Unirse y frecuentar a los sabios de la Torá.

Al Eterno tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás. (Deuteronomio 10:20)

Explicación del mandamiento:

 De este solo versículo se desprenden 4 mandamientos, imaginen que potencia tiene este versículo. Este es como una pastilla cara que abres la caja y solo hay 3. Debe ser muy buena para que cueste tan cara. Hagamos de cuenta que este es una supercápsula o medicina para nuestra alma porque contiene 4 mandamientos, este solo versículo.

El versículo dice a él temerás, a él servirás, que ya estudiamos; a él seguirás y esta forma es una interpretación, lo que debemos entender es que estamos analizando interpretaciones de un versículo, se llega a una interpretación y se deriva un mandamiento.

Los rabinos lo asociaron de alguna manera a la idea de Unirse y frecuentar a los sabios de la Torá.  

Dime con quién andas…

¿Has escuchado el dicho que dice: dime con quién andas y te diré quién eres?, ¿será cierto o no? Por supuesto que es muy cierto, esto también lo escribió Salomón en proverbios 13

El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado. (Proverbios 13:20)

Esto es una cuestión lógica de la vida y es muy evidente. Hay otras expresiones como una manzana podrida, hecha a perder a las demás.  En un deporte suele pasar, a lo mejor no eres muy bueno, pero si entrenas con los que están en máximo nivel se te termina pegando y hasta terminas pasando por uno de esos buenos. En muchos sentidos tiene esto aplicación. Y en el primer sentido todos somos influenciados. No creo que haya una sola persona que pueda decir ya tengo mis convicciones, mis ideas, es cierto que a cierta edad nos afirmamos en ciertos aspectos, pero aun así seguimos siendo parte de este mundo y de alguna u otra manera, siempre alguien va a influir en nosotros, llámese esposa, hijos, amigos, Pastor, compañeros de trabajo; todos somos muy influenciables. De eso se trata el marketing de buscar de alguna manera convertir nuestras necesidades en deseos en cuestiones específicas.

Y somos tan influenciables que en la juventud, que es justamente cuando estamos formando una identidad y es muy riesgoso con quien nos juntamos. Creo que a todos los padres nos preocupa la adolescencia, en la juventud es ver con quién se juntan los hijos, con quién se relacionan, a quién llaman, lo que ven, que es lo que hacen, con que amigos salen, ¿Por qué? Porque definitivamente sabemos que es la etapa en la que podemos tomar ciertos caminos, que pueden ser buenos o pueden ser malos. 

Aprendemos de los que nos rodean.

Solemos aprender del comportamiento de otros o de los que nos dicen, esta es una idea que encontramos en el evangelio de Juan cuando los discípulos le preguntan a Yeshua ¿dónde moras rabí? Y la idea no es donde está tu casa, sino que realmente es que queremos estar cerca de ti. Se acuerdan ¿cuál fue la respuesta de Yeshua en ese momento?  Dice en el mismo Deuteronomio. 10:20  “a él seguirás”. Esto es un mandamiento positivo que requiere acción, hay momentos en los que oramos y queremos que el Señor nos cambie, nos moldee, decimos que queremos seguir sus pasos, pero no es tan fácil, sino que estamos dispuestos a caminar con él, si no estamos dispuestos entrar en acción.

Por eso me gusta tanto este pasaje del Camino a Emaús, le encuentro mil maravillas a este pasaje por eso el nombre de la Kehila, porque estos hombres estuvieron dispuestos a caminar con un forastero, aunque este forastero que no sabían quién era se les acerca, lo que implica mucho del disimulado es eso, que tú estás dispuesto a seguir a alguien, una persona que no está dispuesta a seguir a otro no va a llegar muy lejos, porque todos necesitamos de una guía. Por eso aquí el mandamiento, reitero positivo dice “a él seguirás”, también quiere decir que el Meshiaj va adelante y nosotros debemos acompañarlo y estar dispuestos a caminar con él, como lo hicieron estos discípulos camino a Emaús, es por ello que al final llegaron a una conclusión o revelación de quien era ese aparente extraño que les estaba acompañando. 

Necesitamos a veces a salir de nuestra comodidad, como dicen abrocharse bien el calzado y estar dispuestos a caminar con él. Esto también es una decisión en la vida práctica, en la vida práctica decidimos con quién estar, con quien pasar nuestro tiempo, con quien juntarnos, con quien reunirnos. Esto lo comprendió el salmista:

Compañero soy yo de todos los que te temen Y guardan tus mandamientos. (Salmos 119:63)

Realmente si sueles pasar más tiempo con personas que no comparten la misma fe que tú, va a ser muy difícil que te mantengas mucho tiempo a flote. Va a ser complicado que mantengas el ritmo, que te mantengas en el camino si pasas la mayor parte con amigos, con compañeros, que no son los que dice aquí el salmista; que no son los que le temen al Eterno, que nos son los que guardan los mandamientos.

Así andarás por el camino de los buenos, Y seguirás las veredas de los justos; Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, mas los impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados. (Proverbios 2:20-22)

En pocas palabras dice: júntate con los buenos y no con los malos, no te vayas con los que andan en malos pasos, la Torá te dice “no sigas esos caminos”, no andes por esos caminos, recordemos el salmo 1 donde Dios nos da muchas advertencias. 

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado. (Salmos 1:1-3)

Esto significa que no anduvo conviviendo en fiestas tras fiesta y de un lugar a otro con este tipo de personas; no estuvo en el camino de los pecadores, no estuvo en silla de escarnecedores. Vemos en gran manera que los reyes de Israel siguieron estos malos caminos por la gente de la que se rodeaba, incluso en algunos casos esa misma gente los termino matando.

No entres por la vereda de los impíos, Ni vayas por el camino de los malos. Déjala, no pases por ella; Apártate de ella, pasa. (Proverbios 4:14 y 15)

Siempre van a ver impíos a nuestro alrededor, siempre va a ver camino de los malos, pero es nuestra decisión apartarnos y no acercarnos.

Fíjense lo que les dice el apóstol Pablo a esta comunidad:

 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros. (1 Corintios 5:9-13)

Si debemos decir las cosas, si debemos estar muy atentos de con quién nos relacionamos, incluyendo las personas de la comunidad, así digámoslo con toda claridad. No porque un ratón se meta en una caja de galleta, se convierte en una galleta. Debemos estar atentos a los frutos de las personas, en la manera en la que viven, porque tarde o temprano terminamos delatando de quienes somos, de cómo vivimos, en quién creemos, que estilo de vida llevamos.

Seamos sabios y entendidos.

Seamos sabios, seamos entendidos, decidamos relacionarnos y juntarnos con las personas que nos van a ayudar a crecer, no como cuestión de humanismo positivo de sacar a la gente tóxica de tu vida, por supuesto que hay que sacarla, pero no es por buena onda, sí, si vamos adelante, porque a veces el optimismo sin ningún otro sentido, sin una verdadera emuná tampoco es sano, cuidemos mucho con quien nos relacionamos, con quien pasas tu tiempo, no tiene que ser tal cual una persona física, puede ser que te la pasas en el Netflix, YouTube día y noche, escuchando y viendo a alguien que come, que hace, como juega videojuegos, ¿piensa?,  ¿De qué te estás alimentando? Y quieras o no va a influir en ti. Recuerda lo que dice el mandamiento, trata de juntarte, trata de frecuentar a la gente que sabes que te va a ayudar espiritualmente. Y que mejor compañía que la del Mashiaj, que si el mandamiento que los rabinos consideraron que había que guardar aquí en este pasaje como “Unirse y frecuentar a los sabios de la Torá”, que mejor que frecuentar al más sabio de toda la Torá, la Torá viviente Yeshua nuestro Meshiaj.

Y volviéndose Yeshua, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (qué traducido es, Maestro), ¿dónde moras? Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Yeshua. (Juan 1:38-40)

Está muy claro, también el mismo Apóstol Juan en la primera carta que dice: permanecer en él debe andar como él anduvo. Andar cómo él anduvo significa seguirle, rodearte constantemente de gente que crea en él y que le considere como él Mashiaj. 

 

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“El que recibe enseñanza en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo enseña”

Gálatas 6:6 (RVC)



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