365. Presentar ante el Cohen a la mujer sotá (sospechada de infidelidad)(para que proceda a la prueba del agua).
366. No poner aceite en la ofrenda de la mujer sotá.
367. No poner incienso en la ofrenda de la mujer sotá.

“También Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de alguno se descarriare, y le fuere infiel, y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese visto por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido sorprendida en el acto; si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado; entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y con ella traerá su ofrenda, la décima parte de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda recordativa, que trae a la memoria el pecado. Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Jehová. Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo, y lo echará en el agua. (Números 5:11-17)”

Explicación del mandamiento:

La palabra sotá tiene que ver con una raíz que implica desviarse o tonto, en castellano la podríamos entender como alguien que es tonto, y de cierta manera nos hace ver que la infidelidad y el adulterio es justamente una tontería, es la prueba que uno se ha desviado de los caminos del Eterno y ha caído en este tonto pecado que lleva o puede llevar a la destrucción matrimonial. A esta sección de la escritura se le puede llamar ´la ley de los celos´, porque precisamente era el esposo el que presentaba a su mujer en una situación, ya sea de sospecha o en el que tuviese una confirmación sin evidencias suficientes como para poder decretarse el adulterio como tal, por tanto, se llevaba a cabo esta ceremonia para obtener el veredicto.

La situación como vemos es muy especial, desafortunada y lamentablemente es un tema muy común hoy en día en la sociedad y los matrimonios que se te tiene que dar. Tenemos que abarcar y verlo con una perspectiva mucho más amplia y no solo el mandamiento de llevar a cabo esta acción, que evidentemente solo era en los días del templo; tenemos que tratar de entender por qué el Eterno lleva a cabo esto.
Primeramente, el adulterio es el peor pecado en el que puede caer una relación, es muy difícil que haya una restauración, incluso una compensación, dice en Proverbios 6: 27-35:

¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen? Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; no quedará impune ninguno que la tocare. No tienen en poco al ladrón si hurta para saciar su apetito cuando tiene hambre; Pero si es sorprendido, pagará siete veces; entregará todo el haber de su casa. Más el que comete adulterio es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace. Heridas y vergüenza hallará, y su afrenta nunca será borrada. Porque los celos son el furor del hombre, y no perdonará en el día de la venganza. No aceptará ningún rescate, ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones. (Proverbios 6: 27-35 RV60)

Esta es una breve advertencia del libro de proverbios acerca del adulterio y las consecuencias, así que es un tema con el cual no podemos jugar, no podemos bromear, es un tema del cual el Eterno nos permita siempre librarnos de él, incluso es una de las pocas razones por las que Yeshua considera que está permitido el divorcio.
Si hoy en día realizáramos una encuesta y preguntáramos quién es más infiel, si el hombre o la mujer, la mayoría se inclina a pensar que el hombre es más infiel; sin embargo, de acuerdo a algunos estudios se considera que la mujer no solamente alcanzo sino que rebaso en algunos países al hombre en cuanto a infidelidad, así que esto nos habla de la triste realidad que estamos viviendo como sociedad en decadencia.

Este acto se llevaba a cabo por dos razones, la primera era porque el marido tenía la sospecha de que la mujer le fue infiel u otra razón era que le venía un espíritu de celos que puede ser justamente por la misma situación de una sospecha, pero no tenía manera de comprobarlo así que, por decirlo de alguna manera se ponía al Eterno de testigo o como juez de esta situación mediante la figura del sacerdote. El verso 15 nos dice que se llevaba a la mujer al templo con el sacerdote y en la mano se llevaba esta ofrenda que es ordenada, continua, 16 Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Jehová. 17 Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo, y lo echará en el agua. En el verso 17, donde nos habla del agua santa, es muy probable que se refiera al agua que se encontraba dentro del lavacro, el agua que utilizaban los sacerdotes cuando iban a oficiar o llevar a cabo alguna ministración, pues tenían que lavarse en este tipo de agua, en este caso lo depositaba sobre un vaso y le agregaba este polvo que era parte del tabernáculo o del templo.

Continúa en el verso 18 diciendo Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer delante de Jehová, y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá sobre sus manos la ofrenda recordativa, que es la ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que acarrean maldición. En este punto es interesante ver que a estas aguas se le llamaban aguas amargas, y de acuerdo a los rabinos es muy probable que sucedía algo extraordinario, algo sobre natural, y era que las aguas en cierta manera iban a cambiar su sabor o iban a modificar su composición de tal manera que al momento de ingerirlo supiera sumamente amargo e iba a traer una maldición para esta mujer.
El verso 19 nos dice: Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo, y si no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen maldición; 20 más si te has descarriado de tu marido y te has amancillado, y ha cohabitado contigo alguno fuera de tu marido 21 (el sacerdote conjurará a la mujer con juramento de maldición, y dirá a la mujer): el Señor te haga maldición y execración en medio de tu pueblo, haciendo el Señor que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche; 22 y estas aguas que dan maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá: Amén, amén. 23 El sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará con las aguas amargas; 24 y dará a beber a la mujer las aguas amargas que traen maldición; y las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar.
Así que esta es una parte muy particular dentro de esta ceremonia o rito que se llevaba a cabo, el sacerdote escribía el nombre del Eterno con alguna tinta que se borrara, la sumergía en el interior del recipiente con el agua y la mujer tenía que beber esta pócima, la consecuencia que se describe al decir, hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo, son términos hebreos que se considera que son oscuros, es decir, que no hay una traducción precisa de lo que esto se refiere, posiblemente la palabra vientre tiene que ver con el pecho de la mujer, con el corazón o las entrañas; esto es una acción evidentemente sobre natural, los mismos rabinos en algunos comentarios dicen que no hay ningún precepto tan sobrenatural como este, el hecho de darle esta solemnidad todavía lo hacía más especial al escribir el nombre del Eterno, y al escribir la maldición en el sefer por eso la mujer decía ¨ amen y amén así podemos ver el mensaje profundo que esto tiene de parte del Eterno hacia todos nosotros.

En este punto muchos o muchas personas podrán pensar que era injusto que el hombre podía adulterar y si la mujer sospechaba no había con quién llevarlo, pero finalmente el Señor es justo y perfecto, no se le escapa nada y no tendrá por inocente al culpable. En este caso, toda esta ceremonia que se llevaba a cabo en el patio del templo era una exhibición evidentemente, pero al mismo tiempo iba a mostrar la justicia del Eterno, si la mujer era efectivamente culpable de esto tenía que pagar sus consecuencias, pero si no lo era, el hombre era el que quedaba mal, ella era bendecida y respaldada por el Señor como una mujer justa; por otro lado, talvez no haya una ceremonia para el hombre respecto a esto, pero como ya lo mencione al Eterno no se le escapa ni una, así que ningún varón piense que el Señor va a ser menos severo por el hecho de que no está escrito en la Torá que exista una consecuencia, un rito o una evidencia de este tipo de pecado, por supuesto que también habrá maldición, porque todo pecado acarrea maldición a nuestra vida. En este caso podemos apreciar que el Eterno está tratando de resguardar primero lo que es más valioso para Israel y es la santidad e integridad familiar, esto es lo que hace diferente y le da pureza a las familias que viven en la Torá, el que haya preceptos tan altos de santidad que ni siquiera implicara que esto pudiera darse en algún momento, tristemente no fue así, pues la misma historia dice que durante la época del segundo templo esta práctica se dejó de llevar a cabo porque era demasiado común y frecuente estas situaciones.

Continuando en el verso 27 Le dará, pues, a beber las aguas; y si fuere inmunda y hubiere sido infiel a su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar, y su vientre se hinchará y caerá su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo. 28 Más si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda. Estas eran las consecuencias para la mujer culpable, no sabemos si esta situación se daba de inmediato o con el pasar del tiempo ella habría de morir evidentemente y además traía una consecuencia extra, que es, que aquel que adulteró con ella se convertía en un asesino, así que doble pecado puede ser el adulterio. Por otro lado, si la mujer era inocente, el zoar (libro antiguo que habla de algunos aspectos místicos de la Torá) dice que las aguas se hacían dulces si ella no era culpable y además se hacía una mujer fecunda, tenía la bendición de poder tener más hijos además de que quedaba exhibida como una mujer justa e inocente en cuanto a esto.

Dice el verso 29 Esta es la ley de los celos, cuando la mujer cometiere infidelidad contra su marido, y se amancillare; 30 o del marido sobre el cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer; la presentará entonces delante del Señor, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley. 31 El hombre será libre de iniquidad, y la mujer llevará su pecado. Esto es lo lógico o justo, que cada quien lleve las consecuencias de sus propios pecados, en este caso el hombre será libre porque hizo lo correcto, vino sobre él un espíritu de celos, es decir, un sentir, una sospecha de que su mujer lo había engañado, no tenía evidencia o testigos de ello, así que para despejar dudas llevo a cabo esta situación, lo que ya veíamos era algo que se llevaba a cabo en la época del templo, de acuerdo a los rabinos y comentaristas se dejó de hacer en la época del segundo templo y pues lógicamente cuando el templo fue destruido esto también se acabó totalmente. Como ya veíamos esto nos habla de la santidad que busca el Señor y de la seriedad con la que Él ve este tema, así que cualquiera que sea nuestra situación matrimonial, la infidelidad jamás será una opción, el adulterio jamás será una solución.

Veamos que en esto hay un mensaje más profundo, primero nos hace ver que el Eterno tiene tanto interés en restaurar una familia, un matrimonio, que está dispuesto incluso a que su nombre sea borrado, por eso es que el sacerdote escribía el nombre del Eterno y la tinta se disolvía en el agua que ella bebía, pues el Eterno prefiere que su nombre se borre antes que una familia se divida, segundo punto, como toda la ley apunta a Yeshua, también tenemos una figura de esto en el Brith hadasha (nuevo testamento), el primer indicio es Yeshua en juan capítulo 8 que está escribiendo en tierra, lo cual tampoco es casualidad, está en el templo y él estaba hablando de ser el agua viva, él es el verdadero sacerdote y llevan delante él una mujer que según los testigos fue captada en él acto mismo de adulterio lo cual es muy improbable, porque si hubiese sido así también debieron de presentar al hombre con el que estaba, es decir, no tendría que haber esa controversia si dice que fue captada en el acto mismo, entonces es muy probable que ninguno de los que estaban ahí eran testigos de que eso hubiese sucedido realmente, simplemente llevan a esta mujer que talvez solo tenían sospechas y aprovechan para poder tentar a Yeshua respecto a este tema, ahora bien Yeshua toma la decisión de no condenarle, sí pedir la justicia, y ¿Quién la llevaría a cabo? El que estuviera capacitado para ejercerla; cada uno fue acusado por su conciencia muy probable porque no era cierto lo que decían o porque definitivamente no eran testigos de que esto hubiera sucedido, además de que su propia conciencia los acusaba porque seguramente había muchos adúlteros entre ellos.

Yeshua no está evadiendo la justicia divina, no está dándole la vuelta a la Torá simplemente se da cuenta de que no hay las condiciones que la misma Torá establece para llevar a cabo esto, así que por eso el mismo no se pone de juez y le dice ´´ni yo te condeno´´, pero sí le dice ´´vete y no peques más´´ tiene que haber un cambio total en la vida, incluso si tú has caído en este pecado puedes estar seguro de que hay restauración y perdón en el Eterno por medio de Yeshua, pero es muy importante asumir un compromiso de no volver a transgredir, de no volver a caer en el mismo pecado nunca más.

¿Cómo se cumple la justicia y la misericordia de Dios?

Por un lado, vemos la misericordia cuando le dice ´vete y no peques más´ y en Juan 19 al final del capítulo vemos la justicia cumplida cuando Yeshua rechaza un líquido que le dan a beber, pero después él pide y le dan un agua amarga que en cuanto termina de beber grita ´consumado es´ sabiendo que había cumplido toda la ley, pero no solamente en el sentido literal de cumplir lo que le correspondía sino lo que representa la ley y el espíritu de la ley, cada uno de nosotros hemos sido adúlteros delante de Dios, hemos fallado y a través del Mesías que tomo esa agua amarga en nuestro lugar es que nosotros hemos sido perdonados, así que las entrañas del Mesías explotaron y esto en cierta manera podemos comprobarlo cuando el soldado le entierra esta lanza y dice la palabra que sale agua y sangre que son dos elementos que se usaban en diversos pecados para poder ser redimidos, entonces Yeshua carga las consecuencias de la infidelidad de Israel y de cada uno de nosotros por ese adulterio por esa infidelidad hacia el Eterno y él termina llevando cargando todas esas consecuencias para que nosotros podamos ser libres. Así que no dudemos del amor del Eterno hacia nosotros, porque así se halla caído en este pecado de adulterio, en él hay perdón y restauración, siendo muy importante hacer siempre Teshuva (arrepentimiento) de todo corazón para poder vivir entonces en el camino que el Eterno quiere que vivamos.

366: No poner aceite en la ofrenda de la mujer sotá.
367: No poner incienso en la ofrenda de la mujer sotá.

En el verso 15 vemos de inmediato dos especificaciones que se dan en este tipo de ofrendas, que corresponden a estos dos mandamientos, no poner aceite, no poner incienso en este tipo de ofrenda en particular.

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