a Amalec; estos son los hijos de Ada, mujer de Esaú. (Genesis 36:12)
Y continua con más detalles de la descendencia de Esaú, pero aquí queda muy claro, Timna dio a luz a Amalek, así que Amalek era nieto de Esaú, los rabinos dicen una serie de historias, con respecto a esto; que bueno no lo podemos comprobar en la Biblia; pero se dice que en su momento antes de morir Esaú, le dijo a su nieto Amalek: “Cuando veas al pueblo de Israel, de Yacob, en un momento débil, en ese momento atácalos, no les tengas piedad” de aquí se deriva este odio y se le da este nombre de Amalek a este pueblo como los amalecitas.
Primeramente, hay que aclarar algo importante; estos mandamientos están inoperantes, porque no se considera que sea necesario buscar amalecitas para exterminar la descendente amalecita, de hecho, no sabemos exactamente dónde está esa descendencia, quiénes son, así que está más allá de nuestras manos, de nuestro control y por supuesto que no somos llamados en este caso a aplicarlos literalmente, estos fueron mandamientos dados para cierto tiempo, para el momento que incluía estar en la Tierra de Israel, quién sí tuvo la oportunidad; y esto es muy interesante; fue el Rey Saúl, el primer Rey de Israel como responsable, como cabeza del pueblo, de la nación, se le dio este mandamiento; sí me gustaría que lo leyéramos para que sigamos viendo la trascendencia que tuvo, primero Esaú quien fue sembrado semillas, esparciendo semillas de odio rencor contra la descendencia de Yacob, Por eso es tan importante romper con esto lazos de odio, para que las siguientes generaciones no crezcan con ello.
Aproximadamente 250 años después, de que el pueblo de Israel entra a la Tierra Prometida, tiene la oportunidad de cumplir realmente este mandamiento.
Después Samuel dijo a Saúl: el Eterno me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras del Señor. Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. (1 Samuel 15:1-2)
Aquí aprendemos una pequeña lección y es: “No podemos oponernos a los Caminos de Dios, a los Planes de Dios”; sabes que, mejor ni te pongas de frente, porque si Dios tiene un Plan lo va a cumplir contigo o sin ti, o contigo o contra ti; y dice aquí: “Se opuso en el camino cuando subían de Egipto yo castigaré lo que hizo Amalek.
Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos. Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá. Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle. (1 Samuel 15:3-5)
No sabemos en qué momento, pero los amalecitas se instala también dentro del Territorio de Israel, pasa el tiempo y como yo les digo: “Todo tiene un tiempo, todo tiene su hora, incluso La venganza del Eterno, aunque suenan estos términos fuertes, pero si tú lees el libro de Apocalipsis habla de esto mismo, Dios dice: “A llegado el tiempo de clamar, el pueblo ha clamado, ha llegado el tiempo de cobrar venganza, de sacar la espada y ahora sí, tomar venganza de los enemigos.
Saúl tiene victoria contra los amalecitas, pero dejó vivo al Rey Agag, que era del linaje directo de Amalek y de Esaú, él lo deja vivo junto con lo mejor del ganado, los argumentos que haya podido tener Saúl el punto aquí es que es tomado como una desobediencia y ante la desobediencia, pues no hay sacrificio que valga, y se lo dice precisamente Samuel, aquel que lo ungió, le dice: “Qué crees que prefiere Dios, la obediencia o todos los sacrificios que puedas darle”. Según la tradición jurídica la esposa del Rey Agag escapa estando embarazada y de esta mujer algunos años más adelante nacería una figura que sería como un Hitler de para esos días, llamado Aman. Aman aquel que intentó la destrucción de todos los judíos en el libro de Esther, en la fiesta que celebramos como Purím, en la que recordamos esta historia, así que no podemos pensar que lo que sucedió algún día y la desobediencia que hicimos contra Dios no va a trascender, al contrario.
El espíritu de estos tres mandamientos:
La enseñanza detrás de todo esto, es que representa Amalek en la actualidad, por supuesto el antisemitismo, por supuesto el odio, por supuesto el adversario en sí, Amalek es también y otra forma de entenderlo, es el Yetzer hará (יֵצֶר הַרַע yēṣer haraʿ); término hebreo que se aplica para señalar la inclinación al mal, la carnalidad, el apóstol Pablo lo dice en Romanos; es como los deseos de la carne, como la concupiscencia, como el viejo hombre, como nuestra carne que es débil y está siendo tentada constantemente, queriendo auto satisfacerse, pensando solo en sí mismo; Saúl estaba actuando justamente de esta manera, solo pensando en sí mismo, pensando en su honra, en su gloria, en que quedaría bien con la gente y eso le costó el puesto, le costó ser desechado y fue el inicio; aunque ya había estado mal su relación con el Señor; prácticamente fue el inicio del fin de lo que sería su reinado y de lo que sería también esta parte de su Comunión con Dios.
Amalek es visto como la forma de representar a nuestra carne, porque Esaú fue un hombre que vivía para la carne, no es casualidad ciertos detalles dice que; Saúl era un hombre cazador, que se dedicaba a matar animales, que se la pasaba casándose con mujeres que no por supuesto no eran del pueblo de Dios, dice que esto fue aflicción para sus padres, fue una persona que por ejemplo en su momento menospreció o desprecio más bien los aspectos espirituales como la primogenitura, la vendió por un plato de lentejas así de sencillo y claro; que representa Esaú representa esos deseos de la carne, esas pasiones, vivir para uno nada más, y sus descendientes habrían de heredar, digámoslo así; si no se arrepentían; pues esto también incluyéndose ese odio que tuvo hacia Israel, hacia Yacob y hacia toda su descendencia, entonces Amalek es eso y por eso Dios nos dice aquí muy claro, recordar verbalmente y esto que podría implicar, sería recordar esta historia, leerla, plantearte estos versículos, pero más que esto dice recordar verbalmente el daño que te hizo el pueblo de Amalek, es acuérdate el daño que te puede hacer tu propia carne; el Yetzer hará; y el daño que te hará, sé consciente de lo que te puede pasar si tú permites que tu carne te domine, porque te va a atacar, por eso se dice aquí, que hay que exterminar a la descendencia de Amalek, en el sentido de “No dejes en ti, ningún vestigio de tu carne, no dejes en ti, ningún vestigio de tu Yetzer hará, porque te va atacar, en nuestro interior es como el viejo hombre, él no va a jugar con las reglas limpias y por supuesto de alguna manera Amalek representa a Satanás.
Y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono del Señor, el Señor tendrá guerra con Amalec de generación en generación. (Éxodo 17:16).
Cómo es que si los iban a exterminar; ese era el mandato; cómo es que dice que Dios tendrá guerra contra Amalek de generación en generación, esto lo que implica es que no hay una sola generación en la historia, que no vaya a tener una disputa, un conflicto, un pleito, una batalla, una guerra contra Amalek; no nos libramos nadie; tú y yo somos parte de esta batalla, si no fuera así, este versículo no diría de esta manera, cuándo será destruido Amalek hasta el final de los tiempos, pero sí llama la atención, por eso Moisés toma una estrategia diferente de batalla, manda a Josué; que Josué representa a Yeshua; para pelear contra Amalek, contra la carne, contra el pecado, contra Satanás y él sube a este Monte porque sabe que es una guerra espiritual, él sabe que no era solo una cuestión de lucha contra carne y sangre, sino que iba a haber una trascendencia espiritual, por eso es que es tan radical; digamos lo así; este mandamiento en cuanto te dice destruye la descendencia de Amalek, no dejes vestigio, no dejes nada, porque eso que tú dejas de Amalek algún día; dice aquí la Escritura; te va a atacar y el ataque que tenga contra ti como vimos aquí, no va a ser un ataque con lealtad, no va a ser un ataque de frente, va a ser un ataque en la parte más débil, en donde más te puedas sentir confiado ahí te va a atacar Amalek, el ejemplo más claro de no obedecer estos mandamientos, de olvidarte del mal que causo Amalek fue Saúl y qué le costó a Saúl, le costó su relación con Dios, le costó su reino.
Algunos dicen; No digo que no pueda ser viable; que el mismo Hitler es un descendiente de Amalek, que es un descendiente de Esaú, lo que implica el territorio de Edón, y todo lo que implica Edón.
Haced morir, pues, en ustedes, en vuestros miembros que están sobre la Tierra: fornicación, inmundicia, afectos desordenados, mala concupiscencia, avaricia, que es idolatría. (Colosenses 3:5)
El odio hacia los verdaderos creyentes, lamentablemente está presente, no es una lucha que podamos dar por terminada, más allá de vivir en temor o vivir con rencor es vivir consciente de la lucha espiritual que como creyente vas a tener, primero con tu propia carne, primero con el Yetzer hará. Segundo con la situación; llamémosla así; antisemita o de odio, de rencor de un pueblo hacia el otro pueblo, Yeshúa, lo dijo, él no inventó nada, dijo que en su nombre seríamos perseguidos, seríamos rechazados y que en el mundo tendríamos aflicciones. Dios dice; “Hijo mío, no te olvides de esto, recuerda el daño que te causo Amalek en algún momento en tu vida, no te olvides de eso, porque si tú te olvidas vas a bajar la guardía” y la victoria que se obtuvo contra Amalek, fue por los brazos; se acuerdan; que alzaba Moisés, como en el sentido de que la victoria está arriba, para poder ganar hay que mantener la guardia arriba y el Eterno a través de su hijo, nos dará la victoria, pero sí, necesitamos ser consciente de eso, no olvidarnos de eso y como dijo Pablo.
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. (1 Corintios 10:12)
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