No realizar pactos con ninguna de las siete naciones (que ocuparon ilegalmente la Tierra de Israel) ni con un idólatra

Explicación del mandamiento:

Este mandamiento se ha interpretado como no realizar pactos con ninguna de las 7 naciones que ocuparon ilegalmente la Tierra de Israel, ni con ningún idólatra. Esto corresponde a la Parasha. Como sabemos, la palabra Parasha significa básicamente como parcelas, como porciones. Entonces, en el judaísmo, el estudio de la Torá, la dividen en porciones, hay una porción cada semana y en este caso hay una porción que se llama Mishpatin es el término que también se usa para los mandamientos de carácter lógico, que son relativos a leyes de justicia y estos mandamientos tienen relación con la justicia.

No harás alianza con ellos, ni con sus dioses. Éx. 23:32 [RV60].

El Eterno habla aquí de que va a expulsar a las naciones que ocupen la Tierra de Canaán, básicamente porque ellos no se arrepintieron, endurecieron su corazón para no obedecer al Eterno y no fueron dignos de habitar en esa Tierra. Entonces Dios dice que poco a poco los iba a echar y les da un estatuto diciendo, no hagas alianza con ellos ni con sus dioses en tu Tierra, no habitarán, no sea que te hagan pecar contra mí sirviendo a sus dioses, porque te será por tropiezo.

Dios es muy radical con respecto a esto, tajantemente le dice al pueblo de Israel. No hagas ningún tipo de alianza con ellos, no te asocies con ellos, no busques ninguna sociedad.

Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú, y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia. Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto. Más así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego. Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. (Deut. 7:1-6 RVR60).

Ya leímos en éxodo si regresamos ahí, que no hagas una alianza, nada, sobre todo con estas 7 naciones, dice. Las tienes que destruir.

Porque Dios conoce los corazones de todos los seres humanos y sabe que no va a haber arrepentimiento para muchos de ellos o para ese tipo de naciones, que esas prácticas que están tan arraigadas y ese esa forma de vida que lejos de generar un arrepentimiento va a contaminar al pueblo de Israel, suena duro y suena difícil, pero Dios les dice, destruyan todo lo que encuentran a su paso.

Hoy Israel tiene un problema muy grave en su propia nación, y es que está invadida por extranjeros, que ya no nada más son extranjeros, sino que son israelíes, es decir, tienen capacidad de voto, son ciudadanos legales de Israel, siendo árabes, siendo musulmanes.

También es un llamado que Dios nos hace a nosotros, en nuestra propia casa, que nosotros podemos permitir que se asienten en nuestro hogar. También pueden ser enemigos espirituales, la discordia, el rencor, puede ser la amargura o pueden ser cosas, incluso materiales, como, pues, películas o cosas de entretenimiento o revistas u otras cosas que dice van a influir en tus hijos y te vas a contaminar con ellos y el día de mañana ya no los vas a querer destruir, eso sería si Israel se unía justamente como advierte aquí en Deuteronomio 7.

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. (2Co. 6:14-16 RVR60).

Tenemos que tomarlo para nosotros y para nuestros hijos, no podremos encontrar un punto medio, un punto de acuerdo entre la idolatría y Dios, entre el Mesías y Satanás, o entre el creyente y el incrédulo.

Salomón fue un hombre muy sabio, evidentemente el más sabio de la Tierra, y aun así hizo alianza con otras naciones, las hijas de los enemigos de Israel con la hija del faraón, por ejemplo, está allí documentado.

Primera de Reyes, capítulos 10 y 11 Inclinaron su corazón en Salomón, patrocinó prácticamente en su en un momento la idolatría en Israel. Y todas esas fueron espinas en sus costados. Así que históricamente, también siempre que Israel ha hecho alianzas con este tipo de naciones, le ha ido mal.

Entonces también dice, aquí no hagas alianzas con sus dioses, porque eso sería de plano, ahora sí, darle la espalda a Dios, desconfiar de Dios, poner tu fe en otra cosa que no es el Eterno, pensar que ellos tienen poder. Nuestra confianza principal debe ser en Dios.

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