Designar jueces y oficiales.
Este es un mandamiento más que lógico, es un mandamiento universal, no podríamos imaginar una nación sin leyes, sin jueces, sin autoridades que regulen la sociedad y toda la infinidad de situaciones que se presentan en una nación, para ese fin existen diferentes organismos competentes, de acuerdo a la industria, a gremios, con situación mercantiles, civiles o penales, de ahí que el Eterno lo ordenó al pueblo designar jueces y oficiales para regir la nación.
El ideal es una teocracia, que el Eterno sea el Rey o el que gobierne, pero finalmente tiene que hacerlo a través de alguien, en este caso a través de los jueces y de oficiales, él ordena que sean designados.
Hoy en muchos ámbitos, se ve que no hay ni jueces, ni oficiales, ni ley en muchos casos, es un precepto de parte de Dios, es interesante notar que el Eterno lo ordenó para cuando el pueblo se estableciera, siendo una de las prioridades, hay muchos mandamientos relativos a los jueces, a la justicia, por eso se considera un mandamiento de carácter Universal o lógico, por lo relevante.
Y reinó David sobre todo Israel; y David administraba justicia y equidad a todo su pueblo. (Samuel 8:15 RV60)
De David conocemos muchas etapas de su vida, como: El pastor, el cantor de Israel, aquel que huía de Saúl, pero una vez que se estableció en el Trono, algo que él hizo y que cumple como lo indica la Torá; por eso es que David, pues es una figura de lo que es el reinado ideal; la parte tan importante es como lo dice: “David administraba justicia y equidad a todo su pueblo”.
Es algo que de alguna manera también hacía Moisés, Moisés juzgaba los casos, pero al ser demasiados y por evitar que esto lo afectara anímicamente y muriera, su suegro Jetro, sabiamente dijo: “Estás loco, te vas a morir, vas a terminar agotado” y era porque desde que salió el sol hasta que se metía estaba todo el día llevando a cabo este papel o este rol. Diciendo: “Yo quiero que mi hija siga teniendo su esposo”. Tienes que delegar designando jueces, él sigue el consejo asignando sobre 50, sobre 100, sobre 1000 y ya los casos más difíciles se los llevaban a Moisés, sobre esta base, en ese momento se establecieron estos principios.
Otro rey que hizo esto correctamente fue el rey Josafat
Y puso jueces en todas las ciudades fortificadas de Judá, por todos los lugares. Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar del Eterno, el cual está con vosotros cuando juzgáis. (2 Crónicas 19:5-6 RV60)
En todas las ciudades de Judá y en todos los lugares, era una prioridad en ese momento, mientras hubiese jueces incorruptibles, que llevaran a cabo la justicia de acuerdo a la Palabra de Dios las cosas iban a funcionar y en general así es o sea no tenemos que irnos a la cuestión espiritual, por decirlo así, simplemente si los jueces designados hicieran su papel correctamente, con solo esto sería otro planeta, sería otra sociedad totalmente distinta.
Les comparto un poco de información de lo que estuvimos investigando, en los días de Moshé (Moisés) funcionaba de la siguiente manera: (imágenes del Sanedrín)
Se decía que en un pueblo o ciudad de menos de 120 residentes; muy pequeña, en ese tiempo no eran megas ciudades; se formaba una corte judicial o un “Beit din” (tribunal rabínico), así se le llaman Europa, como una Casa de Justicia, con tres jueces que tenían autoridad sobre disputas financieras, pero no en casos de vida y muerte, no en casos de pena capital.
En las ciudades o pueblos que tuvieran más de 120 habitantes, pues se les llamaba un “Pequeño Sanedrín” que contaba con 23 jueces, ellos sí podían dictar veredictos de pena capital.
Imagínense ahorita una ciudad o pueblo de menos de 120 habitantes, es como una manzana o colonia, ciudades evidentemente muy pequeñitas. Pero por ejemplo ya en la ciudad de Jerusalén, en el área de todo el Monte del Templo, dice que había tres cortes judiciales, o sea, había un Beit din de 23 jueces, en la entrada del Monte del Templo donde juzgaban los casos que llegaran, después había otro Beit din, 23 jueces en la antesala del Templo, donde pasaban al siguiente nivel con situaciones más complicadas y finalmente el famoso “Gran Sanedrín” que era el de 70 más uno, que se llamaba el Nasí נָשִׂיא o presidente, se reunían prácticamente a diario en la Sala del Templo, había un área específica para estos casos, ese era el máximo tribunal que existía, por supuesto que ellos llevaban a cabo los casos de pena capital.
En de la época de Yeshua, Roma les quitó esta autoridad, siendo para ellos una tragedia, por eso le dicen a Pilato: “Según nuestra ley debe morir, pero no lo podemos matar porque ustedes nos quitaron el derecho de la pena capital, es por eso que te lo traemos a ti”. Son detalles que encontramos en los evangelios, que respaldan el orden que existía en la Torá.
Los jueces a su vez contaban con una guardia del Templo, como si fuera una policía; por ejemplo, fueron los que arrestaron a Yeshua para que se pudieran ejecutar las decisiones de los jueces.
Era sin duda complicado tomar el cargo de juez, era una gran responsabilidad.
Dice en Midrash; que es un libro formado de comentarios sobre la misma Torá; dice que: Un juez debería imaginar que una espada está suspendida sobre él, al momento de juzgar y que también el lago de fuego (Gehinom) está bajo de él, si su intención es la de juzgar fielmente se salvará de ambos, pero si no será castigado por ambos, por la justicia, por la espada y por el castigo eterno. Sin embargo, un juez no debe temer dictar un juicio equivocado, ya que juzgan con base en la información que tiene, solo es responsable de la información presentada ante él; siendo un humano se podía equivocar, la idea es que cuando vayas a juzgar, piensa que está una vida de por medio, piensa que hay una espada suspendida sobre tu cuello, para ver la gravedad que implica no tomarlo a la ligera y darle mayor importancia.
En el caso de Yeshua hubo muchas transgresiones en su proceso judicial, que se le llevó a cabo, un precepto, es que no se podía juzgar casos de pena capital en la noche, y él pasó toda la madrugada siendo juzgado. Se dice que ni siquiera estaban los 71 reunidos, que solo reunieron a 23 hombres, considerando que eran suficientes, sin duda se cometieron muchísimas irregularidades, haciendo ilegal su juicio y que se hubiese anulado con facilidad, se encontró que testigos falsos se contradijeron, gran cantidad de ilegalidades que pasaron por alto.
En el caso de Esteban, fue un acto en el que se sobrepasaron al apedrearlo ellos mismos; a Yeshua lo intentaron apedrear varias veces; aunque ellos sabían que se estaban arriesgando a que Roma los castigara porque ellos mismos no podían aplicar la pena de muerte; por supuesto que el caso de Esteban fue una transgresión a la misma ley romana, no solo fue injusto por obvias razones, sino que aun delante de los ojos de los romanos no debieron de haber aplicado la lapidación.
Es parte de la interpretación, como comenten aquí, cuando dice: “Que se le quitó a Shiló, el cetro de Juda, hasta que viniera Shiló” esto fue como en el año 6 después del Mesías, cuando Roma les dice: “Ustedes ya no pueden juzgar casos de pena capital” y les quita ese poder, muchos rabinos se entristecieron y dicen que se echaban tierra en las cabezas y se rasgaron las vestiduras, diciendo: “Como es que Roma nos quita esta autoridad, entonces dónde está el Mesías, si el Mesías no ha llegado”; que es lo que se había profetizado; lo que no sabían es que El Mesias ya había llegado, que un niño que estaba jugando en Nazaret era el Mesías.
El caso de Esteban fue una excepción por supuesto, otro ejemplo de la autoridad del Sanedrín, la vemos con el mismo Pablo, ya que dice la Palabra que le dieron cartas, el Sumo Sacerdote le dio cartas, es decir documentos legales para poder arrestar a esa gente y llevarlas a la cárcel, no era solo una cuestión nada más como soy el celoso de Dios y a ver tú que estás predicando, te meto a la cárcel, no, era una cuestión oficial o formal la que llevaba a cabo Pablo.
En El Mishné Torá משנה תורה es un código de leyes judías y sus explicaciones. Libro de Maimónides que es un erudito en el tema de la jurisprudencia judía, en él se describe y narra en muchos casos como se llevaban a cabo estos mandamientos y ciertos designios que tomaban los jueces, muy particulares, por ejemplo, les quisiera compartir en la página 297 de este libro que se llama Mishné Torá, justamente el capítulo se llama Sanedrín y en el capítulo 1 da ciertos detalles sobre esto mismo dice:
La obligación de construir tribunales en cada distrito y en cada ciudad rige solo en Erets Israel en la Tierra de Israel, pues está escrito jueces y guardianes que harás en todas tus ciudades en que el Eterno tu Dios te da para tus tribus.
¿Cuántos tribunales regulares debe haber? Y ¿cuál es el número de sus componentes?
El primero que se designe es el Gran Tribunal del Templo denominado Gran Sanedrín el número de cuyos integrantes es 71 sabios. Porque está escrito: “Reúneme 70 varones de los ancianos de Israel y por encima de ellos estaba Moisés, pues está escrito y estarán allí contigo, en total 71.
Al que supera a todos en sabiduría es el jefe y se desempeña también como principal de la Academia, a este lo designan los sabios con el título de Nasí y es quien ocupa el lugar de nuestro maestro Moisés.
El más prominente de los 70 miembros, es designado segundo del jefe, se sienta a su diestra y se le denomina Av bet din (אב בית דין) o presidente del tribunal, el resto de los 70 ocupan lugares ante ellos conforme a su grado, cuanto mayor es la sabiduría de un miembro más cerca es el Nasí y más a la izquierda de sus compañeros, sus asientos se disponen en forma de semicírculo, para que el Nasí y el Av bet din puedan verlos a todos. (Ver imágenes 1 y 2)
Además, se designan otros dos tribunales de 23 miembros cada uno, uno a la entrada del patio, otro a la entrada del Monte del Templo y en todas las ciudades de Israel con 120 habitantes o más, se designa un Pequeño Sanedrín que tiene su sede en las puertas de la ciudad, como está escrito: “Establecer en las puertas justicia”, por eso las puertas representan la Justicia de Dios, donde se llevaban a cabo los juicios.
Su esposo es respetado en las puertas de la ciudad; ocupa un puesto entre las autoridades del lugar. (Proverbios 31:23 NVI2022)
El número de sus miembros debe ser de 23 jueces, el más sabio es su jefe y los demás se sientan en semicírculo para que el jefe los vea a todos.
Vemos también el caso cuando los discípulos son llevados frente al tribunal o del Sanedrín, dice que se levantó uno, llamado Gamaliel; que era muy venerado, una persona reconocida, cuando hablaba se le respetaba, se consideraba su opinión como de mayor peso que la de los demás; por eso cuando él da su opinión o hace el comentario diciendo:”Dejen a estos hombres, porque otros siguieron a otros líderes, mataron a su líder y se acabó el movimiento, pues hagan lo mismo” a ellos les pareció sabio, lógico y al ser considerado un hombre sabio Gamaliel siguieron su consejo, por estos mismos principios que regían en el Sanedrín.
Para formar parte del Sanedrín, sea grande o pequeño solo se designan hombres sabios y de buen juicio, de gran erudición en la Torá y amplios conocimientos en ciertas nociones de las demás ciencias, para que sepan cómo tratarlas, o sea, personas preparadas, cultas y obviamente con conocimiento de la Torá, expertos en la Torá.
En ningún Sanedrín se designa como miembro a un anciano muy entrado en años. Ni a quien no tiene hijos, pues hace falta ser compasivo.
Un rey de Israel no puede ser designado miembro del Sanedrín, pues está prohibido discrepar con él, ni contradecir sus palabras.
En cambio, si puede serlo un Sumo Sacerdote, si lo merece por su sabiduría.
Generalmente, el Sumo Sacerdote en el caso de la época Yeshua, era el Nasí, era el presidente, pero no podían darse casos que no, no necesariamente el Sumo Sacerdote, era el hombre más sabio o con mayor entendimiento. Como sabemos y es evidente en los evangelios el Sanedrín en la época de Yeshua ya estaba corrupto, ya se había corrompido, muchos tomaban el cargo más porque lo compraban, esto aparece registrado en los libros de los Macabeos, compraban el cargo, se convirtió más en un asunto político que en un asunto religioso.
Evidentemente, estas personas estaban encargadas de muchísimos casos de carácter social, mercantil y de una gran cantidad de situaciones que la Torá planteaba como: deudas, préstamos, daños, problemas entre vecinos, problemas de tierras, un sin número de situaciones que se suscitan en el día a día, juzgados de acuerdo a cada ciudad, de acuerdo al número de habitantes, con un orden para que hubiera justicia en todas partes.
Requisitos para ser parte del Sanedrín.
Del mismo modo que los miembros de un tribunal, deben ser depurados en materia de justicia, deben serlo también de todo defecto físico, se debe procurar examinar y comprobar que todos ellos sean bastante maduros, de buena estatura y experto, claros al hablar y que sepan muchas lenguas para que el Sanedrín no debe enterarse por boca del traductor.
La idea es que; como el caso de los Sacerdotes; no fueran a ser juzgado por ciertos defectos que pudiera tener, no ser juzgados o menospreciados.
Aunque en un tribunal de tres, no se insiste tanto en todos estos requisitos, es imprescindible que cada miembro posea siete calificaciones, a saber:
- Sabiduría.
- Humildad.
- Temor a Dios.
- Desprecio por la riqueza.
- Amor a la verdad.
- Ser querido por la gente.
- Buena reputación.
Cuentan los sabios que el Tribunal Supremo, solía enviar emisarios por toda la tierra de Israel y que a todo hombre de quien comprobaban que era: sabio, temeroso del pecado, humilde, sensato, sin tacha y querido por la gente, lo designaban como juez en su ciudad; y de allí lo trasladaban a la entrada del Monte del Templo, de allí a la entrada del patio y de allí al Tribunal Supremo.
Digamos que iba escalando, al ser asignado cada vez más cerca del Gran Tribunal o del Gran Sanedrín.
Para ser miembro tanto del Tribunal Supremo, como de un Pequeño Sanedrín o de un Tribunal de Tres, es necesario haber sido ordenado por quien ha sido ordenado a su vez, Moisés nuestro maestro ordeno a Josué apoyando sobre él su mano como está escrito: “Apoyó sus manos sobre él, ordenándolo”, también a los 70 ancianos, los ordenó Moisés y la Presencia Divina, se posó sobre ellos, aquellos ancianos ordenaron a otros y los otros a otros sube.
En pocas palabras, nadie podría autodesignarse juez o parte del Sanedrín, sino por otro que ya había sido a su vez asignado.
Detalles de ciertos juicios en diferentes circunstancias:
- Solo se puede designar rey con la aprobación del Tribunal de 71 miembros.
- Solo se puede establecer un pequeño Sanedrín en cada tribu y en cada ciudad con la aprobación del Tribunal de 71 miembros.
- No se juzgan causas capitales con menos de 23 jueces, que componen un Pequeño Sanedrín.
- Bastan tres jueces para condenar azotes, pese a que el condenado pueda morir mientras lo azotan.
- Los casos que implican multas como: los de asaltos, lesiones, pagos duplicados, cuadruplicados y quintuplicados, violación, seducción y otros similares, solo pueden ser tratados por tres jueces expertos que son los ordenados en la tierra de Israel, pero las demás causas civiles, como la admisión de obligaciones y los préstamos, no necesitan a tales expertos, bastan tres legos o un experto para juzgarlas, por lo tanto, dichos casos y otros similares pueden ser tratados incluso fuera de la Tierra de Israel. Pese a que un tribunal del exterior no puede ser considerado como Elohim o como jueces, de alguna forma cumplen la función de un tribunal de la tierra de Israel, sin embargo, no están autorizados para tratar casos de multas, como agentes de Tribunales de la Tierra de Israel.
El espíritu del mandamiento:
Es interesante este tema, todo un tratado sobre los jueces, los oficiales y todo lo que implicaba, de aquí aprendemos entre otras cosas que, siempre es necesario el establecer Justicia, el buscar la justicia, a lo mejor el día de hoy no estamos en un cargo como jueces de una nación, pero de alguna u otra manera, siempre somos responsables, siempre emitimos juicios, debemos de buscar la justicia, debemos buscar la verdad, debemos de buscar estos rasgos que se mencionan como parte del perfil de un juez, porque finalmente el ser parte de una sociedad también conlleva esa responsabilidad.
Qué el Eterno nos ayude a ser parte de la justicia, de la equidad y no parte de lo contrario, de la iniquidad, de la discordia.
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