Proceso de crecimiento y renovación.
Es necesario renovarnos constantemente, es importante considerar cada inicio de mes que se le llama Rosh Jodesh, como un proceso de renovación. Así como la luna va creciendo, hasta llegar a su cenit, hasta llegar a ser luna llena, de la misma manera nuestra vida tiene que ir creciendo y renovándose. También se conoce a este mes que marca el inicio del año como el mes de la libertad, el mes de Abib conocido posteriormente como Nisán, y marca el inicio de una nueva era para Israel. Es como una nueva etapa para ellos, porque es cuando salen de Egipto, es el inicio a una nueva vida hacia la libertad, hacia una nueva tierra a un nuevo empezar. De la misma manera, es como cuando nosotros recordamos nuestro aniversario de bodas, porque empiezas una vida nueva, una nueva etapa para ti, para tu familia. Es también de alguna manera, una forma en la que el Eterno nos dice que tenemos nuevas etapas en nuestra vida. Es como marcar esa fecha en la que naciste de nuevo, algunos lo consideran, lo apuntan y lo recuerdan. El mes en el calendario hebreo se basa en el ciclo que cumple la luna al circunscribir por completo la tierra, captando el ojo humano cuatro diferentes estados principales. Luna nueva; no se ve prácticamente nada, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante. Este ciclo dura aproximadamente 29 días y medio. Eso quiere decir que los meses en el calendario Bíblico tienen 29 días y medio de duración aproximadamente. De hecho son 29 días y medio y como 40 minutos adicionales. Al último de un mes hebreo la luna está completamente oscura y no es visible desde la tierra, al despuntar el cuarto creciente se alcanza a ver apenas la luna como una finísima hoz, (instrumento de siega), es el comienzo del mes hebreo, que con el correr de los días crece paulatinamente la parte iluminada de la luna que se aprecia desde la tierra, hasta llegar a ser luna nueva, que marca exactamente la mitad del mes. La luna llena es mitad del mes, y a partir de ahí, la luna vuelve a menguar con el pasar de los días hasta desaparecer por completo, culminando también del mismo modo el mes del calendario hebreo.
Salmo 90:12.
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.
Entonces es muy importante llevar el conteo de los días. Hay gente que dice: “No sé ni en qué día vivo”. Eso no es realmente bueno, la Biblia nos enseña que debemos estar marcando en qué día estamos viviendo. Por eso el Salmo dice: “Enséñanos a contar nuestros días”. No dice ni las semanas, ni los meses, ni los años, sino los días, para que traigamos sabiduría cada día a nuestro corazón.
Los pueblos paganos también llevaban a cabo esta práctica de contar los días, meses y años. Todo lo que el Eterno nos ha dejado, entonces las culturas de la época de Pablo estaban alejadas de Dios y estaban llenas de idolatría, y también tenían un calendario.
Más ahora, conociendo a Dios, o más bien siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guarda los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.
En la interpretación tradicional se toma esto como diciendo: Te quieres volver a los días, los meses y los años como si fuera el calendario Bíblico, lo cuál no es así.
2ª Crónicas 33-6.
Y pasó sus hijos por fuego en el valle del hijo de Hinom; y observaba los tiempos, miraba en agüeros, era dado a adivinaciones, y consultaba a adivinos y encantadores; se excedió en hacer lo malo ante los ojos del Señor, hasta encender su ira”.
Este fue uno de los reyes que se entregó a la idolatría, pues era una de las prácticas comunes dentro del paganismo, estar contabilizando los días para ver los astros y tratar entonces de elucidar el futuro y otras cosas semejantes. Todo lo que hace Dios, Satanás lo trata de imitar, y así como hay un calendario Bíblico entregado por Dios, hay muchos otros calendarios de otras religiones, y de otras culturas que están tratando de imitarlo, llevando una cuenta al respecto. Pablo por su parte invita a los Colosenses a que no se dejen intimidar, a que no se dejen juzgar y a que no se desanimen a realizar esto.
Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es del Mesías. Nadie os prive de vuestro premio.
Esta es la invitación que hace Pablo a los Colosenses, les dice: ustedes no permitan que nadie los juzgue por hacerlo, por guardar los días, los meses los días de fiesta, las lunas nuevas, o Rosh Jodesh, que era el principio precisamente de cada mes. Siempre hay una contraparte en la Escritura. Dios determina un calendario y entonces también se hace una imitación de ello.
Por último, vamos a ver que hay dos criterios para fijar el inicio del calendario Bíblico. Se ha determinado que hay dos inicios de año; uno se le conoce como el calendario religioso o calendario Bíblico que es el mes de Abib o Nisán, y otro que es el calendario civil o calendario universal. Este calendario universal es el que empieza en el mes de Tishrei, que vendría siendo el primer día del séptimo mes, que para ellos es Rosh Hashanáh o año nuevo. Entonces entre septiembre y octubre en Israel se celebra el año nuevo, así como en el mundo occidental celebra del 31 de diciembre al primero de enero, allí se celebra el primero de Tishrei o Rosh Hashanáh o cabeza de año.
Los nombres de los meses.
Los nombres de los meses hebreos tal como los conocemos en nuestros días, en realidad son de origen Babilonico prácticamente todos, aunque en la Biblia sí se menciona por ejemplo; Abib. Se adoptaron cuando Israel estuvo en el exilio, y la duración de los meses hebreos oscila entre los 29 y 30 días y para que quede registrado, los nombres de los meses son: Tishrei que tiene 30 días, Jeshván, Kislev, Tevet, Shevat, Adar, Nisán, Iyar, Siván, Tamuz, Av, y Elul. Por el desfase que hay, cada determinado tiempo se agrega un mes adicional en el mes de Adar, que es el último mes del año; se le llama segundo de Adar o 2 de Adar, para que entonces pueda haber congruencia entre las festividades que caen en estaciones como: primavera u otoño, y no se desfase.