¿SI EVA FUE ENGAÑADA, ENTONCES POR QUÉ ADÁN COMIÓ DEL FRUTO?
La idea de esta pregunta es, Eva fue engañada por “HaSatán” (satanás), como todos estamos de acuerdo y, este es el contexto de la pregunta. Eva fue engañada, como lo dice la Escritura en Génesis capítulos 2 y 3, donde narra que llegó la serpiente que era astuta y engañó a Eva, por lo que comió del fruto. Pero, Adán no podemos decir que fue engañado por “HaSatán”, ya que recibió él mandató directo de Dios. La pregunta es, si Adán ya sabía: ¿por qué comió del fruto?
Vamos a analizar unos pasajes, aunque la mayoría se los sepa por la escuela en “shabat” (día de reposo) o por cultura general. Leamos este relato en Génesis 2:7-24 hasta 3:12. Capítulo 2:
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”. (Génesis 2:7-24 RV60)
Hasta aquí el plan de Dios con el hombre. Estaba Adán solito, aunque con todos los animales y toda la Creación. Y, esta es básicamente la indicación que se le da a Adán: vas a estar aquí en el huerto, vas a labrarlo y cuidarlo, -así que había cierto trabajo que tenía que realizar- pero, como punto principal de estos mandatos prohibitivos, le dijo que no comería de ese árbol, porque el día que de él comiere, ciertamente moriría. Hasta aquí todo bien. Luego ya están Adán y Eva en el Edén y, viene entonces esta parte de la serpiente que era más astuta que todos los animales que el Señor había hecho.
Capítulo 3: “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: Conque Dios os ha dicho: ¿No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió, así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Más Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.”. (Génesis 3:1-13 RVR60).
Aquí está la llamada caída de Adán y Eva. Como les decía, triste historia que, en la pregunta previa, ya analizamos las consecuencias directas e indirectas que trajo este pecado y hasta dónde ha repercutido. Como leímos, satanás, siendo astuto, viene y le plantea a Eva, una situación tergiversada, una verdad mezclada con mentiras, de lo que Dios le había dicho.
PRIMERO EL ENGAÑO
Por este relato, evidentemente, sabemos que Eva ya estaba enterada de esta prohibición. Y, esa es la respuesta, ya que Eva nos da una información valiosa en lo que responde a satanás, pues le dice en los versos 2 y 3 del capítulo 3 de Génesis: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis”. Como vemos, efectivamente, Adán le transmitió la orden de Dios a Eva. Pero Eva nos da un detalle aquí, que no se le dijo a Adán: “No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis”. Que no lo tocara. Y Dios no le dijo eso a Adán, pero Eva sí se lo dice a satanás. ¿Qué es lo que hizo Adán, hasta cierto punto? Creó lo que se conoce como una “Takaná” (cerco que se levanta alrededor de un mandamiento), es como una valla para que uno no se salte o no traspase. Para que no llegue a tocar algo, le ponemos una barrera. Tal vez, el pensamiento de Adán fue, si no lo toca, no lo puede comer. Así que la transmisión del mandamiento que Dios le dio a Adán fue con esta añadidura. Dios dijo: No comas, pero para no complicarse más, Adán dijo: mejor ni los toques. Esto, en lugar de enseñarle o explicarle el mandamiento en sí a Eva, decidió poner un cerco para que no lo tocara y así no lo pudiera comer. Pero, ¿qué pudo haber propiciado esto? Lo más seguro es, que la intención de Adán no necesariamente fuera mala, pero el hecho de que Eva haya tocado primero el fruto y no le haya pasado nada, provocó que fuera más fácil tomar la decisión de comerlo también.
Es como cuando hacemos algo indebido y no pasa nada, entonces decidimos hacer lo demás. Esta es una buena posibilidad de por qué Eva se aventuró al punto de transgredir lo que sí sabía que no debía de hacer. Es evidente, que también había una inclinación al mal en ella, había una curiosidad y un cierto deseo a los que apeló satanás justamente, para propiciar que cayera. Entonces, Eva fue engañada con la astucia de la serpiente.
¿QUIÉN ES EL RESPONSABLE?
Como dice el verso: al que mucho se le da, mucho se le pide. En Génesis 3:9:
“Más Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?” (Génesis 3:9 RVR60).
Leemos que al primero que Dios llama a rendir cuentas es a Adán. Porque Dios hace primeramente responsable al hombre, ya que a él le dio la responsabilidad del mandamiento. Y, el Apóstol Pablo asume esta idea en 1 Timoteo 2:14:
“y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.” (1 Timoteo 2:14 RVR60).
Aquí queda muy claro que quien fue engañada fue Eva, pero Adán no cayó siendo engañado, eso es lo que deduce y comenta el mismo Pablo, quien ve a Adán con mayor responsabilidad por esta consecuencia. Leamos esta idea en Romanos 5:12:
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Romanos 5:12 RVR60).
Aunque aquí podríamos considerar hombre, no como género, sino como raza. Entonces, Pablo pudo haber escrito, así como el pecado entró al mundo por una mujer, pero escribió por un hombre. De cierta manera, refuerza la idea de Génesis 3:9 donde Dios hace primero responsable a Adán, en este caso al hombre, por esto: por haber obedecido a la voz de su mujer.
Vamos al pasaje más claro y contundente para saber que Dios hace responsable primero al hombre, antes que a la mujer. Génesis 3:17:
“Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.” (Génesis 3:17 RVR60).
Satanás no engañó a Adán, ya lo dijo Pablo en la carta a Timoteo, si no la mujer es quien fue engañada. Adán tomó la decisión de obedecer a su mujer, en lugar de obedecer a Dios.
Esto se parece al chiste: Imagínense una multitud en el cielo donde había dos filas para que entraran los hombres. En una fila, el letrero del frente decía: Aquí se forman todos los hombres que llevaban las riendas de su casa. En la segunda fila el letrero decía: Aquí se forman todos los hombres que eran mandilones (así se le dice en México a los hombres que le ceden su voluntad a su mujer). Y esa fila estaba larguísima, llena de todos los hombres. Y, en la fila que decía: Aquí los hombres que tenían las riendas de su casa, había un solo hombre formado. Y llega un ángel a quien le llama la atención que todos los hombres estuvieran en la segunda fila y uno solo en la primera. Y le pregunta al hombre: ¿en serio usted llevaba las riendas de su casa? ¿Era usted el hombre que mandaba? ¿Cómo le hizo? Y el hombre contesta: Pues no sé, mi mujer me dijo que me formara aquí. ¡Ja, ja, ja! A veces hasta este punto el hombre puede ser manejado por la mujer.
Adán y Eva no son el único caso. Recordemos que, al mismo Abraham, en algún momento, Sara le da la idea de que tuviera relaciones con su sierva Agar, porque a lo mejor el hijo vendría de ella. Y, posteriormente, que llegan las consecuencias, Dios le dice a Abraham: ¡Oye la voz de tu mujer! No me quisiste hacer caso a mí, pues ahora a ver cómo te resuelve. No me quisiste escuchar, pues ahora, escúchala a ella. Así que no se sientan mal hombres, si de repente dices, es que a mí me pasa que mi mujer es la que toma la última palabra…
O como el otro chiste: Había un hombre que su mujer lo golpeaba y, de repente, le daba sus “estate quieto”, sus sartenazos, etc. Entonces este hombre se dice: no puedo seguir viviendo en esta situación. Por lo que, le pide consejo a su compadre y el compadre le dice que su mujer sí es ruda, que entonces se meta a clases de karate, pues conoce a un senséi (maestro) que es buenísimo y con eso ya vería cómo lo respetaría. Entonces, el hombre toma las clases de karate y un día llega medio tarde a su casa, de la clase de karate. Su mujer le pregunta: ¿por qué tan tarde? Y el hombre da un golpe de karate y dice: ¡Ya! Y ella le dice: ¿ya qué? Que ya llegué, ya llegué. En ese momento se le acabó el valor al hombre, al ver a su mujer enojada y se le olvidaron las clases de karate. ¡Ja, ja, ja!
Finalmente, el hombre es el responsable y, por tanto, no puede evadir su responsabilidad.
EL LIBRE ALBEDRÍO EN EL EDÉN
Hay un libre albedrío para todos y, sobre esa base, es la responsabilidad. Cuando Dios formó a Adán y a Eva, les dio un libre albedrío por igual. Es decir, la capacidad de decidir por sí mismos. No quiere decir que Eva no fuera responsable, aun siendo engañada, también fue responsable y también viviría las consecuencias. Aunque Eva no recibió el mandato de Dios, recibió el mandato de su esposo.
La pregunta concreta, que justamente nos mandó un esposo, es: ¿Por qué Adán terminó pecando, si no fue engañado? Pecó por su propia decisión. ¿Por qué comió del fruto a sabiendas de que no debía? Por el mismo motivo que tú y yo seguimos pecando: porque esa fue su decisión. La misma pregunta que nos podríamos plantear tú y yo hoy. ¿Por qué pecamos? ¿Por qué le contestaste mal a tu esposa, a tus hijos? ¿Por qué hiciste el mal? Pregúntatelo tú mismo hoy: ¿Por qué cometiste cierta transgresión? Porque yo te aseguro que todos pecamos. Si reflexionas un poco, seguramente hoy, alguna transgresión has cometido. Así que, la pregunta correcta es: ¿Por qué pecas? Y de respuesta, podemos poner cualquier pretexto. Adán pudo haber dado cualquier pretexto también. Entonces, ¿qué le llevó a Adán a pecar? Podemos tener muchas hipótesis e ideas, pero yo creo que la principal razón es, porque él lo decidió.
Otra razón para que pecara Adán pudo ser que no sabía que Eva ya había comido del fruto y, comieron juntos. Llegó Eva con el fruto y le dijo: mira, no pasa nada, come tú también. Hay un detalle curioso que yo no me explico y no lo llego a entender, pero dice la Biblia que hasta que ambos comieron en Génesis 3:6, hasta ese momento, se dieron cuenta de su desnudez. Yo creo que tuvo que haber un tiempo entre que Eva comió y luego Adán, es evidente que tuvo que haber un lapso entre que comiera uno y comiera el otro. Probablemente, cuando Eva comió del fruto, no estaba Adán con ella.
Los Mormones tienen una hipótesis muy curiosa, y no quiere decir que esté de acuerdo con ella, pero me llamó la atención. Ellos dicen que Eva se convirtió en la primera en comprender la misión que tenía en la tierra. Y, ella no quería dejar de cumplir el mandato que Dios les dio: fructifíquense y multiplíquense, llenen la tierra y sojúzguenla. Entonces, cuando Eva come, su naturaleza, evidentemente, cambia. Va con Adán y le dice: ¿te interesa guardar los mandamientos? Y Adán le dijo: sí, todos. Entonces ella le respondió, vas a tener que comer del fruto porque yo ya lo comí y, no podríamos cumplir el mandamiento de fructificar y multiplicarnos si tú no comes del fruto. Por lo que Adán dijo: yo no quiero quedarme sin cumplir el mandamiento de fructificar y multiplicarnos, no me quiero quedar sin esposa y comió del fruto por esta razón. Es curiosa, esta idea, si fuere cierta o no, no deja de ser interesante.
¿QUÉ APRENDEMOS DE ESTO?
Yo les digo sin duda que mucho aprendemos de esta historia: uno de los puntos más importantes es, que la mujer es más susceptible de ser engañada, como le dice Pablo a Timoteo y como lo escribe a los corintios en: 2 Corintios 11:3:
“Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.” (2 Corintios 11:3 RVR60).
Es cierto y es parte de la condición de la mujer. No es que sea una debilidad por sí misma, pero sí es una condición que tenga una tendencia mayor al hombre, de ser engañadas.
Al mismo tiempo, aprendemos que las mujeres son una influencia sumamente poderosa en la vida de los esposos, ya sea para bien o ya sea para mal. En este caso, Eva influyó, de la manera como haya sido, para que Adán, a pesar de usar su libre albedrío, haya decidido comer del fruto. Porque quien le llevó el fruto a Adán, fue Eva. Esto nos demuestra, aunque no lo parezca, que todas las esposas tienen cierto poder sobre los hombres para influir en ellos. Entonces, debes de pensar en esto detenidamente mujer, porque vas a influir en tu esposo, ya sea para bien o mal.
También aprendemos de esta historia que: ¿dónde estaba Adán cuando Eva tenía esta conversación con satanás? Es probable que Adán no estuviera cerca, cuando esta situación se da, porque de haber estado ahí, tal vez le hubiera replicado, tal vez le hubiera dicho algo o finalmente también podría haber sido engañado igual que ella. Pero Adán no aparece en escena hasta que Eva le lleva el fruto y él lo come. Esto nos demuestra que el hombre debe estar al tanto de su esposa, de su vida espiritual, por su propia salud y la de sus hijos. El hombre no se puede desentender de la salud espiritual de su mujer porque de ello dependen muchas cosas para su familia.
Como dicen por ahí, Eva prestó el ojo y Adán prestó el oído. Eva vio el fruto y se percató que era codiciable a la vista. Así que la mujer también cae por la vista, no solamente el hombre. Además, aprendemos que el hombre debe considerar que su obediencia y responsabilidad deben ser hacia el Eterno, antes que a su mujer. Pero muchos hombres, por evitar peleas y discusiones, prefieren hacer lo que su esposa dice, o darle por su lado. Sin embargo, el hombre no puede evadir su responsabilidad. Esta es una lección también muy importante en la historia, los varones no pueden evadir su responsabilidad espiritual que Dios les ha dado. No serán los salvadores de su mujer y de sus hijos, pero sí son responsables hasta cierto punto. Y no deben refugiarse o excusarse en su esposa.
Y, otro punto muy importante es, que los hombres deben transmitir la palabra de Dios, tal y como fue entregada. Sin quitarle, ni tampoco agregarle. Ya que esta es una evidencia, cuando leemos la respuesta de Eva a satanás.
Hay más lecciones, pero considero que estas son algunas de las más relevantes para nuestras vidas. Espero que sigamos aprendiendo de ella, como una historia que ha trascendido hasta nuestros días.
1 Comentario
Patricia Sanchez
27 enero 2024
Buena tarde al cavilar en este pasaje me venia al pensamiento como la voz de Dios dijo: “si comen ciertamente morireis” y no murió Eva en el inmediato como se suele ver en el hoy un muerto (sin movimiento).
Talvez eso fue lo que lo hizo probar.
Y quiero pensar que al ser creado primero si sabia pir instrucción que era estar muerto. Pero sabía que es estar muerto espiritual?
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