563. No excluir para el matrimonio a los descendientes de un edomita a partir de la tercera generación.

564. No excluir para el matrimonio a los descendientes de un egipcio a partir de la tercera generación.

Deuteronomio 23:7-8:

 “No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero fuiste en su tierra. Los hijos que nacieron de ellos, en la tercera generación entrarán en la congregación del Señor” (Deuteronomio 23:7-8 RV60)

Vemos como aquí las cosas cambian evidentemente y por eso no nos podemos dejar ir por el argumento fortuito  como dice que los amonitas y los moabitas no entran a bueno, pues aquí le seguimos para todos, aquí vamos a ver que no, vamos a leer estos versículos.

Explicación del mandamiento:

De entrada vuelvo a aclarar este punto que se menciona en otros mandamientos con el término “no entrarán en la congregación” que puede que implique que no significa que sean excluidos del todo como diciendo: “ni siquiera se acerquen” sino lo que significa aquí es que no van a ser ciudadanos llamémosle así plenos o con esa ciudadanía total como un israelita nacido como si fuera un extranjero que nace en territorio israelí, pero que no es considerado totalmente un israelita común.

Para no irse con la finta del mandamiento anterior aquí nos da esta diferencia y es bastante interesante una vez más y, por un lado, es que hablando de los edomitas.

¿De dónde viene el pueblo de Edom? ¿Viene de Esaú, por eso dice aquí: no aborrecerás al edomita por qué razón?  Por qué es tu hermano. ¿Quién era Esaú? Nadamas y nada menos que el hermano de Jacob, hermanos de sangre, hermanos de padre y de madre, no es ni siquiera el mismo caso de Ismael y de Issac, aquí además eran gemelos, dice aquí es tu hermano, aunque no te cae bien, se porta mal, te hace bulling, lo que tú quieras, pero al fin y al cabo es tu hermano y, por tanto, aunque se haya hecho otro pueblo de ese hermano,  porque sí efectivamente no podemos decir que es el mismo pueblo por supuesto que hay un pueblo diferente por esa simple y sencilla razón de que tú tampoco te olvides de él, de esa lealtad, de ese antepasado que fue Yakoob por eso no lo puedes aborrecer y  a tal grado debes de intentar impedir ese sentimiento de odio o ese sentimiento negativo que le vas a permitir entrar cuando se olviden los resentimientos y los rencores. 

¿Cuándo?, en la tercera generación que son los nietos. La idea principal del mandamiento, la parte práctica, significa, no guardes rencores, no transmitas el rencor a las siguientes generaciones.  Como una manera de prever en la tercera generación ya es menos probable que esto se siga transmitiendo. Esaú y Jacob, por supuesto, que tuvieron diferencias de muerte, diferencias sumamente marcadas que marcó sus destinos y el destino de sus pueblos, pero Dios no quiere que perdure ese rencor. Uno es el pueblo de Edom y otro es el pueblo de Israel, pero eso no significa que debían de ser enemigos acérrimos, entonces, cuál es la diferencia que recalco una vez más, ¿Por qué a los amonitas no y a los moabitas  no y aquí a los edomitas sí? Pues aquí lo dice: primero porque es tu hermano y 2º porque hay que recordar, tener memoria y a veces hay que hacer cosas no por nosotros sino por lo que hicieron por tus padres o por tus abuelos y lamentablemente somos una sociedad de corta memoria, falta lealtad, falta honra. Pues en estos pueblos, en la cultura de medio oriente, no nada más Israelita, es muy común mantener sus recuerdos vivos, vigentes, gran parte de lo que nos muestra la escritura es que habrás de decírselo a tus hijos, habrás de recordárselos, habrás de decírselo una vez más, como para que no se pierda la historia de lo que sucedió antes para bien, para mejorar las cosas buenas y para aprender las lecciones de las cosas malas. 

Entonces bueno, pues aunque sean vecinos los egipcios como los edomitas y con antecedentes difíciles, dice Dios, los tienes que recibir, no les puedes cerrar la puerta a  esta descendencia de la tercera  generación y la diferencia también radica como vemos, por un lado, que los moabitas intentaron una destrucción espiritual e intentaron hacer tropezar al pueblo de Israel, y sacaron la espada, sí se pusieron difíciles, pero es peor la destrucción espiritual o hacer pecar a alguien en la cuestión física. Como comentan también, por supuesto, sabemos que de ahí viene Roma, de Esaú y hay un plan también de Dios, porque finalmente Efraín termina gran parte dentro de Roma y muchos salimos de ahí y nos muestra aquí la Torá que estos descendientes no serán excluidos, sino que van a ser en algún momento dado también parte.

Parte práctica del mandamiento:

 No guardes rencor, a veces los padres podemos decir cosas, comentar o platicar  y luego se presta a que los hijos de unos y los hijos de otros ya tienen problemas entre sí por comentarios que ellos escuchan de los padres y no debería de ser así porque entonces les estamos heredando también el odio y esto puede ser un golpe de orgullo para a lo mejor en el ámbito judío de que si es edomita debe de recibirlo.

Ahora el caso de los egipcios es todavía más interesante porque de Edom viene Roma y mucho judío se asimiló en ellos, muchos israelitas se han asimilado y pues ahí están, pero que sucede con Egipto, nos da también la razón y la razón no es tal vez la más agradable seguramente para muchos Israelitas que en primera línea leyeron esto y debieron haber dicho: ¡wow a los egipcios!, pero que dice aquí: “porque forastero fuiste en su tierra”; no todo lo que Egipto fue al cien por ciento malo, cuando José era el virrey de ese lugar los recibió y no nadamás fue él sino también el Faraón y fueron todos los egipcios y les entregaron tierra y los dejaron cultivar  y trabajar su tierra,  y los dejaron convertirse en pastores y no vamos a negar que después viene toda la parte negativa de la esclavitud que al final del día tuvo también un propósito por algo Dios lo permitió y al final también se multiplicaron y prevalecieron porque era parte del plan de Dios que la descendencia de Abraham se multiplicara como la arena del mal y como las estrellas del cielo  y salieron con muchas riquezas, con muchas cosas materiales para poder construir el tabernáculo en el desierto. 

Como que a veces somos muy radicales porque sientes que te fue terrible o muy mal, como que estuvo pésimo, pero no siempre es todo pésimo, no siempre es todo malo, y aquí nos enseña la Torá a ver las cosas así, si fue terrible la esclavitud, sí te oprimieron, sí te maltrataron, pero no te quedes con ese rencor, no te quedes con ese odio, y quizás es fácil de decir cuando uno no lo vive, pero esto es lo que demuestra la Torá y te puedo decir lo mismo, cuando tú vives una experiencia terrible lo mejor que tú puedes hacer es no aborrezcas, no guardes rencor, no guardes odio porque te estás envenenando el alma, tú mismo te estás castigando.

Este principio aplica en muchos sentidos, hay gente que ha sido abusada desde su niñez, o que fue robada o fue secuestrada, vive con un odio y con un rencor y con muchos aspectos negativos en su corazón. Y esta es una forma en la que la Torá te dice: “no aborrezcas a esas personas” porque al final del día tú te terminas haciendo daño, tú te terminas lastimando.

Espíritu del mandamiento:

Y no solo eso, sino que Dios nos lleva a un nivel más alto, y ese nivel más alto es el perdón, el perdón no solo es liberador, sino que es una muestra grandísima de nuestra Fe de que creemos en este Dios que es capaz de perdonarnos porque al final del día, en estos últimos mandamientos hemos estudiado sobre el “mamzer”, sobre el edomita, sobre el moabita y sobre los egipcios que al final son pueblos extranjeros y nosotros somos extranjeros para Dios, nosotros no podemos decir que nacimos dentro de la casa de Dios, sino que Dios en su infinita misericordia no adoptó, hoy no somos más extranjeros para Dios, pero no lo somos porque Él nos adoptó, porque Él nos perdonó, porque Él nos introdujo  a su casa, sino Dios también nos excluiría como si Dios aplicara así tal cual, si nos midiera con la misma vara digámoslo así, también estaríamos excluidos, pero misericordia ha sido tan grande que nos alcanzó.

Por eso aquí Dios nos dice: “por muy mal que te haya ido, por muy mal que te hayan tratado, te recibieron, perdona, quédate con lo bueno” y, por otro lado, también es cierto que, como se comentó antes, los egipcios sí trataron mal al pueblo de Israel, pero fue una situación que no fue todo el tiempo, que no fue durante toda la estancia de los Israelitas en Egipto.

Analicemos también esto, que cuando alguien te recibe en su casa, cuando alguien te abra las puertas de su casa, quédate con lo bueno, quédate con lo positivo, no te quedes solo con lo malo de la experiencia, sino que siempre valora, aprecia lo que alguien pueda hacer por ti ya sea poco o ya sea mucho a lo mejor fue el sentirse ignorado porque “no te ofrecieron agua”, o por ejemplo que fuiste a hacer algún trabajo y luego dices “ni agua me ofrecieron” o “no me atendió como yo merecía”, no digo que esté bien, pero perdona y no te quedes con eso piensa que fuiste a hacer el trabajo a la casa de alguien más que ni conocías y no tenía por qué  haberte ofrecido ni agua o tratarte como tú pensaste que lo iban a hacer. 

Conclusión:

Qué hermoso y que grande es nuestro Dios, que pone como un precepto y lo traslada de esta manera en este  mandamiento,  diciendo: “no excluyas para el matrimonio a estos descendientes en esta generación” y por qué lo pone y lo dice aquí: ¿En el matrimonio? Porque ya vimos como dice aquí, los hijos que nacieren de ellos, entonces significa que es un matrimonio, ya hemos comentado con anterioridad que en la Biblia sobre todo en el Tanaj  sexo es igual a matrimonio no están desligados, si ya tienen hijos significa que ya están casados y no los puedes excluir como parte de la Congregación a partir de la tercera generación y si hay un pacto que pueda unir a dos familias o a dos pueblos diferentes, pues puede ser el matrimonio justamente y puede ser muy negativo como decimos en el caso de los amonitas y moabitas o puede convertirse al estilo  la intención de Romeo y Julieta que pensaron que con su amor  iban a unir las dos familias enemigas y lo terminan logrando.

Y aquí vemos en este mandamiento que Dios nos dice: “perdona, olvida, no aborrezcas a esta gente, porque finalmente hay un antecedente histórico que tiene que ver contigo mismo”. Egipto te recibió y sino hubiera sido por los egipcios no hubiera sobrevivido Jacob ni sus hijos, sino hubiera sido por Egipto José no hubiera sido Virrey y hubiera perecido junto con Jacob y sus hermanos cuando llegó el hambre y finalmente Edom es un hermano como dice la Escritura: “no aborrezcas a tu hermano, aunque se haya alejado, aunque se haya apartado y tú sí estés en la Torá y tu hermano de sangre no está en la Torá” No lo aborrezcas, no le digas ya no te vuelvo a ver y a veces tristemente se da también esto cuando uno de los miembros de la familia o los hermanos se convierte y hagan de cuenta que ya se olvida de todos los demás y se corta toda relación. Y dice el mandamiento: “No le aborrezcas”

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