Mandamiento 7
No comer la carne del cordero crudo o hervido.
Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas. (Éxodo 12:9).
Explicación del mandamiento.
Este mandamiento se encuentra en la porción donde se narra la historia del Éxodo. La primera Pascua, el primer Pesaj celebrado por nuestro pueblo en tierra de Egipto. ¿De qué está hablando aquí? El contexto nos habla del momento en que el Eterno le pidió a Moshé y Aaron que comunique a todo el pueblo que habrían de tomar dentro de los corderos que tenían, un animal sin defecto, macho de un año y que lo guardarán hasta el día 14 del mes de Abib. Después de esos días de tenerlo en casa, al catorceavo día lo habría de inmolar toda la congregación, iba a ser un sacrificio para el Eterno.
Este mandamiento específicamente nos habla, que una vez que hallan crucificado a este cordero, no debían de cocerlo, no debían de cocinarlo en agua por ejemplo. Y ¿porqué? Primero vamos a ver que este cordero es símbolo del Cordero de Dios, de Yeshúa nuestro Redentor, el cual tuvo que ser pasado por fuego. El fuego es un símbolo de prueba, es un símbolo de purificación, es un símbolo de ofrenda también al Eterno, y el hecho de asarlo por completo; sus pies y sus entrañas, implica que era como una ofrenda de olor grato para el Señor, un holocausto una ofrenda de ascensión.
Estas ofrendas de ascensión también se les llaman de consagración, porque aquél que la llevaba a cabo se identificaba con este animal, con esta criatura inocente como si fuese él mismo quien se estuviese entregando por completo al Señor.
Es interesante que diga que no se debe de comer cruda, ni cocida ni tampoco debía de hacerse de otra manera. Específicamente dice que se tenía que asar por completo.
Este mandamiento nos enseña que el cordero de Pesaj se asaba desde las patas hasta las entrañas, es decir, completo de pies a cabeza.También nos indica que este era un anuncio, era una forma de que todos los Israelitas iban a declarar que estaban cortando con la idolatría, que estaban cortando con los dioses egipcios, y que por el contrario que durante muchos años vivieron con la idolatría, hoy la están sacrificando, hoy la están entregando al Señor.
El cordero era uno de los dioses más importantes de los Egipcios, así como hay países en los que las vacas o algunos otros animales son deidades, los Egipcios también adoraban los animales y entre ellos adoraban el cordero, que era uno de los más importantes. Hay hallazgos arqueológicos donde evidencian que el cordero era una deidad egipcia. Entonces imagínense que es como si aquí en nuestro país México, les decimos que tomen algunas de estas figuras o imágenes que mucha gente considera sagrada y que las partiera en la plaza pública de su ciudad y que las hiciera pedazos, que las asara, que las quemara, sería como una declaración de guerra hacia todos esos dioses.
Dios quería que el pueblo fuera radical, que el pueblo tomara una decisión, que no fuese nada más de corazón sino que fuera una manifestación pública. Este mandamiento al decir que hay que comerlo de esta manera, era para indicar también que el pueblo estaba renunciando a la idolatría.
Lo pudieron haber comido cocido en agua, sin embargo lo que se c
ose en agua generalmente se pone en una olla y se tapa, y nadie sabe que se está haciendo, a lo mejor puede oler, pero realmente no sabes que es lo que tiene el contenido de la olla. El hecho de asarlo así al aire libre, porque lógicamente que si se iba a encender ese fuego tenía que ser al aire libre, era para que también todos vieran y además todos olieran, pues la carne asada es muy olorosa y llega muy lejos. Cualquiera que está haciendo un asado se da cuenta cuando el vecino ya prendió el asador porque llega el olor de la carne lejos. Aquí nos dice que el cordero debía ser expuesto a la vista de todos. Este sacrificio no iba a quedar oculto, no tenían porqué esconder lo que ellos estaban haciendo.
El fuego también es un símbolo de la Torá, que está quemando a los ídolos. La Torá destruye la idolatría. Yeshúa dijo: “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Cuando vamos a la Palabra, cuando vamos al conocimiento de nuestro Salvador, entonces nos hace libres.
El participar de este cordero en la fiesta de Pascua de esta manera, es un recordatorio de esa libertad que nos trajo el Mesías, de esta libertad que nos trae el conocimiento de la Palabra de nuestro Dios, y es una declaración en la que le decimos al mundo: “No me identifico más con la idolatría, todo lo contrario, más bien la paso por fuego, la destruyó, no quiero saber nada de eso”. La idea es que los restos que quedaban del cordero que no se habían comido, tenían que dejarlo al fuego hasta la mañana. No podían dejar para llevar simplemente se comía todo, o se consumía.
Decisiones radicales.
Este mandamiento nos recuerda que a veces es necesario hacer una manifestación así, tomar una decisión fuerte y radical en contra de nuestro pecado. Yeshúa no se ocultó, Yeshúa no dio su vida en lo secreto, Yeshúa no se avergonzó de morir por ti y por mí, él murió crucificado a la vista de todos, en este lugar llamado Gólgota o Calvario era un lugar que estaba prácticamente a la vista de todo el mundo. Todos podían al llegar a Jerusalén, ver lo que estaba sucediendo ahí. Así el Eterno deseaba que el pueblo de Israel declarara públicamente que creía en él y que estaba renunciando a toda la idolatría. Así que era un punto también de decisión para aquellos que quizás estaban titubeando si sería el Dios de Israel, el único Dios verdadero, ya al hacerlo públicamente y sacrificar el cordero, era una declaración contundente.
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